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El regalo menos esperado por TaloDB

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Notas del fanfic:

The Prince of Tennis es creación de Konomi Takeshi. Sólo uso sus personajes a fin de hacerle regalos a mis amigos.

Notas del capitulo: ¿Qué pueden reflejar los ojos? Jin y Takashi saben ver más allá de lo que imaginan.

-¡Akutsu!- Gritaba Takashi desde el exterior de la vivienda del mencionado, algo preocupado viendo que ninguna luz era visible desde el exterior, lo que hacía bastante altas las posibilidades de que el peligris hubiese salido sin rumbo alguno- ¡Abre la puerta!- ¿A dónde iría esa noche, con todo cerrado? Dudaba si algún conocido le había ofrecido algo, más aún en esas fechas pero, quien sabe; al destino le gusta jugar- ¡Akutsu, soy yo! ¡Abre la puerta, por favor!

-Tch- Se escuchó gruñir por entre el ruido del rechinar de la puerta abriéndose- Vaya que eres ruidoso, Kawamura. En extremo ruidoso.

-Supongo me dices eso porque te desperté, ¿No es así?

-Pues sí- Le respondió con bastante molestia- Cuando te dije que no haría nada hoy, eso te incluía.

-Vaya, pues lo siento Akutsu- Bajó la cabeza algo apenado, como solía hacerlo cuando metía la pata- Bueno, pasaba para ver si estás bien.

-Hace mucho que no estoy bien, Kawamura- Irónicamente, Jin estaba alargando la conversación bastante más de lo necesario- Pero no me quejo. He tenido días tranquilos.

-Me alegra escuchar eso- Sonrió tristemente el moreno- Bien, supongo ya quieres que me vaya.

-No he dicho eso.

-Pero lo piensas- Insistió.

-¿Cómo llegas a ser tan persuasivo?

-¿De qué hablas, Akutsu?

-Siempre logras convencerme de algo- Reclamó con falsa molestia, mordiéndose el labio para no sonreír- Insistes hasta que me obligas a acceder a lo que pides.

-Y-Yo no hago eso, Akutsu- El rostro de Takashi había ganado una leve coloración, producto de conocer tan bien a Jin, y sabiendo que en ese momento se divertía mucho poniéndolo en un embrollo sin sentido- Estás diciendo cosas sin sentido.

-Como sea. Entra de una vez.

-Pensé que querías que me fuera.

-Y eso quería- Respondió sin siquiera mirarle- Pero me convenciste, así que pasa antes que me arrepienta.

-Pues si insistes…

-Eres tú el que insiste.

 

El desastre que Akutsu tenía en su casa era bastante sorprendente si la persona que viera tal pandemonio no lo conociera. Takashi sabía perfectamente con qué escenario se iba a encontrar, después de que Yuki estuviera en medio de un viaje de dos meses, por lo que luego de sobrecogerse al ver tal desorden, se sentó en un espacio que no estaba cubierto de revistas, mientras Akutsu se dirigía a la cocina a calentar algo de agua.

-No tengo nada que ofrecerte que no sea café- Dijo mientras sacaba el mencionado producto y dos tazones- Ya sabes que no se me da la cocina.

-¿Tienes huevos?

-Déjame revisar- Abrió el refrigerador; en su interior descansaba un frasco de ketchup, una manzana y dos huevos- Hay dos.

-Yo puedo preparar algo- Se levantó del sillón- Debes tener hambre, supongo. Sólo dame unos minutos.

-Pues no me moriré por esperar unos minutos- Dijo mientras intercambiaban posiciones; ahora era él quien observaba a Takashi cocinar los huevos con una facilidad envidiable.

¿Para qué se molestaba en venir a verle, más aún para estas fechas, donde lo importante es estar con los seres que más quieres? ¿Para qué, se preguntaba Akutsu sin dejar de mirar a Takashi, venir a verlo a él, siendo que no eran familiares? Tampoco se consideraba tan cercano como para ser buenos amigos. En otro tiempo quizás, pero los años que no se vieron y las circunstancias en las que se reencontraron no sabía si llamarlas señales de amistad. Dejó de pensar cuando recordó que el bipolar tenía su propia forma de ver el mundo, y que él, por más que lo intentara, no iba a entender. O al menos no por el momento.

-¿Falta mucho?

-Para nada- Takashi le respondió con su habitual buen humor- Ya están listos. Ven y siéntate.

-Bien- Se incorporó y se dirigió a la mesa que estaba en la cocina. Takashi había puesto las cosas que reposaban encima de la mesa en un mueble cercano, y en su lugar había dos tazas de café y un plato con dos huevos revueltos.

-Buen provecho- Dijo antes de empezar a comer los huevos. En verdad estaban deliciosos; hacía ya tiempo que no comía algo preparado en casa, y la verdad que extrañaba eso. Al menos, era una de las pocas cosas que podía decir abiertamente, que extrañaba de su madre. Ni se había molestado en llamarle, y no le sorprendía. Autoproclamarse “hijo de puta” tres minutos antes de que el taxi llegara a recogerle al aeropuerto no es algo que enorgullezca a una madre- La cocina realmente se te da, Kawamura- Puntualizó dejando el plato ya limpio nuevamente en la mesa.

-Akutsu- Nuevamente el moreno era víctima del sonrojo- No digas eso, si no fue nada en especial.

-Espero al menos laves tú los platos.

-Pues si no te molesta que los deje en mi pila de “Pendiente por lavar”- Señaló una pila de considerable tamaño de platos sucios. Kawamura soltó una leve risilla por la ironía de aquella frase.

-Bueno- Cambió el tema- ¿Y tu madre cuándo volverá?

-Pues se supone a mitad de enero- Dijo con evidente tono de voz de “¿No había un tema que importara menos?”- Pero la verdad dudo que vuelva. Mejor para mí.

-¡Akutsu!

-¿Qué te picó ahora a ti?

-¿Cómo puedes decir algo así?- Golpeó los puños sobre la mesa con algo de fuerza- ¡Yuki-san es tu madre! No puedo creer que digas algo así de ella.

-No sé si realmente creer lo que me dices- Dijo ignorando nuevamente el contacto visual- O ponerme a pensar si realmente me conoces.

-No sé si te conozca tanto- La voz se iba agravando- Pero al menos sé que la quieres. No lo dices, pero la quieres, y te preocupas por ella. Mírame- Jin obedeció- No te ha llamado, lo veo en tus ojos, y te has cabreado con ella por eso.

-Ahora sí que estoy seguro que no sabes nada de mí- Mintió; lo que dijo era exactamente lo que sentía. Sólo Kawamura Takashi tenía esa habilidad de ver el fondo de su espíritu. Siempre había podido hacerlo, y quizás, siempre iba a poder- Yo no soy un libro abierto como tú, Kawamura.

-¿De qué hablas?

-No te hagas el tonto- Le recriminó- Sé exactamente por qué viniste a verme.

-Si estás tan seguro- La voz de Takashi había ganado confianza- ¿Por qué no me lo dices? Haber si has acertado.

-Vas a querer que falle- Jin estaba poniendo a Takashi contra la pared, verbalmente- Vas a desear que me equivoque. Pero voy a decirlo, porque al igual que tú, no se me escapa nada cuando se trata de ti.

-Estás demasiado confiado, Akutsu.

-En el fondo te gusta que sea así, y en el fondo- Se detuvo un momento, como quien duda en abrir o no una puerta hacia lo desconocido- Sé que estás loquito por mi.

-¿Q-Qué fue lo que dijiste?

-Lo que escuchaste- Vio el miedo en los ojos del moreno antes de seguir- Estás enamorado de mí. No puedes negarlo; es verdad, y lo sabes.

-Akutsu…

-No digas nada, Kawamura- Se levantó de la mesa- Cuando estés listo para marcharte, te vas. Me iré a dormir- Agregó antes de desaparecer por la escalera.

Takashi estaba como ido; simplemente no podía creer que Jin le hubiera dicho tal cosa. No le importaba demasiado el hecho de que supiera que estaba enamorado de el; lo que lo había herido era el hecho de tomar el tema con poca seriedad, como si fuera lo más normal del mundo enamorarse de la persona del mismo sexo. No era posible que alguien pasara de ese tema de una forma tan desinteresada; había algo extraño en todo eso. Necesitaba respuestas, y Akutsu se las iba a tener que dar, quisiera o no.

 

Con rapidez subió la escalera, giró por el pasillo en dirección donde estaba la habitación del ojidorado. Giró la perilla y abrió la puerta. El desastre en ese lugar era mayúsculo, pero ya conocido por el bipolar, quien dio unos pasos al frente, buscando a Jin. En su cama no estaba y tampoco en la habitación, hasta que la puerta se cerró de un golpazo, sobresaltando a Takashi, quien se giró para ver lo que sucedía, encontrándose frente a frente con Akutsu.

-Te dije que te fueras cuando estuvieras listo- Le respondió de mala gana.

-N-No, Akutsu- Temblaba; estaba asustado, pero tenía que saber lo que ocurría por más miedo que tuviese- Aún no estoy listo para irme.

-¿Perdiste algo, entonces?

-No. Vengo a que me des una explicación, Akutsu- Contestó con voz decidida, algo que sorprendió de sobremanera a Jin.

-Yo no te debo ninguna explicación, Kawamura- Respondió con tranquilidad- Estás perdiendo tu tiempo. Vuelve a casa y disfruta lo que queda del día.

-No, Akutsu. Yo de aquí no me muevo hasta que me expliques lo que sucede.

-¿Sobre qué?
-Sobre lo que pasó abajo- Le reclamó- ¿No tienes interés en eso, acaso?

-¿Habría que tener alguno?- Se encogió de hombros.

-¡Akutsu!- Pocas veces se podía a ver a Takashi tan frustrado; todo un espectáculo para Jin, quien luchaba por no reírse ante la escenita- No puedo creer que seas así.

-Eso prueba que tú no me conoces a fondo, Kawamura- Cambió su expresión a una muy seria- Si así fuera, sabrías por qué dije todo eso.

-No comprendo.

-Pues quizás con esto comprendas lo que pasa- Se acercó, obligó a Takashi a girarse, y lanzó sus labios hacia los del moreno, quien no pudo reaccionar de la sorpresa. Se demoró varios segundos en asimilar el beso y darle completa libertad a la lengua de Jin, la que estaba impaciente por hacer contacto con la del bipolar.
Cuando se soltaron, Takashi estaba más confundido que nunca; ¿Por qué Jin le había besado? No tenía sentido que alguien que pase de ti te de un beso de tal proporción a los pocos minutos después. Jin nuevamente notó que el moreno no entendía, así que se subió a su cama y se salió de la habitación por la ventana, indicándole a Takashi que lo siguiera. Este obedeció torpemente la orden, siendo ayudado por Akutsu para salir de la ventana. Akutsu se subió al tejado más alto de su casa, ayudando nuevamente a Kawamura para que llegara al mismo lugar. Allí, sin soltar las manos del bipolar, se sentaron.

-Mira, Takashi- Se sorprendió de dos cosas; que lo llamara por su nombre, y que estuviera sonrojado- Tú sabes que yo no soy de estas cosas, así que solo lo diré una vez. Abre bien esas orejas y escucha. Tú también me gustas- Por si las dudas, puso un dedo en la boca te Takashi, impidiendo que éste hiciese comentario alguno- Desde hace mucho que me gustas, supongo casi el mismo tiempo que tú llevas enamorado de mi. Sabes que me gustan las cosas tranquilas y sin muchos problemas, así que si quieres formar algo conmigo, tenlo siempre presente. Pensé que reaccionarías de esa manera, así que decidí plantearte las cosas para que terminara de esta forma. Si te sentiste mal por lo que te dije, pues te pido disculpas- Le sacó el dedo, dando por terminada la explicación.

-Akutsu…

-Ven acá- Le atrajo a su pecho, dejando que el moreno se desahogara. El llanto de Takashi era algo que esperaba también, por lo que lo dejó calmarse mientras le daba un abrazo. Kawamura se sintió extraño al recibir los cálidos brazos de Jin rodeando su espalda, mientas posaba su cabeza en su cuello. Era una sensación extraña, mas no desagradable. Por el contrario; no recordaba haberse sentido tan cómodo antes en su vida. Finalmente las lágrimas dejaron de caer, por lo que Jin deshizo la unión de sus brazos.

-G-Gracias, Jin. Realmente l-lo necesitaba.

-No hay de qué, Takashi- Se recostó en el tejado mientras contaba las infinitas estrellas en el cielo. Takashi se recostó en diagonal posando su cabeza en el pecho del peligris, mirando en la misma dirección. Unos minutos después pasó una estrella fugaz. Akutsu creyó que Takashi cerraría los ojos y pediría algún deseo, como siempre lo hacía cuando veía una. Sin embargo, en esa ocasión lo que hizo fue mirarle a los ojos y decirle.

-Contigo tengo todo lo que necesito.

-Me alegra saber eso, Kawamura- Le sonrió.

-Tienes una sonrisa linda, Akutsu. Deberías usarla más.

-Cierra la boca- Ambos se rieron de la situación, antes de volver a juntar sus labios en un beso suave, sin presión alguna- Feliz Navidad, Takashi.

-Feliz Navidad, Jin.

Notas finales: !Feliz Navidad, Inés!

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