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De vuelta a ese día por suou

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Notas del fanfic:

Bueno, este fic lo tenía del 2007; lo había escrito para navidad de ese año y ahora lo encontre revisando mis cosas, increible, no se lo imaginan cuanto, ni yo me hubiera imaginado lo que me iba a encontrar...
Espero que lo disfruten, auqnue sea un poco ( mucho) atrasado, pero si no lo subo ahora, no se subirá luego...
Disfrutenlo...

Notas del capitulo: Un oneshot, corto sobre un día de navidad. No esta muy bien escrito, pero ya han pasado unos aos dormido el fic y había que subirlo...
Los personajes son de MAki Murakami, yo solo los tomo prestados....
El fic...
De vuelta a ese día



Había salido temprano, ni siquiera se había llevado su precioso auto. Caminaba por las calles de Tokio, vagando en cierta forma… Últimamente se sentía vació y melancólico, como si algo le faltara, pero ¿Qué?; tenia una relación de tres años con un chico muy hiperactivo, hermoso y cálido; casado hace dos años y su niño no había cambiado en nada (eso quería pensar, ya que sí había cambiado), quizás ahora era un poco mas maduro que antes, pero era Shuishi, no se le podia pedir que cambiase, eso nunca.


Se detuvo en una librería, adornada con guirnaldas coloridas, unas luces blancas que brillaban de vez en vez y la molesta música de “feliz navidad”….dándole el típico aire navideño; hace un mes había terminado su última novela y en solo semanas se volvió la más popular del género y el regalo perfecto para la colegia, la dueña de casa, la empresaria, para todo tipo de mujer y porque no decirlo también para hombres. Y no le molestaba ese hecho, pero algo en él pedía a gritos alguna forma de volver a lo que era antes… A ser un escritor con fama, no un famoso escritor, porque había que ser tonto si no se daba cuenta que la mayoría leía sus novelas para ver si escribía de su relación, esa visión morbosa que poseían algunos hacia su persona y en más de una ocasión intentan inmiscuirse en ella:


- Hemos derrotado a tantos enemigos y aun hay millones de ellos en el camino-pensó-pero…-arrugo su frente con tristeza.


Miro la vitrina, todos sus grandes éxitos giraban ahí, en la repisa circular que daba vueltas lentamente; la puerta se abrió emitiendo un singular ruido de “Rodolfo el reno”, salio una joven con su último trabajo, sonreía maravillada…Cinco minutos después una mujer regordeta con su marido que llevaba una bolsa repleta de libros:


- que bueno que logramos conseguir los libros de Yuki Eiri, son maravillosos-

- lo que tu digas amor…-le respondió su marido de buena forma.


Harto prosiguió su camino de vagabundo, sin saber a donde ir ¿Qué tenían esas fechas de especiales? ¿Qué?; Todos los años iban a la fiesta de NG Records, llegaban de madrugada y disfrutaban de esa larga noche con pasión… Y así eran todas las noches que estaba con Shuishi, aunque su amante se había vuelto un poco caprichoso, hostigoso y berrinchoso, pero por culpa del, eso quería creer, ya que él le consentía en todo…


Aquella mañana habían peleado, porque no quiso servirle el desayuno, ni querer salir con él de compras, haciéndole un berrinche de esposo consentido… y no aguanto y lo dejo solo en el departamento… A veces echaba de menos a su koi de los primeros años, él que le tenia paciencia, que vivía sonriéndole desde la puerta de su estudio, al niño que se vestía sin importar nada, que cuando lo veía saltaba sin compasión sobre él y como pareja se enojaba cuando lo fastiadaba o se burlaba de él con sus pucheros de niño….


Si, su niño había cambiado mucho, bueno estaba exagerando un poco; ahora era igual que antes, pero todo lo llevaba a los extremos. Habían tenido que cambiarse de departamento a uno donde ocupaban una planta para ellos solos, donde su pelirosa tenia una habitación para toda la ropa que tenia y que el maniático de su manager le había comprado para sus diferentes shows: donde tenia pantalones de diferentes colores y ajustes a su cuerpo, chaquetas cortas, largas, medianas, de corte medio, etc.; las blusas, ropa interior, guantes, bufandas, poleras, abrigos, buzos, etc. Y hasta zapatos para todo un año…Y ahora que había aprendido a cocinar bien, le cocinaba todos los días, en cada momento y se los llevaba al estudio o donde se encontrara y era obligado a comerlo o sino se ponía a gimotear diciéndole “- Eiri no me quiere-” con una voz chillona y empalagosa y eso lo hartaba queriéndole herirle hasta que se dejara de hacerlo.


Se había hecho adicto a ese cuerpo hermoso que tenia, la piel suavemente bronceada; cuando sus manos lo tocan marcándolo como suyo, cuando lo hacia estremecer bajo su dominio. Sus suaves cabellos olor a fresa, que le fascinaban; en las noches o cuando su niño se dormía en sus brazos, le acariciaba su cabellera y entre sus dedos se deslizaban cada hebra rosada. Su sabrosa boca, que le invitaba a ser uno, que le incitaba a querer no dejarle nunca. A sus ojos atrayentes, esas largas pestañas que bajan y suben con su sensualidad innata, que lo miran con ternura, amor y todo tipo de sentimientos. A sus expresiones que juegan con su persona… a todo lo que implica a ese chico…


Estaba en una larga calle adornada con motivos de navidad, viejos pascueros por dondequiera, renos con nariz roja, pesebres, árboles cargados de campanillas de colores, etc. El frió comenzó a ser notorio. La gente comenzaba abrigarse a medida que pasaban cerca del, ahí no era nada. Nadie lo reconocía. Estaba en un lugar donde las personas de su nivel no sulen ir… En esa calle no había muchas personas. Las casa eran pequeñas y poco espaciosas ¿Qué hacia allí? No lo sabía, sus estupidos pies lo habían llevado. Se sobo sus manos y de su boca salio el tibio aliento.


La noche callo como un bote de agua fría. Algunas casas encendieron las luces del árbol de navidad. Los niños se pusieron a cantar:

“Cascabel… Cascabel….”

Y luego danzaron alrededor del árbol adornado de estrellas de color rojo. Escucho las risas, las voces de las personas de ese lugar, felices… Se sintió mal, algo en el lo hacia querer salir corriendo de ahí… Siguió caminando, como una sombra sin ser notado, en ocasiones (la mayoría de las veces) nunca era visto. Solo sus facciones hacían que los demás se dieran cuenta que estaba ahí.


Su paso ahora era más rápido, llego a un parque; el avellano al medio, las luces artificiales caían encendiendo a un color claro y de vivos colores. Los demás árboles que se alineaban, haciendo una pasarela, alumbrando con tonalidades rojas y blancas. Había bancas color oscuro, donde se encontraban algunas parejas acosijándose juntas, admirando el espectáculo del avellano. Sintió ganas de llamar a Shuishi, pero su orgullo falso no lo dejaba… ¿Llamarlo? ¿Por qué no esperaba a que él lo llamara?... Miro su reloj “las 20:00 hrs.”; doblo una esquina, donde encontró unas tiendas. Camino observando las vitrinas, en algunas lucían unos juguetes extraños como: motos a aire, muñecas horriblemente decoradas, peluches exóticos e irreales, etc. En otras: ropa y otros artículos. Cuando iba a salir de la calle encontró una Boutique “Le moir die” y vio algo que le llamo la atención.


La campanilla sonó cuando su nuevo cliente entraba; apareció una mujer alta, de tez trigueña, con mirada dulce, pero severa:
-buenas-miro su reloj que colgaba de la pared- noches… ¿En qué puedo servirle?- contesto con voz queda. El escritor solo la miro y luego respondió:

- me puede mostrar eso…- le indico a la mujer una prenda larga color lila, muy parecida al color de los ojos de su amante.

-claro- avanzo hasta la vitrina, abrió el vidrio y extrajo la prenda. Camino de vuelta y se la entrego, el escritor la tomo entre sus manos y la palpo. Era abrigadora, de seguro que a Shuishi le gustaba, aunque creía a ver visto un montón de bufandas en el closet, pero que importaba era un regalo más del y lo tenia que recibir si o si…

-me la llevo

-son 3500 yenes- el rubio saco el dinero y se lo entrego.
-gracias por su compra

La saco de la bolsa y volvió a tocarla:

-espero que te guste- se dijo a si mismo.


La puerta fue abierta lentamente, estaba en penumbra, ni siquiera las luces de la ciudad se habían colado por las cortinas bien cerradas. Se saco la chaqueta y los zapatos y los dejo en la entrada. Camino lentamente, al pasar por el living vio a su niño dormido en el sofá, avanzo con cautela.

Le acaricio la mejilla y una sonrisa clara apareció en sus facciones.

- Shuishi- hablo bajito. El pecho del menor subía y bajaba pausadamente. Bajo su cabeza y le rozo los labios.

- -mmm- emitió el menor

- -Shuishi

- ¿Ei…ri?

- Si, baka ¿quién crees que era?

- Jajá jajá-rió por lo bajito

- Shuishi- miro sus ojos, se vio reflejado en esas cuencas amatistas- lo siento, por lo de hoy…

- No te preocupes Eiri, yo fui el que se equivoco

- siempre tan atento…

- sip…- se levanto y lo abrazo.

Eiri saco de una bolsa la prenda y se la puso en el cuello.
Shuishi se dejo hacer y percibió lo abrigadito que se sentía.

- Gracias…Eiri

- De nada

- Pero…. Ya me regalaste muchas cosas hoy… y ayer…

- Pero solo quise entregarte esto también. Además los demás deben estar esperándonos….

- Pero dijiste que este año no iríamos….

- Pero cambie de opinión ¿quieres ir?

- Eiri, gracias….

- Además no nos podemos perder de las estupideces de Tatsuha…

- Es verdad, entonces vamonos…- se paro ayudado por su amor. Se tomaron de la mano y se fueron a la fiesta de NG:

- Eiri

- Si

- Feliz navidad

- Feliz navidad shuishi….


Fin…
Notas finales: Espero que haya sido de su agrado..
bueno se cuidan!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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