Era el un niñito egoísta, desconsiderado, ególatra con una mirada solitaria. Llevaba toda mi vida en esa mansión. Lo había visto nacer, crecer, había sido su niñero, su amigo, su compañía, su guarda espaldas, su tutor, lo vestía, lo bañaba, le daba de comer, cocinaba para el, todo lo hacía con agrado infinito a pesar de su frialdad y lo desagradecido q era.
Algunos lo llamaran masoquismo otros perversión pero lo miraba todo el tiempo, hasta en los reflejos de las ventanas, los espejos y agua, no podía dejar de mirarlo, ansiaba tanto tocar su delicadísima piel, besar sus provocativos labios, en la noche su imagen se me establecía en la mente y me erizaba el cuerpo, soñaba? de pronto lo hacía, realmente alucinaba con el y lo sentía como si fuera real su cuerpo junto al mío.
En esos dos años sin el (Ciel se fue a estudiar a Francia) entendí muchas cosas, ninguna persona pudo suplir, quitar o menguar lo q sentía así esto fuera a base de nada, para mi solo existía el y su ausencia quemaba mi alma, no se cuanto mas pueda resistir.
A mis 27 años no creo q haya sentido ni sienta jamás lo q ese niño me hizo sentir, Ciel mi Cielo, si eso existe aunque no tenga derecho a ello, solo verlo, solo hablarle me llenaba, su voz me atraía de lejos, hasta aprendí a seguir sus pasos con solo oírlos en la gran mansión, tuve tantas oportunidades de fallar, teniéndolo tan cerca, tan solo, muchas veces mis labios casi tocan los suyos y mis manos casi acarician su cuerpo, mis ojos se cerraron imaginándolo.
Su caminar altivo, su voz de mando, su enloquecedora figura, que mas se puede esperar. Había sufrido mucho y aun sufría, había cambiado mucho desde la muerte de sus padres, se había refugiado en mi, así no lo aceptara. recuerdo cuando fue secuestrado, no fue mucho antes de q se fuera, puse todo de mi para encontrarlo, cuando lo halle por fin, no puede perdonar a sus captores, el solo deseó su muerte y cumplí mi orden, al verlo en el suelo atado de pies y manos, con su ropa rota, dejaba ver un poco de su pecho, golpeado brutalmente, sangrando por sus heridas, su cabello siempre lustroso estaba despeinado, me miraba suplicando mi ayuda, siempre me culpé por lo q pensé al verlo : esta tan hermoso, tan sumiso, tan sensual, tan atractivo, no me resistiría a la lujuria a no ser por cuanto lo amo, lo tomé en mis brazos era pequeño y liviano parecía un animalito herido en mis brazos, salimos de ese lugar, al llegar a la mansión, tomó un baño que casi no pude soportar, estaba tan indefenso, pasaron mil cosas por mi cabeza, luego lo vestí con su pijama y lo acosté a dormir, me miró conservaba esa sumisión q me enloquecía " te quedas con migo " me dijo mi rostro se enrojeció a su punto máximo, no entendía q dijo, q duerma con el, decía mi corazón, no puede ser esto es una fantasía otra alucinación, mi joven amo no diría eso "te quedas con migo hasta q me duerma" dijo al final no puede resistirme a esa petición, era la primera vez q me trataba con tal amabilidad.
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