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Camino Perdido por Yuko Hiitachin

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Notas del capitulo:

 

Nee, volví con el segundo y el último capitulo de este two-shot!! n.n

 

Realmente pensé que no lo iba a tener listo a tiempo, porque realmente no le hallaba un final y se alargaba la cosa, además que estamos a finales de diciembre...las pruebas y la cosa además que también me enferme y estuve unos buenos días en cama -w-U.

 

Así que gracias a mis compañeras dreamparianas del club que me motivaron a seguirlo xD. Este cap va especialmente dedicado a Musaga-san y a Hota-chan, que me animaron con sus bellos reviews TwT.

 

Bueno, aquí les dejo la continuación de la historia. Este cap se va largo porque en realidad aquí pasa la mayor parte de las cosas que constituyen estaba pequeña -cofcofraracofcof- historia, y bueno...mejor lean. Tambien hay una pequeña aparicion de la Dirty Pair en este cap n.n xD.

 

Advertencias: Tocaciones indecorosas (no alcanza a ser lime), algo de lenguaje obsceno y algo de muerte (de ningun personaje eso si).

 

Ap!! También decirles que use pequeñas estrofas de algunas canciones que me parecieron que iban con la historia, nada muy relevante en todo caso xD.

 

Yap, lean!! 8)

 

 

Se encontraba sentado el suelo, sus piernas recogidas entre sus brazos y su cabeza entre ellas. Posiblemente había estado llorando un buen rato hasta que el llanto había cesado, dándole la claridad mental de razonar un poco sobre lo que había sucedido. Cuando trato de abrir la puerta se dio cuenta que esta estaba cerrada con llave, al igual que todas las ventanas estaban aseguradas, lo cual tampoco le aseguraba una alternativa de escape, ya que de seguro aquel recinto tendría algún tipo de vigilancia.

 

Tenia la remota idea de donde se podía encontrar. La información que manejaba como parte de la policía indicaba que había un sector donde se concentraba en demasía denuncias de narcotráfico, prostitucion y otros negocios sucios. Una de las mansiones más lujosas de aquel sector, propiedad privada, pero aun así habían claras sospechas de que allí habitaba uno de los hombres más ricos del país: Tezuka Kuminitsu, hijo de una familia con gran fortuna y larga tradición, sin embargo, se creía que este estaba directamente implicado con la mafia y aquella ancestral mansión se había convertido en el principal circulo delictivo de todo Japón. Sin embargo, la policía no había podido hacer nada al respecto dado que cada denuncia impuesta repentinamente era borrada del mapa. No cabía ninguna duda que ese sujeto sabia como estar a la defensiva y a pesar su dudosa reputación era considerado un "aporte a la sociedad" por sus numerosas donaciones caritativas.  

 

Posiblemente Eiji había caído, sin quererlo, en uno de los casos más enigmáticos para la policía, pero aun así, no podía hacer nada en las condiciones en las que se encontraba. Estaba solo y sin ningún tipo de ayuda, muy poco era lo que podía hacer en esas circunstancias.

 

Hurgo sus ropas, tratando de encontrar aquel transmisor con el que podida establecer algún tipo de comunicación con sus compañeros de cuartel, cosa que fue en vano, no estaba allí, siendo lo más probable que aquel psicópata castaño -como se podía atrever a llamarlo- lo hubiese registrado antes de que despertara de su inconciencia.

 

Se sentía, de alguna manera, derrotado y sus agotadas fuerzas no eran las suficientes para animarlo. Las cosas no le habían funcionado bien y se encontraba metido en un gran lío. A merced de de la mafia y del asesino más buscado de Japón. Su misión era capturarlo, eso lo tenía claro, por lo cual no desaprovecharía 

 

 

 

No hay nada salvo la lluvia

No hay huellas en el suelo

Escucho pero no hay ningún sonido

Porque nada está saliendo bien

y todo es un caos.

 

Se dejo caer otra vez en aquel sofá en el cual había dormido largamente hace un tiempo atrás, suspirando pesadamente. En ese momento, toda su atención fue capturada por la puerta que repentinamente se abrió, revelando la estoica presencia de otro castaño, de lentes y mirada aguda. Nada más ni nada menos que Tezuka Kumitsu, un sujeto casi considerado a la altura de un noble.

 

El castaño escruto con la mirada al pelirrojo, el cual no sabía bien como reaccionar: si decir algo o guardar silencio, probablemente la última opción era la más apropiada. Lo considero un buen material, posiblemente seria muy apetecido como un lindo chico que era, sin embargo, después de analizarlo un poco, aquel "frágil" chico había podido acabar fácilmente con los asistentes de su mejor asesino, los cuales, posiblemente, habían caído a manos de policía si es que no hubieran logrado escapar.

 

Seria un pequeño "obsequio" de su parte cederle un nuevo asistente al mejor y más eficaz de sus perros.

 

-Regresaras con Fuji-  determino el castaño para sorpresa de Eiji.

 

 

 

****____****

 

 

 

-No esperaba esto- comento con gracia el chico de cabellos castaños, quien después de un relajante baño se había encontrado con la sorpresa de que era acreedor de un apuesto felino que él mismo había cazado -Supongo que es el destino, volver a tenerte a mi merced- sonrío tan sensual y tétricamente como siempre lo hacia, observando a preciado ejemplar.

 

El pelirrojo desvío la mirada, algo irritado. Sin embargo, sabia que estar cerca del asesino que debía dar captura, si es que llegara a salir de allí, le seria de gran utilidad -Si, ya lo creo- se atrevió a responder algo de sarcasmo en sus palabras.

 

Fuji soltó una pequeña risita. Aquel comentario le había hecho gracia, de alguna manera, dejaba entrever la mordaz personalidad del chico: una peligrosa fiera camuflada en el cuerpo de un tierno felino. Aquello, ciertamente, se le hacia muy interesante.

 

-Vaya, si tanto me desprecias por lo que soy, mejor seria salir corriendo. Te aseguro no encontraras gente "pura" en este lugar. Seria mejor que te resignarás ya que yo no soy malo con los que están de mi parte- el castaño se acerco un poco al chico hasta revolverle los cabellos rojizos.

 

Eiji le quedo mirando, algo confundido pero reacio a cambiar de opinión acerca de su persona -Es por eso que no pienso seguir por mucho tiempo en ese lugar. Jamás podría ser parte de algo tan toxico- espetó con molestia.

 

-Ja. Creo que estas soñando, nadie puede escaparse de la mafia. Más que un círculo vicioso es una prisión. He sabido de pocos que logrado tener una vida mínimamente decente o un buen final después de escapar- dijo con tono de resignación Fuji, tal vez él también había tenido esos mismos sueños, de escapar y tener una vida plena, pero tarde o temprano se tuvo que hacer la idea que eran solo eso: sueños; simples fantasías banales y fuera de la cruda realidad. Aquello era lo que le quería dejar en claro al chico o por lo menos hacerle una idea antes de que empezara a fantasear demasiado.

 

 

 

Sintiendo cómo tu corazón se convierte en piedra,

sintiendo penetrar tu alma valerosa.

Más allá que ahora - redención.

Nadie va a cogerte cuando caigas.

 

 

-¿Si? Apuesto que si dices eso es porque nunca lo has intentado ni hecho el mínimo esfuerzo, intimidándote con las experiencias de otros. ¿Cómo sabes si correrás la misma suerte que ellos? ¿No correrías el mismo riesgo escapando de la mafia a que escapando de la policía?. No creo que te sirva justificar tu cobardía con tu propio pesimismo- refunfuño el pelirrojo, manifestando su desacuerdo como siempre solía hacer. Parecía una maquina de quejas y de peros, cosa que ya le había dicho muchas veces pero la obstinación no se esfumaba con simples comentarios.

 

Fuji se sorprendió levemente, más bien porque era la primera vez que alguien le decía algo como eso, ya que aquello implicaba un claro intento de revelarse ante la mafia y, por supuesto, a aquellas personas de las cuales tenia que seguir ordenes, fielmente, día a día. Después de unos segundos, soltó una acompasada carcajada, la cual, por lo demás, fastidio al pelirrojo. 

 

-No creo que sea por cobarde ni por pesimista por lo que no lo hago. Solo trato de usar el cerebro y un poco de lógica. Creo que, a diferencia de ti, yo no soy del tipo "impulsivo"- río el Syuusuke siendo algo mordaz en su respuesta, a la vez que esbozaba aquella sonrisa que, con algo de cinismo, se encarga de mantener en los momentos menos adecuados.

 

Aquel comentario termino por molestar al muchacho. Sabía que a menudo tendía a ser impulsivo, pero si con eso el castaño trataba de referirse de que no usaba el cerebro ni lógica, estaba jugando seriamente con juego.

 

-Al menos no soy un conformista. Me niego a vivir una vida que no quiero vivir- dijo el pelirrojo muchacho, cruzándose de brazos.

 

-Si es que opones resistencia más tediosa se te va a volver tú vida tal y cual esta ahora...a veces ser conformista es bueno, en cierto modo- dijo el castaño mientras tomaba asiento al lado del chico, el cual se estremeció levemente por la cercanía que le proponía -Te aconsejo que te quedes conmigo, me obedezcas y así nada malo te pasara-

 

Eiji abrió la boca para objetar algo, de seguro otra de sus quejas contra de Fuji, sin embargo, éste ultimo, anticipándose a aquello, se aproximo de manera peligrosa a su rostro, sorprendiéndolo y haciendo que inclinara su cuerpo hacia atrás en un acto reflejo, quedando prácticamente recostado en el costoso diván en el cual se encontraba. Fuji sonrío ente esto, gracias al movimiento del nervioso pelirrojo ahora éste estaba debajo de él y con una tierna expresión de enojo.

 

-¡¿Qué se supone que haces?!- Eiji estaba algo nervioso, y empezaba a dudar seriamente de las intensiones del castaño hacia su persona. Trato de alguna forma quitarse de encima pero éste le sujeto los brazos pudiendo comprobar que Syuusuke Fuji, a pesar de su apariencia, era muy fuerte, además de peligroso.

-¿No te lo había dicho?. Me gustas. Eres un hermoso chico, creo que, después de todo, me serás de mucha utilidad- comento el castaño acercando más su cuerpo al de abajo suyo, juntando más sus rostros.

 

-¿Eh..?- el pelirrojo cerro los ojos ante de la pasmosa cercanía de los labios del otro. Lo sintió más cerca y su cuerpo se negaba a reaccionar de una manera decente. Sintió como finalmente los labios del castaño se unían con los suyos, en un movimiento lento y húmedo que producían sus dos bocas en un ritmo totalmente dominado por el castaño, el cual parecía que no pararía hasta que sé le diera la gana.

 

 

Cuando el pelirrojo parecía ya no contar con mucho aire en sus pulmones, Syuusuke decidió cortar el beso y decender hasta otro lugar que le parecía apetecible del ojiazul: aquel delicado cuello de nacarada piel; a vista y paciencia del de éste, se encargo de besar aquella sensible zona de su anatomía que le provocaba ligeros estremecimientos con cada roce.        

 

Las mejillas del pelirrojo estaban rojas, aun mantenía los ojos cerrados. Fuji había confesado que sentía atracción hacia él, lo cual podía ser una posible ventaja. No quería darse por vencido, aun su misión estaba en pie y no quería defraudar a sus compañeros ni acabar con su carrera de una forma tan drástica. Se había prometido a si mismo que no desaprovecharía ninguna oportunidad que se le presentase y aquella suerte de "atracción" podría serle de ayuda. Sonaba descabellado, lo sabia, aprovecharse de aquel sentimiento, seducirlo para luego entregarlo a la policía, sin embargo, aquella parecía la única opción para concretar su misión y salir de aquello que parecía más bien una pesadilla.

 

 

No sé quien eres,

pero yo... estoy contigo.

Estoy contigo

Hecho de amor

Hecho de pecado

Estoy aquí, respirando

Soy un puto milagro

 

 

 

Decidió relajarse y no oponer más resistencia ante el castaño, cediendo ante los instintos de éste. Lo hacia por una buena causa, para llevar a cabo la misión que se le había encomendado, pensó; tratando de evadir cualquier remordimiento que le llegara a la mente.

 

Fuji lo noto, el chico parecía más dócil a sus caricias. Estaba rojo y ya no forcejeaba contra él. Soltó sus muñecas para luego sacarle con rapidez la camisa que traía puesta y besarlo otra vez con la diferencia que el chico le respondió de la misma manera, dando lugar a un beso calido y mutuo, que también lo incentivaba a ir más lejos.

 

Sintió como el castaño decencia desde su boca hasta su pecho ahora expuesto, depositando delicados besos por el torso y haciendo que se cuerpo se estremeciera ligeramente. Sentía el calor acumulado en sus mejillas y como todo aquello se sentía extrañamente placentero, sobretodo cuando comenzó a jugar con uno de sus pequeños pezones, besando y estimulando la zona al mismo tiempo, produciéndole una extraña sensación.

 

Su corazón empezaba a latir con más rapidez a medida que el calor entre los dos aumentaba y sentía los delicados labios del castaño en su pecho. Cerró los ojos siendo victima de una repentina vergüenza y sofocación. …l castaño había aprovechado de desprenderse de su camisa para luego seguir con los estorbosos pantalones que el pelirrojo llevaba puestos.

 

Una repentina sensación de que no podía seguir con aquel juego había embargado al joven policía. ¿Por qué no podía?. Le estaba agradando y su estrategia era buena, sin embargo, su corazón estaba empezando a latir demasiado rápido....

 

Algunas pequeñas lágrimas resbalaron de su rostro antes de que opusiera resistencia y apartara bruscamente al castaño de encima suyo, levantándose del sofá rápidamente. Se abotono la camisa y se arreglo los pantalones. No podía seguir aquello...simplemente no era capaz.

 

Ante la miraba de un desconcertado Fuji abandono la habitación rápidamente, sin decir una palabra.

 

 

 

****_____****

 

 

 

 

 

"Creo que soy un policía de mierda...", se lamentaba una y otra vez, mientras corría por los pasillos de que aquella gran propiedad. Trataba de retener el llanto que punzaba salir de sus ojos, conteniendo aquella sensación de ardor que tenia en ellos como si quisiera llorar mucho. Por los pasillos y estancias había gente, parecían ser personas de dinero, rodeados de dos o tres chicas que parecían seducirles, de seguramente venían a aquel lugar buscando un rato de placer. No le importo que lo vieran, mientras corría eso no importaba; quería llegar rápidamente a un lugar lo más apartado posible de la habitación de Fuji Syuusuke, para que este no lo siguiera y no lo encontrara.

 

Se detuvo solo cuando estuvo conciente que había recorrido un buen tramo de la mansión, perdiéndose entre los largos pasillos del lugar. Al parecer no había gente cerca; Eiji ocupo unos segundos para recuperar la respiración para después dejarse derribar cayendo al suelo, agotado y con infinitas ganas de echarse a llorar. Había sido un tonto, había perdido todas sus oportunidades. Seguramente después de aquello Fuji no lo querría ver más y Kunimitsu lo obligaría a hacer cualquier otro espeluznante trabajo en aquel lugar. No volvería a salir de ese maldito lugar ni tampoco volvería a ver a sus compañeros de cuartel.

 

Sintió miedo de todo aquello y unas finas lágrimas al fin cayeron de sus ojos. Lo único que podía pensar en que no quería que nada de eso pasara, en lo posible, que todo aquello fuera una horrible pesadilla y no un grave tropiezo en su carrera.

 

Las luces de la estancia se prendieron sorpresivamente, delatando la presencia de alguien más entrando en la habitación en que se encontraba. El cuerpo de Eiji dio un respingo ante la sorpresa, deteniendo los sollozos a la fuerza y limpiándose las lágrimas se apresuro a esconderse detrás de un sofá que le quedaba cerca. No imaginar verse descubierto por terceras personas, llorando y perdido en aquella mansión, de seguro no sabría ni siquiera que decir.

 

Lo primero que escucho fueron voces, más bien murmullos y pequeñas y cómplices risas.

 

"¿Qué rayos pasa?" se pregunto Eiji de lo más extrañado. Para su mala suerte sintió que alguien se desplomaba en el sofá detrás del cual estaba escondido.

 

-Ahh...-

 

Un gemido se dejo escuchar alrededor de la estancia, despejando las dudas. La fortuna definitivamente no lo acompañaba, lo único que le faltaba era ser testigo una alguna escena de ese tipo después de haber vivido un similar y frustrado encuentro hace unos momentos.

 

-Ahhhh...¿No podrías esperar otro momento?- dijo una de las voces, sonaba como a la de un chico y irónicamente era lo mismo que se preguntaba Eiji...¿no podrían esperar otro momento cuando el ya no estuviera allí?     

 

-No lo creo...- respondió otra voz masculina, algo más grave que la otra. Eiji  se sonrojo automáticamente adivinando que se trataba de dos chicos.

 

-Tenemos trabajo...ahhh- pronuncio el otro entre pausados gemidos.

 

-Siempre se puede dejar para después..- dijo con malicie el otro sujeto.

 

-Oshitari...eres un sucio- protesto el de voz más aguda.

 

Las mejillas del chico parecían estar de un extraño color granate. Decidió que se quedaría allí, callado y quieto hasta que esos sujetos dieran por terminaran su faena. Tratar de salir de la habitación en esos momentos implicaba una gran posibilidad que lo descubriera. Sin embargo, aun sentía los molestos estragos le había producido el reciente llanto. Un sollozo salio de sus labios repentinamente, haciendo que éste reaccionara y se tapara la boca con una de sus manos.

 

Uno de los sujetos río pervertidamente, pensando que su compañero había producido ese sonido -Te estoy haciendo sollozar de placer.. ¿Nee, Gakuto?-

 

-No he sido yo, estupido- comento con cierto enojo el otro, para después preocuparse un poco -Yo también lo escuche...

 

-¿Ahhh...?- pregunto desconcertado.

 

-Shhh...guarda silencio- lo calló súbitamente.

 

 Angustiosos segundos de tensión pasaron para el pelirrojo, probablemente ya se habían dado cuenta de su presencia y tenía que tratar de salir de ese lugar como fuese. Tal vez si probaba salir sigilosamente y sin que se dieran cuanta podría salvarse.

 

-¡Te pillé!- dijo con chillona uno de los sujetos, abalanzándose ágilmente hacia él, sorprendiéndolo considerablemente -Ahora me dirás que hace éste voyeur en esta habitación, Oshitari. Diablos, si querías un trío debiste hacerme preguntado antes... ¡que no estoy para tus guarradas!- se quejo el chico, menudo y también pelirrojo, aparentaba perfectamente ser casi una chica.

 

-¿Ehh?...Realmente no sé de que hablas, ni quien es este chico, ni menos por qué esta aquí- se excuso el otro chico, peliazul y de lentes, tenia el cabello desordenado y no llevaba polera, realmente Gakuto lo había cortado en un mal momento. Aquel sujeto de pelirrojo y tierna cara se le hacia algo familiar, parecía haberlo visto en alguna otra parte, sin embargo, no recordaba haberlo visto antes en la mansión, lo cual era bastante extraño ya que sabia de casi todo el personal de Kunimitsu, incluyendo, por supuesto, de aquellos lindos y bondadosos chicos que se encargaban de saciar el deseo carnal del cliente que se le presentase. Oshitari no solía olvidar una cara bonita y, realmente, aquella idea de Gakuto del "trío" se le estaba empezando a antojar. 

 

-Claro, como tú nunca sabes nada- contesto con fastidio Gakuto, aun manteniendo en el suelo a Eiji -De seguro es una de las putillas de Kunimitsu, que, seguramente, quería saciar sus deseos carnales viéndonos hacerlo-

 

-¡Claro que no es así!- protesto Kikumaru tratando de zafarse del otro pelirrojo, lográndolo a medias porque el otro, a regañadientes, aun lo mantenía bien sujeto de la camisa.

 

-No...Espera, Gakuto. Creo que lo he visto antes...en algún lugar- se quedo pensando el peliazul, hasta que la foto del mismo chico en uno de los expedientes que le había tocado investigar sobre los principales integrantes de la policía Japonesa, se le vino a la mente. Se quedo totalmente sorprendido con su propio descubrimiento.

 

-¿Ehh?...¿Entonce quien rayos es?- pregunto extrañado Gakuto.

 

Un escalofrío azoto la piel de Eiji. ¿Aquel chico sabia quien era? ¿Lo sabia?

 

-Este chico es un policía...un enemigo.

 

 

 

****_____****

 

 

 

 

Un mal presentimiento embargaba a Syuusuke. No había debido haberlo dejado ir así como así. Cuando había salido corriendo de la habitación le había dado cierta frustración, no podía negarlo, sin embargo, pudo sentir la desesperación del pelirrojo al momento de irse. ¿Había hecho algo malo?...bueno, había llevado las cosas demasiado rápido pero ese chico si tenia que ser un descerebrado para irse corriendo sin siquiera conocer el lugar.

 

 

 ¿Qué planearía hacer?... ¿Escapar? Vaya, eso si que era impensado, la vigilancia del lugar le haría imposible aquello, más si no estaba armado, moriría antes de cruzar las puertas de salida, y si lo lograba por algún misterioso milagro, lo seguirán sin ninguna duda, lo capturarían y su futuro seria mil veces peor de lo que parecía en aquellos momentos. Tenia que encontrarlo antes que hiciera alguna locura o alguno de los sabandijas que frecuentaban el lugar lo tomara como objeto sexual.

 

Lo había buscando en casi la mitad de los lugares de la gran mansión, pero nada, ni siquiera rastro pelirrojo. Realmente llego a preguntarse porque tanta preocupación por un chico que además de frustrar uno de sus importantes crímenes, había herido a sus dos subordinados y le había dado fuertes dolores de cabeza escapando de la policía, por más que lo pensaba no le encontraba una explicación muy coherente. Simplemente sentía que no había nadie más en su aborrecida vida que había desatado esos deseos de protección como lo había hecho el pelirrojo.

 

No tenia a nadie y estaba solo, lo único que deseaba realmente era una persona a quien proteger, que estuviera al lado de él, y le reavivara los deseos de vivir. Una pequeña alternativa de vida entre el caos en que le rodeaba: eso parecía ser el pelirrojo.

 

 

El mundo ardía, nadie podría salvarme excepto tu.

Es extraño lo que el deseo hará hacer a la gente tonta.

Nunca soñé que necesitaría a alguien como tu.

Y nunca soñé que necesitaría de alguien como tu.

 

"¿Pero en que estoy pensando", se cuestiono, ya cansado de correr buscando al chico. Seguramente llegaría a él solo, llorando y arrepentido de su desobediencia, se tendría que tragar su orgullo y terquedad ante él. No tendría que sobrevalorarlo mucho, de todas maneras recién lo estaba conociendo, no era nada más que uno del resto.

 

No, yo no me quiero enamorar

Este mundo siempre va a frenar tu corazón

No, yo no me quiero enamorar

Este mundo siempre va a frenar tu corazón

... De ti

 

 

-Eyy...¿Qué haces por aquí Fuji?- pregunto Gakuto, el cual estaba sentado en un sillón muy cómodamente y aun así estaba con humor de perros. Se cuestionaba mentalmente por qué siempre el maldito que le gustaba tenia que tratar ponerle los cuernos con el primer fulano o fulana con cara bonita  que se le parase en frete. Realmente Oshitari era un pervertido como pocos o un maniático sexual, pero había oído hablar amor era ciego -y bien ciego tenia que ser-, porque parecía que se enamorado locamente del peliazul.

 

-Estaba buscando a un chico. Es pelirrojo de ojos azules. ¿Lo has visto?- pregunto el castaño. Gakuto también era un asesino a sueldo como él pero con menos practica, por lo cual ya se conocían y se tenían algo de confianza.

 

-Pues aquí estoy...y a tus servicios. ¿Te puedo ayudar en algo, guapo?- coqueteo de broma el pelirrojo.

 

-Ahh...sabes que no estoy para bromas hoy día- dijo con esa sonrisa tan sádica que tenia, la cual llegaba a espantar hasta al hombre más fornido.

 

-Esta bien, esta bien. Pues si, creo que al muchacho al que te refieres lo he visto. Un pelirrojo con ojos azules y linda cara...pero definitivamente no se compara a mí...soy mil veces mejor, por eso Yuushi me prefiere- dijo con amor propio el pelirrojo.

 

-Si lo has visto hazme el favor de no fanfarronear tanto y decirme donde rayos se ha metido- Fuji parecía enojado, y eso era peligroso, por eso Gakuto ir directo al grano.

 

-Je...Creo que tu chico se a metido en graves problemas. Ahora esta en el despacho de Kunimitsu junto a Oshitari. El jefe parecía estar muy enojado, pobre de tu chico...creo que me da algo de lastima. Nada bueno le espera- soltó sin mayores preocupaciones el ojiazul.

 

Cuando le hecho una mirada rápida mirada al rostro del castaño, este parecía extrañamente desencajado y, sin mediar palabra salio corriendo dirección a la oficina de Kunimitsu.

 

Ciertamente quedo con la duda flotando en la cabeza... ¿Qué tan importante era ese chico para Fuji? En fin, el también desearía que el tonto de Yuushi también se preocupara de él de esta manera.

 

 

  • - --**---**---

 

Llegando a uno de los últimos pisos se encontró de frente con la gran puerta del despacho del máximo exponentes de la mafia, su jefe, su amo, y aunque sonara realmente asqueroso, su dueño: Tezuka Kunimitsu.

 

 

Estoy parado en un puente,

 

esperando en la oscuridad.

 

Pensé que ya deberías estar aquí

 

 

 

Dio ligeros golpe a la puerta, esperando unos segundos que le parecieron eternos.

 

-Soy Fuji Syuusuke- pronuncio y al fin la puerta fue abierta por uno de los escoltas de Kunimitsu.

 

Entro a la habitación, no parecía haber mucho alboroto, más bien se podía respirar un ambiente realmente tenso...llegaban a dar escalofríos.

 

Tezuka Kunimitsu se encontraba sentado cómodamente en su gran escritorio, manteniendo apoyada su cabeza en sus dos manos entrelazabas, como generalmente lo hacia. A su lado se encontraba Oshitari Yuushi, considerado todo un master en lo que el narcotráfico significaba y, por supuesto, dos mastodontes quienes eran los escoltas, o mejor dicho, unos de los fieles y peligrosos perros que se encargan de proteger la integridad física de alguien tan importante como era Tezuka.

 

Para su desgracia, el único personaje que faltaba en ese cuadro era el pelirrojo. ¿Dónde estaba? ¿Por qué no estaba allí?

 

De pronto, leves sonidos de sollozos llegaron a sus oídos. Miro a todos lados intentando descifrar por cuanta propia de donde venían, hasta que sus ojos se toparon con la menuda silueta del chico en un rincón, llorando. Su mente se bloqueo en un momento, mientras veía al chico tirado en el suelo en un estado realmente deplorable, brutalmente golpeado, tenia visibles marcas en las áreas donde la ropa rasgada dejaba ver.

 

El chico le devolvió la miraba con sus ojos azules llorosos.

 

 

Oh, veo tus cicatrices, yo sé de dónde provienen.

Sensualmente esculpidas, y sangran hasta que mueres y desapareces.

Las he visto todas antes, preciosa y espléndida alma.

Es cuando el cielo se torna en negro y el infierno en blanco,

lo correcto en lo erróneo y lo erróneo en lo correcto.

 

 

-Dios...que le han hecho...- parte de su alma parecía desgarrarse al ver al pobre chico y no podía sentir algo de culpa por lo ocurrido...si no lo hubiese encontrado antes...si tan solo no lo hubiese dejado ir en ese momento. -¡¿Qué demonios le han hecho, animales?!-

 

 

Sintiendo cómo tu corazón se convierte en piedra,

sintiendo penetrar tu alma valerosa.

Más allá que ahora - redención.

Nadie va a cogerte cuando caigas.

 

-Por favor Fuji, cálmate- le recomendó su colega Oshitari.

 

-Esta bien, Oshitari. Fuji lo tiene que aceptar, no quería llegar a ese extremo pero el chico se había puesto violento y se quería escapar. Sabes que odio que me desobedezcan...tuve que mandar a mis perros a que lo calmaran- hablo Tezuka, con su tono autoritario y figura impenetrable.

 

-No...no...- dijo casi en un murmullo, pareciera que había salido fuera de si -¡!Nooooooo!!- grito fuertemente y enseguida uno de los guardaespaldas de Tezuka fueron a el, tomándolo y sujetándole los brazos detrás de los brazos -¡¿Qué clase de juego es esto?! ¡¡El chico no les ha hecho nada!! ¡¿En que diablos estaban pen....-

 

Los reclamos y griteríos del castaño fueron súbitamente silenciados por la firme mano de Kunimitsu. Tezuka se habia parado de su puesto para acercarse al castaño y propinarle una fuerte cachetada en la tersa piel de su rostro, oyéndose únicamente el sonido del impacto en toda la habitación.         

 

 

Oh, te veo arrastrar, apenas puedes andar.

Con los brazos extendidos sigues mendigando por más.

He estado allí antes llamando a la misma puerta.

Es cuando el odio se convierte en amor y el amor en odio,

la fe en duda y las dudas en fe.

 

-Bien, eso lo hice para que te calmaras- dijo con total frialdad el castaño de lentes. -Me vas a escuchar atentamente. ¿Sabes quien es ese muchacho?- inquirió autoritariamente.

 

-No...no lo sé- respondió en un murmullo, con el rostro aun de costado por el golpe propinado.

 

-Pues para que te vayas enterando. …l es Eiji Kikumaru, un policía que ha fregado con varios de nuestros negocios....

 

Eiji aun en su estado, escuchaba las palabras pronunciadas de Kunimitsu con total pavor. Fuji se enteraría de quien era...y le odiaría.

 

"No sigas. Por favor, no sigas..."- rogaba el chico mientras lloraba.

 

-¿Y sabes?- prosiguió -…ste mismo policía es quien actualmente esta tratando de darte captura, desde el primer momento...todo lo que ha querido es que caigas en sus redes para entregarte a la policía...A ti, mi perro...¿Cómo se siente ser traicionado por el que con tanto ahínco defiendes?-

 

-Mal...- contesto escuetamente bajando la mirada.

 

"Perdóname, Eiji"

 

No, yo no me quiero enamorar

Este mundo siempre va a frenar tu corazón

No, yo no me quiero enamorar

Este mundo siempre va a frenar tu corazón

... De ti

Nadie ama a nadie

 

-¿Vas a defenderlo después de esto?- pregunto nuevamente Tezuka, esperando a que su "perro" le fuera fiel aun en aquellas circunstancias.

 

-No....No lo haré- respondió firmemente, para satisfacción de Tezuka.

 

…l sentimiento que habia despertado en Eiji en esos momentos era peor que cualquier otro que pudiese sentir...peor que la amargura...peor que la tristeza. Su corazón era prácticamente roto en miles de fragmentos. Miles de punzantes púas que atravesaban su alma de una forma cruel.

 

Ni siquiera sabia porqué la respuesta del castaño le provocaba tanto dolor.

 

Quizá habia cometido un grave error....tal vez habia involucrado sentimientos donde no debía. Pero, afortunadamente, ya era demasiado tarde para nada resultase. No tendría que sufrir por el dolor que provoca un amor no correspondido, solo le quedaba lamentarse por el amor que nunca resulto y llorar por el su propio y cruel destino que le esperaba.

 

 

Nadie ama a nadie

 

 

-Eso es lo mejor que podrías haber dicho, Fuji. Eres obediente y tendrás tu recompensa- 

 

Un perro... ¿Habia más calificativo para mejor él que ese?

 

 

No hay nada salvo la lluvia

No hay huellas en el suelo

Escucho pero no hay ningún sonido

Porque nada está saliendo bien

y todo es un caos.

A nadie le gusta estar solo

 

 

-Bien, supongo que estarás listo para tu próximo encargo, Fuji- dijo mientras que con una señal mandaba a sus dos guardaespaldas a sacar el cuerpo del pelirrojo que lo único que hacia era deshacerse en lágrimas.

 

-Claro- comento, esbozando su típica y sádica sonrisa.

 

Oshitari lo miro con cierta reprobación, pero nada podía hacer. Era algo totalmente de esperarse de un ser despiadado y sin corazón como lo era Fuji Syuusuke.

 

                                    

 

 

 

 

****______****

 

 

 

 

 

 

No era nada nuevo para él. Enterró la katana que llevaba consigo en el pecho de aquel robusto hombre que hacia de guardia a aquel lugar, como siempre no habia ningún sentimiento de por medio, ni siquiera el mínimo remordimiento por haber matado a diez personas a sangre fría hace unos instantes. Tampoco habia porqué lamentarse, todos esos sujetos estaban llenos de pecados encima, hasta podría considerarse que, en esos momentos, Fuji estaba ejerciendo justicia matando a todas esas escorias que la tierra habia escupido.

 

Se encontraba en el área subterránea de la gran mansión. Un lugar lleno de calabozos donde se encerraban a aquellos quienes se podían dar el nombre de "Judas", todos aquellos que habían traicionado la lealtad del Jefe...habían traicionado a Kunimitsu Tezuka, y éste dado a su dictadora y cruel forma de pensar, los encerraba en aquel espeluznante lugar por días, meses, hasta que sus cuerpos desnutridos no soportaran más y muriesen horriblemente

 

No sabía como iba a explicarle lo acontecido a Eiji, ni tampoco sabía si este llegaría a perdonarlo algún día. Todo fue parte del plan que su mente habia elaborado dentro de la desesperación de aquellos pasados momentos...necesitaba que Tezuka se confiara y después atacar, pero para conseguir eso habia pasado por la dolorosa necesidad de decir todas aquellas cosas crueles delante del pelirrojo quien parecía haberse destrozado. Lo único que quería era salvarlo...salvarlo y tenerlo devuelta consigo....no le importaba que sucediera después. 

 

 

Qué juego tan perverso por jugar

Para hacerme sentir de esta manera

Qué cosa tan perversa por hacer

Para dejarme soñar contigo

Qué cosa tan perversa que decir

Que nunca te sentiste de esta manera

Qué cosa tan perversa que haces

Para hacerme soñar contigo

 

 

Camino por en medio de aquellas frías y oscuras celdas, miles de lamentos de gente casi muerta se acumulaban a través del angosto pasillo en cual atravesaba tratando de encontrarlo. Ningún resquicio de vida parecía caber en ese sucio antro de oscuridad y desamparo, hasta que lo encontró....lo encontró.

 

 

No sé quien eres,

pero yo... estoy contigo.

Estoy contigo

Hecho de amor

Hecho de pecado

Estoy aquí, respirando

Soy un puto milagro

 

 

Esas brillantes pupilas azules, destellantes por las lágrimas, eran exactamente como un pedazo de vida en medio de toda esa muerte.

 

Era él...estaba seguro.

 

Ahora me quiero enamorar

Este mundo siempre va a frenar tu corazón

Ahora quiero sentir lujuria

Este mundo siempre va a frenar tu corazón

... De ti

 

 

Introdujo la llave maestra que le habia dado Tezuka para realizar sus "encargos" con éxito, con esta podía abrir prácticamente cualquier cerradura por compleja que fuera; Kunimitsu no tenia idea de lo útil que le era en aquellos desesperantes momentos.

 

La cerradura cedió y la reja se abrió con un fuerte y sonoro chirrido debido a lo vieja y oxidada que estaba.

 

Dentro de esta horrible prisión estaba él. Arrinconado contra una muralla, quieto y tan callado que parecía que se habia cansado de llorar y de lamentarse. Derrotado, de seguramente, ante la idea que moriría en aquel lugar sin obtener salvación alguna.

 

Se acerco a aquella silueta del chico, sintiendo una fuerte opresión el pecho. Al verlo fijamente aun podía notar las heridas en su cuerpo, lo débil que estaba y su mirada perdida en la nada, posiblemente ni siquiera se habia dado cuenta que estaba parado frente a él.

 

-¿Eiji, estas bien? ¿Me escuchas?...Estoy aquí- dijo con voz suave, arrodillándose en el suelo y palpando su suave rostro herido con una de sus manos, como si quiera sanar aquellas cicatrices con el ligero toque de sus yemas.

 

-Pensé que eras un sueño- comento el pelirrojo en un murmullo, pasando sus débiles brazos por alrededor de la cintura del otro, abrazándolo suavemente con el acto. 

 

-Estoy aquí, soy de verdad. He venido a sacarte de este lugar- dijo Fuji esbozando una sonrisa...una diferente a todas las demás, una realmente verdadera y que le habia salido del alma. Estaba feliz, estaba tan feliz de estar así con Eiji...algunas lagrimas de verdadera felicidad comenzaron a resbalarle por el rostro.

 

-¿Ahh, si?...Pues te sientes como un sueño- dijo el pelirrojo, acurrucando un poco más la cabeza en su pecho.

 

-Tú también me haces sentir así...como en un sueño...y no quiero despertar- susurro confidencialmente en el oído del otro. Eiji río por lo bajo, le habia producido cosquillas.

 

Aquello realmente era felicidad. No quería que aquel momento terminara. No le importaba que pudiera pasar con las demás cosas...todos sus caminos estaban perdidos y no habia escapatoria de aquella horrorosa vida. Era mejor abrazar a aquel repentino destello de vida que se habia encontrado y esperar que se acabara el mundo, abrazados tal y cual estaban.

 

Simplemente uno mira en sus ojos

uno mira y yo estoy llorando

por tu causa tan hermosa

simplemente un beso y yo estoy vivo

un beso y yo estoy listo para morir

por tu causa tan hermosa, si,

solamente un toque y yo estoy en el fuego

un toque y estoy llorando

solamente una sonrisa y me preparo para morir

por tu causa tan hermosa.

 

 

Fin

Notas finales:  

 

Si llegaron hasta aquí es porque me quieren, realmente se pasaron y les doy las gracias TwT.

 

Bueno, ya habia dicho que no era una historia larga,  pueden considerar aquello como el final o crear un final alternativo que se los dejo a la imaginación de quien este leyéndome en estos momentos -muajajajaja- xD.

 

Realmente, no es una gran historia y es algo rara pero es mi primer trabajo y con tener unos cuantos victos buenos quedo satisfecha ^^.

 

También puede criticar todo lo que quieran, que todo review es bien recibido.  

 

¬¬ También pueden insultarme por dejar a Tezuka como el malo maloso de la historia...pero tenía que ser alguien ¿no? xD.

 

Jee...bueno, creo que seguiré trayendo historias por estos lares n.n

 

Aunque realmente creo es la ultima vez que escribo algo asi -.-U Matta ne 


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