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UN PAPÁ PARA SEVERUS por ANTARES

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Notas del capitulo:

Y por fin llega. El epílogo. Espero haber complacido a todas/os y que la pareja de Sam…y el misterio de porque Severus esperó para reencarnarse… queden claros al fin.

 

Como siempre Harry Potter y sus personajes son propiedad de JK Rowling.


EPILOGO

 

El baile de graduación estaba en su apogeo y una hermosa muchacha de 18 años conversaba nerviosa con un joven de 13. A lo lejos un rubio contemplaba a la pareja cabizbajo.

-No puedo creerlo. ¡Es imposible! ¡¿Cómo pasó?!

-Cosas. Yo tampoco me lo explico… - el cinismo en su cara era increíble.

-¡Pero me diste la poción! – y la ingenuidad en la suya también.

-Sip. Pero falló.

-¿Y ahora? ¿Qué les digo a mis padres? ¿Cómo miro a tu madre a la cara? ¡Por Merlín, tan solo tienes 13 años! ¡Van a mandarme a Askabán!

-Ni lo pienses. Fue mi culpa y yo me haré responsable.

-¿A los 13?

-Cumpliré 14 en unas semanas…

-¿Estas de broma?

-No pensaste que era una broma hace un mes cuando…

La muchacha cubrió sus labios con las manos.

-¡No lo digas! ¡No lo digas! – chilló nerviosa.

-No decirlo no va a eliminar el problema. Estas embarazada. Y se que es mío porque no has estado con nadie más – el chiquillo se sentía el dueño del mundo.

-íbamos a salir del colegio. Yo solo quería dejarte un buen recuerdo…

-No me amas ¿es eso? ¿Te entregaste a mi solo por lástima?

-Severus no…

-Lily, vas a tener un hijo mío. ¿Quieres tenerlo? Porque estoy dispuesto a asumir las consecuencias de mis actos y a hacerme responsable.

-A los 13…

-Soy el primero de mi clase. Tengo un brillante futuro, una beca esperándome en Alemania y la fortuna que Lucius me legó en vida… ¡No te faltará nada!

-Pero…

-Creceré. Cuando tenga 20 y tú 25 la diferencia de edad ni se notará.

-¡Se nota ahora!

-No de noche. No cuando estamos solos en la cama.

-Es que ni se como pasó. Como sigue pasando… - y Lily se estrujaba las manos no queriendo dudar, pensar mal.

-¿Me quieres?

-No se. Jamás he andado con nadie… entre tú, mis hermanos y mis primos… nunca he podido.

-¿Me reprochas que siempre te haya cuidado? ¿Qué te haya protegido de tanto sinvergüenza que solo buscaba un buen polvo?

-No…no es eso… es solo que…olvídalo. Ya no importa.

-Te amo Lily. Seré un buen esposo. Seré un buen padre. Creceré… Solo debes darme una oportunidad.

-Te la daré Severus. Porque te quiero. Porque me traes loca. Pero mi padre y tu madre van a matarme. Sin hablar de McGonagall.

-De esa vieja bruja me encargo yo…Y de tu padre y mi madre también. Ahora, mi lady, ¿me harías el honor de bailar conmigo?

Lily sonrió al niño, no tan niño si tenía en cuenta lo de hace un mes y sus consecuencias, y salió a bailar.

Severus, pese a ser alto, aún era media cabeza más bajo que ella. La llevó al medio de la pista sonriendo con altivez. Era su fiesta de graduación y había logrado lo impensable… atar a Lily a su lado y evitar la separación que se avecinaba con la salida de Hogwarts.

¿Se avergonzaba de los métodos empleados? Por supuesto que no. Después de todo él era un Slytherin y Lily una Gryffindor de corazón ¡jamás sospecharía! Una fiesta para celebrar el Campeonato de Quidditch  estratégicamente planeada (con envenenamiento al buscador de los leones y todo), un filtro para exacerbar la lujuria… y una poción de fertilidad en lugar de una anticonceptiva.

Alex era consciente de su amor hacia la pelirroja y de que 5 años eran muchos cuando se tenían 13 y 18. En el colegio habían sido inseparables, pero sabía que su relación no sobreviviría a la universidad, más aún cuando él marchaba a Berlín a estudiar la Carrera de Pociones (¡Pff! como si la necesitara) y ella se quedaba en Londres estudiando medimagia.

Ahora, con un bebe en camino, las cosas iban a cambiar. Primero, Harry Potter iba a bailar en un pie por entregarle a su pequeña. Vivía soñando con eso desde que le habló, hace medio año, para decirle que recordaba los sentimientos de ese otro hombre que fue, por una pelirroja igual a su Lily… y que esta vez quería hacer las cosas bien. Que quería hacerla su esposa y quería que él le de su bendición para más adelante, cuando creciese y pudiese al fin ser feliz…

En suma. Cuando terminó de hablarle Harry Potter estaba llorando. Lo abrazó emocionado y le dijo “hijo”. Y luego le contó a Draco, quien no solo lo apoyo al 100 por ciento  sino que incluso se atrevió a hablarle de sexo. Cuando Lucius se enteró fue más allá, y con el beneplácito de todos le legó una decima parte de la fortuna familiar en vida… para que tenga el suficiente dinero para “empezar”, como él mismo dijo al entregarle el sobre.

Después de todo los tres habían sido para Alex el padre que no tuvo. Creció feliz, protegido y mimado. Demasiado mimado.

Claro que de todo esto Lily no estaba enterada. Sino quizá hubiese sospechado que su misteriosa borrachera, que culminó con ella desnuda en los brazos de su “amigo” del alma, no había sido tal. Y entonces si que odiaría al ojinegro por tenderle una celada.

Pero como lo que no sabes no puede dañarte,  Alex o “Severus” (como a ella le gustaba llamarle) sonreía mientras llevaba a su pelirroja por el talle.

A lo lejos Samantha le comentaba a Minerva lo apegado que estaba su Alexandros a “esa mujer”, y lo conveniente que sería que dejaran de verse ahora que marchaba a Alemania a estudiar.

-No es que no la quiera. Pero mi Alex es todavía un niño y tanta obsesión no me gusta. Desearía  que conociera otras chicas de su edad… que viviera un poco más. Ella es muy mayor para él, y ya debe querer otras cosas… tú me entiendes.

La directora de Hogwarts volteo los ojos con enfado. Si que era inocente SU mujer. “Niño”, semejante víbora de cascabel. Y si el nerviosismo de Lily le servía de indicador juraría que Severus Snape alias Alexandros Teodorakis ya había hecho esas “otras cosas” lo suficiente como para atar a la pobre niña a su vera para siempre (o hasta que se aburra de ella… lo que llegue primero).

Observó como Alex hablaba al oído de Lily y luego la sacaba del salón a rastras, mientras que la joven movía nerviosa la cabeza mirando a todos lados. Trató de ver si Harry, alias wey inocentón, estaba vigilando a sui hija para librarla de una serpiente rastrera, pero descubrió con asombro que el salvador del mundo mágico tenía su propia serpiente rastrera de la cual librarse.

Aprovechando que Zabinni se acercaba a buscar a Sam se alejó rumbo a un rubio y un moreno demasiados pasados de copas.

-¡Señores por favor! ¡Esto es un colegio! Si quieres hacerse arrumacos vayan a un hotel…

-Lo siento Minerva – Harry enrojeció hasta la raíz del cabello mientras Draco sonreía triunfal y anunciaba:

-¡Vamos a casarnos!

-¡Oh!  - exclamo sarcástica la bruja -  No sabía señor Malfoy que ya se había divorciado.

Draco se rascó la cabeza pensativo. Se había olvidado de Astoria.

-Bueno. No todavía…

-¡Ah! Pero ya habrá hablado con su esposa, supongo. Ella estará de acuerdo…

-Bueno…  – y Draco volteó a mirar a Harry,  quien lo veía como esperando una confirmación de que su pedida de matrimonio iba en serio – Harry… ¿Has pensado en volverte musulmán?

Minerva suspiró. Tanta estupidez la mareaba.

-En lugar de pensar idioteces porque no están vigilando a los alumnos como acordamos. ¡Son los chaperones por Merlín! Harry ¿te has dado cuenta de que Alex acaba de arrastrar a tu hija fuera de la fiesta con quien sabe que aviesas intenciones?

Draco y Harry soltaron la carcajada.

-Vamos Minerva. Es Alex. Ese niño es tan dulce… ¿que podría estar queriendo hacerle a mi pequeña?

-Quizás quiera besarla. Más que eso… – exclamó Draco.

-Yo creo que ni a eso se atreve. Es tan tímido y respetuoso. Se ven tan tiernos – confirmó el Salvador – No sabes como agradezco a todos los magos blancos que mi hija ande con Alex y no con cualquier depravado y hormonal muchacho….

Minerva pensó que si pudiera los patearía a ambos. Los dejó en su mundo anencefálico (1) y salió del salón rumbo a las mazmorras. Tenía una idea de adonde ir.

Lily estaba semidesnuda con un Alex bastante caliente encima cuando la directora abrió la puerta del aula de pociones.

-¡¡¡Señorita Potter!!! ¡¡¡Señor Teodorakis!!! ¡¡¡Hagan el favor de vestirse AHORA!!! – terminó en un grito la mujer, mientras la muchacha rojo bermellón se cubría con lo que bien podía.

-Directora…no es…

-Lily - Alex intervino - vístete y espérame en el baile. Yo arreglaré las cosas con Minerva.

Con los ojos llenos de lágrimas, ella terminó de arreglarse y salió  corriendo.

Alex encaró a Minerva y ambos se enfrascaron en un duelo de voluntades.

-Se lo que hiciste Severus. Y francamente te creía más decente.

-No te entiendo.

-La embarazaste.

-Digamos que ambos nos descuidamos.

-Hasta hace un mes ella decía que eras su “hermano.” ¿Qué le diste? ¿Un filtro de amor?

-Se notaría Minerva. Quiero que ella me ame por ella misma. Digamos que solo le desperté ciertos sentidos y le hice ver lo bien dotado que ando…

-Sinvergüenza.

-Solo un hombre enamorado.

-Tú, maldito renacuajo, no eres un hombre.

-Llevo el alma de uno. El más grande. El mejor.

-Serpiente rastrera.

-Vamos mami. ¿Qué diría mi mamá si supiera que su compañera maltrata a su pequeño? Una queja mía y tú familia feliz se destruiría.

-¡¿Me estas amenazando?!

-Tómalo como quieras.

-No te creí capaz de lastimar a Samantha. De utilizarla para tus fines maquiavélicos.

-¿Amas mucho a mi madre Minerva?

Por toda contestación  a la bruja se le llenaron los ojos de lágrimas.

-Sabes que siempre estuve sola, consagrada a Albus, a la Orden y a Hogwarts. Que jamás hubo nadie hasta que ella…

-Y ella siempre vivió igual hasta que… te conoció. También te ama mucho.

-Tu madre es buena, inocente… mira a través de tus ojos. Moriría de pena si supiese que perfilas para  nuevo Lord Oscuro.

-¿Tan malo me crees Minerva?

-Drogaste a esa inocente para preñarla. ¡¡¡Solo para retenerla a tu lado!!!

-La amo. Con la misma fuerza e intensidad que tú amas a mi madre. Ya la perdí una vez a manos de un patán… ¡No la perderé de nuevo!

-No la amas Severus. Ni antes ni ahora. Fue solo un capricho que se tornó en obsesión porque no lo conseguiste. Entre Lucius y Lily creo que amaste más a Lucius.

-Ese es problema mío. Si le dices…

-No lo haré. Por Sam. Y por ti también. Pero Severus, lo que has hecho…debes hacerte responsable. Y si más adelante te das cuenta de que no era ella… ni modo. No permitiré que la lastimes.

-No lo haré. Y si, se que es ella.

-Te estaré vigilando Severus. Ahora somos familia y no permitiré que hagas sufrir a tu madre. Conmigo andarás derechito…

-Sera un honor tratar de burlarte mami.

Y cuando el chico ya iba de salida la mujer lo detuvo estirando el brazo a la altura de su pecho.

-Espera. Una cosa más. ¿Le has dado alguna poción de amor a Harry y a Draco? ¿Es ese otro de tus trucos para que…?

-¡Nooo! No he hecho nada con esos dos. ¿Me estas diciendo que ellos…?

-¡Olvídalo! Creo que el pobre Harry terminará con un velo.

-¿?

-Yo me entiendo. Ve con tu… mujer. Se lo diré a Sam esta noche. ¡Pero tú te encargarás de Harry!

-Gracias mami.

Y parándose de puntas se colgó del cuello de la bruja y le dio un breve beso en la mejilla.

-Quita sinvergüenza. A ver si no terminas metiéndome en tu cama a mi también…

-De eso nada. Ese es trabajo de Sam.

Y con una sonrisa alegre Alex marchó por los desiertos pasillos en busca de Lily. Debía de estar muerta de la pena.

De pronto, un brazo lo jaló a un aula vacía.

-Lord Malfoy -  Alex arqueó una ceja.

-Severus…

-Alex. Prefiero que me llames Alex. Al menos por ahora.

-Quería saber… ¿Te sirvió lo que te di?

-El filtro lujuris animus excelente. La poción de fertilidad efectiva. El hechizo para aumentar la potencia sexual y… –bajo sus ojos a su entrepierna - … mi tamaño… digamos que aún le cuesta sentarse.

-Me alegro de haberte ayudado.

-¿Sin ningún interés?

-Ninguno más que verte feliz.

-Yo la amo.

-Lo se.

-Pero se que por ti sentí algo… muy grande.

-También lo sé.

-No estoy listo. Quiero decir, para explorar el sexo gay.

-Sería estúpido si pretendiese tener sexo de cualquier tipo con un niño de 13 años.

-Cumplo catorce en unas semanas.

-Sigues siendo un niño.

Severus se picó y se le acercó insinuante.

-Ya no soy un niño Lucius. Y si bien no estoy dispuesto a explorar, o más bien dicho, a dejar que me exploren… siempre puedo retribuirle el favor a un amigo.

-¿Ah?

-Si quieres voltearte….

Una hora después Alex volvía a bailar con una aliviada Lily, que ya más en la idea murmuraba nombres y hacía planes sobre pisos y cursos de medimagia en Alemania.

Severus la escuchaba mientras miraba a Harry y Draco hacerse arrumacos complacido, eran la pareja perfecta, y presenciaba como todo un Lord inglés temía sentarse en las cómodas butacas del salón que su madrastra (léase Minerva) le ofrecía. “Para que me vuelvas a decir niño, cabrón” pensó con deleite.

Y sonreía. Reía dando vueltas a su chiquilla, su mujer y próximamente la madre de su hijo (el truco más viejo del mundo para retener a alguien, el más cliché, el más manoseado… y aún había memas que caían). Reía mientras daba vueltas y veía a su madre sonreír a una maldita metiche que la miraba con ojos arrobados, con la ternura que da un amor encontrado en la vejez, cuando ya no se espera nada salvo la muerte.

Le costó mucho entender porque entre tanto buen partido, que vamos, entre tanto macho bien dotado, su madre tuvo que elegir a una vieja hechicera que no podía ofrecerle nada… nada más que su devoción y su amor incondicional. Y después de todo, eso era lo que ella y él mismo buscaron toda su vida (en esta y en la anterior).

Eileen Prince. No era de extrañar que no quisiera saber nada de hombres.

Y giró y giró al compás del vals perdiéndose en esos ojos  y en ese pelo rojo que lo embrujaban, riendo porque ningún héroe del Quidditch ni ningún puto Lord oscuro, ninguna serpiente colmilluda ni ninguna escritora resentida, habían podido con él: ex mortífago, espía, héroe trágico y amante incomprendido. Porque ni la muerte pudo eliminarlo.

Porque él era Severus Snape, Príncipe Mestizo de la Casa Slytherin,  que eternamente retornaría aún de los putos infiernos a reclamar lo que es suyo… una, otra, otra y otra vez.

“Severus Snape… -pensó – nuevo Lord del Mundo Mágico (aún no decidía si blanco, oscuro o algo veteadito). Tú y tu princesa vivirán para siempre”.

Lucius levantó su copa y brindó a su salud. Después de todo él siempre estuvo en las sombras, fiel sirviente de su señor. Sabía esperar. Y había aprendido a compartir.

 

FIN

 

 

(1)Anencefálico: Malformación que supone la ausencia total o parcial de cerebro.

 

 

 

Notas finales:

Y así esta historia, mi primer intento de humor negro, llegó a su fin. Este epílogo, pensado y planeado en un arrebato, vio la luz en medio de fiebres y una fuerte gripe. Una amiga del slash me dice que es la mejor manera de alucinar y crear verdaderas joyas. Yo no aspiro a tanto, solo espero no haberla regado y haber escrito un epílogo digno de tan loca trama. Agradezco a todas/os lo que siguieron el fic y a los que votaron por uno u otro “papá” (que al final no fue ninguno y fueron los tres). Muchos besos y hasta la próxima….ANTARES


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