Clavas tus ojos en mi mirada
Hiriendo mi alma con su fuego
Exquisito y divino;
Lejos de ti, no soy el mismo;
Ojala sintieras lo que siento...
Mereces lo que nunca tuviste
porque el amor es como tú:
alegre y triste
al mismo tiempo;
una lágrima que sonríe
en su propia luz.
Un chico muy guapo caminaba cansado de correr, las lagrimas aun caian por su rostro por las calles de Tokio que en ese momento estaban desacupadas por el fuerte aguacero que caia, sin percatarse de que desde hace unas cuadras lo venían siguiendo un hombre de cabellos rubios, el cual sonreía de una forma maliciosa, de pronto Ikki sintió, que era tomado por la cintura y una mano se posaba sobre su boca y nariz y antes de desmayarse, vio unos ojos casi dorados quien sonreía, mientras le decía a las personas curiosas, que estaba bien que solo fue un desmayo, ante lo dicho siguieron su camino, mientras tanto el rubio colocaba a al dormido chico en el puesto de copiloto y le colocaba el cinturón de seguridad y el auto se deslizo por la carretera con un bello chico dormido.
El hombre de cabellos rubios recordaba como lo había conocido, ese espíritu indomable, en esa batalla, donde ese chico peleo con todo y contra todos, y más de uno prefirió correr a tener que pelear contra él, y más de un compañero suyo había sufrido ante ese poder que aumentaba cada vez, se sentía en todo el lugar, siempre protegiendo siempre cuidando, y a él quien lo protegía.
Y juro que si tenía otra oportunidad la tomaría a cualquier costo y ahora se hacía realidad allí en sus brazos le llevaba, entro a su recamara principal de aquella fortaleza, donde el poder del chico disminuía a cada minuto hasta dejarlo indefenso, sin su cosmos, pero algo estaba seguro ese chico le iba a dar guerra apenas despertara, con o sin su cosmos, él era un luchador y si le iba a dar guerra, se mentalizaba y rezaba, eso si antes había sacado todo lo que pudiera utilizar, como candelabros, lámparas, libros y otras cosas, le miro allí dormido en esa gran cama, se saboreo cada parte de piel del chico le atraía profundamente y endemoniadamente lo quería hacer suyo pero debía esperar, al momento de cambiarlo de ropas, olía con calma aquellos cabellos que ahora lucían hasta llegar por debajo de sus hombros y más de un beso robo de esos cálidos labios que invitaban al pecado. Y el sí que quería ser pecador y más de esos dulces labios, porque sabía que quizás le romperían más de una vez la cara antes de volverlos a besar y sonrió ante aquello, seria delicioso poder domar semejante fiera, miro como empezaba a despertar y sonrió a lo que vio ya que el joven se llevo una de sus manos a su rostro para despejar su vista y cuando enfoco su mirada creyó que tenía una pesadilla cerró los ojos para solo volverlos abrir y para solo decir………
Todo debía estar en su lugar al despertar aquel chico, nadie había en esa gran mansión, además de que estaban a metros, que metros kilómetros de Japón
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español