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Un pequeño empujoncito por kiauchiha

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Notas del capitulo: Todos los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto.

Muchas gracias por leer!!

Aquí está la conti. Espero que os guste!
Naruto avanzaba apurado por las calles en dirección al Ichiraku. Llegaba más de media hora tarde y seguro que se llevaría una “cariñosa” bienvenida por parte de Sakura. Tembló sólo de imaginárselo. Era asombrosa la fuerza que podía llegar a tener la pelirrosa con esos puños.

- ¡Lo siento! Me retra…

No le dio tiempo ni a terminar la frase y ya estaba estampado en la pared de enfrente como consecuencia de un golpe de la ojiverde.

- ¡Sakura-chan! He dicho que lo siento… - lloriqueó para cuando se pudo parar otra vez.

- No hay excusa que valga, Naruto. Ya sabes lo que pasa si eres impuntual. – no iba a admitir ningún tipo de disculpa.

- Maniática psicótica… - murmuró por lo bajo mientras se sentaba en su sitio.

A Sakura le saltó una vena en la frente en cuanto oyó el comentario del rubio. ¿Cómo demonios se había atrevido a llamarla?

- ¿Qué has dicho, Naruto? – dijo con voz de ultratumba aplastando su puño contra la palma de la mano.

- Na… nada, Sakura-chan – el rubio sudó la gota gorda. – Que estás muy linda hoy… jejeje… - rió nerviosamente mientras intentaba poner carita inocente. No quería más golpes por parte de la pelirrosa. Un día de estos le iba a dejar imbécil con tanta hostia.

Mientras, los dos morenos seguían comiendo despreocupadamente sin hacerle caso a sus compañeros. Ya sabían lo que pasaba cada vez que a alguno de ellos se lo ocurría llegar tarde, y sabían también que la cosa se ponía peor si interfería un tercero… Así que lo mejor era dejar que Sakura se desahogase y seguir con lo suyo.

- Muy bien. Pues ya que estamos todos… ¡comencemos los cotilleos! ¿A que no sabéis de qué me he enterado? Pues… - y Sakura continuó su parloteo con una gran sonrisa, contenta por estar los cuatro juntos.

La reunión se alargó por más de dos horas mientras Naruto engullía sus cinco platos de ramen, Sai y Sakura se enfrascaban en alguna que otra discusión y Sasuke respondía con sus típicos monosílabos.

- Por cierto, ¿y por qué te has retrasado hoy, Naruto? – se interesó la pelirrosa por su amigo.

- Es lo que trataba de explicarte antes de que me… - paró al ver cómo se oscurecían los ojos de la ojiverde. Había que tener cuidado con el humor tan cambiante de Sakura, ¿sería que estaba en esos días? – Da igual… el caso es que tenía una reunión con Gaara, pero ha llegado más tarde de lo que habíamos quedado, así que la cosa se alargó…

- ¿Sí…? ¿Y sabes por qué llegó tarde? – Sai miró a Sasuke significativamente mientras hacía la pregunta.

- No, ni idea. Dijo que era algo personal.

- Estaba contigo, ¿no, Sasuke? – le dirigió una de sus sonrisas falsas al azabache mientras dejaba caer el comentario despreocupadamente.

- Hn… - miró mal a Sai sin querer comentar nada al respecto. Había que ver qué manía con meterse en su vida.

- ¿Eh? ¿En serio, teme? ¿Y qué quería?

- Nada importante.

Intentó dejar zanjado el tema de esa forma. Total, Naruto ya se enteraría cuando Gaara se lo comentara. Uno no se lleva a un ambu sin que lo sepa el Hokage…

- ¿No te ibas a ir a Suna con él? ¿Oí mal acaso?

¡Joder! Maldito Sai. ¿Acaso no había pillado que no quería hablar de ello? ¿Por qué tenía que haber sido el ambu la persona que les pillase hablando esa mañana?

- ¡¿Qué?! – Sakura se giró sorprendida hacia el azabache. ¿Cómo que se iba a Suna?

Un segundo, dos, tres…

- ¡¡¿Quéeeee?!! – la reacción de Naruto llegó tarde, como siempre. - ¿Cómo que te vas a Suna con Gaara, teme? ¿Qué broma es esta?

Sasuke volvió el rostro a sus amigos y apoyó la barbilla en sus manos sin dignarse a abrir la boca. No tenía por qué dar explicaciones de nada.

- Si. Al parecer Gaara-sama le pidió a Sasuke-kun que fuera su pareja y que se fuera a vivir con él a Suna. Y ha aceptado. – respondió Sai ante el mutismo del Uchiha, encantado por “echarle” una mano.

- … Ya veo… - Sakura no sabía qué decir ante eso. Sabía que Sasuke sufría por causa del rubio, pero nunca pensó que se iría con el Kazekage. – Si es tu decisión, Sasuke, te apoyo. Felicidades… por la pareja, digo…

- Gracias. – soltó seco mientras se levantaba de la mesa. Había tenido suficiente por ese día. – He quedado con Gaara. Nos vemos.

- Espera, Sasuke. – intentó retenerle un poco más la ojiverde. ¿Por qué cojones no decía nada Naruto? - ¿Cuándo te irás?

- Pronto. En cuanto Gaara termine sus asuntos.

No pudo evitar echar un vistazo al rubio mientras contestaba. ¿Es que no iba a decir nada? ¿Ni siquiera un “que te vaya bien” o “mucha suerte”? Sonrió amargamente mientras se daba la vuelta. Estaba claro que a Naruto ni siquiera le importaba que se quedara o se fuera.

- Espera, Sasuke, me voy contigo. – se levantó también Sai para irse. – Hasta luego, Sakura, Naruto-kun.



Sakura observó cómo se alejaban sus dos amigos hasta que se perdieron de vista. Se giró hacia Naruto y esperó a que éste reaccionara. Conocía muy bien al rubio, y sabía lo que venía ahora.

- … ¿Naruto? – preguntó con voz suave.

El rubio estaba totalmente ensimismado. No podía ser. Sasuke no podía haber dicho que se iba a Suna. No podía, no podía… Apretó sus puños por la rabia. ¿Quién demonios se creía que era Gaara para venir y llevarse a Sasuke con él? ¿Quién era el que se había pasado años persiguiendo al Uchiha por todos lados hasta traerle de regreso? ¿El Sabaku? ¡No! ¡Por supuesto que no! ¡Había sido él! ¡Naruto Uzumaki! ¡El mejor amigo de Sasuke! ¡El que siempre confió en el azabache! ¡¿Y ahora venía el pelirrojo a quitarle lo que a él tanto esfuerzo le había costado conseguir?! ¡Y una mierda! ¡Por encima de su cadáver!

- Naruto… oye…

¿Y por qué mierda Sasuke había aceptado ser la pareja de Gaara? ¡A Sasuke le gustaba él! ¡…l! ¡Se lo había dicho! Bien era cierto que él le había rechazado pero… ¡Demonios! ¡¿Tan poco era el amor que confesó que le tenía que ahora se iba con el Sabaku?! ¿Cómo se atrevía a sustituirle de esa manera? ¡No señor! ¡A Sasuke le gustaba él! ¡Naruto Uzumaki! ¡El Hokage de Konoha!

- ¡Y una mierda! – el grito del rubio sobresaltó a Sakura. - ¡¿Quién cojones se cree Gaara para llevarse consigo al teme?! ¡De ninguna manera! ¡No se lo permitiré!

- Naruto, sé que estás disgustado, pero tienes que tener en cuenta que Sasuke ha aceptado ser su pareja…

- ¡No! ¡No lo permitiré! – Naruto gritaba furioso sin atender a razones.

- ¡Naruto! – intentó entrar en razón a su amigo. – Tienes que calmarte y pensar con claridad. No puedes hacer nada si es lo que Sasuke quiere.

- ¡Pero es que no es lo que Sasuke quiere, Sakura-chan! ¡El teme dijo que me quería a mí! ¡A mí! – dijo mientras se señalaba como un loco a sí mismo - ¿Por qué demonios se iba a ir con Gaara ahora? ¡No! ¡Claro que no! ¡Lo está haciendo por despecho!

- ¡Naruto! – la pelirrosa se empezó a cabrear con el rubio. ¿Es que no oía lo que estaba diciendo? - ¡Tú rechazaste a Sasuke! Le rechazaste sin pensártelo dos veces. No puedes esperar a que sus sentimientos sigan intactos después de eso. ¿Qué tal si se ha enamorado de Gaara?

La frase pasó como un rayo por la mente del rubio, dejándolo shockeado.

- ¿Qué?... Pe… pero… - no podía ser cierto, ¿verdad? – … no… ¡No puede! Sasuke dijo que yo le gustaba…

No podía ser cierto. ¡No podía! Sasuke no podía estar enamorado de Gaara…

- ¿Tanto te molestaría la idea? – Sakura volvió a suavizar la voz con el rubio.

- Yo… yo no… - estaba confuso. No sabía qué pensar.

- Piénsalo, Naruto. – la pelirrosa se levantó para marcharse también. Su rubio amigo necesitaba meditar qué era lo que le molestaba de todo el asunto. – Piensa si te molesta que se vaya porque es tu mejor amigo, o si hay algo más… Dudo que Sasuke vuelva si se va, así que sé rápido.

Pagó su parte de la cuenta y le besó en la mejilla como despedida.

- Ya sabes dónde estoy si necesitas hablar.

Se alejó del Ichiraku a paso lento mientras esbozaba una sonrisa. Había que ver lo lento que era Naruto para darse cuenta de algunas cosas…



Unas horas más tarde, Naruto volvía a su despacho aun dándole vueltas al tema. No sabía qué pensar después de lo que le había dicho Sakura. …l quería a Sasuke, claro que sí, pero como se quiere a un amigo, a un hermano incluso. Pero no le quería como a una pareja… ¿verdad? Mierda, ya no estaba seguro de nada.

Cuando Sasuke se le había confesado hace un año, ni siquiera se había planteado esa posibilidad. Si bien no eran extrañas las parejas homosexuales en la villa, él nunca se había fijado de esa manera en un chico. Vale, sí, era verdad que había celado a Sasuke en más de una ocasión, pero era porque los que se acercaban al azabache con intenciones amorosas eran de su loco club de fans, y no se merecían al Uchiha. Ninguno de ellos (sí, había habido tanto chicas como chicos). Además, no quería compartir el tiempo del ojinegro con nadie. Se había pasado muchos años separados, y tenía toda la intención de recuperarlo. Pero eso no quería decir que le gustase Sasuke. Incluso había concertado citas dobles con el Uchiha en más de una ocasión. Aunque la cosa nunca llegaba a nada porque acababa espantando a la pareja del azabache. Pero era porque quería que Sasuke terminase con alguien que de verdad le mereciera… Eso no era un crimen, ¿verdad?

No sabía que pensar. ¿Y si de verdad le gustaba el Uchiha y por eso siempre le espantaba los pretendientes? Ahora que lo pensaba, había actuado como un novio celoso desde que volviera el azabache, hasta que nadie se atrevió a acercársele. Cualquiera se enfrentaba a la mirada asesina del futuro Hokage…

Iba a empujar la puerta para entrar en su oficina cuando se fijó en que ésta estaba medio abierta. Curioso, asomó la cabeza descubriendo sorprendido que eran Gaara y Sasuke los que le esperaban dentro. Respiró profundamente un par de veces mientras se preparaba para entrar, cuando vio algo que le hizo hervir la sangre en celos. ¿Qué demonios se creía Gaara que estaba haciendo?

- Sabes, estás muy guapo hoy, Sasuke – dijo el pelirrojo mientras se situaba entre las piernas de su novio, que estaba recargado en la mesa del Hokage.

- ¿Qué… qué haces, Sabaku? – respondió algo nervioso el moreno, mientras veía cómo éste acercaba sus cuerpos, posando sus manos en su cintura.

- No te preocupes, Naruto tardará todavía un rato en venir. – intentó tranquilizarlo el del tatuaje, terminando de juntar sus cuerpos. Esbozó una sonrisa pícara y le agarró fuertemente de la cabellera al Uchiha echando su cabeza para atrás, dejando expuesta la piel blanca del cuello. – No sabes cuánto deseaba hacer esto… – susurró con sus labios pegados a la piel blanca del otro, para inmediatamente después, lamer en toda su longitud la suave piel del otro, succionando fuertemente en la base del cuello para dejarle un chupetón bien marcado a su novio.

Sasuke se sonrojó en cuanto sintió la húmeda lengua del Sabaku sobre su piel. No había esperado ese gesto tan sorpresivo por parte del pelirrojo, por lo que ni siquiera atinó a separarle.

- Ahhh… - gimió quedamente cuando sintió la fuerte succión.

El Sabaku, satisfecho con lo que había hecho, movió lentamente la mano que tenía en la cintura del azabache hacia abajo, en dirección a la entrepierna del Uchiha, mientras seguía con sus lametones, dejando un pequeño rastro de saliva en el cuello del moreno.

Naruto sentía cómo la furia le recorría las venas del cuerpo. ¿Cómo se atrevía Gaara a tocar a su teme? ¡Si! ¡Su teme! Porque era suyo. Apretó los puños con rabia mientras veía cómo el Kazekage le hacía un chupetón al Uchiha. ¡Joder! Sentía unas ganas enormes de matar al pelirrojo en ese mismo instante… pero al mismo tiempo no podía dejar de mirar la escena. No soportaba que el Sabaku tocara al azabache pero es que… ¡Joder! ¡Se estaba poniendo como una moto! Ver a Sasuke así de sumiso, con las mejillas sonrojadas y la boca entreabierta mientras gemía bajito… Se estaba poniendo a cien ante la escena. Nunca en su vida se había puesto tan cachondo.

En cuanto notó que Gaara tenía intenciones de pasar a mayores salió de su ensoñación. ¡Ah, no! ¡Eso sí que no! No iba a permitirlo. ¡De ninguna manera!

- Este no es lugar para que andéis haciendo esas cosas – dijo con voz bien fuerte mientras entraba a su despacho, destilando veneno en cada sílaba que pronunciaba.

- Naruto, no te había visto. Perdona. – Gaara le dirigió la vista aun sonriendo con sorna, mientras ayudaba al Uchiha a pararse de la mesa.

- Hn… - Sasuke se puso de pie con las mejillas aun sonrojadas. No podía creer que el dobe les hubiera pillado en una situación tan comprometedora.

- Bien. Ya que estás aquí te teníamos que comentar un par de cosas. – El Sabaku no paraba de sonreír al rubio enfrente suya. Le hacía mucha gracia la mirada cargada de odio que le mandaba éste.

- No vas a llevarte a Sasuke. – le dejaría bien claro las cosas al cabrón de Gaara desde el principio.

- Creo que eso no es decisión tuya. – fijó sus ojos despiadados en el rubio. Nadie le decía lo que podía o no hacer.

- ¡Claro que sí! ¡Soy el Hokage y como tal te prohíbo que te lleves al teme! – golpeó la mesa mientras le miraba fieramente.

- No. – la voz de Sasuke atrajo la atención de ambos. – Soy yo el que decide. Y me voy a ir a Suna, Hokage-sama. – miró directamente a los ojos de Naruto por primera vez desde que entrara.

Naruto miró con rabia al azabache. ¿Tanto lo odiaba ahora como para querer alejarse lo más posible de él?

- Gaara, déjanos solos, por favor. – pidió lo más amablemente que pudo sin desviar la vista del azabache. Le convencería como fuese para que se quedase.

- No creo que…

- Está bien Gaara. Luego nos vemos. – la voz de Sasuke cortó su réplica.

Gaara miró desfiante a Naruto antes de abandonar la estancia. Regaló una caricia al Uchiha antes de retirarse, sonriendo con satisfacción por la mirada envenenada que le echó el rubio ante su acción.

Nada más cerrar la puerta amplió su sonrisa. “Misión completa” pensó satisfecho. Por el bulto en los pantalones de Naruto cuando los interrumpió, no tenía dudas de que por fin se había dado cuenta de lo que sentía por el Uchiha. Esperaba que no fuera tan estúpido como para volverlo a estropear.

Aunque era una pena que Sasuke estuviera enamorado del Uzumaki. No había mentido cuando le susurró aquello al azabache, de verdad que estaba apetecible…

Dirigió sus pasos tranquilamente hacia el hospital. Seguro que la pelirrosa estaba esperando ansiosa su reporte…

Notas finales: Muchísimas gracias por todos los reviews!! ^^

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