"¡¿Por qué no regresé con él?!" se preguntaba Akiharu al darse cuenta que podría haberle preguntado a Takuya cómo volver pero no lo hizo. Trató de orientarse un poco, mas en aquel edificio había mucho pasillos, escaleras y ascensores, de los cuales, varios no llegaban a la planta baja. Para su suerte, se encontró de nuevo con aquella mujer que le había indicado dónde quedaba el baño. Así pudo regresar, pero no vio a Teruki. "Tal vez ya lo llamaron". Se fue a esperar en la entrada, así no lo perdería de vista si llegaba a salir. Se sentó apoyando su espalda en la pared, luego abrió el estuche de su guitarra. No podía creer que Takuya, uno de los guitarristas de su banda favorita, su preferido, le autografió su preciado instrumento.
-Me llamó Miku.- dijo para sí mismo- Tal vez creyó que ese es mi nombre... pero Miku es nombre de mujer... A lo mejor pensó que soy raro.- dijo desanimado- Primero Teruki, ahora Takuya...- suspiró- Por lo menos tengo su autógrafo.- dirigió su mirada a la nada. "Conocí a Takuya en persona... la última vez que lo había visto fue en el último concierto de Sakura y estaba bastante lejos de él... pero en esta ocasión estuvimos muy cerca, hasta me dio su mano y hablamos un rato... ¿Era Takuya, verdad? Hablé con el mismísimo Takuya en persona... No puedo creerlo... Ya tengo suficientes motivos para morir feliz... Aunque..."- ... me gustaría volverlo a ver... Si Teruki queda como baterista...
-¡Akiharu!- le gritaron.
-Ah... ¡Teruki!- se levantó y fue corriendo hacia su amigo- ¿Cómo te fue? ¿Quedaste? ¿Lo viste a Tetsu? ¿Y a Shou? ¿Bou también estaba, no?
-Ya, tranquilo...- le decía mientras reía- Me fue bien, pasé a la siguiente instancia.
-¡¿En serio?!
-Si.
-¡¡Qué bien!! Me alegro por ti.
-Gracias.
-¿Y?
-¿Qué?
-¿Pudiste hablar con ellos?
-Si, algo. Me hicieron unas cuantas preguntas.
-Cuéntame.
-Te lo diré, pero primero vamos a comer, tengo hambre.
Fueron a un restaurante de comida rápida, por insistencia del menor, quien amaba rotundamente las hamburguesas. Teruki siempre se sorprendía al ver la cantidad de comida que ordenaba su amigo, y esa no fue una excepción: dos hamburguesas con queso, papas grandes al igual que la bebida, y, probablemente, luego pediría un helado como postre.
-¿Cómo puedes comer todo eso y no engordas?
-Tengo un buen metabolismo.- dio un gran mordisco a su hamburguesa.
-No deberías abusar, la gula es un pecado, ¿sabes?
-Goy ug gang pegadog.
-Espera, primero traga y luego habla.- así lo hizo- ¿Qué decías?
-Que soy un gran pecador.
-Dios te va a castigar.
-Hoy ya recibí un castigo de su parte.
-¿Qué? ¿Te encogiste?- dijo riendo.
-No.- le dijo con mala cara.
-¿Entonces?
-Me perdí cuando fui al baño y no sabía cómo regresar contigo.
-¿Y por eso dices que Dios te castigó?
-Es que pensé en llamarte pero me di cuenta que no tenía mi celular conmigo.
-Eso no era un castigo divino, sino que fue otra idiotez tuya.
-Tal vez tengas razón.
-¡¿Eh?! "No se enojó por lo que le dije. ¿Se habrá vuelto más tonto?"- pensaba Teruki.
-Cuando estaba perdido... me encontré con alguien...
-¿Con quién?
-Con...- con tan sólo recordarlo se ruborizaba y reía.
-Ya dime, Akiharu.
-Me encontré con... Takuya.
-¿En serio?
-Si.
-¿Y qué hiciste?
-Hablamos un poco y le pedí que autografiara a mi querida Miku.- sacó a la mencionada de su estuche y la colocó sobre la mesa- Mira, es su firma.
-Por eso llegó después...
-¿Tú también lo viste? ¿Te dijo algo? ¿No es genial? ¿Dijo algo de encontrarse con un fan, o sea yo?
-Después dices que no eres gay.
-¡No lo soy!
-Lo que tú digas, Haru.
-Bueno... Cuéntame cómo te fue.
-Está bien. Luego de que te fuiste, me llamaron para pasar a esperar en esa sala. Allí había varias personas. Después de un rato, pasé donde estaba la banda. Antes de comenzar, se disculparon porque faltaba uno de ellos.
-Takuya.
-Si. Me hicieron unas preguntas y me dijeron que podía empezar a tocar. Justo en ese momento llegó Takuya.
-¿Y qué hizo?
-Se sentó con el resto a escuchar. Toqué, me felicitaron y me dijeron que había pasado la primera prueba.
-Seguro quedarás.
-Lo dudo, hay muchos otros bateristas, mejores que yo incluso.
-Teruki, debes ser más positivo.
-Soy realista, Akiharu. No se puede vivir siempre en un mundo de sueños creyendo que hasta lo más imposible se volverá realidad.- dijo en tono serio.
-Tienes razón...- bajó la mirada- Pero... si no tienes sueños ni esperanza no eres nada, no tienes en claro qué es lo que quieres hacer con tu vida, no tienes un objetivo fijo, una meta a la que quieres llegar.
-Akiharu...- la conversación fue interrumpida por el sonido de un celular- Ah... ¿Hola?... Si... si... pero... está bien... allí estaré... no, ya no... bueno... de acuerdo... adiós.- colgó la llamada- Este chico no cambia más...
-¿Quién era?
-Yuuki, tengo que ir a ayudarlo con unas cosas en la tienda.
-Está bien... pero no has terminado tu comida.
-Puedes quedártela
-¿En serio? ¡Gracias!
-Hay que comer para vivir, no vivir para comer.
-Sólo esta vez... Mañana irá a entrenar.
-Eso mismo me dijiste antes de ayer y no has ido aun.
-Es que no tengo tiempo.
-Bueno... Me voy. Nos vemos después.
-Bye Nyappy.
Teruki se fue dejando a su amigo solo. El pelinegro trabajaba junto con un amigo que tenía en común con Akiharu, Yuuki, quien atendía la tienda de música de su tío, en el centro de Tokio. Allí fue donde Akiharu encontró a su amada Miku.
-¡Wa! Teruki tenía razón, es demasiado, no puedo comer más.- se quejó mientras terminaba la hamburguesa que había dejado el mayor- No puedo dejar esto, me enseñaron a no desperdiciar la comida, habiendo tantos niños en el mundo que mueren de hambre...
-Los humanos son algo detestable por permitir eso, ¿no?- continuó una voz muy cerca de su oído.
-¡Ah!- se dio vuelta para ver al dueño de aquella voz que le hizo sentir escalofríos- ¡Takuya!
-Nos volvemos a encontrar.- le dijo sonriente a medida que se quitaba los lentes de sol que cubrían sus ojos y gran parte de su rostro para evitar ser reconocido.
-Debe ser el destino.
-Tal vez... ¡Vaya, si que comes!- se sorprendió al ver la cantidad de comida que había en la mesa.
-No, es que mi amigo se tuvo que ir.
-¿Estás solo?
-Si.
-¿Puedo sentarme contigo?- Akiharu no podía creer lo que su ídolo le acababa de decir.
-Cla-claro que... que puedes. "No... puede ser... ¡No lo creo!... Takuya me pidió para sentarse conmigo... ¡Me reconoció!"
-Gracias.
-No tienes... por qué darlas, para mi es... un honor...- le dijo bajando la mirada, ruborizado.
-Tampoco para tanto.
-Es que... para mí significa mucho...- le dijo en un tono a penas audible.
-Es lo mínimo que puedo hacer, después de todos estos años que nos vienes siguiendo.
-"¡¿Me escuchó?!"... Bueno, eso es porque ustedes son muy buenos y vale la pena por lo menos una vez sentarse a escucharlos.
-¿Tú crees?
-Si... A mí... me gustaría ser capaz de tocar la guitarra como tú.
-¿En serio?
-Si. Por eso me compré esta guitarra.- dijo, tomándola entre sus brazos- Pero... no es nada fácil.
-Al principio es complicado.
-Es que tú lo haces ver tan simple...
-Hasta yo tuve problemas al comienzo.
-¿Si?
-Claro. Pero Bou-senpai me ayudó, él fue quien me enseñó todo lo que sé.
-Vaya... Pues... la manera de tocar que tienen... es muy distinta.
-Eso es porque él siempre me dijo que tenía que buscar una manera que fuera cómoda para mí, que fuera única.- se quedó mirando a Akiharu por un rato, en silencio, lo que hizo al joven rubio ponerse más nervioso- Si quieres un buen consejo, busca la mejor manera de tocar la guitarra para ti, una que se ajuste a tu forma de ser.
-Lo... tendré en cuenta.- en eso, una canción de Moonless comenzó a sonar.
-Tetsu-san, dime...- contestó Takuya a la llamada- Si... En eso estoy... Pero... Lo sé... Es que... Está bien... Si... Ya voy... Como tú digas, Tetsu-san... No... Bueno... Allí estaré... Si... Voy para allá.- colgó y suspiró.
-¿Las pruebas todavía no han terminado?
-No y no sé cuánto más tendremos que estar allí. Ni siquiera tuve tiempo para comprar algo... Me muero de hambre.
-Lo siento, fue por mi culpa, te quité mucho tiempo.
-No fue tu culpa, fue mía por olvidarme de mis compañeros que están esperándome.- se puso de pie- Ya debo irme.
-Ah... Puedes llevarte esto.- le dijo mientras le ofrecía una de las hamburguesas que le había sobrado.
-Pero es tuya.
-Yo ya estoy satisfecho, no creo que pueda comer nada más.- volvió a insistir- Por favor, acéptala.
-Está bien.- suspiró- Pero sólo porque insistes.- la aceptó- Gracias.
-De nada.
-Algún día te devolveré el favor.
-No es necesario, ya te lo dije: hiciste mucho por mí.
-Como digas. Bueno, nos vemos, Miku.- se fue.
-Otra vez me llamó Miku. Olvidé decirle mi verdadero nombre... "Por lo menos recuerda quién soy, aunque sea por un nombre que no es el mío... Para Takuya yo soy Miku..." Sólo para él...
Pensativo, Akiharu tomó a su Miku, la razón por la cual su ídolo lo recordaba, la guardó en su estuche y se fue del lugar. Pensó en ir a ver cómo iban las cosas de su amigo Teruki, imaginando que Yuuki le habría dado unos cuantos problemas. Como estaba cerca del lugar decidió ir caminando. Varias veces él también ayudaba en la tienda, como no tenía un empleo fijo, cuando escaseaba el dinero para sustentar sus gastos trabajaba allí de medio tiempo. Llegó en poco tiempo, ya que "extrañamente" no había mucha gente por las calles; "extrañamente" porque él seguía sumergido en sus pensamientos tipo fangirl que ni se dio cuenta. Para cuando reaccionó ya estaba en la puerta de la tienda.
-¡Hola!-dijo mientras pasaba.
-Oh, Haru. ¿Cómo estás?- lo saludó un chico de rizos dorados, que en realidad era una peluca rubia con rulos, Yuuki.
-Bien, ¿y tú?
-Con mucho trabajo.- le respondió, haciendo notar la caja que llevaba en sus manos.
-Me di cuenta. ¿Y Teruki?
-Allá atrás acomodando unas cajas.
-¿Les llegó nueva mercadería?
-Así es.- dijo mientras colocaba la pesada caja sobre el mostrador.
-¿CDS?
-No, DVDS.- abrió la caja para mostrarle y sacar unos cuantos DVDS.
-¿De qué?
-Estos son de Aya Hirano. Pero llegaron otros más.
-¿Si?- dijo mientras tomaba uno y lo miraba detenidamente.
-Si. Los otros... son de... Moonless.
-¡¿En serio?!
-Si, del último concierto.
-¿El de Sakura?
-¿Qué no fue ese su último concierto?
-¡Yo quiero uno!
-Lo siento pero no estarán a la venta hasta dentro de dos semanas.
-¡¿Dos semanas?!
-Son órdenes de la distribuidora.
-Bueno...pero para cuando ya estén a la venta...
-Te guardaré uno para ti, siempre es lo mismo. Espero que esta vez tengas dinero para pagarlo.
-Si que tengo... o lo tendré... tal vez...
-Pero si no tienes empleo.
-Buscaré uno y así tendré el dinero.
-Eso mismo me dijiste cuando...
-Si, ya sé, cuando te pedí dinero para pagar la luz.
-Ya casi tienes 26 años, Akiharu, deberías hacer algo de tu vida.
-¡No hables como mi mamá! Más respeto a tus mayores.
-Yuuki tiene razón, Haru.
-Teruki, no te metas.
-Yo puedo meterme todo lo que quiera porque es la verdad.
-Ya verán, voy a ser una persona exitosa.
-¿Cómo? Si ni siquiera continuaste tus estudios.- dijo el mayor dejando una pesada caja en el piso.
-Con la música.
-No es tan fácil.- dijo el rizado- Nomás mira a mi tío que quería vivir de la música... Aunque al final vive de eso, pero no de la manera que él quería.
-Deberías retomar los estudios, Akiharu.
-¡¿Regresar a la universidad?!
-¿Qué no querías ser arquitecto?
-Quería, bien dicho.
-¿Entonces para qué cursaste el primer año?
-Para ver qué tal era, pero me di cuenta que no era lo mío.
-¿Si? ¿Y cuál es tu verdadera vocación, entonces?
-La música.
-Pero si eres un principiante con la guitarra.- le recordó el chico de rizos.
-También puedo cantar. ¿Recuerdan el día que fuimos al karaoke donde trabaja Shinya?
-Si, ¿qué tiene?- respondieron los otros dos.
-Cuando hicimos competencia, ¿quién fue el ganador?- decía con pose de victoria, mientras Yuuki y Teruki lo miraban con mala cara.
-Tú.
-¡Exacto! Tengo futuro como cantante.
-Deberías ser cantante de visual kei, te salen bien esos gritos típicos de cantante visual.
-Yuuki, no le sigas el juego.- le reprochó Teruki.
-¡Tienes razón, Yukiki!
-Muy tarde, ya se lo creyó.- dijo el pelinegro para sí mismo.
-Podríamos comenzar con nuestra propia banda... Ah... pero Teruki ya estará ocupado.
-¿Yo? ¿En qué?
-Porque serás todo un profesional al quedar como reemplazante de Sakura.- le dijo con una sonrisa.
-Otra vez con eso...
-Es verdad, ¿cómo te fue, Teruki?
-Pasó la primera prueba.- respondió Akiharu.
-¿En serio? Te felicito.
-Gracias.
-¡Yuuki! ¡Teruki! ¡¿Qué pasó con esas cajas?!- dijo un hombre de aproximadamente cincuenta años, saliendo del depósito.
-Ya vamos tío.- respondió el rizado para tranquilizarlo. Akiharu se quedó quieto sin decir una sola palabra.
-Ah... tú también estabas aquí, Akiharu.
-Eh... Si... Buenas tardes.
-¿Quieres ganarte unos cuantos yenes?
-Por supuesto.
-Bien, deja tus cosas allí y ve a ayudar a los otros dos con las cajas.
-Claro.
El resto de la tarde pasó así, entre tantas cajas y DVDS que acomodar, atender a los clientes y ordenar lo que hicieron cuando comenzaron su pequeño juego "¡A ver quién pega más fuerte!". Mientras volvía en el tren, Akiharu pensaba en todo lo que le habían dicho sus amigos, lo de conseguir un empleo, buscar una carrera, pensar un poco en su futuro.
-Tienen razón... Buscaré un empleo.