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Por quien late mi Corazón por Zafira

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Notas del capitulo: FELIZ NAVIDAD A TODOS, lamento la tardanza… espero les guste…
Gracias por los reviews, ahhhh Y QUE TENGA UN A—O NUEVO MUY PROSPERO…

Capítulo 3º: Lluvia y Fuego

 

La situación había mejorado levemente desde el regreso del sabio, aunque las fronteras seguían siendo el punto crítico… los diez nobles tenían la misión de resguardar sus tierras, así como apoyar a aquellos que vieran superados sus recursos defensivos… las zonas mejor custodiadas eran las tierras Bielefeld, por lo que Waltorana pasaba mayor parte del tiempo en Pacto de Sangre, cerciorándose de la seguridad de su sobrino y apoyando a los otros territorios con sus escuadrones militares.

 

Gwendal era otro que mantenía a raya a los invasores de sus tierras, ayudaba a su hermano en todo lo referente a la elaboración y firma de decretos que facilitaran la transición para los más perjudicados con esas batallas… el gran sabio era también, de gran ayuda en ese punto, Murata se mostraba sereno a la hora de tomar decisiones, su basta experiencias en batallas, le daban la confianza necesaria para ellas, pues nadie dudaba de su amor hacia Shin Makoku… y desde luego, de su amor al Maou.

 

Wolfram constantemente participaba como uno más al frente de los ejércitos en las batallas,  a pesar de las constantes réplicas de Gunter, Gwendal, su tío y Murata… pero sólo en esos casos les hacía recordar su actual posición, y que él haría valer su voluntad, como siempre… además de que pensaba que los soldados se sentirían más motivados de saber que su Maou luchaba hombro a hombro con ellos.

 

A pesar de las réplicas del rubio, su consorte iba con él en cada batalla… después de todo, él era un estratega sin comparación, aunque en más de una ocasión demostró también que era muy hábil en el enfrentamiento tanto de espadas como marioku.

 

¡Heika, Geika… esta es la posición actual de nuestros enemigos… su ejército es más poderoso en el norte, aún no tenemos conocimiento pleno de su cantidad exacta, sin embargo, las ciudades aledañas ya han sido evacuadas para seguridad de los ciudadanos! – el soldado presentaba el informe ante sus comandantes, Gwendal prestaba especial atención a esas palabras, aún estaban esperando el reporte de Yozak que llegaría al alba junto con Corand.

 

¡Gracias por el informe… puedes retirarte! – habló el hombre de cabellera oscura, mirando el semblante cansado de su hermano menor.

 

Wolfram miró nuevamente el mapa en donde minutos antes le explicara el soldado la posición enemiga… en uno de esos campamentos estaba el rey de Gran Shimaron, Murata también observaba atento.

 

¡Quizás deberíamos atacar nosotros, en lugar de esperar a que nos ataquen! – murmuró el rubio más para sí que para ninguno de los presentes.

 

¡Eso sería muy arriesgado…! – comenzó a decir Gunter pero calló inmediatamente después de notar el gesto del sabio.

 

¡No podemos pensar que capturando a su rey,  nos libraríamos de su asedio… parece ser que todos los que se sientan en esa silla tienen por objetivo destruirnos! – el rubio había hecho caso omiso a las palabras de su asesor, seguía cuestionándose en voz alta…

 

¿Qué sugieres? – Murata no había apartado la vista de su esposo, parecía estar viendo más allá de él.

 

Wolfram recién ahí pareció recordar que no estaba solo, miro a cada uno de los presentes antes de suspirar… luego miró al pelinegro que se había convertido en su apoyo y su sabio.

 

¡Conrad! – susurró… y pareció que el oji oscuro no necesitó escuchar más…

 

¡Sera complicado, pero es posible… si vencemos al rey, podría ser una realidad… Shinou también comparte esa opinión! – Murata sonrió al hablar serenamente, lo que le dio un aire tranquilo a todos los presentes…

 

Pasadas las horas tanto el hermano mayor pequeño del Maou había llegado, acompañado de su inseparable amigo y compañero, Yozak. El espía revelo el lugar exacto donde se encontraba el rey Humano a Gwendal y a los demás, mientras que Wolfram hablaba con Conrad, acerca de su idea.

 

¡No creo que sea posible! – el castaño sonrió ante la sugerencia, vio ese brillo que amaba en los ojos de su hermano, pero quería ser franco con él, en tierras humanas, su ascendencia mestiza, no le daba mucha popularidad así como tampoco se la había dado en tierras mazokus.

 

¡Yo se… aún si no es algo que se pueda hacer en un presente muy cercano… ese trono te pertenece por derecho! – el rubio suspiro cansado… quería que todo acabe ya, tanto su cuerpo como su marioku se habían desgastado bastante, aunque esa apariencia frágil, era muy difícil que él la demuestre, no pudo evitar mostrarse frente a su hermano.

 

¡Wolfram… lo estás haciendo bien… yo te apoyaré en todo, no temas… estoy aquí! – el castaño acarició ese rostro que no tenía comparación en belleza para él, sonrió al sentir que no se le rehuía.

 

¡Gracias!

 

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¡Dime en qué piensas! – el sabio miraba a su consorte que en ese momento se encontraba sentado en el marco de la ventana de su habitación, este parecía tan perdido en sus pensamientos que el peli oscuro no lo pudo tolerar más, deseaba saber que pasaba por aquella mente.

 

¡Si Yuuri lo haría mejor…! – el rubio enfrentó aquellos ojos oscuros, que no demostraban ningún sentimiento, es más se ocultaban de él tras los cristales de sus anteojos.

 

¡Ven! – Murata extendió su mano y lentamente se quitó las gafas.

 

El tercer hijo de la ex maou parecía renuente a obedecer, pues aquello era sin ninguna duda, una orden… lentamente se le fue acercando, subió a la cama y se arrodilló justo enfrente a su consorte.

 

¡Mañana será un día complicado… ni siquiera Yuuri hubiera podido evitar que esto sucediera, no te compares… lo estás haciendo maravillosamente… ni siquiera él podría hacerlo mejor! – el peli oscuro lentamente fue rozando los labios del rubio con los suyos, uno de sus brazos rodeó la cintura del joven demonio y lo acercó más a su cuerpo, el beso era correspondido, y lentamente ambos fueron a parar totalmente recostados  sobre el lecho, al principio, sólo besándose… después, subiendo la intensidad de sus demostraciones afectuosas.

 

¡Ken…! – Wolfram intentó detener los avances de su esposo, pero este no se lo permitió, asaltó nuevamente sus labios esta vez despojando el cuerpo del rubio de sus prendas, depositando besos y caricias en cada rincón de aquella piel suave, de la cual era el único dueño.

 

¡Mañana iremos al frente… déjame despedirme como es debido! – el peli negro se colocó entre las piernas de su esposo… besó su pecho, y lentamente fue introduciéndose en su interior… deseaba hacerlo suyo, y así lo haría… había algo que lo inquietaba… algo que le hacía pensar que en un largo tiempo no podría volver a tenerlo así.

 

¡Ken… uhmm… ahhh! – el rubio se quejó por la invasión, colocó sus manos en los hombros de su compañero, mientras que este comenzaba a embestirlo con fuerza… lentamente fue acostumbrándose a esas sensaciones, correspondía los besos y las caricias, sentía el ansia de su esposo, y eso le gustaba, aunque también lo sentía extrañamente tenso, preocupado, por lo que besaba su pecho y su cuello sumisamente, cómo sólo con él se comportaba.

 

¡Di que me amas! – murmuró en el oído del oji esmeralda el sabio.

 

Wolfram miró directo a esos orbes oscuros, no podía leer la preocupación en esa mirada, rodeó con sus brazos el cuello de su esposo, lo besó en los labios y al separarse dijo…

 

¡Te amo… te amo… te amo!

 

“¿Qué me sucede… por qué estoy tan intranquilo?”… Murata rodeó con más fuerzas el agarre que tenía de la cintura de su, ahora dormido, consorte. Por lo general, él no se dejaba llevar tanto en sus pasionales encuentros, pero en esa ocasión lo había hecho… por un instante estaba totalmente celoso, la idea de que Wolfram aún pensase en Yuuri había desatado todo. Cerró sus ojos intentando caer en un pesado sueño, pero no pudo conciliarlo, los ojos de su amigo venían a su mente… “¡Yuuri, ¿Qué esta pasando?!”…

 

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Con el alba toda la comitiva se disponía a partir rumbo al frente, los ciudadanos de la capital despedían a sus héroes entre aplauso y vítores, al frente en su caballo blanco Wolfram guiaba el grupo, seguido inmediatamente por Murata y sus hermanos.

 

¿Por qué no va a su lado, Gran Sabio? – preguntó curioso Gunter, que iba justo detrás.

 

¡Es más fácil ver, para mí, desde aquí! – respondió con una sonrisa, la verdad era que estaba preocupado, y deseaba tener una mejor visión de su rubio esposo. Además era igual con Shinou, aunque tenía su mismo poder, siempre se mantuvo detrás de él en esas demostraciones públicas - ¡Aunque también es por costumbre!

 

Wólfram se despedía muy respetuosamente de su pueblo, no hacía  muchas demostraciones o saludos, después de todo, él no era Yuuri… su despedida fue formal, como lo había sido siempre su educación. Le hacía sentir un tanto incómodo estar frente a todos, pero más tener a Murata detrás de él, no poder ver sus expresiones le daba una cierta sensación de estar siento vigilado… además que seguramente él estaba coqueteando con las mujeres del pueblo… “¡Uhmmm Infiel!”… sin poderlo evitar miró en dirección a su esposo, este sonrió al notar la mirada enfadada… volvió a dirigir entonces sus ojos al frente, sus mejillas estaban totalmente en su contra, ya que se habían pintado de un leve sonrojo acusador.

 

El viaje pasó sin mayores sobresaltos, todo ese tiempo el clima parecía estar totalmente en su contra, pues una constante lluvia y fuertes vientos hacían que el viaje no sea muy rápido y cómodo. Algunos soldados miraban este hecho como una señal… aunque no sabían si verla como una buena o como una mala… después de todo, el agua era asociado siempre con el poder del antiguo Maou,  y era el radiante sol y cielo bellamente azul, lo que se asociaba con el actual.

 

El sabio miraba estas señales extrañado… aunque prefería pensar que no significaba nada, más que una manifestación natural de la naturaleza… una manifestación que seguramente no le gustaba nada a su consorte, por lo que se le acercó…

 

¡Un clima interesante! – murmuró para comenzar la conversación…

 

¡Esto es a pesar de todo, muy conveniente… no creo que nos ataquen con el clima de este modo… aunque debemos estar atentos! – el rubio tenía mojada todas sus prendas, su dorada cabellera se le pagaba a la frente, y el agua escurría lentamente por su rostro… él miraba el cielo como preguntándole por que se mostraba tan triste… o quizás, y esto era algo que Murata odiaba pensar, estaba rogando porque la lluvia le devolviera a Yuuri.

 

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Llegaron cuando la lluvia arreciaba mas, los capitanes de cada legión los esperaban, Adalberto estaba entre ellos, inmediatamente al llegar le ofrecieron una toalla al los recién llegados, Wolfram rehusó la suya y se dirigió a la carpa central en donde le darían el informe de la situación actual… lo escucho todo atentamente, no estaba tan bien como él deseaba, los humanos habían avanzado, y los últimos planes que ellos idearan no habían tenido éxito… lo que sugería que si había un espía como había pensado su hermano Gwendal… observó a su esposo y este asintió, entonces dio por terminada la reunión y se dispuso al lugar en donde él pasaría la noche y descansaría.

 

¡Supongo que es muy arrogante pensar que nosotros podemos espiarlos y ellos no! – murmuró cuando estaba solo en compañía del peli negro de anteojos.

 

¡Hay planes que sólo sabemos tu y yo… ni a tus hermanos se los hemos dicho! – acotó el sabio pensativo…

 

¡En esto eres bueno, ken… debemos poner en marcha esos planes sin decirle a los demás! – lentamente el rubio iba despojándose de sus mojadas prendas, el sabio hizo lo mismo… cuando se hallaron listos para descansar se abrazaron mutuamente… Murata sabía que a pesar de sus años mazokus, Wolfram aún era muy joven, había demasiado que le resultaba difícil de comprender o de ver en todas sus dimensiones… él, aunque su vida humana era mucho más corta, su alma tenía decenios de años de experiencia… rozó sus labios delicadamente…

 

¡Descuida… cuidaré de ShIn Makoku… y de ti!

 

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¡Pero que clima de porquería! – se quejaba un peli rojo mirando como caían y caían sin cesar las gotas de lluvia.

 

¿Crees que signifique algo?… - murmuró un castaño de mirada amable.

 

¡Claro!… - exclamó con diversión - ¡Una batalla mojada!

 

Conrad sonrió ante esa salida, aunque sabía que su amigo comprendía a la perfección a qué se refería… pero eso no era posible… y sin embargo, había una parte de él que lo añoraba… y que temía, pues no sabía qué podría suceder si su deseo se llegaba a cumplir… entonces algo llamó su atención y lo puso en alerta… algo no andaba bien…

¡Aquellas sombras parecen moverse! – dijo seriamente a su amigo…

 

¡Es el viento…! – Yozak estaba tranquilo hasta que vio a que se refería el castaño… - ¡Esas no son sombras!

 

Un movimiento generalizado en todo el campamento se llevó a cabo… Gwendal había ido a despertar a su hermano menor, pero este ya estaba en pie junto a Murata, ambos listos para lo que fuera que aconteciera…

 

¡Qué osado! – gruñó el mayor de los hijos de la ex maou, y comenzó a echar órdenes de cursos a seguir a sus subordinados… Conrad ya se hacía cargo de sus hombres, Gunter y Adalberto también… esto había sido un descuido imperdonable, aunque no tenían idea de quien era el responsable, por el momento, lo eran todos…

 

¡Heika! – uno de los soldados de Wolfram llegaba presuroso en su caballo, estaba herido, al parecer fue atacado.

 

¿Qué ocurre? – el rubio se acercó a él, este desmontó le saludó y explicó que su grupo fue atacado por hombres de Gran Shimaron…

 

¡Entre el ejército enemigo se encuentra su rey, ellos saben que usted está aquí… intentaron detenernos pero logramos escapar… los otros miembros del equipo fueron a informarle a los otros grupos para que se pongan en guardia! – el uniforme azul que llevaba el soldado estaba empapado, su castaña cabellera resaltaba en su pálida piel, este tenía ojos azules muy profundos…

 

¡Buen trabajo, Eliol, ve a que curen tus heridas…! – dijo firme Wolfram y el soldado sonrió - ¡Entonces el rey está con ellos… intenten capturarlo… si depende de mí… esta guerra termina esta noche! – el rubio miro el cielo totalmente nublado, aún llovía… quizás esa era la señal de Yuuri… él estaba con todos ellos esa noche… - ¿Murata?

 

¡Esto es lo que haremos… nos dividiremos, tengan cuidado… es mas que evidente que deben estar armados con piedras houjutsu…! – el sabio dio entonces las instrucciones, miró de soslayo a su consorte cuando este asintió a las especificaciones del curso que debía tomar…  Conrad lo acompañaría… Mientas Murata tomaría otro grupo y estaría escoltado por Gwendal…

 

Una vez que todos tenían una función que cumplir se prepararon para avanzar… no podían permitir que el ejército enemigo siguiera haciéndolo… si llegaban al campamento toda la parte de enfermería se vería afectada, y sería sin duda, un río de sangre…

 

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La batalla había superado sus expectativas,  la intensión de los humanos era sin duda acabar con todo mazoku a su paso… Murata había detenido con éxito a quienes fue a combatir, más tuvo que usas para ello su propio marioku, algo no le cuadraba, sus enemigos parecían estar obligando su permanencia ahí, y eso sólo significaba una cosa… él no era el objetivo… Gwendal también parecía sospecharlo, los habían separado agrede, rogo por que sus dos hermanos estuvieran a salvo, confía en Conrad para la protección de Wolfram, sin embargo, uno nunca sabía lo que podía suceder durante un enfrentamiento…

 

¡Gwendal… debemos volver! – dijo con firmeza el sabio y el mayor asintió.

 

Nuevamente  intentaban cerrarles el paso, el clima tampoco ayudaba mucho, la lluvia arreciaba a cada momento, a la distancia se podía notar el avance del enemigo…y por lo que pudo percibir el mayor de los hijos de la 26º Maou, el ambiente era mucho más frío… como si sus propios huesos se congelaran, un escalofrío le recorrió por completo, aquellos soldados humanos, estaban armados hasta los dientes con las piedras que tanto los debilitaban…

 

¡No las usaron con nosotros… ellos realmente quieren acaban con nuestro campamento! – hablo Murata sintiéndose furioso…

 

¡Sería un duro golpe para nuestro ejército… y para la confianza que se le tiene al Maou! – acotó Gwendal…

 

¡Exacto! – los peli oscuros emprendieron camino hacia el lugar en donde a pesar de la poderosa presencia de las piedras houjutsu, ardía poderoso el inconfundible fuego del 28º Maou.

 

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No permitiría que lleguen hasta los heridos, sentía todo su cuerpo cansado, había sido derribado de su caballo pero siguió luchando, no se dejaría vencer… los soldados seguían esforzándose por resistir sólo debido al ejemplo dado por su rey, si caía caerían con él… eso era lo que profesaban… entre ataques cada vez más fuertes, pudo notar al rey Khalel, este sonreía ante todo el espectáculo…

 

La mirada de ambos reyes se encontró… Wolfram quería cobrarse la ofensa y acabar de una buena vez que aquel hombre… encendió nuevamente una poderosa llama en forma de león y la lanzó hacia el ejército enemigo… sus soldados intentaron imitarlo con sus propios majutsus, pero entonces  como si aparecieran de la nada, más soldados enemigos llegaban a fortalecer el frente enemigo…

 

¡Maldición...! – eso no estaba bien, Wolfram miró su situación y las de sus hombres… - ¡RETROCEDAN! – ordenó firme… mirando hacia sus enemigos lo decidió… - ¡Todos los elementos que forman el fuego… obedezcan a este valiente mazoku que les invoca!…

 

Murata llegó justo en el momento en que el fuego se hizo presente… Conrad estaba luchando arduamente cerca suyo, más se detuvo ante lo sucedido… el fuego no era normal, era mucho más poderoso de lo que su hermano acostumbraba invocar…

 

¡GEIKA, ESO NO ES BUENO! – gritó el castaño, el oji oscuro miró en dirección a su consorte, vio a sus soldados retroceder, una llamarada de fuego se alzó tras ellos, como un muro de fuego que intentaba engullir todo a su paso, a pesar del agua de lluvia, de la humedad reinante, el fuego era tan intenso que todo lo quemaba que todo lo arrasaba…

 

¡Wolfram! – el sabio intentó orientar a su semental en dirección a aquel lugar, él debía detener a su esposo o este seguramente moriría por la cantidad de marioku que estaba utilizando…

 

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El calor era sofocante… pero su convicción no tenía vuelta atrás, era una guerra después de todo, y él debía velar por su gente… miró fijamente hacia sus enemigos que se habían quedado perplejos por el incendio que se desataba frente a ellos… cuando algunos intentaron avanzar a pesar de todo el fuego, literalmente, este los devoró.

 

¡KHALEL… ¿POR QUÉ NO VIENES A MI?! – Wolfram estaba haciendo uso de todas sus energías… nadie pasaría… y si se quedaban en donde estaban, el fuego los alcanzaría y los destruiría…

 

Khalel no era estúpido, no esperó una manifestación tan poderosa del elemento de Wolfram, a pesar de eso, mando a un grupo considerable de su ejercito a atacarlo, todos estaban armados con las piedras, debían intentar capturar al rubio, con preferencia, vivo… el fuego aumentó su intensidad, incluso él que estaba distante sintió calor… el agua que caía nada menguaba esa sensación, parecía que la volvía más insoportable…

 

Debía aguantar un poco más, era a todo o nada, por lo que podía ver sus enemigos habían planeado muy bien aquel ataque… la mayoría de su ejército estaba ahí, por lo que si él lograba acabarlos, la ventaja sería para los mazokus… “¡Perdóname Yuuri… pero no soy tú, y no veo una mejor salida… Ken, lo siento!”…

 

¡No, WOLFRAM! – Murata casi cae de su caballo, el animal se había asustado por las llamas y en lugar de avanzar, retrocedía… nada se podía hacer, a lo lejos una figura parecía caer sobre el suelo, mientras las llamas iban contra los enemigos, al parecer sin control… - ¡Shinou no lo permitas!...

 

Un poderoso rayo cayó en medio del incendio cortándolo a la mitad, parecía como si el fuego se extinguiera,  el viento mermó pero la lluvia aumentó apagando las llamas que aún quedaban. Una figura oscura se alzaba en el lugar del impacto con el ex príncipe en brazos… un fuerte viento los rodeó y llevaba con aquella fuerte ventisca las llamas que quedaban… aquel ser habló firmemente refiriéndose a los humanos… no hacía falta pensar mucho para saber de quien se trataba…

 

¡Es Yuuri… no puede ser! – susurró el sabio…

 

Los enemigos se quedaron estupefactos al contemplar a quien fuere el 27º Maou de Shin Makoku en toda su magnificencia y furia…


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