“Este tipo es mi copia”. Por fin, Akiharu cara a cara con T.
Para Akiharu era como estar viéndose en un espejo. Esa cara, la suya, en otro sujeto parado enfrente de sí. Esos ojos, esa boca, hasta el corte de cabello, aunque rubio, y la manera de vestirse. Era igual. No reaccionaba, no caía en cuenta de nada.
-¿Y?- habló mientras se levantaba de la cama.
-Tú… ¿Por qué… tu rostro…?
-¿Por qué me parezco tanto físicamente a ti? Ah… Pues… digamos que esa es la magia de la cirugía plástica.
-¿Cirugía?
-Tu rostro es tan hermoso que quería tenerlo.- le acarició una mejilla- Qué piel tan suavecita.- Akiharu se estremeció al sentir el dedo de T tocar su piel.
-N-no…
-¿No qué?
-No hagas eso, por favor.
-Oh… Parece que aun no olvidas los roces de Takuya.- Akiharu apartó el rostro.
-No digas ese nombre.
-¿Tan mal te dejó?
-Ya no quiero pensar más en eso.
-¿Quieres olvidarlo?
-No lo sé.
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Takuya iba manejando su auto, en el asiento trasero iba Yori.
-¿A dónde vamos?- preguntó el niño, pero su padre no le respondió- Papá… papá…- Takuya iba muy concentrado en sus pensamientos.
-“¿Por qué lo hice? ¿Por qué lo dejé? Realmente no quería hacerlo… Ahora piensa que no lo amo”. Miku…
-Papá…
-¿Eh? Ah… ¿Qué sucede?
-¿A dónde vamos?
-Vamos a la casa de Bou-senpai.
-¿Papá Miku está allí?
-No… pero no puedo llevarte conmigo a donde él está.
-¿Vas a buscar a papá Miku?
-Si.
-¿Y podremos ir a jugar juntos?
-Podremos jugar a lo que quieras.
-¿Y volveremos a ver películas en su casa y dormir juntos?
-Si. Nos quedaremos juntos para siempre.- detuvo la marcha del vehículo frente a un semáforo en rojo- Miku…- sacó de su bolsillo la hoja de papel que tenía escrita la canción que Akiharu había compuesto especialmente para él.
[¿Cuánto he caminado?
Si miro hacia atrás puedo ver un rastro de lágrimas.]
Las bocinas de los demás conductores lo hicieron reaccionar. Secó las pocas lágrimas que habían salido de sus ojos y arrancó.
“No quiero perderlo.”
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-Si quieres, puedo ayudarte a olvidar todo lo malo que te hizo.
-T…
-Me llamo Towa.
-To… Towa… ¿por qué hiciste todo esto?
-¿Y aun lo preguntas? Ya te lo he dicho: porque te quiero a ti.
-¿Qué es lo que quieres de mí exactamente?
-Todo.
-¿Qué?
-Quiero todo de ti.- rodeó su cuello- Tu cuerpo… tu corazón… tu mente…- lo besó. Akiharu no hizo nada para evitarlo.
[Estoy herido, recibí demasiados golpes,
Pero finalmente he llegado donde estás.]
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Detuvo el auto frente al edificio donde vivía Bou. Fueron hasta el departamento del mayor, llamó a la puerta y a los pocos segundos Bou apareció.
-Takuya… Yori-chan… ¿Qué sucede?
-Senpai, por favor, cuida a Yori.- le dio la mochila del pequeño- Aquí están sus juguetes para que no se aburra y un poco de ropa por si se ensucia.
-Entiendo, pero… ¿Qué pasa?
-Tengo que ir a buscar a Miku.
-¿A Akiharu?
-Si no me apresuro, será demasiado tarde.- se puso a la altura del pequeño castaño- Yori, quédate con Bou-senpai mientras voy a buscar a papá Miku, ¿si?
-Si… pero… no le hagas nada a tío Towa.
-¿A quién?
-A tío Towa. Él y mamá son buenos amigos.
-¿Towa?
-¿No será… ese sujeto que tanto les ha arruinado la vida?- preguntó Bou.
-Tal vez… Eso quiere decir… que Miku fue a encontrarse con él.- apretó fuerte sus puños- Desgraciado…
-Papá…- la tierna mirada del pequeño hizo que se tranquilizara un poco.
-Yori…- lo abrazó- Te quiero mucho.
-Yo también te quiero, papá.- Takuya rompió el abrazo y suspiró.
-Pórtate bien.
-Si.
-Buen niño.- se levantó- Cuídalo mucho, senpai.
-No tienes nada de qué preocuparte.
-Espero llegar a tiempo. Mejor me voy. Nos vemos.- comenzó a caminar hacia el ascensor.
-Takuya.- lo llamó.
-Dime.- se volteó a verlo.
-Tranquilo, ¿si?- le dijo serio.
-Si.- se fue corriendo.
[Algo como el amor; eres tú quien siempre exige demasiado.]
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Towa acorraló a Akiharu contra la pared, sin perder el contacto. Lo besaba con mucho deseo, el pelinegro no reaccionaba, se dejaba hacer todo. Sentía cómo la lengua del rubio se movía dentro de su boca y sus dedos se enredaban en su cabello. Akiharu tenía la vista puesta en la nada, sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas. Towa lo notó y se detuvo.
-¿Qué sucede?- le preguntó con una sonrisa- ¿No te gustó?- no le respondió- ¿O será que quieres más?
-Takuya…
-¿Takuya?
-Sal de mí… quiero que tu huella se borre de mi cuerpo…
-¿Quieres olvidarlo?
-Si…- su rostro se humedeció- Quiero olvidar a Takuya para siempre…- Towa sonrió.
-Muy bien… te ayudaré.- lo tomó de la mano- Vamos.
[Algo como el amor; si no te tengo, no existe para mí ninguna razón para vivir.]
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En el hogar de Teruki y Waka, estaban almorzando en la cocina.
-Mira,- dijo Teruki- comenzó a llover.- lo notó al mirar por la ventana. Suspiró- ¿Me pasas el jugo, por favor?... Waka… Waka…
-Nnh…- se quejó.
-¿Waka?
-N-no…- soltó sus palillos y se tomó la cabeza y la panza.
-¿Qué te sucede?- se levantó de su lugar preocupado- Waka… ¿Contracciones?
-Mi… Miku…
-¿Miku?
-D-dos…
-¿Dos?
-No… no le… no le hagas eso…
-Una visión.- puso sus manos sobre sus hombros- ¿Qué estás viendo?
-Ten cuidado… Miku… Miku…
-Akiharu… ¿Qué le pasa a Akiharu, Waka?
-Detente… ¡Ah!- cayó sobre Teruki.
-Waka… ¿Estás bien?
-Teruki… tuve… una visión.
-¿Qué viste?
-Miku… Akiharu… debes hacer algo…
-¿Qué le pasaba?
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Las gruesas gotas de lluvia caían sobre el parabrisas. Takuya tomaba fuertemente el volante con sus manos. Los recuerdos lo bombardeaban: cuando se conocieron, cuando Akiharu lo encontró con una mujer en su departamento, cuando se volvieron a encontrar y hablaron por mucho tiempo, el beso de Noche Buena, el mensaje en Año Nuevo, cuando lo hicieron tras bambalinas, la vez que Akiharu le confesó su amor y debió rechazarlo, cuando perdieron el control en el parque de diversiones, cuando se pusieron de novios, la noche que le contó sobre Miku, cuando se reconciliaron e hicieron el amor por primera vez. Eran tantos los momentos que vivieron juntos.
-Akiharu… perdóname…- sollozó.
[¿Me amas realmente con todo tu corazón?
Incluso ahora, dudo que me ames.]
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Se recostaron en la cama, Towa debajo de Akiharu. El rubio tenía una enorme sonrisa dibujada, mientras que el pelinegro temblaba.
-Tranquilo…- le acarició el pecho por sobre su ropa.
-Towa… ¿qué pasa… si por alguna razón… digo el nombre de Takuya?
-¿Qué pregunta es esa?
-No creo que me sea sencillo hacer esto.
-Oh… Yo te haré olvidar a ese sujeto que no te supo apreciar… Yo te haré feliz.
-Towa…- lo miró sin poder creer. Lentamente fue acercándose a sus labios.
-Te amo… Akiharu…
-¿Me… amas?
-Demasiado.
El espacio entre sus labios se redujo a cero. Fue Akiharu quien comenzó a besarlo. Al principio sintió mucho temor, pero pronto se sintió más confiado. Sus manos fueron deslizándose de a poco sobre el abdomen del rubio. Towa lo correspondía como si nada, después de todo, eso era lo que tanto había buscado. De un momento a otro se detuvo.
-¿Y ahora qué?- cuestionó el rubio.
-No eres Takuya.
-¿En serio? No me digas.
-No seas sarcástico.
-En todo caso, me parezco más a ti.
-Towa, no puedo hacerlo. No puedo sacar a Takuya de mi mente.
-¿Y de tu corazón?
-¿Eh?
-¿Lo sacaste de tu corazón?
-Yo…n-no… no lo sé…
-Mi amor…- le acarició una mejilla- No debes ponerte así por alguien que no supo valorarte. Él tuvo su oportunidad para demostrarte cuánto te amaba y no aprovechó el momento.
-Pero me dijo tantas veces que me amaba…
-¿Y por qué te dejó? ¿Te dio alguna explicación?
-N-no.
-Si realmente te amaba, en primer lugar, no te habría dejado, y, en segundo lugar, te hubiera explicado todo detenidamente.
-¿Takuya… no me amaba?
-O por lo menos no lo hacía como lo hago yo.
-Nunca me amó… todo era mentira…
-Jugó con tu corazón, Akiharu.
-Yo… yo sí lo amaba… y él… me utilizó.
-No, no llores, no vale la pena llorar por él.
-Pero… me duele tanto… me partió el alma.
-Akiharu…- lo abrazó, pegándolo más a su cuerpo, aun estando el pelinegro sobre él- Yo te haré sentir mejor… yo me quedaré a tu lado por siempre… Quiero entregarme enteramente a ti.
-¿Quieres… que te haga mío?- preguntó mientras se secaba las lágrimas.
-Eso me encantaría… Después de eso, no te dejaré jamás.
-Entonces…
[Yo solo, alcancé ese lugar de mis sueños
Y cuando te encontré, estabas allí, temblando.]
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“Por favor, Akiharu, no hagas nada de lo que puedas arrepentirte luego. Yo aun te amo, sólo espera un poco, llegaré para recuperarte y nunca más dejarte ir”. Las calles de Tokio eran un caos total, muchos autos, bicicletas y peatones, sumando la fuerte lluvia, hacían que transitar por la ciudad fuera una difícil y peligrosa misión. “El clima está empeorando cada vez más… me recuerda… a aquel día… el día en que Miku murió… Miku, si me estás viendo en este momento, por favor, ayúdame a recuperar mi amor.” Iba tan rápido como podía.
[No llores, nunca me iré de tu lado, aún si esto significa abandonarlo todo.
Ni siquiera puedo ver mi futuro si no estás conmigo, pues nada tiene sentido sin ti y si tú no estás, de nada me sirve.]
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Entre beso y caricia, fue despojándolo de su ropa. Towa estaba más que feliz. Akiharu, en cambio, estaba asustado, avanzaba un paso y retrocedía dos, se acobardaba. El rubio hacía todo lo posible para tranquilizarlo y lograr que hiciera lo que tanto esperaba. “Debes hacer que los rastros de Takuya desaparezcan de tu cuerpo, Akiharu, no debes vivir amarrado al pasado, a un amor que no pudo ser… eso mismo le dijiste a Takuya una vez”. Le besó el cuello, robándole un primer suspiro, eso lo motivó a seguir avanzando. Dejó su torso al descubierto y lo acarició. Towa no perdía la sonrisa de su rostro.
-¿Cuándo te enamoraste de mí?- le preguntó para luego besarle el pecho.
-Fue… amor a primera vista… Había acompañado a una amiga a un concierto de Candy Shop y te vi, parado en el escenario; simplemente me cautivaste, me encantaste, no podía quitarte los ojos de encima… eras increíble.
-¿Increíble?... “Es increíble… recuerdo que eso mismo solía pensar de Takuya… entonces…” Tú no me amas.
-¿Qué?
-No me amas, Towa, sólo soy un amor platónico para ti.
-No lo eres.
-Si, lo soy. Sé muy bien de qué se tratan los amores platónicos… porque… Takuya era lo mismo para mí…
-Pero tú no lo eres para mí, sino no estarías aquí, sobre esta cama, conmigo.
-¿Eh?
-Míranos. Llegamos a estar juntos sobre una cama, besándonos… lo nuestro puede ser, Akiharu.
-¿Crees que… esto pueda funcionar?
-Si, lo creo y espero… Yo te amo… por favor, ámame tú también a mí.- esa cara de niño inocente le hizo perder la razón.
-Mi niño…
[Los brillantes rayos del sol de la mañana iluminaron tu durmiente rostro y yo, avergonzado, sonreí; éramos tan felices juntos…
Lamento que todo el amor que por entonces sentía, desapareciera para siempre…]
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En el departamento del guitarrista mayor de Moonless.
-¡¿La vida de Akiharu corre peligro?!- preguntó Bou a Teruki, quien estaba del otro lado de la línea telefónica.
-“Eso es lo que Waka vio.”
-¿Por qué no se lo dices a Takuya directamente?
-“Porque lo alteraría, se pondría muy mal.”
-Entonces ya es muy tarde.
-“¿Tarde?”
-Takuya fue a buscar a Akiharu.
-“¡¿Qué?! ¿Takuya sabe dónde está Akiharu?”
-Supongo, parecía muy seguro.
-“¿Y no te dijo dónde era, Bou?”
-No, sólo me dejó a Yori… Oh, espera… Yori-chan.
-¿Si, tío Bou?- dejó los bloques con los que estaba jugando para acudir al llamado del guitarrista.
-¿Sabes a dónde fue Takuya?
-Fue a buscar a mi papá Miku.- contestó con toda su inocencia.
-Si, pero, ¿dónde está tu papá Miku exactamente?
-Con mi mamá y mi tío Towa.
-¿Dónde?
-En el hotel donde trabaja mi mamá.
-¿Y cuál es?
-El que está enfrente del edificio de los teléfonos.
-¿El que está enfrente del edificio de los teléfonos?
-“¡Ya sé cuál es!”- exclamó Teruki.
-¿En serio?
-“Si. Gracias, Bou.”- cortó.
-Eh… De nada…
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Ya casi, faltaba poco para que Towa consiguiera lo que quería, Akiharu estaba comenzando a desvestirse, sólo los pantalones de jeans le quedaban. El pelinegro se dispuso a quitarle las últimas prendas a su acompañante. “Ya no dudes más, Akiharu, olvídate de Takuya de una maldita vez”. Su corazón y su mente estaban en medio de un gran debate: hacerlo con Towa o no hacerlo y seguir siéndole fiel a Takuya a pesar de que él no lo amara.
-Towa, perdón, no puedo.- se levantó de golpe.
-¿De nuevo te detienes?
-Lo siento, pero no quiero mentirte ni a ti, ni mentirme a mí mismo… Sigo amando a Takuya y no puedo evitarlo.
-Entonces… ¿no me harás tuyo?
-No… Me niego a hacerlo, sólo te estaría haciendo daño… Yo… no puedo corresponder a tus sentimientos.
-Te sentirás mejor después.
-No insistas. Yo no te amo, ¿entendiste? Nunca te amé, no te amo, ni te amaré. Mi corazón siempre fue y será de Takuya.
-Con que Takuya, ¿eh?
-Si. Él es a quien más amo.
-Entiendo… Oh, bueno…- se estiró en la cama, casi en el borde- Yo no quería recurrir a esto…- tomó un bolso que estaba al costado de la cama- pero no me dejas otra opción.- sacó un revólver.
-¿Q… qué… vas a…?
-Matarte tal vez.
-¡¿Matarme?!- se tensó.
-A menos que me hagas tuyo.
-¡¿Qué?!
-Hazme tuyo o no vivirás para contarlo.
[Algo como el amor; eres tú quien siempre exige demasiado.]
-No estarás hablando en serio, ¿o si?
-Oh, hablo en serio… muy en serio.
-Towa…- tragó en seco- No querrás matarme… me amas, ¿lo recuerdas?
-¿Y eso qué? Tú no me amas a mí, no sientes nada… Te repugno, ¿verdad?
-N-no… es sólo que… no comparto tus sentimientos.
-¿Por qué?- se puso de pie; Akiharu retrocedió unos pasos- ¿Por qué Takuya y no yo? ¿Qué tiene él que no tenga yo?
-Takuya… Takuya… es…
-¿Qué es? ¿Qué tiene que lo haga tan especial para que tú y esa zorra lo quieran tanto?
-¿A quién te refieres cuando dices “zorra”?
-La zorra de Yumi, ¿quién más?
-¿Yumi-san?
-Si, la misma. Es una maldita zorra, sólo me acompaña para aprovecharse de la situación.
-¿Yumi-san… es tu cómplice?
-Si. Ella quería a toda costa tener a Takuya de vuelta. ¿Y qué mejor excusa que diciéndole que es el padre de su hijo?
-¿Yori no es hijo de Takuya?
-Claro que no, es todo mentira. Esa mujerzuela era capaz de acostarse con cualquiera, incluso conmigo. El pequeño Yori, tan encantador como lo ves, es hijo de esa maldita y un tipo al que nunca más volvió a ver después de una noche… Pobre niño, tan bueno que es y tiene una madre prostituta y un padre que ni siquiera sabe que existe. Me asombra que tú lo hayas aceptado como si fuera tu hijo.
-Él no tiene la culpa de nada.
-Eso seguro… pero… para que existan las personas felices, debemos existir los infelices.
-¿Qué? “Eso mismo le dije a Waka hace unos días”
-Soy un maldito infeliz, Akiharu. Sólo mira lo que estoy haciendo, te estoy amenazando con un revólver para obligarte a tener sexo conmigo… creo que no soy tan diferente a Yumi como lo pensé. Ja, ja… ja, ja, ja…- comenzó a reírse a carcajadas, fuertes risotadas.
-“Está loco”- siguió retrocediendo con mucho temor, sin despegar los ojos del maniático, hasta llegar a la puerta y tomar la perilla para tratar de girarla.
-¿Acaso crees que nací ayer?- Akiharu se detuvo en seco al ver el cañón del revólver apuntarlo directamente- Regresa aquí.
-Towa… no me hagas nada, por favor.
-Me temo que ya no puedo dejarte ir así como así. Ahora sabes toda la verdad, bah, sólo una parte. Podrías ir con la policía y denunciarme. Y mientras me esté pudriendo en la cárcel, Takuya y tú vivirán felices. ¡No lo voy a permitir!- disparó al aire. El pelinegro se cubrió la cabeza y se tiró al piso.
-To-To-To-Towa… tra… tranquilo.
-No me voy a tranquilizar. ¡Ponte en mi lugar! La persona que yo más amo, tú, no me ama, ¡no me amas!
-Estoy en tu misma situación, ¡tú me pusiste en ella!
-Así que el culpable soy yo… Entonces…- puso el revólver en su sien.
-E-es-espera… ¿no estarás pensando en…?
-Yo soy el culpable de todo, destruí tu vida, la vida de la persona que más amo, sólo por un capricho… Fui muy egoísta.- comenzó a llorar- Soy de lo peor…
[Algo como el amor; si no te tengo, no existe para mí ninguna razón para vivir.]
¿Qué hacer en ese momento? Todo iba de mal en peor. Si le decía que lo amaba, les estaría mintiendo a Towa y a él mismo y también le sería infiel a Takuya. Si le decía que no, eso podría acabar en una tragedia. Tomó coraje y decidió enfrentarlo como todo un hombre.
-Escucha, Towa. Cometiste errores, todos cometemos errores, somos humanos. Baja el arma, hablaremos tranquilos.
-No… no podemos… ya no podemos ser felices… lo arruiné… lo arruiné… ¡Arruiné todo!- disparó, pero no se disparó a él mismo, le disparó a Akiharu; por suerte, la bala sólo lo rozó.
-¡Ah!- se tomó el brazo izquierdo, herido por el roce del disparo.
-No… te lastimé… te hice daño…- temblaba y lloraba.
-Towa… cálmate…
-Miku… Miku… perdóname… no te enfades conmigo… Miku…
-¿Qué…? Nnh… Mi brazo.- estaba sangrando.
-Takuya… ¿por qué… por qué? ¿Qué tiene él que les gusta a todos?
-Towa…
-Primero Miku… después Yumi… luego Akiharu… ¡¿Qué tiene?!
-“¿Por qué hace diferencia entre Miku y yo?” ¡Ah!... No… no puede ser… ¡¿Estás hablando de “esa” Miku?!
-¿Miku?
-Tú también conocías a Miku, ¿verdad?
-Miku… mi primer amor… Takuya… ¡Takuya me la robó!
-¿Te la robó?
-A los siete años… se mudó… no la volví a ver por mucho tiempo…- se tomaba el rostro- Nos comunicábamos por cartas… siempre me alegraba mucho cuando recibía sus cartas… Cuando cumplí once años… fui a visitarla… iba a ser una sorpresa… quería decirle… lo que sentía por ella… ja, ja…
-“Él también… estaba enamorado de Miku”
-Pero… cuando llegué… la vi… la vi… con Takuya… hablando alegremente… Sus ojos… sus ojos denotaban una felicidad que nunca antes había visto en ella… Estaba enamorada de él… me quedó muy en claro… Takuya… me robó a Miku… Desde ese entonces… quise recuperarla a toda costa… y un día… un día… me enteré que había muerto… La perdí para siempre… la perdí… nunca le pude decir… que la amaba…- arrojó el revólver al piso y se dejó caer de rodillas, sollozando- Miku… ¡¡Miku!!
-Towa…- se le acercó- Towa… Takuya tampoco pudo decirle a Miku que la amaba… él nunca te la robó.
-¿Nunca… me robó a Miku?- su mirada estaba desorbitada.
-Nunca. Miku podría haber sido tuya.
-Mía… mía… mi Miku… mía y de nadie más… ja, ja… ja, ja…- tomó el revólver a toda velocidad y puso su cañón en la frente de Akiharu.
-¿Qué…?
-Te pareces tanto a ella… y tampoco puedo tenerte… porque le perteneces a Takuya.
-Po… por favor… n-no…
-Estoy harto de todo esto… Cuando te vi, la recordé… sabía que tenías que ser mío… pero ahora… Nos vemos… Miku… vocalista y guitarrista de Candy Shop.
-¡No!- la puerta se abrió.
-¡¡Baje el arma!!
-“¡¿La policía?!”
-¿Cómo…?- varios policías los rodearon.
-Baje el arma y deje ir a ese chico.
-Towa, haz lo que dice.
-No… no…
-Se acabó, Towa… se acabó.
-No se acaba hasta que desaparezcas… Te quiero muerto a toda costa.
-¡Piensa en Miku!
-¿Miku?
-Si lo haces, Miku se pondrá muy triste. No quieres hacer eso, ¿verdad? No quieres que Miku esté triste.
-Yo… yo…
-Hazlo por Miku.
-Miku...
-Miku jamás te correspondería… No borres la sonrisa de Miku.
-La chica… de la mejor sonrisa…- soltó el arma.
-Towa…
-Me rindo…- bajó la mirada y puso sus manos detrás de su nuca.
-Espósenlo.- dijo un policía.
-Towa… me arruinaste la vida, yo era feliz.- le dijo serio.
-Ahora me odias, ¿no?- le preguntó mientras le ponían las esposas.
-Igualmente, gracias.
-¿Por qué?
-Porque, gracias a ti, me di cuenta de lo que puedo hacer sólo por defender a la persona que más amo en el mundo.
-Ja… Me divertí mucho.
-Lamento no poder decir lo mismo.
-Eres un gran músico…
-Aunque ya no me dedico a eso.
-Qué lástima. Me gustaba mucho Candy Shop, por su culpa me volví adicto a los dulces.
-¿Si? Hemos perdido muchos fans en los últimos meses.
-Perdón.
-Ya no importa… Cuídate.
-Se feliz… con Takuya.- se lo llevaron.
Por fin, esa pesadilla había terminado, Towa fue vencido. Los policías le pidieron a Akiharu salir de esa habitación y lo llevaron al hall del hotel, donde le curaron la herida de su brazo y le pidieron su versión de los hechos. Allí vio cómo también detenían a Yumi. “¿Y ahora qué será de Yori?”.
-¡Akiharu!
-¡Teruki!- el mayor lo abrazó- Ay, ay, ay, ay… Mi brazo.
-Lo siento.- le sonrió- ¡Eres un tonto!
-¡¿Eh?!
-¿Cómo se te ocurrió venir a encontrarte con ese sujeto solo?
-Bueno, no lo pensé muy bien, lo sé… pero solucioné todo.- Teruki lo vio con mala cara- Ya, ya, ya… Fui un tonto.
-Uno muy grande.
-Eso creo.
-Ahora sólo tienes un único problema.
-¿Cuál?
-Takuya.
-¡Es verdad!- salió corriendo.
-¡¿A dónde vas?!
-¡¡A recuperar al amor de mi vida!!- abandonó el lugar.
-Pero… esta lloviendo muy fuerte.
Obviamente que la lluvia ni le importó, ya nada le impediría estar con Takuya. Corrió y corrió, esquivando a las pocas personas que transitaban. Se sentía vivo, más vivo que nunca. “Ahora es cuando mi nueva vida comienza”. Estaba realmente feliz. Se sentía completamente intocable, nada ni nadie podría quitarle la felicidad… hasta que.
-¡¡Cuidado!!- le gritaron.
-¿Eh?- no lo vio venir, ni siquiera se dio cuenta que estaba intentando cruzar la calle. Un auto se le iba encima. Entró en shock, no podía moverse- “Takuya…”
Creyó que todo se terminaba allí. Perdió la noción del tiempo por un momento, se desconectó totalmente del mundo. “¿Ahora sí moriré?”. Cerró los ojos. Un fuerte golpe se escuchó. Abrió los ojos de a poco. Frente a él estaba el auto que casi lo arrolló, destruido. Al parecer el conductor logró esquivarlo, pero a causa de que la calle estuviera mojada, perdió el control y chocó de lleno contra la pared de un edificio. “Estoy vivo… pero...”. Lentamente, fue cayendo en cuenta de todo.
-No… no puede ser… Takuya… ¡¡Takuya!!- tras pegar tal grito desgarrador, corrió hacia el auto- Takuya… Takuya…- se acercó hacia el costado donde iría el conductor- Takuya…- era él. Estaba todo ensangrentado, al parecer inconciente, fue un duro golpe- ¡¡No!!- intentó sacarlo de allí, la puerta estaba atorada- Takuya… Takuya…- la herida de su brazo volvió a sangrar pero eso no lo detuvo- Tengo que sacarlo de aquí… Takuya…- sacó fuerzas de donde no tenía y logró abrir la puerta. Tomó a Takuya entre sus brazos y lo sacó del auto. Apoyó la cabeza del castaño sobre su brazo herido para poder verle la cara- Takuya… Taku… mi amor… despierta… Takuya… ¿Me oyes?- le dio un pequeño beso en los labios- Despierta, por favor…- lo abrazó, pegando el rostro del menor en su pecho- Esto no puede estar pasando… no está pasando…- las saladas gotas que brotaban de sus ojos se mezclaban con la lluvia. La gente se acercaba a ellos de a poco.
-Son Miku-san y Takuya-san.- comenzaban a hablar.
-Takuya-san está herido.
-La ambulancia ya está en camino.
-¿Oíste eso, Takuya? La ambulancia ya viene. Resiste un poco.
A los pocos minutos llegó la ambulancia para llevarse a Takuya. Akiharu insistió en que lo dejaran ir también, no quería separarse de él. Los paramédicos intentaban hacer reaccionar al castaño con electro shock, a penas tenía pulsaciones. Lo intentaron varias veces hasta que pudieron estabilizarlo.
-Tiene un fuerte traumatismo en el cráneo. Esperemos que no tenga hemorragias internas graves.- dijo uno de los paramédicos.
-¿Takuya va a estar bien?- preguntó desesperado Akiharu.
-Eso lo sabremos cuando lleguemos al hospital.
-Takuya…- lo tomó de la mano- Por favor, resiste. Despertarás y a tu lado estaremos Yori y yo. Saldrás del hospital y volveremos a casa juntos, como si fuéramos una familia.- le besó la mano.
-Aki… haru…
-¡¿Takuya?!
-Eres tú…
-Si, soy yo.- lloraba de felicidad.
-Lo sabía… Reconocería tu piel en cualquier lugar…- entreabrió los ojos- aunque… no te pueda ver…
-¿Qué?
-No te puedo ver, Akiharu… No veo… Estoy ciego…
-¿Eh? ¿Cómo que no ves? Abre más los ojos, si que puedes ver.
-No… no puedo…
-No… no me mientas… ¡¿Por qué no puede ver?!- le preguntó a los paramédicos.
-Es producto del fuerte golpe en la cabeza.
-¡Hagan algo! ¡No pueden dejarlo así!
-Akiharu… tranquilo… ya… no importa…
-Pero no puedes ver.
-Mejor… así no te veo llorar… porque estás llorando ahora, ¿no?
-No lo estoy.- se le quebraba la voz.
-No me engañas… te conozco muy bien.- sonrió a medida que las lágrimas salían de sus ojos sin brillo- Perdón… perdóname… Jamás quise dejarte…
-Ya no importa.
-Aun te amo… te amo más que a mi propia vida, Akiharu…
-Yo también te amo… Ahora vamos a ser felices de verdad… Tú, Yori, Nyappy-chan y yo. La familia unida otra vez.
-Familia… Yori… no es mi hijo, ¿verdad?
-¿Qué?
-Es mentira… No soy el padre de Yori.
-Si, lo eres.
-No… Yumi… me mintió… ella y T… hicieron esto…
-Takuya…
-Dime la verdad.
-No… Yori… no es tu hijo…
-Lo sabía… pero… igual lo quiero… Por favor… cuida mucho a Yori.
-Takuya…
-¿Sabes?... Ya no siento dolor… si estoy a tu lado… me siento bien… aunque… tengo un poco de frío.
-Cuando pueda hacerlo, te voy a abrazar para compartir mi calor contigo.
-Gracias… pero… no creo que… puedas hacerlo…- su voz se oía cada vez más débil.
-Sí podré… Y nunca más te voy a soltar.
-Yo… tampoco… te voy a dejar… jamás…
-Te amo… y te pondrás bien… y jugaremos con Yori y Nyappy-chan… Yori crecerá sano y fuerte, irá a la escuela… será feliz… y nosotros…- soltó un sollozo- nos haremos viejos juntos…
-Hasta que la muerte nos separe.
[Da igual cuánto te ame, nunca parece ser suficiente.]
-Aun falta mucho para eso.
-Yo… estoy cansado… tengo… mucho sueño…
-No es hora de dormir todavía.- sus lágrimas caían sobre la mano de Takuya, pero éste no las sentía.
-Akiharu… nos debemos separar… otra vez…
-No… no te voy a dejar ir.
-Ya no más…- sus ojos comenzaban a cerrarse- Es hora… Perdón… por todo lo que te hice.
-El amor todo lo perdona.
-Prométeme… que buscarás la felicidad… en todo momento…
-S-si… te lo prometo…
-Te amo…
-Ahora… por fin… vas a ir con Miku.
-No quiero… ir… con Miku… yo… me quiero quedar… con Akiharu…
-Takuya… Takuya… ¡¡Takuya!!
-¡Otra vez!
-Hágase a un lado, por favor.- le dejó el paso a los paramédicos.
-Electro shock… Uno, dos y…- le dio una descarga.
-No pasa nada.- le dijo su compañera.
-Otra vez… Uno, dos…
-Nada.
-No nos hagas esto… Uno, dos…- Akiharu observaba todo pero no entendía, estaba completamente atónito.
-Lo perdimos.
-¡Dios!- el paramédico se llevó las manos a su cabeza y se estiró el cabello.
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-Nos acaban de informar que hace unos minutos, el joven guitarrista de Moonless, Takuya-san, ha fallecido. Todo fue producto de un grave choque que sufrió al ir en su automóvil esta misma tarde.
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-Takuya…- una lágrima bajó por su rostro- Tú también… nos dejaste… Te fuiste con Miku… Ah… Nnh…- se sujetó de la panza- N-no… ahora no… Teruki… ¿dónde estás? Bebé… ¿por qué quieres nacer justo ahora?
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-Fue trasladado a un hospital público de Tokio. Al parecer, había llegado sin vida.
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-Yori-chan…
-Dime, tío Bou.- el mayor lo abrazó.
-¿Vas a ser muy fuerte de ahora en adelante?
-Tío Bou… ¿estás llorando?
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-En todo momento, Miku-san, de Candy Shop, lo acompañó. No quiso responder a las preguntas que le hicieron. Nuestro más sentido pésame para los familiares y amigos del guitarrista.
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En la terraza del hospital, Akiharu estaba mirando a la nada.
-Takuya… te necesito.
[Ni siquiera puedo ver mi futuro si no estás conmigo, pues nada tiene sentido sin ti y si tú no estás, de nada me sirve]
-Todo se volvió… oscuridad.