“Takuya y yo… ¡somos novios!”. Lo que los lectores y la autora venían deseando desde el primer capítulo se dio: Akiharu y Takuya decidieron ser novios.
Se despertó al sentir los rayos del sol pegar de lleno en su rostro. Trató de moverse pero no le fue tan fácil hacerlo, puesto que sus brazos estaban ocupados y otro par lo estaba rodeando. “¿Qué está pasando?”, se preguntó mientras trataba de abrir los ojos. Una vez que lo hizo, éstos le mostraron la escena más hermosa y tierna que nunca antes había visto: Takuya estaba durmiendo a su lado, abrazándolo, y él también lo abrazaba. Se veía tan lindo, sus mejillas estaban sonrosadas y su respiración era lenta y profunda. “Anoche… dormimos juntos”. Estuvieron hasta altas horas de la madrugada hablando, dándose pequeños besos, caricias y abrazos. “No hicimos nada más”. Increíble pero real, no habían llegado tan lejos. Al final, se quedaron dormidos, abrazados, en la cama del guitarrista.
Trató suavemente de abandonar la cama, sin despertar a su novio. Para su suerte, Takuya ni lo sintió. Se le quedó viendo un rato, en silencio. “Takuya… gracias”. En su rostro se dibujó una pequeña sonrisa. Un ruido molesto arruinó el ambiente. “Tengo hambre”, era su estómago. “Me pregunto si tendrá algo que comer de desayuno”. Caminó unos pasos para ir a la cocina pero algo lo detuvo.
-Miku…
-¿Eh?- volvió a ver a Takuya, quien aun seguía dormido- “Creí que se había despertado”.- dio media vuelta para irse.
-Miku…
-¿Takuya? “Está hablando dormido”.
-¿Por qué?
-Takuya.- se arrodilló junto a la cama.
-¿Por qué me… dejaste?- decía entre sueños.
-“¿Qué está diciendo?”
-No te… vayas…
-Takuya.
-No me… dejes… no me dejes solo… Miku…
-Takuya…- pasó su mano por la mejilla del guitarrista- Tranquilo.
-Miku…
-“¿Está… llorando?”- de los ojos del menor se escaparon dos pequeñas lágrimas.
-Miku… Miku…
-Takuya, yo…- tomó su mano- Yo no te voy a dejar.- la sujetó más fuerte- No te voy a dejar solo.
-Te extraño…
-¿Qué?
-Aki… haru…
-“Dijo mi nombre”
-Te… quiero…- el corazón del pelinegro se estremeció.
-Yo también te quiero, Takuya.- besó dulcemente su frente y salió de la habitación, dejando al guitarrista dormir.
Fue a la cocina. Abrió el refrigerador y tomó algunas cosas que le podrían servir, como huevos y jugo. Revisó la alacena y encontró pan y mermelada de durazno. “Supongo que puedo hacer algo con todo esto”. Comenzó a preparar el desayuno. En ese momento, alguien tocó el timbre. “¿Qué hago? Takuya sigue durmiendo. ¿Debería ver quién es?”. Se dirigió hacia la puerta y espió por el pequeño orificio que esta tenía. “Es un chico”. Lentamente abrió la puerta.
-¿Si?- se asomó.
-Eh… Creo que me equivoqué. Lo siento.
-Descuida.- se fue.
Cerró la puerta. Luego de unos segundos, volvieron a golpear. La abrió y otra vez era ese chico vestido de traje.
-¡¿Miku?!
-¿Eh?
-No puede ser… no…
-¿Disculpa?
-Ah… no, lo siento… Pero si es un hombre.- dijo para sí mismo.
-Si, soy hombre.- lo miró con cara de pocos amigo- “¿Quién es este sujeto?”
-Es que tienes cara…
-De Miku. Si, lo sé, extrañamente muchas personas me lo han dicho.
-Ja, ja… Disculpa pero… estoy buscando a Takuya.
-¿Takuya?
-Este es su departamento.
-¿Y?
-¿Quién eres tú para estar en su departamento?
-“¡Su novio!” Un amigo.
-Los amigos de Takuya son mis amigos.- intentó pasar pero Akiharu no se lo permitió.
-Todavía no sé quién eres tú. No puedo dejarte pasar a un departamento ajeno.
-Déjame presentarme.- del saco de su traje sacó una tarjeta y se la entregó.
-“Shigeaki Kato. Centro de traumatología nacional y…”… ah… eres traumatólogo.
-Estudiante de traumatología.
-Aun así no puedo dejarte entrar.
-¿Eh? ¿Por qué?
-Porque nos acabamos de conocer y… ese olor.
-Ah, no. Si se trata de olores no tengo la culpa.
-Huele a quemado.
-¿Eh?... Es verdad… huele a…
-¡El pan tostado!- fue corriendo a la cocina.
Se había olvidado de que estaba tostando pan. Para cuando llegó, el pan ya estaba negro por completo, parecía carbón y no se veía muy comestible ni agradable que digamos.
-Qué mal.
-¡Ah! ¿Qué haces tú aquí? ¿Cómo entraste?
-Por la puerta que dejaste abierta.
-¡Vete!
-No sin antes ver a Takuya.
-Takuya no está.
-¿Y por qué te dejó a ti solo?
-No te importa.
-¡Takuya!
-¡SHHHH! Cállate que está durmiendo.
-Voy a despertarlo.- caminó hacia la habitación del guitarrista- Takuya…
-Oye.- lo tomó del brazo antes de que golpeara la puerta.
-Déjame.
-No y vete de aquí.
-Takuya, hora de levantarse.
-Que te calles.
-¿Está enfermo?
-No pero…
-¡Takuya!
-Detente.
-No, no, no.- siguió golpeando la puerta poniendo su vista en Akiharu mientras se burlaba de él.
-¡Auch!- no pudo ver cuando la puerta se abrió y su puño fue a parar al rostro de Takuya, quien se llevó la mano a la cara en señal de dolo- Linda forma de despertar a uno, Shige.
-Lo siento.
-¿Estás bien, Takuya?- le preguntó su novio.
-Ah… Akiharu.- le sonrió- Estoy bien.
-Menos mal.- miró a Shige- Te dije que tuvieras cuidado.
-Fue tu culpa por distraerme.
-Claro que no.
-Claro que si.
-Que no.
-Que si.
-No.
-Si.
-¡Ya!- se callaron- ¿Qué es ese olor? Shige, no me digas que…
-¡No! Fue tu amiguito, se le quemó el pan.
-¿El pan?
-Es que estaba preparando el desayuno.- dijo con un puchero- ¡Pero este tipo!- señaló a Shigeaki- Me interrumpió.
-Oye, más respeto.
-Respeto y…
-¿Van a comenzar de nuevo?- los miró amenazante y se calmaron- Bueno… Akiharu, ¿estabas preparando el desayuno?- asintió- No era necesario que lo hicieras.
-No hay problema, me gusta cocinar.- Takuya lo miró con cara tierna- Pero las visitas inoportunas…
-Me sentí atacado.
-Ja, ja… Veo que ya conociste a mi primo.
-¿Tu primo?
-Si. ¿Qué pensaste que era? ¿Mi novio?- le dijo como broma.
-Tenía que cerciorarme, a ver si todavía me eres infiel.- continuó la broma y le guiñó un ojo.
-Tú eres el primer esposo.- rieron. Shige sólo miraba esa escena sin entender.
-Ya veremos. Bueno, voy a terminar de preparar el desayuno.
-Está bien.- Akiharu regresó a la cocina.
-Qué chico más interesante.
-¿Akiharu? Si, lo es.
-Sólo ponle un pequeño lunar debajo del labio y es…
-Si, si, lo sé. ¿Para qué viniste, Shige?
-Ah… Tengo algo muy importante que decirte.
-¿Qué es?
-Es sobre mi tía.
-¿Mi madre?
-Si. Verás, en el centro de traumatología en el que estudio…
-No.
-Pero si no te he dicho nada.
-Ya no quiero saber nada de eso.
-Es por mi tía Nanako.
-¿Cuántas cosas hemos intentado ya?
-Takuya, esta vez es diferente.
-No, Shige. No puedo, apreció lo que haces, en serio, pero no.
-Las probabilidades de que se recupere son del 65%.
-¿Y el 35% restante?- su primo bajó la mirada- Entiendo que quieras ayudarla… pero quienes tenemos que vivir con la depresión de mi madre somos mi hermano y yo.
-En todo caso sería Daisuke el que deba cargar con todo. Tú los dejaste y te viniste a vivir solo.
-Estoy en mi derecho de hacerlo.
-Eso no te lo discuto. Sólo quiero que pienses un poco más en tu familia.
-Y lo hago. Por eso… hago todo esto… Por eso soy músico.
-Deberías ir a verla más seguido. Cuando voy a visitar a mis padres, siempre acompaño a mi madre que va a verla.
-¿Y ya le dijiste esto a ella?
-Quería que fueras el primero en saberlo, como tú eres el hombre de la familia y los mantienes.- Takuya se recostó en la pared y miró al techo- No te digo que la operación debe realizarse mañana mismo, aun estamos investigando para que las probabilidades de que todo salga bien sean del 100%.
-No quiero darle falsas esperanzas a mi madre otra vez.
-Estamos trabajando duro. Si quieres, puedes venir un día y te lo explican mejor.- el guitarrista suspiró.
-Lo pensaré.
-Tómate tu tiempo.
-Esto… Takuya.- se asomó el pelinegro.
-Akiharu, ¿qué sucede?
-El desayuno ya está listo.
-Bueno, ya voy.
-Está bien.
-Ya tengo que irme.- dijo el primo del guitarrista.
-¿Ya?
-Si, tengo mucho para estudiar y ayudar a los profesores. Sólo vine para decirte eso.
Fueron hasta la puerta para despedir a Shigeaki.
-Shige, en serio voy a pensarlo.
-Cuando tengas tiempo será mejor que vayas a que te expliquen mejor.
-De acuerdo.
-Ah… Cuando lo veas a Shou, salúdalo de mi parte.
-Lo haré.
-Fue un placer conocerte… Miku.
-Me llamo Akiharu.
-Eso no quita el hecho de que tengas cara de Miku.- se burló.
-Shige…
-Bueno, bueno… Nos vemos.
-Adiós.- y se fue- Lamento si mi primo te causó problemas.
-No puedo creer que seas pariente de ese tipo.
-Mi familia es algo… eh… no es del todo normal… ¿Te pusiste celoso?
-¿Eh?
-Cuando llegó Shige.
-No.
-¿Seguro?
-Segurísimo.
-Te quiero.
-¿A qué viene eso?
-Sólo quería que lo supieras.
-Takuya.
-¿Qué?
-Si tú quieres… puedes decirme Miku.
-¿Eh?
-A mí… no me molesta.
-Akiharu…- el nombrado lo tomó de la mano.
-Yo también te quiero, Takuya.
-Miku…- sonrió.
-Vamos a desayunar.
-Si.
Entraron y se sentaron a desayunar. A Takuya le gustó mucho lo que Akiharu había preparado, la verdad que cocinaba muy bien.
-Takuya… No te dejaré solo.