“¿Puedo decirlo yo?” Está bien. “Un mes y medio después…” Así es. Ha pasado un mes y medio desde los hechos del capítulo anterior. Durante ese período, los chicos de Candy Shop han estado muy ocupados y por fin dieron su primer gran paso en el mundo musical: lanzaron su primer single, “Smile Ichiban Ii Onna”.
Por otro lado, los de Moonless estaban en medio de su gira por todo Japón. Hacía varios días que Akiharu no veía ni a Takuya ni a Teruki. Realmente los extrañaba, especialmente al guitarrista y el padre de éste no se lo hacía más fácil.
Estaba en la oficina de Gackt.
-Y… ¿qué quería decirme, Gackt-san?
-Suegro.
-Querido suegro.
-Te han enviado esto.- le dio un sobre.
-¿Qué es?
-Una carta.
-¿Una carta? ¿De quién?
-No lo sé, es para ti.
-¿Eh?- abrió el sobre y sacó una hoja de papel doblada de tal manera que cupiera en el sobre- Es… ¡¿de una fan?!
-Vaya, ya tienes una fan.
-Se llama Hikari… No puedo creerlo… “Miku-san de Candy Shop: me llamo Hikari, tengo 15 años y soy de Tokio. No estaba segura de hacerlo pero al final me decidí a escribir una carta. Primero que nada, felicidades a ti, a Kanon-san y a Yukihiro-san por haber lanzado su primer single. Lo vi un día luego de salir de la escuela, cuando fui con unas amigas a una tienda de música. La portada del CD me llamó mucho la atención y cuando leí el título me gustó mucho, me dio curiosidad por escucharlo ¡y vaya que no me arrepiento! Realmente me gustó mucho, tienes una voz muy linda y tocas muy bien la guitarra, además de escribir muy lindas canciones, aunque sólo haya podido conocer una sola, seguramente el resto de tus letras son igual de hermosas. Se han ganado una fan que las seguirá por bastante tiempo, te lo aseguro…”- y así seguía.
-Seguro que le gustaron.
-Si. Dice que nos seguirá de ahora en adelante. Eso es bueno, ¿no?
-Muy bueno. Aunque haya sido sólo una chica quien envió una carta, ella tal vez les diga a sus amigas y conocidos sobre ustedes y así más gente se interesará en su música; por algo se empieza.
-Qué lindo detalle… Me hizo recordar la primera vez que le envié una carta a Takuya.
-¿Le enviaste una carta?
-Si. Aun lo recuerdo, fue hace cuatro años, no sabía muy bien qué escribirle, sólo se me ocurrió comentarle que lo admiraba y que me gustaría ser guitarrista como él. A medida que escribía me ponía nervioso, entonces pensé en también escribirle a Tetsu-san, así no me sentiría como si fuera algo como una declaración de amor.
-¿Estabas enamorado de Takuya desde hacía tanto tiempo?
-No… bueno… tal vez… pero… ¿Por qué estoy hablando de esto con usted?
-Porque es inevitable, lo extrañas.
-Un poco. Hablo con él todas las noches pero no es lo mismo.
-Ah… el amor.
-Y…
-¿Qué?
-Usted no me lo hace tan fácil con esa gigantografía de él en esa pared.- señaló a dicho objeto en la pared. Era una foto de Moonless (para disimular).
-Ja, ja… Es normal que tenga una foto de mi hijo, ¿no? Seguramente tu padre también lo hace.
-Supongo… Bueno, tengo que ir a trabajar.- se levantó de su asiento.
-¿Vas a Boyaboya?
-Si, no puedo vivir de la música todavía.
-Saluda a Hyde de mi parte cuando lo veas.
-Está bien. Adiós, Gackt-san.
-Suegro.
-Adiós, querido suegro.
Tras salir de Off Side se dirigió a Boyaboya para cubrir el turno de la tarde. Había mucha gente en el lugar, por suerte no estaba solo.
-Kai.- lo llamó.
-¿Qué sucede, Miku?
-Hazme el favor de llevar esto a la mesa 5.
-Está bien.- Akiharu le entregó una bandeja y se fue.
-Takeru.
-Dime.
-¿Puedes hacer este envío a domicilio?
-Bueno. ¿A dónde tengo que ir?
-Aquí está la dirección y la orden.
-Enseguida regreso.- se fue.
-Miku-kun.- lo llamó Ken.
-¿Si?- se acercó a la ventana por donde pasaban las órdenes.
-Esto es lo de la mesa 9.
-Bien.- tomó la bandeja y se puso en marcha.
-Miku-kun.- lo llamó Hyde.
-¿Qué?
-Luego de eso te vas a lavar los platos.
-¿Eh? ¿Por qué yo?
-Porque si.
-No es justo.- llegó a la mesa 9- Disculpen la demora, aquí está su pedido.- lo dejó sobre la mesa- Buen provecho.- se fue- “No quiero lavar platos otra vez. ¿Qué puedo hacer?” ¡Ah!... Oye, Kai.
-¿Ahora qué, Miku?
-Hagamos una apuesta.
-¿Una apuesta?
-Si. El que pierda debe lavar los platos.
-Ah, no. No confío en ti.
-Vamos.
-Harás trampa como la vez de los baños.
-Mira, para que sea más justo hagamos “piedra, papel o tijera”, no se puede hacer trampa con eso.
-No lo sé.
-Si tú ganas, lavaré los platos y voy a tomar tu lugar mientras te tomas una hora de descanso.
-Una hora de descanso, ¿eh?
-¿Qué me dices?
-Bueno, está bien.
-Al mejor de tres.
-De acuerdo.
-¡Piedra, papel o tijera!- Akiharu hizo tijera.
-¡Waa!- y Kai hizo papel.
-Otra vez.
-¡Piedra, papel o tijera!- piedra.
-¡Casi!- otra vez hizo tijera.
-La última.
-Piedra…
-Papel…
-O tijera.
-¡¿Qué?!
-Creo que…
-¡No es justo!
-El papel le gana a la piedra, eso significa…
-Ya, está bien, voy a lavar los platos.
-Aun te falta mucho, Kai.
-Mejor cállate.- se fue a la cocina.
-Ah… por suerte las cosas se calmaron.- la puerta de Boyaboya se abrió.
-Hola, Miku.
-Oh, hola, Waka. ¿Qué haces aquí? Hoy es tu día libre.
-Es que me voy a encontrar con alguien aquí.
-Ya veo.
-Bueno, iré a pedirle algo a Mana. Ahora regreso.
-Está bien.- Waka se fue a la cocina. En ese momento, la puerta se volvió a abrir.
-¡Haru-chan!
-¿Eh? ¡Ai-chi!
-Mira lo que tengo.
-¡¿El single?!
-Si, por fin pude comprarlo. Me muero por oírlo.
-Gracias por comprarlo, Ai-chi.
-Para qué son los amigos. Oh, ¿podrías autografiarlo?
-¿Mi autógrafo?
-Si. Tú eres Miku, el vocalista y guitarrista, ¿no?
-Bueno, está bien. Tendrás el privilegio de tener el primer autógrafo de Miku de Candy Shop.
-Me siento honrada.- ambos rieron.
-Iré a buscar algo para escribir. Si quieres, puedes esperar en una mesa.
-Me parece bien. De hecho tengo un poco de hambre.
-Bien, te traeré algo para comer también. Pasa por aquí.- la llevó hasta la mesa 3, cerca de la puerta de entrada.
-La última vez que vine pedí muffins, así que eso será lo que pida esta vez también.
-¿Con una taza de leche con chocolate?
-Tú si que sabes.
-Enseguida regreso.
Mientras Akiharu fue a buscar las cosas, Ai leía la letra de la canción; tenía curiosidad por lo que su amigo había compuesto. El sexy jefe del lugar puso la radio para tener un poco más de variedad en cuanto música. “Pintando tus uñas y con tu maquillaje vistoso… Incluso si sientes que te has vuelto una chica popular… Te preocupas por algo que está mal… Tampoco quieres mentir ¿verdad?”, era lo que decía la canción.
-¿Eh?- Ai se quedó pensativa. Luego volvió a leer la letra de la canción.
-“Si no puedo amarme a mí mismo, ¿cómo podría amar a alguien más?”
-Esta canción…
-Ai-chi, encontré un bolígrafo.
-¡Akiharu!
-¿Q-qué?
-¡Eres tú!
-Si, soy yo.
-¡Es tu voz!
-¿Mi voz?
-Escucha.
-“No me mires con esos ojos brillantes y húmedos… La única que quema mi corazón eres tú…”
-“La chica de la mejor sonrisa”- terminó cantando.
-¿Esa es tu canción?
-Si.
-Nunca antes la había escuchado.
-No sabía que ya la estaban pasando en la radio. De hecho, ni siquiera había pensado que la pasarían tan rápido.
-Si siguen así, pronto serán famosos.
-Es verdad. “Todo esto es gracias a mi suegro… eh… digo, Gackt-san”.
-Ahora con más razón quiero tu autógrafo.
-Ja, ja… Está bien.
-“La única que enciende mi corazón eres tú… La chica de la mejor sonrisa… Eres mi sol”- mientras Akiharu le daba su autógrafo a su amiga, la canción llegó a su fin.
-Aquí tienes.
-Muchas gracias. Es una canción muy linda.
-¿Tú crees?
-Si. Muchas chicas se sentirán identificadas con ella.
-Espero tener suerte en esto.
-Lo tendrás. Kanon y Yukihiro-san son muy buenos y tú también. Yo sé que lo van a lograr.
-Gracias, Ai-chi.
-Tus amigos siempre vamos a estar contigo.- se abrazaron.
-¿Serás mi fan número uno?
-Si tu hermana me lo permite.- ambos rieron, aun estando abrazados.
¿Quién iba a decir que justo en ese momento llegaría alguien inesperado a Boyaboya? Se suponía que estaba ocupado con sus asuntos a varios kilómetros de Tokio. Se quedó parado en la entrada, viendo esa escena. Aunque gran parte de su rostro estaba cubierto por unos lentes negros de sol, era evidente que estaba molesto. Akiharu por fin se dio cuenta.
-¡Ah!- rompió el abrazo.
-¿Qué?
-Takuya…
-¿Takuya?
-No puedo creerlo.- se acercó rápidamente a él; estaba muy feliz de verlo otra vez- Takuya, ¿qué estas haciendo aquí? ¿Y la gira? ¿Cuándo llegaste?- no respondió a ninguna de sus preguntas, sólo apartó la mirada- ¿Eh? ¿Qué sucede?
-Nada.
-Te oyes molesto. ¿Discutiste con alguien?
-Eso no te importa.
-Takuya, ¿por qué te comportas así? Hace días que no nos vemos, vienes y me tratas mal. ¿Qué te pasa?
-Tú deberías saberlo.
-¿Es por algo que dije? Si es así no lo sé. Por favor, dime qué hice mal.
-No es nada.
-¿Es porque no te llamé aquella noche en que habíamos quedado para hablar? Ya te lo expliqué, mi celular se quedó sin batería.
-No quiero discutir contigo.
-Está bien.- dijo de mala gana y dio media vuelta para regresar con Ai.
-Espera.
-¿Qué?
-Lo siento, tú no tienes la culpa de nada.
-¿Me dirás lo que te pasa?
-Perdón, ya sabes que… soy…
-Muy celoso, si, lo sé. Pero… Ah… ya entiendo. Ay, Takuya, ella es Ai, es mi amiga, la conozco hace años, es como una hermana para mí.
-¿Lo ves? Por eso dije que no tiene importancia. La culpa es mía… No es que desconfíe de ti… Perdón…- bajó la mirada.
-No… está bien.- se quedaron en silencio.
-Esto… Disculpen.
-Ai-chi, ¿qué sucede?
-Takuya-san…
-Eh… ¿Si?
-¿Podrías… darme tu autógrafo?
-Ah… S-si, está bien.
-¡Kya!- de su bolso, sacó un cuaderno y le entregó a Takuya el bolígrafo que había usado su amigo.
-¿Cómo te llamas?
-Ai Otsuka.
-“Para Ai-san”… Aquí tienes.
-¡Wa! ¡Muchísimas gracias!
-¿Estabas celoso de una fan?- le susurró su novio.
-¿Eh?
-Ai-chi es una gran admiradora tuya.
-¿En serio?
-¿Qué cosas dices, Haru?- se ruborizó.
-Ja, ja… ¿Lo ves?- la puerta se abrió por tercera vez.
-Takuya, no me esperaste.
-Ah, lo siento, Teruki-san.
-¡Teruki!- exclamaron Ai y Akiharu.
-Oh, ¡Haru, Ai-chi! ¿Cómo están?
-Muy bien.- respondió su amiga.
-¿Qué están haciendo aquí? Se suponía que estaban de gira.
-Y lo estamos.- dijo el baterista.
-Es sólo que extrañábamos Tokio.
-Además, tenemos cosas que hacer.
-¿Cosas que hacer?- preguntó el camarero.
-Miku,- llegó Waka de la cocina- Mana quiere que vayas a buscar la orden que le llevaste y… Ah… Hola, Takuya, Teruki-san.
-Hola.- saludó el guitarrista.
-¿Cómo estás, Waka-san?
-Bien… Eh… ¿Ya vamos?
-Si… Takuya, recuerda que debes llegar como máximo a las once de la noche.
-Está bien, pero… ¿A dónde vas?
-Tengo cosas que hacer, ya te lo dije. Y recuerda que está prohibido…
-Si, lo sé, no tienen por qué recordármelo todo el tiempo.
-Bueno, Haru, Ai-chi, nos vemos. Vamos, Waka-san.
-Si. Nos vemos.- Teruki y Waka salieron de Boyaboya.
-¿Desde cuándo…?- preguntó Akiharu.
-¿Ellos dos…?- siguió Ai.
-Así que por eso quiso acompañarme.
-¿Eh? ¿Qué cosa, Takuya?
-Después te digo.
-Haru, ¿y mi orden?
-Ah, si, voy a buscarla. Takuya, ¿tú qué harás?
-Voy a ver a mi madre, tengo algunas cosas para ella. Más tarde regreso.
-Está bien… Eh…
-Te enviaré un mensaje.
-Bien.
-Nos vemos más tarde. Fue un placer conocerte, Ai-san.
-Igualmente y gracias por el autógrafo.
-Adiós.
La tarde dio paso a la noche. Akiharu estaba a punto de salir del trabajo, mas tenía que esperar a su novio quien le había dicho que pasaría a buscarlo. Alrededor de las siete, el guitarrista llegó a Boyaboya. La pareja de enamorados salió del restaurante sin rumbo fijo, no tenían planes, así que fueron a un parque bastante aislado, sólo había parejas caminando, centrados en sus asuntos. Se sentaron en un banco, no había mucha luz, así que nadie podría reconocerlos. Se sentaron abrazados.
-Te extrañé.
-Yo también, por eso regresé.
-¿No hay problema si estás aquí?
-No, además Teruki-san también vino.
-¿Por qué regresó?
-Bueno, él no me lo dijo, pero la razón de que haya vuelto es Waka.
-¿Waka? Entonces son…
-No creo que aun sean novios, por lo menos no del todo.
-Ja, ja… Ya era hora de que Teruki buscara una novia.
-Espero que les vaya bien.
-Yo también, después de todo, ellos hicieron bastante por nosotros.
-Aunque no salió muy bien.
-Pero terminó mejor.
-Es verdad.- se acurrucó en el pecho del mayor- Te amo, conejito.
-Ya quiero que se termine la gira para que estemos juntos otra vez.
-Si. Hay que aprovechar este momento que estamos juntos.
-¿Quieres…?
-Me gustaría.- sonrió pícaro.
-Yo no tengo problema.
-¿En serio?
-Si… Yo quiero.
-¡WAAAA! ¡No puede ser!
-¿Eh?
-¡¿Por qué justo hoy?!
-¿Qué cosa?
-Es que… no puedo hacerlo.
-¿Por qué?
-La primera regla durante una gira es: no alcohol.
-¿Y eso qué tiene que ver?
-A eso voy. La segunda: abstinencia.
-¿Abstinencia?
-Nada de sexo. Pusieron esa regla por mí.
-¿Y obedeces las reglas? Qué buen niño eres.
-Debo hacerlo o Bou-senpai le dirá a mi mamá.
-Ja, ja, ja… No puedo creerlo, la primera vez que Takuya dice que no a la hora de hacerlo.
-No te rías.
-Ja, ja… Lo siento, mi niño, pero… ja, ja, ja…
-Me voy.- se puso de pie.
-No, espera.- lo sujetó del brazo.
-¿Dejarás de burlarte de mí?
-Si, perdona. Ven aquí.- hizo que se sentara y le dio un beso- Extrañaba el sabor de tus labios. Te has vuelto una adicción.
-¿Adicción al amor?
-Mmm… Si, algo así.- volvieron a besarse más apasionadamente. Las caricias no tardaron en aparecer. Ambos querían más del otro- Soy adicto a ti, Takuya.- susurró en medio del beso.
-Corremos un gran riesgo al hacer esto aquí.- rompió con esa unión que tenían.
-Eso lo hace más excitante.
-Un paso en falso y todo se termina.
-¿Quién dice que esto tiene un final?
-La sociedad.
-¿Le temes al qué dirán?
-Si te digo que no, te estaría mintiendo.
-A mí no me importa lo que digan los demás, con tal de tenerte a mi lado.
-Sólo somos dos personas contra el mundo.
-Somos valientes al enfrentarnos a ellos.
-¿No tienes miedo?
-Si, tengo mucho miedo. Pero si estoy contigo me siento bien.
-Yo siempre voy a estar para ti.
-¿Me amas?
-Demasiado.- besó sus labios- ¿Sabes? Antes de irme, cuando estaba empacando mis cosas, encontré una caja llena de cartas de los fans de hace más o menos cuatro años.
-¿Si?
-Y encontré una que me llamó mucho la atención.- sacó un sobre de su bolsillo.
-¿Esa…?
-“Takuya, guitarrista de Moonless: me llamo Akiharu. Debo admitir que soy un gran admirador tuyo. Me fascina la manera en que tocas la guitarra, lo haces ver tan fácil que he comenzado a pensar en dedicarme a ello. No estoy seguro de que me volveré un guitarrista tan bueno como tú, pero me voy a esforzar”.- se quedaron en silencio. Akiharu estaba ruborizado- Cuando la encontré y la leí otra vez, me sentí muy feliz. De cierta forma, me hizo pensar en que estábamos destinados a estar juntos.
-La escribí hace tanto tiempo… Jamás hubiera creído que aun la conservabas.
-¿Por qué? Los fans escriben tan ilusionados y con todo su corazón, lo menos que podría hacer es conservar sus cartas. Esta en especial la voy a conservar por mucho más tiempo.
-Takuya…- apoyó su cabeza en el hombro del menor- ¿Cuánto falta para que se termine la gira?
-Tres semanas más.
-Trataré de soportarlo.
-Me lo haces más difícil, conejito.
-Justo que hoy quería… Ni modo, habrá que esperar.
-Son los sacrificios que debe hacer uno al llevar una vida tan ocupada… Estate listo para cuando todo termine.
-Sólo espero que pueda sentarme después de eso.
-Ja, ja… Voy a tener muchas energías.
-Voy a prepararme.
-Ya verás.
-Creo que… vamos a jugar por un buen rato.