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UN PAPÁ PARA SEVERUS por ANTARES

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CAPITULO VI EL CORTEJO DE HARRY

 

 

 

A los dos días de su “cita” con Lucius Malfoy, Sam y Severus vieron llegar a Hogwarts a Harry Potter.

 

Un indefinible sentimiento de ternura entremezclado con cierto grado de dolor e ira asomo al alma del pequeño Alekos. El había sentido algo por ese hombre, bueno, no por él…por el chiquillo que había sido él. En Slytherin uno de sus mejores amigos, sino el mejor, era Albus. Quien en un desprendimiento y una nobleza digna de un santo lo protegía contra todos, principalmente contra su hermano James y su pandilla. El pelirrojo no le perdonaba al “proyecto de murciélago” que haya sido el causante directo del divorcio de sus padres. Porque James, aunque sus ojos le dijeran que era solo un niño de 6 años, sabía que en el fondo ese crio era Severus Snape, “el maldito que le daba por el culo a tu padre” (palabras de Ginebra Potter, perdón, ahora Ginebra Weasley). Y es por eso que lo había hecho el blanco predilecto de todas sus bromas.

 

Pero aunque la vida se repite nunca es exactamente igual. Si James Potter abuelo y su banda de Merodeadores había contado con el silencio cómplice del profesorado en su época, James Potter nieto no lo hizo. McGonagall, corregida por lo que su condescendencia de antaño causo en la vida de Severus (una tragedia tras otra) ahora puso mano dura al primer intento de burla. Y James y su grupo tuvieron que afrontar castigo tras castigo, que culminaron en una soberana paliza que Sam le dio al revoltoso con una escoba, ayudada por Peeves  (que había volcado su antiguo odio a Pipi Potter en el primogénito de sus vástagos). Ni que decir de Albus y Scorpius, quienes por encargo de sus respectivos padres se convirtieron en los guardaespaldas del niño. Y Lily, por supuesto, quien en lugar de culpar a Alex culpaba a su padre de querer arruinar la vida del niño y su madre.

 

-¡Qué descaro James! ¡Qué abuso! Si tal parece que no has aprendido nada de los errores familiares. Querer culpar a un indefenso niño de las perversiones de nuestro padre.

 

Y el “inocente” Alekos gimoteaba abrazado a la cintura de una Lily muy cabreada que sostenía la varita frente a su hermano.

 

-Pero Lyl, él me hechizo. ¡Mira! Me llenó de pústulas.

 

Y Hugo (hijo de Ron y Hermione) y otro muchacho del grado de James corroboraban lo dicho con sendos movimientos de cabeza.

 

-Y era lo mínimo que te merecías. Tú y tu panda de maleantes. Mira que pintarle el cabello de rosa…

 

-Todos se burlarán de mí. No saldré… no saldré nunca de mi cuarto. Quiero irme… quiero irme a casa… - y el pelinegro lloraba.

 

-Snivellus – James pronunció el apodo con odio.

 

¡¡¡Plafff!!!

 

Harry llegó a tiempo para ver a su hija abofetear al mayor de sus hermanos.

 

-¡¡¡¿Qué pasa aquí?!!!

 

La voz de su padre paralizó a los niños.

 

-Padre…

 

-No se moleste señor Potter. Fue mi culpa. Su hija solo me defendía.

 

Harry miró choqueado al pequeño Severus. Si no hubiese muerto… quizá ese niño sería él de ambos.

 

-¿Y por qué mi hija tendría que defenderte Sev… Alekos?  – Harry se corrigió a último momento arrodillándose frente al pequeño con el cabello completamente rosa.

 

-James lo atacó. Por gusto – fue Lily la que contestó llena de rabia – Dos imbéciles  de 17 y otro de 15, contra un niño de 6. Deben sentirse orgullos James.

 

La furia de Harry descontroló su magia.  Miraba  el cabello rosa que llevaba  el niño, pero sobretodo miraba el morado que llevaba en el  ojo derecho.

 

-¿Como te hiciste eso en el rostro Alex?  - y la voz de Harry destilaba rabia - ¿Fue James? ¿Se atrevió a golpearte?

 

James palideció y trató de defenderse. El no había tocado al crio.

 

-Padre te juro… - pero salió estrellado contra la pared y quedo inmóvil pegado a ella.

 

-No hablo contigo James… ¿Alex?

 

Alex, o mejor dicho Sev, escondió la cabeza entre sus manos y corrió a abrazarse a la cintura de Lily, quien lo estrecho protectora.

 

-Y todo por tu desliz padre. Solo que este imbécil que tengo por hermano quiere cobrarse tus “afectos” en quien menos culpa tiene…

 

Varios alumnos habían parado al reparar en la escena y miraban alternativamente al criajo de Slytherin, a  James estrella del  Quidditch, y al gran Harry Potter, salvador del mundo mágico que parecía estar muy cabreado.

 

-¿Qué es esto James? ¿Yo te he criado así? ¿Te he enseñado a ser un maldito abusivo con quien no puede defenderse?

 

-Padre yo…

 

Y con un movimiento de su mano Harry atrajo a  su primogénito hacía si y transformó el regalo que llevaba en la mano en una silla. Procedió a sentarse poniendo a su adolescente hijo sobre sus rodillas…

 

-Padre no… - James enrojeció de la vergüenza. Estaban frente a todo el colegio.

 

-Nunca te he puesto un dedo encima hijo, pero siempre hay una primera vez. Si alguien les hubiese parado la mano a mi padrino y a mi padre. Si Remus no hubiese sido tan cobarde… Pero la vida enseña James. Y tú aprenderás….

 

La varita de Harry se transformó en una palmeta.

 

-…a no lastimar a quien es más débil que tú…

 

PLAFF

 

-… a que los sentimientos de los demás se respetan…

 

PLAFF

 

-… a no descargar tu furia en quien no lo merece…

 

PLAFF

 

Los amigos de James miraban la escena boquiabiertos y paralizados.

 

-… a que no es de “hombres” y si de “cobardes” juntarse tres contra uno…

 

PLAFFF

 

-… a no hacer bromas pesadas a quien no se mete contigo…

 

PLAFF

 

-¡¡¡HARRY!!!

 

Una muy asombrada Minerva McGonagall llegó acompañada de Samantha y Blaise quedándose anonadada con la escena

 

-Suelta a James inmediatamente. Es intolerable. Los castigos físicos no están permitidos. Para ninguno de mis alumnos.

 

Harry empujo a James que quedo sentado de culo en el suelo, comiéndose su rabia y su vergüenza. Tomó a Alekos de un brazo con toda la suavidad de la que fue capaz y encaró a la directora…

 

-¡Mira! ¡Mira lo que le hizo! A un niño de 6 años. O es que sigues tan ciega que por segunda vez vas a tapar los abusos contra Severus…

 

-¡¡¡Harry!!!

 

-Si tú y Albus no hubiesen permitido los maltratos de mi padre y los Merodeadores,  Sev no se hubiese refugiado en Malfoy ni en las Artes Oscuras…

 

-Harry…

 

-No toleraré que lo lastimen de nuevo. Ni siquiera por tratarse de mi propio hijo.

 

-Harry.

 

-Es un abuso…mira – y aventó a Alex a los brazos de la directora – Castígalos Minerva, de un modo ejemplar… para que nadie vuelva a atreverse.

 

-¡¡¡Potter!!! ¡¡¡Cállate!!! – la voz de la directora hizo temblar a los presentes. Harry la miró desafiante… los otros dos palomillas con miedo y James… James seguía mirando a Alekos con infinita rabia.

 

-Bien… Alekos -  Minerva levantó la cabeza del ojinegro  - ¿James te golpeó? ¿El te hizo eso en el ojo?

 

Alekos no respondió. Bajo los ojos y regresó a los brazos de Lily.

 

-Ni yo ni mis amigos lo golpeamos. ¡Lo juro! – James se defendió desde el suelo.

 

Minerva suspiró. Creía en James y sabía que Severus callaba porque no lo habían lastimado. Al menos no con un golpe. Pero antaño esa imparcialidad le valió ser acusada de favorecer a Gryffindor, antaño esa forma de evaluar las peleas entre los Gry y los Sly arrojaron a su colega derechito a los brazos de Voldemort… Así que le debía eso. Además, sería bueno que James y cía. probasen por una vez lo que era estar del lado de las minorías.

 

-Bien… entonces están castigados. No tendrán ni días libres ni salidas por lo que resta del mes y…

 

-No se atreva – esta vez fue Samantha la que habló – No se atreva a repetir la historia del tal Albus Dumbledore y a quitarles 50 puntos y las salidas del mes. Mi niño tiene 6 años. Pudieron matarlo. La integridad de mi hijo no vale 50 puntos y un mes encerrados.

 

-Totalmente de acuerdo - Harry se puso al lado de Sam…- O son castigados ejemplarmente o yo en persona llevare el caso ante la Junta de Gobernadores.

 

-Expúlselos. Usted lo dijo.

 

-No…falta solo un año para que terminen. Al menos estos dos – señalo a su hijo mayor y a su amigo - Y Hugo solo los sigue…

 

-Mismo Remus… -esta vez fue Scorp, que había llegado con Al, quien habló.

 

-Tengo un castigo mejor – y la voz de Blaise Zabinni  se impuso – expúlselos de la selección de Quidditch de sus casas, por siempre. Y que Gryffindor  pierda la posibilidad de competir por la Copa este año.

 

Minerva miró a su profesor atónita.

 

-Quizás si en el pasado los abusivos hubiésemos entendido que el actuar de uno perjudica a toda nuestra casa no hubiésemos caído en los excesos en que caímos…

 

-Es verdad – apoyó Harry; y Blaise le levantó una ceja como burlándose de que el rey de las pandillas lo apoyase – Cuando era estudiante me parecía que andar en grupo era un medio de defensa. Ahora sé que puede ser también un medio de ataque y de abuso…

 

-Tío yo…

 

-Cállate Hugo. Debería darte vergüenza. Tiene 6 años por Merlín… y a ti no te ha hecho nada.

 

-Nosotros no lo golpeamos.

 

-Claro. El morado en el ojo se lo hizo solito. Casi le abren la ceja – protestó Sam

 

-¡¡¡Basta!!! – Minerva volvía a hablar fastidiada. – No toleraré que NADIE – y recalcó la palabra – me diga que hacer.

 

-Disculpa Minerva – Harry la desafió con la mirada – Pero el Patronato de Padres del cual soy miembro si puede decirte que hacer. Y yo como padre puedo castigar a mi hijo de la forma que crea más conveniente. Y no doy mi permiso de que juegue en el equipo de Quidditch de su casa…

 

-Yo no estoy diciendo que vaya a jugar.

 

-Tiene un problema de pandillas desde que mi hijo era un niño, en esa otra vida de la que tanto hablan. ¿Cuando va a poner mano dura para solucionarlo?

 

Minerva suspiró y miró a Sam. No dejaba de tener algo de razón… Pero su intuición le decía… Bien, que más daba, podría equivocarse alguna vez a favor de las serpientes.

 

-James, Thomas y Hugo están castigados por lo que va del año. Que en caso de los dos primeros, por ser su último año, es hasta que se gradúen. No volverán a jugar Quidditch hasta el próximo curso, ni tendrán ninguna salida ni  permiso… y pasarán todas sus horas libres a las órdenes del señor Filch. Gryffindor participará en la Copa de Casas pero ninguno de los castigados podrá ganar puntos para tal fin, simplemente sus logros este año no eran calificados. He dicho.

 

Y  la directora miro a Alex abrazado a Lily.

 

-Señorita Potter, por favor, lleve al señor Teodorakis a la enfermería para que lo curen. Profesor Zabinni acompáñelos… Harry…

 

-No Minerva. Tu has terminado pero yo no. James. Queda suspendida cualquier mensualidad de mi parte y no saldrás del colegio en las vacaciones. Ni a mi casa, ni a la madriguera ni a donde Ginny…y no esperes que ella me desautorice porque hablaré con Molly y Arthur. Estoy seguro que harán valer mi autoridad. Lo mismo para ti Hugo… quizá Ron se muestre permisivo ante tu comportamiento pero dudo que Herm lo apruebe… se que confirmará mi castigo y añadirá el suyo propio… Respecto al joven Thomas, su padre trabaja como auror a mi mando. No será difícil conversar con él y convencerlo de que su hijo necesita disciplina.

 

Los otros jóvenes temblaron pero James le sostuvo la mirada con rabia. Minerva intervino.

 

-Bueno. Ya basta. Todos a clases o al comedor o a donde tengan que ir. Harry… ¿viniste por algo especial?

 

-Si Minerva. Vine a conversar con la señora… señorita Teodorakis.

 

-Llámeme Sam señor Potter. Después de lo que ha hecho por mi pequeño es lo menos que puedo hacer. Realmente es usted un hombre justo.

 

-Llámeme Harry Sam… No he hecho nada que S… Alex no mereciera.

 

Ambos se miraron. Se sonrieron. Se ruborizaron.  Y Blaise intervino para ayudarlos a salir del atolladero.

 

-Bien. Seguro ustedes tienen cosas que discutir. No se preocupen por Alex. Yo me encargo. Casa de Slytherin, a clases. Lily ve con tus compañeros. Yo me quedare con Alex y personalmente lo llevare a su aula una vez curado.

 

Alex y Lily lo miraron feo. No querían separarse. Finalmente fue la niña la que con un suspiro se desprendió del chico y se dirigió a su respectivo salón tras pedirle al profesor que por ningún motivo deje solo a su protegido. Una vez que todos se hubieron retirado el profesor Zabinni cruzó los brazos y miro a su pupilo de forma inescrutable.

 

-¿Y bien Severus? Creo recordar que ese moretón te lo hiciste hace como una hora. Tratando de montar una escoba demasiado grande para ti. Recuerdo que te mande a la enfermería a curarte.

 

- Yo jamás dije que me lo había hecho James. Iba a la enfermería cuando ese trío de malvivientes me atacó por la espalda.

 

-¿Por qué no le dijiste eso a Potter padre y a McGonagall?

 

-¿Por qué no se los dijiste tú?

 

-Mucho cuidado como me habla, señor Teodorakis. Soy el Jefe de su Casa.

 

-Fue usted el que me llamo Severus. Y según recuerdo Severus era el Jefe de su Casa… Mira Blaise... - y el profesor se estremeció,  no por el tuteo, sino por el tono que le recordó clarito al ex pocionista - somos Slytherin, y aprovechamos los acontecimientos siempre a nuestro favor ¿Es tan terrible que por una vez James y cía. sepan lo que se siente ser una víctima inocente?

 

Blaise volteo los ojos y condujo al crio a la enfermería. Ni Minerva, ni Sam, ni Lucius ni Harry sabían…ese niño se perfilaba como el nuevo Lord Oscuro… uno más sutil pero no por eso menos maquiavélico.

 

 

 

****************

 

 

 

-Entonces Sam… ¿lo pensarás?

 

-Lo pensaré Harry… pero necesito que entiendas que haré lo mejor para Alekos. No para mí.

 

-Yo también haré lo mejor para Alekos.

 

-¿Aunque lo mejor para él no seas tú?

 

-¿Y quien lo será? ¿Lucius o Draco? No sabes lo que son.

 

-A Draco no lo conozco. A Lucius si. Y no se lo que habrá sido contigo o con el mundo mágico. Pero sé, sin lugar a dudas, lo que fue con mi hijo. Lo que hizo por él. Cuanto lo amó. Como lo protegió…

 

-¡¡¡¿Lucius Malfoy?!!!

 

-Me mostro su alma Harry. Con una magia que ustedes llaman lege no se que…Le pregunte a Minerva y me dijo que estaba bien. Que esos recuerdos no pueden falsearse. Además Alekos lo recuerda bien, lo aprecia…

 

-¡No lo creo! – había desesperación y dolor en la voz de Harry – Alekos no puede preferirlo a él.

 

-No he dicho que lo prefiera. Solo he dicho que lo quiere.

 

-Entonces no dejes que se equivoque de nuevo. El no es bueno. Ni él ni Draco. Mis intenciones con tu hijo son honestas. No busco recuperar un amante. Solo quiero protegerlo como él me protegió a mí. Cuidarlo como él me cuido a mí. Viste los sentimientos de Lucius. Mira los míos – Y Harry toco con la puta de su varita la sien de Sam  traspasando  sus recuerdos a la mente de ella.

 

Sam lloraba. Lloraba en verdad cuando dejó de ver la vida del gran Harry Potter. Entendió entonces porque Severus lo había recibido en su cama y en su vida. Parecía mentira que ese héroe de leyenda hubiese tenido esa infancia… esa soledad. Tan parecida a la suya propia. Y supo también que para él nunca habría otro amor que Severus Snape.

 

-Lo siento Harry. Lo siento tanto - y Sam lo abrazó mientras su “cita” rompía en llanto entre sus brazos.  Escondido entre las sombras su hijo Alekos lo veía todo. Había escapado de Blaise y de la enfermería (como era su costumbre) para ir en busca de su madre… Y las lágrimas también corrían por sus mejillas.

 

 

 

 

 

 

 

 


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