-Iruka, ¿seguro que no quieres ir al hospital?- preguntaba por quinta ocasión desde la puerta del baño que estaba cerrada e Iruka estaba dentro vomitando desde hace una hora.
-Por supuesto, debió ser algo que comí- fue la respuesta que me dio para después escuchar como seguía echando la cena de cinco estrellas que acababamos de comer, ¡tan caro para nada!
Como sea, nos encontramos dentro de un restaurante cinco estrellas, terminamos la misión que se nos asignó y aprovechando que aún teníamos cosas que hacer por aquí y que quería levantarle el ánimo, le pedía a mi Iru-chan que tuviera una cita conmigo, ¡por supuesto que aceptó y con esa expresión avergonzada que me encanta!
Veo como al fin sale del baño, está algo amarillo y no tiene un semblante muy bueno que digamos.
-¿Ya estás mejor?- pregunto mientras le tomo una mano con una mía y la que me queda libre la poso en su frente para ver que no tenga fiebre.
-Cla..claro que ya estoy mejor- me dice para calmarme mientras aparta mis manos de él y se abraza a sí mismo sin mirarme siquiera.
-¡Iruka! Por favor, hay un hospital aquí cerca, ¡además..!-
-Ka… kashi…- mi moreno pronuncia mi nombre mientras se desvanece, rápidamente lo sostengo y lo cargo cuál princesa. No se cómo, pero estamos en el hospital, ni siquiera recuerdo si llegué corriendo o me vine en tomamos un coche, estoy fuera de la sala de emergencias esperando noticias de mi Iru-chan.
Mientras tanto, empiezo a recordar como conocí a MI esposo.
******************Flash-Back e inicio del “relleno” XD************************
Me encontraba en el techo de un enorme edificio, fumaba un poco para despejarme. Estaba sentado justo en la orilla de aquel enorme edificio de más de 50 pisos, pero para mí era como estar sentado en un columpio, era el atardecer y el viento fresco me ayudaba a despejar un poco mi mente.
-Ne, Kakashi, tenemos una misión – apareció detrás de mí un hombre dos años mayor que yo, cabello gris como yo, pero largo casi hasta llegar a los hombros.
-Lo se, Mizuki, pero no tengo ánimos de ir de “cazería” el día de hoy…- no se porque, pero desde hace unos meses me siento realmente deprimido, ni siquiera tengo ánimos para dar alguna excusa a la hora de que se me quiera asignar una misión, así que simplemente me desaparezco hasta que alguien más hace mi trabajo.
Mizuki se sienta a un lado mío mientras toma un cigarro de la cajetilla y lo enciende con el mío para después empezar a fumar en completo silencio.
-¿Sabes Kakashi? Realmente quiero hacer esta misión, con el dinero que se nos pague podré sobrevivir unos meses sin requerir asesinar a más gente, además recuerda que estamos ambos a prueba y uno de los dos ascenderá. Espero que tomes de una vez tu responsabilidad seriamente y recuerdes que de no cumplir el trabajo, simplemente te matarán. Así que vamos. – apagó el cigarrillo y se levantó, en todo momento ni siquiera me digné a verlo a la cara, sabía que al le desagradaba tanto este trabajo como a mí, pero cada uno tenía sus motivos para permanecer como ANBU.
Doy un largo suspiro y dejo caer el cigarrillo, algo irresponsable, lo sé, pero no me interesa; con paso calmo me dirigo a donde esta Mizuki ya con su máscara puesta y extendiendo su brazo para darme mi máscara. Después de todo, sólo somos Asesinos…
Con rapidez corremos y saltamos los edificios, ni siquiera recuerdo el nombre de esta ciudad, después de un par de años de estar viajando de ciudad en ciudad sin siquiera detenerse a contemplar el lugar, te terminas acostumbrando a no ver los detalles más que lo necesario.
-Recuerda Kakashi, el objetivo es asesinar a un tipo llamada Gato, no hay necesidad de perder energía con los matones que tiene como guardaespaldas. Este es el edificio. –Nos detenemos frente a una bodega, hay algo de luz, asi que la información que nos dieron no debe ser incorrecta.
Ambos nos miramos unos segundos para después entrar al lugar sin ser detectados, en el interior había un grupo de gente, un hombre estaba atado a un poste diciendo algo sobre “proteger con mis dos manos” o algo por el estilo, la verdad no me interesa, pero el tipo que de por sí se ve demacrado, ha hecho enojar aún más a los demás, en medio de aquellos matones estaba Gato, Mizuki me hace una señal.
-“Así que el quiere asesinarlo…” –pienso mientras me pongo cómodo en una caja, para después lanzar un par de Kunais directo a la escasa iluminación del lugar, luego de ello, gritos aterradores y por último, nada, silencio absoluto.
-Hora de irnos…- me dice Mizuki mientras pasa velozmente a un lado mío. Estaba por seguirles hasta que escuché que más personas venían al lugar alarmados por los gritos, en ese momento recordé al hombre que estaba atado al poste, no se ni porqué, pero me di la vuelta y justo cuando me iba a acercar a él, un grupo de hombres armados abrió la enorme puerta. No tenía tiempo ni quería ser descubierto, lo más lógico hubiese sido escapar antes que me vieran, pero seguí de frente y desaté al hombre que estaba inconciente, lo cargué y lo dejé atrás de unas cajas, por lo menos allí no lo encontrarían.
Ahora si era mi momento de escapar, ya había hecho “mi acción del día” así que justo cuando iba a brincar y desaparecer vi, oculto entre un par de barriles a un pequeño de pelo negro, estaba justo enfrente de aquellos tipos, si empezaban a disparar, el pequeño sin duda estaría en el área de tiro.
-“Maldición…”- susurré al ver que el niño se había tropezado y un barril se había caído, los matones alertas empezaron a disparar en dirección al ruido, rápidamente fui hacia donde el niño, no pude evitar que un par de balas se incrustaran en uno de mis costados, pero seguí, tomé al pequeño de la ropa y lo arrojé lejos, estaba empezando a ver borroso, creo que las heridas fueron más graves de lo que esperaba, pero ahora tenía que deshacerme de esos sujetos si no quería que me vieran, saqué un par de sellos explosivos y los lancé al techo de la entrada, para después activarlos.
Entre la nube de humo, tomé los dos cuerpos y rápidamente salté a una ventana en lo alto, corrí lo más lejos que mis piernas me permitían en el estado en el que me encontraba, sentía como cada vez más empezaba a temblarme las piernas y con dificultad podía sostener los dos cuerpos a cada costado mío. Finalmente, a orillas de la costa, debajo de un puerto, dejé ambos cuerpos para luego irme.
-“Maldición, maldición….” Ese maldito de Mizuki ¡¿donde demonios se metió?!- hace rato que me había sacado las balas que se quedaron en mi, pero no contaba con un kit médico, ya que Mizuki siempre se encargaba de curar nuestras heridas, yo sólo estaba de apoyo. Estaba en un callejón recargado en la fría pared con la respiración demasiado agitada para mi gusto, un golpe en la cabeza no paraba de sangrarme y para males empezaba a llover, no podía ver claramente y mi cuerpo ya no respondía, la verdad es ridícula mi situación. Nunca pensé en morir de una forma tan patética, no vuelvo a salvar a alguien sin recibir algo más que una muerte patética.
Fue en ese momento que la poca lucidez que me quedaba me sirvió para escuchar unos pasos acercándose a mí, espero no sea un lunático, porque de ser así mi muerte sería aún más patética, Kami-sama, de seguro de estas mofando de mí en estos instantes ¿no es así?
Aquella persona se detuvo justo enfrente mío, y al parecer me tapó con algo ya que la molesta lluvia dejó de caer sobre mí. Con dificultad levanté mi vista y lo que mis ojos vieron me dejó por unos instantes perdidos. Así que decidí hablar y ver si no estaba ya en el infierno, no espera, debería ser el cielo por la visión que tengo, o ¿el infierno es tan cruel para torturarme de esta forma?…
-¿Q-Quién eres?-
-Mi nombre es Iruka- un sentimiento cálido recorrió mi cuerpo malherido al ver esa hermosa y gentil sonrisa que estaba dirigida sólo para mi. El ángel se veía impaciente, esperando una respuesta de mi parte, al ver que no hablaría el siguió. -¿Cómo te llamas?
-Kakashi…- es todo, por lo menos se que con esta alucinación moriré feliz, cierro los ojos y poco a poco voy perdiendo el conocimiento.
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¿Dónde estoy? ¿Esto es el infierno? Tanteo con mis manos alrededor, no puede ser el infierno, es demasiado…. Suave.
Trato de abrir mis ojos, algo consternado y porque no, decepcionado, si estoy muerto y en el infierno, sonará algo masoquista, pero esperaba algo como “tortura eterna” por mis pecados a lo largo de mi vida.
La luz me da directo en los ojos, cierro el izquierdo por reacción y con el derecho observo a mi alrededor. Al parecer es una pequeña habitación de hecho esta demasiado ordenada un par de libros en un pequeño escritorio, pinturas en la pared y dos puertas, me incorporo, y un fuerte dolor regresa en mi costado. Estoy vendado, muy bien, de seguro fue un médico mucho mejor que el médico de cuarta que es Mizuki… ahora que recuerdo ¿Dónde se habrá metido ese tipo?
La puerta se abre, y entrando por ella se encuentra el ángel más hermoso que jamás soñé… Me mira y por alguna razón desvía la mirada apenado mirándome de reojo.
-Ho-hola… ¿te sientes mejor?-
¡¿Mejor?! ¡Vamos con que esté aquí ¿Quién no se sentiría mejor?! Más sin embargo me guardo mis comentarios al percatarme de algo crucial…. Estoy desnudo. Cuando me levanté al parecer destapé una parte que caracteriza al sexo masculino del femenino y por eso MI ángel se niega a verme.
Así que rápidamente me cubro, y aunque aún no le dirigo palabra alguna, ¡vamos! Soy un ser demasiado impuro como para hablarle a semejante luz, el da un suspiro de alivio, y se acerca a mí para sentarse en una silla que está a un lado de la cama.
-¿Tu nombre es Kakashi, cierto?- me pregunta con esa amable y dulce voz, y que hago ¡solo me le quedo viendo! Estoy seguro de que estoy derramando saliva por toda la boca.
-Esta bien si no quieres hablarme –dijo Mi ángel algo deprimido – como ya te había dicho mi nombre es Iruka, un placer. Espero que los vendajes que te hice sean suficientes, además te puse una pomada para que cicatrice más rápido, ¡ah! Y la comida estará pronto… pero necesito saber si te puedes levantar o de lo contrario traer la comida aquí.
Nuevamente está esperando alguna respuesta de mi parte, pero ¡NADA! Hay algo que me impide hablarle… sólo lo veo… ¡Agg! Vamos Kakashi Hatake, ¡¿Eres un hombre o que?!
-…- primer intento, MI ANGEL se emociona al ver que trato de comunicarme.
-…. ¡!....- ¡Agg! No funciona, simplemente mi boca trata de moverse, pero esos hermosos ojos, esa carnosa boquita, esa tersa y al parecer suave piel morena hacen que me desconcentre y no pueda hablar.
-…- Tercer Intento: FALLIDO…. Mi ángel se ve algo decepcionado así que se levanta sin mirarme, pero rápidamente le tomo por la manga de su camisa, él voltea a verme con algo de esperanza.
-¿Tienes hambre Kakashi-san?- me dice con aquella sonrisa que hizo que cayera a sus pies como un tonto y patético enamorado con la incapacidad de hablarle, ¡rayos! Hasta me siento como una colegiala con su primer amor.
Esta vez, trataré algo diferente, así que, simplemente muevo mi cabeza de arriba abajo en señal afirmativa, él sonríe y toma mi mano, ¡su bendita mano! La mía, las entrecuza y se vuelve a sentar.
-¿Puedes caminar?- me vuelve a preguntar, realmente no me siento tan mal, en verdad que lo peor ya paso, ahora que recuerdo ¿cuánto tiempo estaría inconciente? Como sea, vuelvo a asentir. Así que con algo de esfuerzo me coloco una especie de bata que me queda algo pequeña, pero servirá para cubrir algo mi cuerpo.
-Muy bien, nos estamos entendiendo mejor, así que te ayudaré a levantarte para ir al comedor. – se levanta y apoya uno de mis brazos alrededor de sus hombros para después ayudarme a levantarme.
Ya de camino, debido a que “no puedo mantener mi equilibrio” aprovecho para colocar el brazo que estaba alrededor de sus hombros ahora alrededor de su estrecha cintura, al parecer no le molesta mi acción, sólo se sonroja un poco… ¡Oh, Kami-sama, es un dulce angelito doncel! No puedo evitar que lagrimas de felicidad salgan por mis ojos en el corto camino de la habitación al comedor-cocina.
-Espero te guste el ramen. – nuevamente digo que “si” con mi cabeza lamentándome el ahora estar sentado en vez de estar abrazando a Mi dulce angelito.
Ambos comimos sin ruido alguno, yo por obvias razones, y él, parecía algo incómodo por el silencio, así que yo terminado mi plato de ramen, que por cierto estaba delicioso, nunca antes había probado algo más rico, bueno, quien sabe tal vez Mi angelito tenga un sabor glorioso kukukukuku, ¿pero que? Yo no me consideraba alguien pervertido… Malditas hormonas. Así que mientras lo veo comer, como esos malditos fideos recorren el camino de sus labios al interior, recuerdo una canción y empiezo a tararearla ante la asombrada vista de Mi angel que después de escucharme un rato y sonreírnos mutuamente, termina sus alimentos.
Ahora me lleva nuevamente en sus benditos brazos hacia la sala, disculpándose porque tiene que salir a comprar unas cosas, momentos después me encuentro totalmente solo. Prendo el televisor con el control remoto que me dio Mi ángel.
-Mizuki, se que estás allí, así que haz el favor de dejar de hacer el ridículo y sal de una vez.- digo sin expresión alguna mientras por una ventana entra “mi compañero de equipo”.
-¡Hola Kakashi! Tal parece que te la estás pasando de lo mejor con ese morenito que está para comérselo – me dice con sorna para después yo dirigirle una mirada cargada de odio debido al comentario.
-¿Qué es lo que quieres? Si mal no recuerdo terminamos la misión y como podrás ver, no estoy en condiciones para otra misión por lo menos hasta dentro de una semana.
-Lo se, lo se… sólo venía a darte tu parte de la misión y a decirte que “ellos” te estarán vigilando, no quieren perderte y lo sabes Kakashi, eres un miembro demasiado valioso como para retirarte tan pronto. Ah, y además tan bien vengo con motivos personales, realmente esa preciosura no debe andar sólo por las calles…- ¡suficiente! Le lanzo un Kunai que tenía guardado debajo de las vendas (Ritsuka: guardado momentos antes n.nU) pero Mizuki la detiene y desaparece por la misma ventana.
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-Entonces Hatake está seguro contigo.
-Si-
-Muy bien, infórmanos de su situación cada que puedas y mantenlo vigilado, Umino esa es tu misión.
-Si.-
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-¡Maldición!- digo con algo de impotencia, cuando ese Mizuki se mete algo en la cabeza, es difícil hacerlo desistir. Por el momento, tendré que mantenerme alerta y cuidar de Mi ángel. En cuanto a “ellos” no creo que sean gran problema… por el momento mi principal prioridad es…
¡¡¡PODER HABLARLE AL DELFIN DE MIS SUEÑOS!!!