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Los simuladores por Aphrodita

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Trat de pasar lo ms alejado posible de la casa, para evitar que su reiatsu fuese identificado por l, no obstante era consciente de que, pese a sus pocas ganas de cruzrselo, Ichigo guardaba su gigai.

Que se pudriese el gigai, poda vivir sin l; adems, no estaba de nimos para socializar por tanto poda quedarse all, bien guardado en el ropero del shinigami sustituto.

Lleg ante la tienda, pero sus puertas cerradas y un cartel le indicaban que no haba nadie all.

“Perfecto” pens con irona, y contra todo pronstico llam por su nombre al dueo. Pasaron unos minutos, los suficientes como para que Renji optase por esperar sentado en el suelo, hasta que una pequea silueta se present abriendo y asomando su cabeza por la abertura:

—Ururu —se emocion, nada ms, por ser atendido.
—Vago-san —musit con apata—. No hay nadie.

Abarai enarc una ceja; entonces estaba ante un espejismo.

—Urahara parti? —La nia asinti, e iba a acotar algo ms pero una nueva voz lo interrumpi.
—Ururu! El jefe nos ha dicho que no le abramos la puerta a extraos!
—Pero es Vago-san —excus sealando con su dedito al teniente pero mirando hacia un costado.

De inmediato recibi un golpe en su cabeza que la llev a tomarse de la misma y quejarse por inercia.

—Jinta-kun —murmur mirando ahora al hombre frente a ella.
—El jefe no est —reiter el nio apareciendo a un lado de su amiga.
—Cundo vuelve?
—No lo s… hoy seguro que no —frunci su frente—. Adis.
—Espera! —Apoy una mano para evitar que le cerrasen—. Hey, soy yo: Vago-san —ya estaba resignado al mote que le haban dado en antao.
—Me da igual que seas Santa Claus o Vago-san —espet Jinta—, las rdenes del jefe son absolutas.
—No hay una excepcin?
—Seguro que tienes otro lugar en donde dormir, Shinigami —el nio cort por lo sano y luego de un seco y repetido “adis” cerr con violencia.

Maldicin. Y ahora? Qu se supona que tena que hacer? Poda pasar una, dos, quizs tres noches a la intemperie (no es que fuese a morir por segunda vez en el mundo humano) pero si Urahara no regresaba en ese tiempo?

Suspir, cerrando sus ojos por un efmero instante y llev sus manos a su cintura, cual Rukia, sin moverse del frente de la tienda.

El problema mayor no resida en donde quedarse, ya que tena lugar, pero la mera idea le crispaba los nervios.
Con rapidez intent pensar; pensar en alguna solucin posible:

Uryuu, descartado. No slo no tena idea de donde resida sino que adems no crea poder sobrevivir a l.
Orihime, no corresponda, era una dama, adems tampoco saba donde viva.
Chaddo, segn le haba dicho Rukia conviva en ese ltimo tiempo con Nova, adems tampoco conoca su direccin.

Odiaba su perra suerte.

Observ el cielo, como poco a poco el sol comenzaba a apagarse. Al menos debera ir en busca de su gigai, al menos debera hacer la tentativa. Se rasc la barbilla y emprendi su rumbo a travs de los techos de Karakura.

***


Cloud, sin conocer las razones de tan extraa peticin, cumpli con su parte avisando de la partida de Renji: tom el tubo y marc el nmero que le haba dado Nova.

Del otro lado el telfono son dos veces y ces. El peluche con forma de tortuga le dedic una mirada al coloso, ste dej su guitarra de lado y en cambio tom su celular:

—Shigeo? —su amigo, alertado de ante mano esperaba por ese llamado—Podras ir yendo? Tienes la direccin cierto?

Luego de aclararle a Chaddo que le deba una grande, cort, con las mismas dudas al respecto que tena Cloud y tantos otros; pero “all” ellos con su locura. Al menos mereca una explicacin ms convincente que la dada por Yasutora.

—“Tengo un amigo que necesita ayuda”
—“Y hacer eso en que va a ayudarlo?”

Silencio, fue la nica respuesta que le haba dado Sado en su momento. Y es que Ishida haba sido reiterativo hasta el hartazgo con eso de no revelar la verdad, como mnimo hasta no estar seguros de que el plan haba salido a la perfeccin. El susodicho volvi con su “preciosa” para practicar algunas notas y concentrarse slo en ello.

***

No tuvo tiempo de titubear demasiado, supo que Kurosaki no tardara en reconocer su reiatsu merodeando su casa. Escal hasta llegar a la ventana, y lo vio… de perfil, escuchando msica y leyendo lo que pareca ser un manga.
Su pierna se mova, siguiendo el comps, y su rostro, curvado en una mueca de profunda introspeccin, provoc una sonrisa en el teniente.

Volte, como si intuyese que alguien haba irrumpido en su habitacin. Se qued esttico, incapaz de poder moverse de la silla o realizar cualquier otra accin que no fuese mirarlo. Luego parpade llegando a la lcida conclusin de que no era una alucinacin, que Renji s estaba all, en su cuarto… pese a todo.

Reaccion, a tiempo, antes de que creyese que haba sufrido algn tipo de retraso mental o embolia cerebral.

—Renji… —se puso de pie y llev, signo inequvoco de nervios, sus manos a los bolsillos del jean.
—Tanto tiempo, Ichigo —. Seriedad, en el rostro de ambos. Y es que era tan difcil cruzar miradas.
—Qu haces aqu? Quiero decir, en Karakura —explic con rapidez y torpeza.
—Pues, una estpida misin —buf, sin notar el semblante apenado del menor por desviar su mirada a cualquier parte del cuarto.
—Vienes por tu gigai? —Dio la vuelta y abri su ropero.

Abarai tom aquello como una invitacin a entrar; pis la cama, luego el suelo y camin hasta llegar cerca de Kurosaki, no tanto como quera estar pero lo necesario para no invadir su espacio personal. Repar en un detalle:

—Y el animalito?
—Kon? —el joven abri su boca sin que de inmediato surgiese palabra alguna—Ahora que lo dices—y recin se daba cuenta—hace das que no lo veo —elev sus hombros restndole importancia al tema—; debe estar haciendo alguna de las suyas. Ya volver.
—Hey, Ichigo —Renji acept su gigai con algo de dificultad por lo incomodo que era manipularlo—; en realidad vena a pedirte un favor.
—S?
—Es que Urahara no est… —not que el otro no mantena un contacto visual con l, por eso, frente a esta actitud de rechazo, se corrigi sobre la marcha—Djalo, no importa.

No convena, dada la situacin, pedirle hospedaje, ya de por s ambos se senta embarazosos con la presencia del otro, ya era demasiado usurpar su habitacin.

—Dnde te quedars si Urahara no est?
—Pues… ya ver.

Ichigo no era idiota, entendi las razones del teniente para aparecerse por all. No pudo ni admitrselo a s mismo, pero en su fuero ms interno el pormenor le alegr.

—Qudate —tartamude—; digo, al menos hasta que vuelva Urahara.

Renji volte e intent disculparse alegando alguna excusa, sin embargo no encontr nada idneo para rechazar con xito el ofrecimiento. Si bien en un inicio esa haba sido la idea, como siempre le pasaba con Kurosaki, se arrepenta sobre la marcha.

Y es que el mentado shinigami era muy impulsivo, haca las cosas sin pensar, por mero atolondrado que era… y detestaba pensar en que muchas veces, luego, se echaba atrs. No quiso que lo hiciese en esa ocasin.

—Ests seguro?
—Si te ofrezco quedarte, desde ya —sentenci molesto, plegando su frente.

Algo los entristeca por igual, caer en la cuenta de que la relacin ya no era como antes, que ya no era fluida… repleta de miedos, dudas, reproches y remordimientos. Eso no era bueno, ninguno de los dos quiso que as fuese.

***

Era la hora de la cena, por lo tanto el seor de la casa se desconcert al or que golpeaban la puerta. De seguro se trataba de algn paciente, alguna emergencia. Yuzu acababa de terminar con la preparacin de la cena, mientras que Karin de poner la mesa, observ a su padre quien luego de cavilar se puso de pie para atender lo que fuese que se tratase: Un joven de la edad de su hijo, quizs un poco ms grande, que al verlo intent parecer lo ms natural posible.

—Hola seor. Disculpe que lo interrumpa a estas horas.
—Est bien, dime.
—Es que vi a un hombre sospechoso colarse por una de sus ventanas, debera llamar a la polica.

Isshin abri sus ojos. S, haba sentido el reiatsu de un shinigami que si bien no conoca, con anterioridad haba presentido. Arque sus cejas, extraado.

—Gracias.

Despidi al joven y cerr la puerta sin moverse de su lugar. Yuzu pregunt si pasaba algo. Aquello era raro, si se trataba de un shinigami Cmo un humano normal pudo verlo? Bueno, caba aceptar la realidad de que muchos lograban verlos, tal como su hijo.

—Nada, linda. Ve a servir la cena que ir en busca de tu hermano —su seriedad, nunca vista, alert a las nias—. Y pon un plato ms.

El seor Kurosaki subi las escaleras y atin a llamar una vez frente a la puerta del cuarto, pero prefiri pegar su oreja en la misma e intentar adivinar con quien estaba su hijo y en lo posible haciendo qu.

—Qu haces, pap? —reproch Karin ganndose un pedido de silencio, abrupto y conciso.
—Sh!
—Deja de hacer eso, a Ichigo lo pone de muy mal humor! —Su rostro era toda una poesa de furia y asco—Dios, eres el padre ms raro del mundo.

La nia dio la vuelta y regres por donde haba llegado. Isshin al final golpe, cuando repar que del otro lado haban cesado las voces.

—Ichigo.

La puerta se abri apenas:

—Si? —canturre, era visible lo neurastnico que estaba.
—En qu andas? Con quin ests? —Intent ver por encima de su hombro.
—Con nadie gordo, deja de molestar Qu quieres?
—Est la cena —dio la vuelta luego de plasmar una sonrisa, esperando a que su hijo se distrajese un nfimo segundo, cosa que sucedi y aprovech para arremeter volviendo sobre sus pasos y a toda carrera, llevndoselo por delante, tumbndolo de paso en el piso y logrando que ste explotase preso de clera.
—Qu carajo ests haciendo?! —Logr quitarse a su padre de encima quien, elevando su cabeza, vio con claridad al shinigami que efectivamente haba intuido, pero en un gigai de ropas estrambticas.

La cara de los tres lo dijo todo. Renji permaneci paralizado y sorprendido por semejante escena, no era cosa de todos los das ver a un padre tacleando as a su hijo. Ichigo no supo donde esconderse, quiso que la tierra lo tragase, la situacin era ms que obvia: Haba intentado ocultar la presencia de Abarai.

La presencia de un hombre, en su cuarto.

Isshin se puso de pie con lentitud, sin borrar la sonrisa de sus labios y sin dejar de mirar al teniente.

—Hola seor Kurosaki.
—Hola “extrao que entra por la ventana” —Isshin estall en risas, sin reparar en el tono carmn que haba poblado las mejillas de Ichigo.
—Es un amigo, Abarai Renji —remarc la palabra “amigo” y se levant con pereza del suelo—; vino de visita.
—Bien, todo un gusto —el hombre de la casa asinti, sin dejar de taladrar con la mirada al invitado —. Est la cena —se dirigi a su avergonzado retoo—Vienen?

Abarai, que haba adoptado una postura entre serena y digna (en apariencias o esforzndose por estarlo) volvi a desconcertarse por la aparente naturalidad del padre con la cual se tomaba todo el asunto:

—No quiero ser una molestia.
—No es ninguna molestia —palme luego el hombro de Ichigo—Verdad? —ms tarde volvi a hablarle al intruso—Cunto tiempo te quedars? Slo por curiosidad.
—Pues… no lo s —oje a Kurosaki, pidiendo auxilio a los gritos con su mirada.
—Ya, p… djalo en paz —solicit—. No sabe cunto tiempo, unos das nada ms.
—Bien, supongo que dormir aqu —Que facilidad tena Isshin para tornar las cosas ms embarazosas de lo que ya eran, para colmo y rematando la dantesca situacin, acot: —Eso s, agradecera que en las prximas visitas utilices la puerta —ri, para aplacar el tono grave de su pedido.

Cuando bajaron a la sala, Renji no necesit presentaciones. Desde la mesa Karin repar en l susurrando un oble y desganado:

—Ah… “el chico de la ventana”.

As era conocido en el ncleo familiar. Era claro que su existencia no haba pasado tan desapercibida para la familia del shinigami sustituto como haban credo los jvenes en un inicio.

—Karin! —reproch la dulce Yuzu, reparando en el invitado—. Disclpala. Sintate —solicit sonrindole y dndole as un poco de paz.

Ahora, el sonrojado y apocado era Abarai. Pidi disculpas en un murmullo y le permiti a la pequea que le sirviese la cena, pero Karin le habl, preguntndole como se llamaba. Fue el comienzo de una charla que al principio pecaba de spera y penosa pero que se fue ablandando y transformndose fluida con el correr de los minutos.

Ichigo posea una familia muy agradable. La atencin para con l, cavil el teniente, no tena punto de comparacin con la ausente amabilidad de los otros demonios y el abuso continuo de Urahara.

***

El momento tan temido y menos esperado lleg. Luego de la cena, Ichigo le pregunt slo por cortesa si le apeteca baarse, detalle que Renji agradeci. Cuando sali de la ducha con un pijama improvisado (un pantaln corto y una camiseta sin mangas) camin descalzo hasta la habitacin del muchacho. Golpe recibiendo el permiso correspondiente.

Kurosaki se qued mudo de extraeza al verlo con su pelo largo atado en una coleta sencilla, sin dudas ms cmodo para dormir; su futn ya estaba armado sobre el suelo, junto a la cama del shinigami sustituto y a los pies del escritorio.

—Cre que dormira en el ropero, como Rukia —brome por el simple hecho de acotar algo que cortase ese mutismo incmodo.
—No tiene sentido, ya te vieron.
—Lo siento —percibi un tono de reproche en el otro.
—No es tu culpa —intent suavizar su expresin, ms su ceo se encontraba levemente fruncido.

Abarai visualiz a un costado de su improvisado lecho el bolso de mano que traa consigo, hurg en l hasta dar con el comunicador y lo dej cerca, en el suelo, para luego sentarse y acomodarse dentro.

—Qu haces aqu? —La pregunta, que de improvisto el joven haba formulado, tuvo otra vez cierto tinte de recriminacin, por eso se apresur a agregar—: Cre que tardaras en volver, digo… —se expresaba fatal comprendi, iba a acotar otra cosa para aligerar sus palabras pero el teniente se le adelant:
—Nada, patrullar la zona —no lo mir, no poda. Not que Ichigo se incorporaba para apagar la luz y lo nico que alcanzaba a percibir era la silueta de su cuerpo gracias a la luz de la luna que se colaba por la ventana abierta.
—Tu? —murmur sorprendido, intentando seguir con la conversacin. Deseando, en verdad, hablar, no importaba de qu, pero hacerlo.
—Es que… mi capitn quera sacarme de la sociedad de almas —lanz una risilla, la primera mueca de pseudo felicidad que pudo realizar luego de una semana atroz de constantes desventuras.
—Por?

Abarai en respuesta exhal el aire atorado en sus pulmones, de manera tan audible que Ichigo se arrepinti de su verborrea (si es que a las escuetas interrogaciones se le poda tildar de tal)

—Es que… ltimamente me he comportado algo… distrado —no saba cmo explicarse, o en verdad no quera—. No s... Tengo muchas cosas en la cabeza.
—Cmo qu cosas? —ech una mirada hacia donde el otro descansaba.
—Nada —no quiso darse a entender, no tena nimos de relatarle todo lo sucedido, volver a traer a la memoria pequeos detalles e incluso llegar a revelar las razones de su estado.

Aquellas razones que Kurosaki pese a su inmadurez intua; ste tosi nervioso, trag saliva y busc el tono idneo para expresarse y sonar natural:

—Hey, Renji… —susurr.
—Que sueo —dijo el susodicho simulando un exagerado bostezo. De nuevo trataba de evitar la tan temida pregunta.
—S, mejor durmamos.

Pero fue lo que menos hicieron. Cmo lograr conciliar el sueo con el otro a tan escasos metros? Renji se las ingeni para simular hacerlo, pero Ichigo no, mantuvo sus ojos abiertos, fijos en el techo, que luego desviaba para velar el sueo del hombre.

Acaso estaba enojado con l? Por qu la distancia? Debera ser al revs, en tal caso. No haban tenido la oportunidad de conversar al respecto. Pero no era su culpa, ni tampoco era adivino.

Rechist en la oscuridad, dando la vuelta para intentar de una buena vez dormir. Cuando lo logr, a fuerza de voluntad, el da ya comenzaba a clarear.

***

Despert y se movi en su cuarto con sumo sigilo, cuidando de no despertar a su invitado.

Sonri.

Demonios, no pudo evitarlo, pero verlo a Renji all, a su lado (aunque fuese por un acontecimiento fortuito) le alegraba en su fuero ms interno por mucho que le abochornase reconocerlo.

Tom sus ropas y sali en pijama de su habitacin para vestirse y prepararse en el bao; era an muy temprano para que Abarai despertase y considerando los estruendosos ronquidos de ste, se encontraba muy cansado.

Se mora de sueo, senta que, literalmente, se quedara dormido de pie en cualquier momento. Yuzu le alcanz en la puerta la vianda y parti rumbo a la escuela, Mizuiro y Keigo ya lo estaban esperando afuera.

Conversaron durante todo el trayecto sobre el examen del da, Asano nervioso y asustado por el mismo, pero los otros dos seguros y confiados… “Sirve estudiar” fue el reproche para Keigo, sin embargo ste no, se content con lamentarse todo el trayecto, y a los gritos.


—Hey, Ichigo —murmur Kojima ignorando el lamento de su mejor amigo que ms adelante iba realizando pantomimas por la calle—Te sucede algo?

El aludido elev sus cejas, sorprendido por la apreciacin.

—No Qu te hace pensar eso?
—Hoy ests raro —sonri—; no s: pensativo.
—Pues… —se rasc la barbilla buscando el motivo (motivo de cabellos rojos y tatuaje)—ser por el examen.

Llegaron a destino; el conglomerado de estudiantes formaban el bullicio habitual, al que tan acostumbrados estaban. Visualiz a Chaddo en la distancia y camin tranquilo hasta l para saludarlo e ingresar cuanto antes; no podan quedarse dando vueltas, la dichosa evaluacin la tenan a primera hora.

***

La muchacha caminaba dando pequeos saltitos de felicidad, tarareando una alegre cancin; busc a su compaero por todo el establecimiento, supo que era de llegar temprano, ms cuando se trataba de un da de pruebas.

—Ishidaaa-kuuun! —canturre, develndole al otro que (como siempre) radiaba alegra.

El chico de gafas elev su vista y sin levantarse de su pupitre la salud con cortesa:

—Muy buenos das Inoue-san.
—No te voy a preguntar si estudiaste para el examen —plasm una sonrisa ms ancha.
—Y t? —esa pregunta fue la que ella necesit para sentarse en el banco frente a l y hablar de lo que en verdad haba ido.
—Pude hacerlo, lamento mucho no habrtelo comunicado antes, Ishida-kun —revel con seriedad.
—Tranquila, imagin que por el examen estabas ocupada, pero confiaba en que ibas a tener xito —la consol, logrando una nueva mueca de satisfaccin.

Cabe admitir que adoraba ser l el motivo de sonrisas en Orihime?

—Adems Ishida-kun me dijo —cit emulndolo hasta el tono serio de la voz—: “Si algo sale mal, Inoue-san, llmame cuanto antes” —ri sutil y con candor—Pero como todo sali bien.
—No tuviste problemas? Nadie te vio?

La chica neg efusiva.

—Pero me preocupan las notas de Kurosaki —manifest con un semblante agobiado.
—No te preocupes, creme que no ser tan terrible para l —tranquiliz, aunque en su lugar, si viese sus notas involucradas de esa manera montara en ira y llevara una clock consigo al colegio para descargarla cual psictico yankee en todos sus compaeros—; cuid, precisamente, de que fuesen reversibles. Es algo que Kurosaki mismo, con un poco de empeo, podr solucionar con tiempo y a nosotros nos servir.
—Eso espero…
—Hasta ahora todo marcha bien —se ajust los lentes—, del siguiente paso tendr que encargarme yo… —iba a agregar algo ms pero la entrada de Yasutora seguido de Kurosaki lo interrumpi.

De inmediato ingres la profesora detrs del mismo, golpeando a su paso la cabeza de calabaza que portaba el shinigami al grito de:

—Hora del examen, parva de vagos. Los que lleguen despus de mi no podrn decir ni po.

Keigo arrib justo a tiempo, estampando la puerta. La pregunta de Mizuiro “Dnde te habas metido?” y la respuesta del otro: “Emergencia sanitaria”. Cada uno ocup su lugar, prepar su lpiz, su goma, y esperaron pacientes a que la profesora pasase pupitre por pupitre dejando la hoja dada vuelta.

Cuando acab, dio el permiso para voltearla y empezar. De inmediato y seguro, Kurosaki empez a marcar las opciones correctas hasta que en la cuarta not que lo cuestionado era por completo desconocido para l.

Qu estaba pasando?

La dej pasar y revis las dems. Slo poda contestar poco ms de la mitad! Mir hacia sus costados, como si alrededor pudiese encontrar la respuesta, sea de la prueba o de lo que estaba pasando.

Si l haba estudiado Por qu, entonces, no conoca las rplicas correctas? Por qu no siquiera lograba identificar el tema? Neg con su cabeza y se concentr en contestar las preguntas lo mejor posible. No tena permitido hablarle siquiera a la profesora durante, pero una vez entregada la hoja no dudara en reprochar.

Inoue observ durante un breve intervalo hacia el asiento del shinigami sustituto, algo arrepentida por ser ella la causante directa de esa expresin desesperada y abrumada que portaba l. Pero confiaba, por otra parte, en el juicio de Ishida. Como burla, an llevaba consigo la fotocopia original de Ichigo, la que haba cambiado por la versin “reducida” y “recortada” que el Quincy haba preparado especialmente para la ocasin.

Nada alevoso, slo faltaba mitad de ella, y eso implicaba desconocer las respuestas de la mitad del examen.

Kurosaki batall con la hoja, tratando de traer a su memoria las dichosas lneas del apunte, para ver si por arte de magia llegaba a su mente la solucin. Not que Ishida ya se encontraba entregando, con toda su seguridad patente, el examen a la profesora que sta con desidia enseguida evalu.

Envidi profusamente su A, no porque fuese comn para l hacerlo, para dadas las circunstancias necesitaba un poco de ese cerebro prodigioso Poda ser posible que no recordase tantos temas?

Crey que el examen era de por s difcil, que a muchos les costara, pero el cien de Uryuu no fue el nico… varios compaeros desfilaron frente a Ichigo con aquel puntaje.

***

Menos mal que haba logrado sacar una nota alta porque no le perdonara a Abarai y Kurosaki semejante atropello, que por culpa de ellos no alcanzase las expectativas deseadas… no obstante haba sido primordial acabar cuanto antes, ser el primero en salir del aula, seguro de que ningn estudiante anduviese por los pasillos a punto de ver el acto criminal que iba a cometer.

Porque en su mente retumbaba esa palabra: “criminal”. …l jams, en su vida, haba supuesto acabar enrollado en un acto delictivo, pero vaya… al igual que Rukia no pudo evitar pensar en las cosas que uno es capaz de hacer por ayudar a los que estima. Desde ya que el Quincy no lo vio as, ni muerto, drogado o borracho lo aceptara, para l, como desde un inicio, las razones radicaban en el hecho de que aquellos dos les ponan los pelos de punta.

Tanto le haba costado pertenecer a un grupo y sentirse cmodo en l para que esos dos pusiesen ese idlico mundo patas para arriba… porque s, las cosas no eran las mismas desde aquella salida; desde lo sucedido en el bar, la pequea escena de celos que mont el teniente de la sexta divisin. Y poda echarle la culpa al alcohol, sin dudas, pero Kurosaki tampoco se qued atrs.

Detalles que para Ishida no pasaron desapercibidos.

Abri con cuidado la puerta, sintiendo el alocado palpitar de su corazn y la adrenalina subindole a la cabeza. Se ajust los lentes, tic nervioso, y camin apresurado hasta el archivero. Conoca ese lugar y saba dnde buscar, en ocasiones anteriores se haba quedado como ayudante (tarea que a todo nerd le resulta orgsmica).

Dio con lo buscado.

Nombre: Kurosaki Ichigo
Materia: Ingls.

La siguiente clase que tendran apenas terminase la actual. Busc en su bolsillo la goma y el lpiz, borr meticulosamente alguna de las respuestas y las cambi. Por suerte la profesora Suzuki no haba hecho tiempo en la clase anterior a corregir todos los exmenes pero la conoca, y saba que slo ella llevaba un seguimiento en su cuaderno (algo que todos los profesores deberan hacer para evitar lo que justamente iba a pasar).

Dej la hoja donde la hall y se escabull lo ms rpido que su decoro le permiti… sinti como una gota de sudor recorri su cuello, pero logr mantener la compostura, incluso ante el preceptor.

—Ishida-san Qu hace por aqu?
—Hola seor Takahashi —palideci por un breve instante frente a la figura regordeta y pelada de su superior, pero busc con celeridad en su mente la escapatoria ideal—; es que tena un poco de tiempo de libre —argument mostrndose, en verdad, sereno, pese a ser por dentro una sirena de ambulancia (si es que uno por dentro puede serlo ?)—y quera asegurarme que estaba listo lo que el seor Tanaka me haba encomendado.
—Excelente Ishida! Da gusto ver un alumno tan comprometido con las materias extracurriculares, y dispuesto a cooperar en pos de ayudar a los peores alumnos y sus notas.

Sinti eso como una pualada a su consciencia, hacia pocos segundos acababa de hacer por completo lo opuesto. Se despidi del hombre, convencido de que le haba credo, puesto que en su lugar, a cualquier otro alumno, lo hubiesen amonestado por estar en aquel lugar restringido (era al nico o a uno de los pocos que le permitan ingresar dadas sus obligaciones para con la escuela) y sigui su camino hasta el patio a esperar que la hora pasase.

***

La mujer segua con su vista fija en la hoja; neg con su cabeza, para elevar su mirada y posarla en el porte desahuciado del adolescente. Le sorprendi: Kurosaki, dentro de todo, era uno de sus “buenos” alumnos.

—Lo lamento Kurosaki, no puedo aprobarte. Apenas llegas a sesenta y tres, y raspando.
—Pero… profesora, le digo que estudi —Tom desesperado la hoja—. Mire —seal la tercera pregunta—, ste tema, no estaba.
—Lo vimos en clase.
—S, pero en la fotocopia no se mencionaba nada sobre las reacciones nacionalistas en Asia.
—Cmo que no?! —cuasi ri—Kurosaki…
—Debe creerme.
—Me dirs que el tema no est.
—Se lo juro!
—Tienes los apuntes? —decidi que era bueno darle una cuota de credibilidad.
—No —se odi, lamentndose profundamente—lo dej en casa, que idiota —Cmo pudo haberlo dejado? Ya era tarde para lloriquear al respecto.
—Bueno, maana tremelos y te mostrar donde estn las respuestas. Quizs creste que lo habas ledo y se te pas —. Cerr sus ojos por un breve intervalo para luego abrirlos lanzando al mismo tiempo un suspiro—No es el fin del mundo —Aunque saba que para un joven estudiante sola significarlo “todo” el colegio—; est bien, tu no sueles reprobar exmenes, pero tampoco tus notas son malas.
—Maana le traer la fotocopia —la seal con su dedo—y ver que no miento.
—No digo que mientas pero… —lo record—una vez a un chico en la fotocopiadora le dieron una que haba salido cortada y le faltaban, tal como t dices, algunos temas finales.

La profesora volvi a fijar su vista en la hoja, poco a poco comenzaba a darse una ligera idea de lo que poda haber pasado. Kurosaki era un vago, pero lo conoca lo suficiente como para saber que le estaba siendo sincero y que era incapaz de decir algo para zafar, era responsable: cuando no estudiaba y reprobaba, se quedaba callado y no rechistaba; que lo hiciese, entonces, le daba la pauta de que quizs haba otras razones.

—Casualmente, me doy cuenta —murmur colocndose sobre la nariz los lentes—que no has podido responder las preguntas que tienen que ver con los ltimos temas —sola ser comn, cada tanto y tal como haba dicho con anterioridad, que las maquinas largasen juegos cortados—. Treme los apuntes, s? Y veremos —concedi.
—Ok… —tom su examen y lo guard en su bolso para bajar al recreo y tratar de distenderse un poco.

Poda tener tanta mala suerte? Poda ser que la dichosa maquina justo, y oh casualidad, le diese slo a l una mala copia? Se fue por los pasillos, refunfuando. Estaba furioso porque haba perdido un domingo entero, encerrado en su cuarto (en un da de sol radiante) estudiando para ese condenado examen.

Pero eso no sera lo nico que le aguardaba al pobre muchacho de cabellera extica. Pronto se preguntara donde estaba ese Menos grande que lo meaba desde el cielo (o Hueco Mundo, si se prefiere). El timbre son, era hora de la clase de ingls; sinti una satisfaccin interna y momentnea, al menos estaba seguro de que le haba ido bien con dicha materia, ese sera el consuelo para tan nefasto da.

Claro, si Ishida no hubiese metido la mano. Para colmo esa profesora en particular tena la odiosa preferencia de dar las evaluaciones al fin de la clase y no al inicio, aletargando as la agona que causaba desconocer la nota.



Continuar…
Notas finales: Ríanse si quieren pero la mamá de mi sobrina más grande fue conocida en su momento de la misma forma (o casi) que Abarai. Pasó tiempo hasta que mi hermano la presentó formalmente, hasta ese entonces no tenía nombre y era conocida en mi familia como “la chica de la ventana” por ser siempre esa su entrada y salida habitual hasta que, luego de conocerla oficialmente (nombre incluido) optó por la puerta.
Sí, mi expresión fue la misma que tuvo Karin. Y ellos se creían que nosotros no nos dábamos cuenta.

Conozco bastante sobre detalles japoneses (costumbres y otros yuyos) por lo tanto sólo diré que antes de pensar que cometí un error me consulten ya que muchos tienden a creerlo (es decir, no es pecado no saber que los japoneses van a la escuela los sábados, por ejemplo). No puedo andar explicando todo (además me olvido la mayoría de las veces de hacerlo xD)

Sí, tuve un examen al estilo japonés y contrario a como es en mi país, que te exigen usar lapicera, allí no, al revés, te piden lápiz.

Bueno, cualquier duda, pregunten que si puedo respondo. Nos leemos por ahí, gracias por la lectura de éste humilde ficsito.

Jueves 21 de enero de 2009
Merlo, Buenos Aires, Argentina.

Cada vez que no dejas review Ishida intenta penetrarse con su propio miembro. Por el bien del Quincy, deja un comentario en cada fic que leas.

—Ahí está Yage, lo puse xD—

(Si quieren saber a qué viene esta incoherencia se quedarán con la gran duda. Naaa, consulten… por ahí les explico)

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