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¿Me Recuerdas? por mihll

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Notas del fanfic:

Los personajes de esta historia son de propiedad de Inoue, y yo únicamente los utilizo a modo de diversión.

Notas del capitulo: Hola

Esta es una corta historia (Otra forma de mostrar el primer partido entre Shohoku y Ryonan) que escribí de forma algo rara, pero me gusta y espero que también le guste a ustedes.

"¿Me Recuerdas? "
Historia basada en "Slam Dunk"

Por mihll

++++++++Capítulo Único++++++++

En medio de las instrucciones de último momento impartidas por su entrenador, Akira viró la cabeza y se encontró con la mirada desafiante de Hanamichi Sakuragi, el novato más arrogante de la preparatoria Shohoku. Ya se había dado cuenta de las reacciones que provocaba su talento en las personas. Algunos lo admiraban y apreciaban lo que valía; otros lo envidiaban y mostraban su resentimiento por el hecho de que siendo tan joven, tuviera un nivel de un verdadero jugador de baloncesto; y el resto, como ése pelirrojo, que, aunque sabiéndose novato, tenía un nivel de ego tan alto que se creía capaz de derrotarlo y no perdía ocasión de manifestar dicha ansiedad.

Ser la estrella del equipo y el jugador más reconocido en el estado, no era fácil, pero ya se había acostumbrado a la rutina.

Devolvió a Sakuragi, unas de sus sonrisas más naturales.

—Poner atención a lo que estoy diciendo, podría servir para que ninguno de ellos te tome desprevenido, Sendoh —dijo Taoka fríamente, obligándole a volver la vista al frente—Pero quizás tú estás tan confiado en tus habilidades que no quisieras centrar atención en asuntos que no consideras importantes.

Sonriente, bajó la mirada asumiendo su distracción, y siguió escuchando el reinicio de las instrucciones que terminaron en breves minutos.

—Muchachos, ya oyeron a nuestro entrenador—esta vez era Ouzumi quien tomaba la palabra— ¡Es hora de jugar!

Los jugadores asintieron al unísono, mientras el poco público presente comenzaba a excitarse con el inicio del enfrentamiento. Akira se esforzó en prestar atención a las conocidas palabras de aliento de Hikoishi que se perdían en la inmensidad del gimnasio, pero le resultaba difícil. Algo, un pensamiento, se había apoderado de su mente, apartándolo de la realidad, y tuvo que confesarse que dicha distracción lo molestaba.

Consciente de que debía armonizar sus sentidos para el partido, se posicionó en el círculo en medio de la duela donde nueve jugadores más, esperaban el pitazo inicial, pero allí, otra distracción insistente lo apartaba de sus deseos: dicho muchacho pelirrojo no formaba parte del quinteto rival.

Pero más allá de la ausencia de él como titular, y aún por sobre sus gritos desde el borde de la duela que eran capaces de irritar los oídos más tolerantes, retenía su atención una sensación de que ésta no era la primera vez que se habían encontrado.

Sacudió su cabeza, ante la inquieta mirada de reojo de su capitán que se preparaba a dar el salto. A su alrededor, alguien más advirtió su estado y preguntó si estaba bien.

—Estoy bien—respondió—Todo está perfecto. Podemos iniciar…

Entonces, el árbitro movió su mano lanzando el balón al aire.


###

Después de tantos gritos y rogativas a Anzai para que le dejara entrar como titular en reemplazo de uno de sus compañeros, Hanamichi había callado rotundamente tras ver bien el rostro del ojivioleta. De pronto, su memoria le había arrojado ciertas imágenes de alguien muy parecido a él, por no decir idéntico. En un principio sintió que lo conocía de algún sitio y más tarde, la convicción de que efectivamente lo conocía comenzó a crecer, extenderse, como la niebla en una noche de invierno…



“¿Alguna vez has jugado básquetbol?...”



Esta pregunta llegó a su mente tan inesperadamente que tuvo que esforzarse en contener un estremecimiento que le provocó.



“No es difícil ¿Sabes? Y tú tienes todas las condiciones físicas para ser un buen basquetbolista…Ven, te haré una demostración de cómo se juega y después te probaré para ver si tienes talento…”



Talento…Todos aseguraban que para éste deporte el talento era lo esencial…

Hana cerró sus ojos para contener toda aquella ansiedad que le quería impulsar a levantarse de su asiento y gritar que ya lo conocía. Sus puños se cerraron con fuerza tal que su piel temblaba y esto alertó de inmediato un compañero, que le miró y le advirtió congelado en algo que supuso era rabia por no poder entrar a jugar.

—Cálmate Sakuragi. Te aseguro que de todas formas entrarás a jugar—Le dijo. Hanamichi abrió los ojos y le dirigió una rápida mirada, y él tuvo, por un instante, la impresión de que se le vendría encima —Oye, no te alteres—dijo entonces, con voz entumida en miedo.

— ¿Eh?...No te oí… ¿Qué me decías?

—Nada, Sakuragi—respondió, sonriendo nerviosamente—Mejor me dedico a alentar a los muchachos, debemos ganar el partido…

-“El partido”-se dijo Hanamichi, y su vista se fijó en quien tenía el balón. Era Rukawa, que se empeñaba en demostrar que era un digno oponente de Akira—No te lo permitiré. Claro que no…

Se levantó y fue a hablar con Anzai, pero su súplica ya no era súplica; era una orden que Ayako se lo tomó muy mal. Esta chica, de instinto algo agresivo, no tardó en darle un abanicazo por faltarle al respeto al profesor.

—Pero quiero jugar—se quejó como un niño.

—No estás listo, Sakuragi—le indicó la banca con su mano—Ve allí y apoya a tus compañeros.

—Por favor Gordito—volvió a suplicar a su entrenador, que inmóvil como una estatua sentada, hizo caso omiso—Gordito…Esta es mi oportunidad de demostrarle a Sendoh cuánto he aprendido.

—Sé paciente y espera un poco más.

—Pero…

— ¡Pero nada¡ —gruñó Ayako—¡Espera como te lo han dicho!

Sin una palabra más, regresó a su asiento.

###

Iba tras Rukawa, el novato que quería sorprenderlo; iba tras el balón, pero una voz en su mente le hizo vacilar…



“El baloncesto no es lo mío…Tú lo haces muy bien porque practicas, yo ni siquiera podría pensar en ocupar mi tiempo en eso…”



— ¡Sendoh! —oyó vagamente que le llamaba una voz de alguien real. Pensó que era la de Taoka recriminándole, pero no, se trataba de Sakuragi— ¡Estúpido, no dejes que él te gane!

Se quedó perplejo, viéndolo como una especie de bicho raro; luego sonrió, por lo divertido de la situación.

— ¡Vaya! Veo que tu apoyo no está para los tuyos—le dijo.

—Seré yo quien te derrote.

—Eso ya lo veremos…

— ¡Akira, estúpido niño! —ése si era Taoka, que le hablaba como a un infante rebelde— ¡Tu atención debe estar dentro, no fuera de la cancha!

Volvió su atención al partido. Ahora ya tenía más conciencia de que Rukawa era bueno, pero no tanto; él sólo le había ganado el balón por ese repentino recuerdo. Le demostraría quién era mejor, así, por largo rato condujo las jugadas de su equipo y consiguió que llegaran con ventaja al entretiempo en el que descansó, fue reñido por su distracción, y una vez más fue alertado por la amenaza representada por el moreno de ojos azules.


—Te lo diré una vez más, Sendoh—le señaló Taoka como última advertencia—Ten cuidado con ése chiquillo de primero.

Era cierto, le oía, pero su mente estaba convencida que él apuntaba a ése pelirrojo que atraía su mirada.

— ¡No me refiero a él! —gruñó Taoka, quien apuntó descuidadamente a un inmutable Rukawa, que en la distancia ignoraba a todo y todos—¡Es ése niño del que debes de cuidarte!

—Lo sé, entrenador—respondió sonriendo—, pero es que él…

—…se pelirrojo no entrará a jugar, ya me di cuenta que es nada más que un principiante arrogante, de lo contrario, sé que Anzai ya lo habría metido a la duela.

—Disculpe que le saque de su error, entrenador—intervino Hikoishi—Pero si no ha entrado, es por él es el arma secreta y va a sorprendernos con sus extraordinarias habilidades.

—…l te dijo eso, ¡y tú como tonto le crees!

Akira no pudo más que sonreír al ver cómo, después de esas palabras, un puño daba en la cabeza de su compañero de equipo.

—Bueno…—murmuró después, iniciando el regreso hacia la duela—, confío en que sí entrará a jugar… Estoy ansioso por ver su estilo de juego.

###

El partido avanzaba, Ryonan tenía la ventaja, y él estaba nervioso desde el instante mismo en que le ordenaron calentar sus músculos. Oía sus rápidos y fuertes latidos de su corazón, desligándose de lo que ocurría en la duela, cuando…

— ¡Falta ofensiva del número cuatro de Ryonan! — anunció el árbitro, alertando de esta forma a toda una banca que se alzó en una repentina celebración.

Sin embargo, el entusiasmo duró todo el tiempo que tardaron en darse cuenta que la ceja de Akagi sangraba. Ouzumi había conseguido eso con su duro golpe de codo.


…l sólo se limitó a mirar desde la distancia, oyendo la conservación preocupada que se desató a raíz de éste hecho que mandaba a Akagi directo a la enfermería…Entonces sucedió…Su capitán se volvió hacia él…


—Oye, ¿hiciste ya algo de calentamiento?

—Sí, claro—no pudo evitar dejar salir su nerviosismo en la respuesta.

—Tú me reemplazarás…

###

Finalmente veía la oportunidad de jugar con él, pero lo notaba excesivamente nervioso como para reemplazar correctamente a un jugador del nivel de Akagi. Cuando le vio pasar como un zombie frente a él, supo que actuaría de mala forma, y dicha suposición se confirmó cuando le cometió falta a Ouzumi. Después de eso, por un momento pensó que no reaccionaría, sin embargo, Rukawa llegaba en su ayuda.

—Torpe, eres muy torpe, ¿podrías decirme hasta cuándo vas a dejar de ponerte nervioso? —Atacó Rukawa a Sakuragi.

No podía creer que con esas simples palabras y la patada anterior, él reaccionaría, sí, aunque de la manera más inesperada. No sabía cuán agresivo podía llegar a ser, y no sabía cuánto odio existía de él hacia su compañero y viceversa, y en esa reacción lo supo, y no pudo evitar divertirse cuando los vio pelear en medio de todos.

Y tras ese imprevisto, el partido reinició…

Acabó por comprender que siempre estuvo en lo cierto: él tenía el talento nato para ser un basquetbolista. No obstante, le faltaba aprender mucho, era torpe por su inexperiencia, y, aunque así fuera, comenzó a divertirse como nunca.

Fue después del regreso de Akagi, cuando tuvieron su primer y real encuentro frente a frente, él quiso pasarlo, pero no le dejó opciones, y entre tantos intentos, finalmente Hanamichi se trastabilló y quedó en el suelo.

—Eres un principiante—le dijo, e instantáneamente pudo ver su expresión de molestia, con algo más que no leía correctamente—Sigue intentando, y quizás lo logres algún día…

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Sí, le molestaban sus palabras, pero más le molestaba que no mostrara huella alguna de reconocerlo. En el instante cuando vio su mano tendida para ayudarle, se le pasó por la cabeza que el tiempo y el olvido era una mala combinación. ¿Debía acaso resignarse a recordarle que una vez se conocieron?...No, aunque ese fuera su estilo, esperaría, le daría la oportunidad… ¿Pero si no lo lograba por sí solo?...

Tan sólo al pensar en eso se sintió herido. Y si bien regresó a jugar intentando actuar normalmente, no pudo; su cabeza giraba en torno a él y su manía olvidadiza. A ratos sentía que debía odiarlo. A veces quería cogerlo a golpes y obligarse a recordar. En otros momentos, sólo quería salir de allí, como sucedió cuando perdieron el partido y no pudo soportar la dureza de dos golpes seguidos a su orgullo.

Ya estaba al borde de las lágrimas por pura rabia cuando lo vio frente a él, tendiéndole la mano para que la estrechara.

—Has mejorado Hanamichi—le dijo éste, con una sonrisa—Lo sabía. Sabía que no me había equivocado al identificarte como un basquetbolista.

—Entonces… ¿me recuerdas? —preguntó vacilante, en medio del silencio que se había sumado el ambiente. Nadie imaginaba que se conocieran.

—Sí—confirmó Akira—Aunque debo reconocer que me tardé un poco…A veces soy demasiado distraído.

Vio su sonrisa y se tranquilizó. Su mano no tardó en tomar la de él.

—Me alegra que me recordaras, y perdona mi arrogancia—sonrió algo nervioso—La verdad es que en un principio tampoco pude reconocerte…Bueno, si me hubieras dicho tu nombre aquella vez…

—…las cosas hubieran sido muy diferentes—completó Sendoh.

—Sí.

Al poco rato, las preguntas se desataban; todos querían saber acerca de ellos y la forma en que se conocieron, pero no quiso decir una palabra, no mientras sentía que su corazón latía de extraña manera en su pecho.


###

Sonreía, de lo lindo que él podía ser, de lo agradable de este reencuentro. Lo consideraba un payaso arrogante, pero era un payaso arrogante muy lindo.

Sus compañeros a su lado, le miraban con expresiones interrogantes, y su entrenador, estaba particularmente molesto. …l le había dicho que no le convenía mezclarse como un idiota como Sakuragi, más sus palabras la dejó en el aire.

Cuando salieron a despedir al equipo rival, confirmó una sospecha que se fue generando durante el encuentro. Rukawa era alguien de quién temer, porque, a pesar de su máscara de odio hacia el pelirrojo, podía vislumbrar en él un interés particular por quien su corazón latía nuevamente…como aquella vez, tres años atrás.

A Rukawa quiso tenderle la mano, pero la despreció. Hanamichi en cambio, le dio un apretón de manos y una mirada especial que le dio esperanza. Con eso, se conformaba como ahora.

###

—Y entonces… ¿Nos dirás cuándo conociste a Sendoh? —le preguntó de pronto Kogure, y todos detuvieron el andar, expectantes por su respuesta.

Sonrió, algo nervioso, rascándose la nuca por simple inconsciencia.

—Je je je, fue hace tres años atrás—respondió—…l me ayudó cuando un grupo de chicos de mi escuela me acorralaron y golpearon en un parque…En realidad fue él la primera persona que me incentivó a jugar baloncesto, no le hice caso, es cierto, pero la intensión la formó en mí y bastó que llegara a Shohoku para comenzar a entrenarme.

—Yo siempre creí que jugabas por impresionar a mi hermana—confesó un perplejo Akagi—pero bueno, creo que me equivoqué.

—…l fue el primero en confiar en mí—desvió su mirada hacia la lejanía, donde Akira le miraba pacífico—Ahora que lo pienso mejor, debí haber partido con el entrenamiento desde que el mismo día en que lo conocí.

Kogure comenzó a caminar, y pasó a palmearle el hombro.

—Mejor tarde que nunca, amigo.

—Eso es cierto, cuatro ojos.

Dicho esto, vio como todos reiniciaban la marcha, todos menos Kaede que le miraba serio, tal vez enojado.

— ¿Estás molesto, Zorrito? —preguntó.

—No sé de qué hablas—le respondió Kaede con acritud.

—Sé que sabes bien a qué me refiero.

—No, no sé…

—Es nuestro enemigo en el campeonato—comenzó a explicar—y supongo que si ya te molesto como compañero, debes molestarte más saberme amigo de él…

— ¿Amigos?... No, no pretendo ser tu amigo…

Las palabras a sus espaldas le hizo volverse y sus ojos almendrados se encontrados con los hermosos ojos violeta de Akira.

—Sendoh…

—Llámame Akira—y dicho esto, se le acercó y le dio un beso, un inesperado beso que no le fue desagradable—Eso quiero ser para ti… ¿Lo entiendes?

Asintió.

—Y tú, Rukawa—dijo Akira mirando a éste—¿también lo entendiste?

No hubo más que una pronta marcha del ojiazul.

—Doy por hecho que lo entendió…

FIN

Notas finales: Confieso que esta pareja es mi favorita, y cuando puedo hago algo de ellos dos. Espero les haya gustado.


Acabo de quitar un fic, por la sencilla razón que al avanzar me di cuenta que las personalidades de los personajes no se ajustaban para nada a los de la serie, y eso terminó por no gustarme. Creo que queda mejor como una historia original, y de esa forma la seguiré. Mis disculpas a todos.

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