Para mi irreprochable:
Dejando a un lado los cordiales e innecesarios saludos —no lo son para ti y menos de mi parte—, lo sé, lo sabes. Sentado frente a la pantalla, borrando y escribiendo, aún me cuesta saber qué poner en esto que quiero llamar carta. Deseo sentirme capaz de poder confesarte —sincerarme contigo—, pero no me atrevo al tenerte de frente. No me siento lo suficientemente valiente. Lo más triste y raya en lo patético es que ni siquiera tengo un porqué, una razón que me justifique.
Hay momentos en los que me dan ganas de encararte, desahogarme, decirte mi pensar, mi sentir, poder responder tu interrogantes y no darme vuelta desdeñándote, haciendo un inútil intento por ignorarte, dime ¿cómo pretendo hacerlo, cuando eres lo único que ocupa mis pensamientos?
Sueno tan diferente a lo que soy. No, más bien a lo que he hecho creer que soy, aunque en el fondo sabemos la realidad, mi comportamiento está oculto tras una máscara, ¡trillado y absurdo! y para mi decepción, vergüenza, tan verdadero.
La indiferencia, el vivir bajo tu sombra, con las constantes comparaciones que no han hecho mas que me encierre en mi propio mundo — ¡como si de verdad se pudiera!— y aparenté ser alguien frío e indiferente, que poco a nada le importa si hablen de su persona, pero eso es una mentira ¡si pese a mi, es en lo único en que me fijo! ¿Qué piensan los demás?, ¿qué dirán?, ¿les gustó o no? Un poco sólo un poco de reconocimiento pido y cuando me lo das lo rechazo.
—No, tuyo no— me repito continuamente, no quiero nada de ti, del ser perfecto que siempre recibe halagos, atenciones, felicitaciones; de ti a quién secretamente admiro y de sobremanera envidio, a quien presumo detestar y en realidad me canso de tanto amar.
Tan ajeno y propio, tan sincero y mentiroso, ¿qué se supone que es esto?... era una carta. Cierto, ahora mi cuestionamiento es ¿realmente es una carta, qué se supone que estoy plasmando? ¿Esto es lo que con tanta vehemencia, desesperación quiero escribirte, decirte? Una serie de reproches o de oculta admiración, un listado de palabras que suponen identificación.
No creo siquiera puedas imaginar la frustración que siento, el grado de desilusión y desasosiego al sentirte tan maravilloso, cercano, parecido y abismalmente diferente, lejos. Esa misma perfección, sinónimo de ti hace que no te comprenda.
Idealizándote de tal forma que me es imposible hablarte, y no es por ti es por mí, no me siento a tu altura, me lo han hecho saber tantas veces.
Al final dudo dártela, no pude decir algo tan sencillo; añoro aquéllos tiempos cuando solía jugar y divertirme contigo, cuando eras mi querido y cercano hermano, no esa figura irreprochable en que te has vuelto, que no queda mal con nadie, sólo consigo mismo. Ni a mí me traicionas, superas todas mis expectativas, haces más creciente la admiración y fijación que siento de tu ser.
Supongo —a veces intento imaginar— lo difícil de ser tú, me pregunto tu autenticidad, veo en tus ojos tristeza, soledad. ¡Ya sé!, los verdaderos motivos, deseo hacértelo saber; no estás solo, aquí me tienes. De forma oral no puedo decírtelo, apenas y me atrevo mirarte a los ojos, abrazarte inimaginable.
Tanto para confesar, te necesito y creo me necesitas. Te amo. No quiero que estemos solos.
Sasuke
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