¡Extraño mundial!
Cap. 1. El inicio de todo
¡Hola! Mi nombre es Tomás Andrew Misaky, aunque nadie me llama Andrew y prefiero que solo me digan Tom, ya que Tomás no me gusta, se me hace muy rudo como si el que me lo dijera estuviera enojado con migo, volviendo a mi presentación te informó que actualmente tengo 23 años y cuento con la fortuna de haber participado en tres mundiales de futbol, uno en la selección juvenil y los otros dos, ya como profesional.
Ah cierto, se me había olvidado, no te he dicho en qué posición juego, me encargo de ser una de las personas que dirija el juego como mediocampista, esta actividad la realizó junto con él capitán y dicho sea de paso, mi mejor amigo Oliver Atom; ahora gracias a su empeño, el trabajo de mis demás compañeros y un poco del mío, este año por fin, pudimos hacer realidad nuestro sueño y ser los campeones mundiales.
Se supone que tendría que estar feliz por eso, lo cierto es que no es así, o bueno no del todo, ya que, para ser franco, me siento muy nervioso, angustiado y porque no decir temeroso, por lo que pueda pasar, siento que mi tensión es tanta que la puedo palpar, a pesar de los intentos fallidos de Oliver por tranquilizarme, te preguntaras ¿Por qué? El motivo es que hoy nos vamos a enfrentar un mar de reporteros, que para mis mala suerte buscan tener a toda costa la exclusiva por lo que nos acosan con preguntas, de lo que al parecer, es la noticia del año, más, incluso, del hecho que Japón haya vencido a Brasil en la final, lo peor que la noticia nada tiene que ver con eso.
Bueno si y no, mejor continuo sin dar tanta vuelta, creo que ya te estoy revolviendo, la rueda de prensa es porqué los dos medios campistas de la selección japonesa anuncian su retirada del futbol, si acabas de entender bien, los que se retiran no son otros, que Oliver y yo, algo inaudito para muchos, ya que ambos amamos el futbol, más que nada en el mundo e incluso es tanta nuestra fascinación que siempre andamos jugando o pensando en él, al grado de que muchos de nuestros amigos dicen si el balón de futbol fuera una mujer será nuestra novia o esposa; aunque lo dudo, ya que yo amo a alguien más.
Ok, lo reconozco, ya me salí del tema, el caso es esta es la razón por la que se sorprenden de nuestra repentina decisión, o por lo menos así lo ven, ya que no tiene nada de repentina, Oliver y yo meditamos mucho en eso, lo cierto es que a la vista de todos, no tiene lógica, ya que no nos retiramos por una lección ni nada por estilo; es más, estamos en nuestro mejor momento, futbolísticamente hablando, de hecho esto algo difícil de explicar, creo que será mejor que retroceda a tres meses y medio antes de este día cuando todo comenzó…
Era un medio día cálido, me encontraba bajando por las escaleras eléctricas del aeropuerto de Tokio, ya que acababa de llegar de Francia. Ese día vestía un pantalón de mezclilla azul con una playera blanca junto a mis inseparables tenis de futbol, ya que solo estaba esperaba salir del aeropuerto para poder sacar mi balón y jugar con él.
Al bajar de las escaleras me dirigí a la salida, en ese momento mi mente estaba en poder encontrarme con mis amigos y por una extraña razón, que hasta el momento desconozco, estaba mirando el piso, cuando alcé mi vista, me encontré con Oliver Atom, que al parecer al igual que yo, apenas venia llegando.
Oliver me sonrió al verme, no pude más que contestarle la sonrisa y salir corriendo a su encuentro, al igual que él se aproximaba a mí, al estar cerca de él me lance a sus brazos, donde a mi parecer, él me recibió gustoso, lo deduzco, ya que me elevo unos centímetros y me dio unas cuantas vueltas en el aire, mentiría si dijera que en esos instantes no me sentí en las nubes, ya que era así, sentía que volaba entre sus brazos, estaba tan feliz de poder estar así con él, que lo demás simplemente no me importaba.
Hubiera seguido toda la vida hay, sino fuera por los sonoros aplausos que nos brindaba la gente a nuestro alrededor, al parecer ellos pensaban que éramos una pareja de enamorados que tenían tiempo sin verse y este era nuestro feliz reencuentro, suspire, qué más quisiera yo, que ese hombre me amará como yo a él, pero creo que eso no es posible, ya que para él solo soy su mejor amigo.
En fin, de no ser por los aplausos Oliver y yo seguiríamos en nuestra ensoñación, de mala manera me baje de sus brazos y volteamos a ver a las personas un poco apenados, o por lo menos, ese era mi caso; mejor no lo hubiéramos hecho, ya que cuando nuestro disque público, se dio cuenta de quiénes éramos, salieron disparados para pedirnos autógrafos, fotos y demás.
Oliver me miró con terror antes de sentir como tomaba mi mano y me sacaba corriendo de ahí, el acto fue tan rápido que apenas, puede tomar mi maleta y medio sujetar mi otra bolsa; si ese es el precio de la fama, que en ocasiones no tienes privacidad, pero la verdad no me importaba, si voy a tener a Olí aunque sea unos instantes sujetando mi mano para escapar, simplemente moriría feliz.
Después de unos segundos llegamos a un pequeño parquecito, que se encontraba valla a saber Dios donde, ya que estaba tan metido y perdido en mis pensamientos que no supe por donde me trajo, segundos después Olí me hizo una seña para que me sentara en un columpio mientras que él se acomodaba en el de alado.
-Lo logramos, ¡No puedo creer! Salimos vivos de esa- comentó Olí, mientras miraba al frente.
-Sí, ni yo- conteste con una sonrisa para después ponerme a reír, acto que él imito, cuando nuestras risas se calmaron, no puede evitar mirar y analizar cuando había madurado en este tiempo, además de darme nuevamente cuenta, que cada día amaba más a ese chico.
-¿Cómo has estado Tomy?- Preguntó pero antes de poder contestarle, el continuo hablando, como si en ese momento analizara lo que me decía -Tiene mucho tiempo que no nos veíamos, la verdad, fue una grata sorpresa encontrarte en el aeropuerto, no pensé que te vería ahí- decía mientras me miraba a la cara.
-Para mí también lo fue, tampoco me imaginé verte ahí y mucho menos salir corriendo contigo de un grupo de fans, aunque la verdad fue divertido, ahora que lo pienso.
Oliver se río un poco – Si, lo fue.
-Contestando a tu pregunta he estado bien, en el Marsella* me tratan muy bien, además que es muy divertido jugar con Piero y Napoleón, aprendo mucho con ellos.
Continuamos hablando de cómo nos iba en nuestros respectivos clubs y lo hubiéramos seguido por horas, si no fuera porque enfrente de nosotros un chico gritando llamo nuestra atención, este chico parecía que lloraba, luego llegó otro, que lo jalo para envolverlo en un abrazo, él primer chico forcejeo un poco, para después rendirse, acomodar su rostro en el pecho y los brazos de su opresor, segundos después el chico levanto el rostro para besarse con su acompañante, terminaron el beso y retornaron su camino tomados de la mano, sin querer, Oliver y yo los vimos, fue en ese momento que hice la pregunta que cambiaria el resto de mi vida.
-¿Te molesta?- Olí me miró con claro signo de que no me entendió, por lo que me apresure a aclarar su duda -¿Qué si te molesta que dos chichos se besen?
En ese momento sentí que mi alma pedía de un hilo y solo fue hasta que escuche la respuesta, cuando sentí como la misma regresaba a mi cuerpo –No, ¿Por qué?- le iba a contestar pero él se comenzó a reír como si eso fuera muy gracioso, cosa que yo no le veía gracia, creo que mi cara era tan clara mi duda que Olí explico –Soy gay, Tom, así que eso no me molesta, ¿A ti si?
-No claro que no, de hecho también lo soy.
Oliver me miro interesado y parecía feliz, aunque de eso no estoy muy seguro, me estaba poniendo nervioso, con su repentino escrutinio, cuando al fin se volteo, para mi alivio, me pregunto -¿Sales con alguien?
-No¬- conteste en automático, como iba a salir con alguien si él chico que amo nunca me lo ha pedido y salir con alguien más, ni pensarlo, es traición –Y tú ¿sales con alguien?¬- en ese momento mentalmente rezaba para que la respuesta fuera no.
-Tampoco- sonrió un poco de medio lado, como si lo hiciera con nostalgia –No podría salir con alguien que no fuera él¬- en ese momento sentí que el mundo se me venía en sima, pero a pesar de eso le sonreí, esperando que él continuara contándome –Sabes Tomy le amo, pero creo que es un imposible, él están perfecto que yo simplemente no estoy a su altura- comento con pesar.
Sé que esto es masoquismo puro, pero lo amo tanto que haría cualquier cosa para que fuera feliz, aunque signifique ayudarlo a conquistar a mi rival de amor, por lo que le pregunte -¿Le has dicho que te gusta? O ¿Lo qué sientes por él?- Olí se limito a negar con la cabeza –Si nunca le dices nada como quieres que lo sepa- lo regañe un poco y él se entristeció –Olí tienes que decirle porque si no lo haces nunca sabrás si tienes o no oportunidad con él, si no le preguntas solo fantasearas en lo que puede ser, si le preguntas podrás hacer realidad tus fantasías o dar a la vuelta a la página.
Sé que mis palabras fueron duras, pero él tenía que ver y analizar su realidad, él se limito a guardad silencio como analizando cada una de mis palabras, respete eso y esperé hasta que él lo considerará prudente ¬–Lo sé- dijo al fin –Pero la verdad no tengo idea de cómo hacerlo y si hago el ridículo... o peor me rechaza.
-No lo harás, ya lo veras- en los ojos de Olí pude leer el “si como no” –No lo harás, te voy a enseñar¬ y con relación a lo otro, siempre existe esa posibilidad pero nunca lo sabrás si no lo intentas- después me afine un poco la garganta, él me miro con un poco de burla, pero no dijo nada –Lo primero que tienes que hacer es mirarlo directamente a los ojos, le tomas una mano mientras que con la otra le acaricias la cara- en lo que le estaba diciendo lo hacía con él -le sonríes coqueto y le dices lo que sientes, listo¬- en ese momento tuve que soltarlo, no hubiera soportado tenerlo así de cerca sin besarlo –Ves, no están difícil.
En eso Oliver me sonrió y su sonrisa presagiaba que tramaba algo, pero al parecer se arrepintió, ya que negó con la cabeza –Vamos a ver a los chicos, me imagino que han de estar donde siempre... pero antes pasemos a mi casa a dejar estas cosas–señalando nuestras maletas –para darles una sorpresa.
Sin más asistí con la cabeza mientras tomaba mis cosas, el camino a su casa fue en silencio, el único ruido que había entre nosotros era el que hacia el balón en ir que un lado para el otro, por los pases, pero a pesar de nuestro repentino mutismo, el ambiente entre nosotros era agradable y acogedor, era como si entre nosotros los pases fuera la forma de trasmitirnos un secreto, del que solo nosotros sabíamos el código.
Dejamos las cosas en la entrada de su casa, sin más, nos dirigimos al campo de futbol, donde varios años atrás, entrenábamos con el Niupi; conforme nos íbamos acercando escuchamos las risas de nuestros demás amigos, así que al entrar al inicio del campo nos miramos unos segundos y sin palabras, entendimos lo que debíamos hacer, Oliver seguía dribleando por dónde íbamos mientras que yo, seguí con el balón del otro extremo de la cancha, a medio campo Olí le robó el balón a Bruce para lanzarme un pase al tiempo que le mandaba el otro balón, segundos después anotaba en la portería de Benji mientras que Oliver lo hacía en la de Richard, los cuales se encontraban aturdidos y sorprendidos por qué no lo vieron llegar, de hecho nadie del equipo lo hizo, ni Bruce y eso que a él le quitamos un balón para el tiro. Cuando los balones cayeron en sus respectivas porterías solo se escucho:
-¿Qué demonios fue eso?- maldijeron al unisonó los porteros.
Oliver y yo no les tomamos importancia a sus palabras para ir al encuentro, fue cuando nuevamente le escuche decir a Olí que mis pases siempre son los mejores que recibe, fue hasta ese momento que los demás chicos se dieron cuenta de nuestra presencia, instantes después éramos abrazados por todos nuestros amigos, además de uno que otro reclamo por llegar tarde y por interferir en su partido.
Escuchado sus bienvenidas y demás, nos invitaron a unirnos al juego, cosa que no pudimos negar, al final, nadie supo quien gano o perdió, por que más que partido en donde tendría que haber un vencedor, era el encuentro de varios amigos que tenían tiempo sin verse y solo disfrutaban de una tarde juntos, recordando viejos tiempos.
Después del encuentro cada uno se fue a su casa, en mi caso fui primero a la de Olí para recoger mi equipaje, aunque mi visita se alargo por que la señora Atom se invito a cenar con ellos, acto que no pude rechazar, la cena fue muy amena, por lo que ya me fui como a las nueve de la noche a pesar que llegue a las seis, cuando me disponía a partir Oliver se ofreció a llevarme a mi casa y como te has de imaginar no me pude decir no.
Estábamos pasándonos el balón entre nosotros cuando pasamos por el parque que está cerca de la casa de Oliver, este se detuvo, lo mire intrigado, pero antes de que pueda decir nada, él me tomo ambas manos, mire curioso este hecho y al levantar los ojos pude observar el cariño con el que me veía:
-Tom, mi Tomy desde la primera vez que te vi supe que tu llegada cambiaria mi vida- entre un poco en shock ante esas palabras – Y no me equivoque, ya que en ti encontré al mejor amigo que pudiera desear, pero con los años eso ya no es suficiente para mí- antes de esas palabras mis ojos miraban la ternura con la que sujetaba mis manos, pero algo dentro de mí me dio el valor para observar sus ojos negros, solo para ver como respiraba profundo –Ya no quiero que seamos amigos- mis ojos al instante se acumularon de lagrimas y baje la cabeza, tenía ganas de huir pero él me lo impidió, sentí como su mano acariciaba mi mejilla y me animaba a verlo nuevamente a los ojos, no pude resistirme a eso –Tomy, ya no quiero que seamos amigos, porque yo te amo.
-¿Me amas?- pregunte bajito, tan bajito que yo apenas me escuche.
Pero para mi sorpresa él si escucho, por lo que afirmo con la cabeza mientras decía –Si te amo, por lo que me es imposible verte solo como un amigo- nuevamente respiro como para tranquilizarse –Pero si tu no sientes lo mismo, haré mi mejor esfuerzo para seguir siendo tu amigo- luego pareció que pensó mejor sus palabras –Aunque te advierto, que eso no me impedirá tratar de conquistar tu corazón.
-Oliver- fue lo único que pude decir antes de lanzarme a sus brazos y besarlo como siempre había soñado, no sabía si eso era verdad o no, lo cierto que no lo iba a desaprovechar.
Nos estuvimos besando hasta que el aire se hizo presente, cuando nos separamos, apoye mi cara en su pecho mientras sentía como él me abrazaba con cariño –Yo también te amo Olí, siempre lo hecho.
Dicho esto, Olí tomo mi mano y entrelazo nuestros dedos, mientras que con su otra mano jalaba mi mochila y acomodaba mi bolsa en su hombro, si Oliver es todo un caballero, cargo mi equipaje, en lo que me le pegaba como chicle para abrazarlo, cosa que a él no le importo, ya que soltó nuestras manos por unos segundos para abrazarme por la cintura y nuevamente entrelazar nuestros dedos, sentía que cada paso que deba me elevaba del piso.
Al llegar a la puerta de mi nueva casa o más bien, a la casa que rente por el tiempo que estaría en Japón, como no queriendo la cosa me alegue un poco de Olí para tomar mis cosas, él me las entregó y antes de que yo pudiera entrar –Espera, Tom.
-¿Qué pasa Olí?- pregunte un poco confuso.
-Tomy ¿Te gustaría ser mi novio?- pregunto todo rojito por la vergüenza, cosa que me pareció muy tierna y adorable.
-Si- mientras que lo besaba y abrazaba con cariño, cuanto soñé con esto, que ahora que pasa no puedo creer que sea verdad.
-¿Quieres que los demás sepan de esto?- me cuestiono mientras acariciaba suavemente mi mejilla, yo solo pude rendirme ante esa caricia.
-No- el detuvo la caricia y me miraba como intrigado –La verdad quisiera que este fuera nuestro secreto- él me siguió mirando intrigado –Te quiero solo para mí- en eso me regalo la mejor sonrisa que le había visto, era como si le hubiera dicho que ganamos el mundial –Quiero que disfrutemos primero esto nosotros dos, ya después podríamos compartirlo con lo demás- termine de explicarle, pero ya para estas alturas, estaba más rojo que la nariz de Rodolfo el reno.
-Sera lo que tú quieras- me dijo al fin, mientras me besaba mis mejillas rojas –¿Te gustaría que pasara por ti? Para ir al entrenamiento de mañana.
-Claro- lo bese como si la vida se me fuera en eso –Nos vemos mañana, descansa.
Hecho eso entre a la casa, después de regalarle una sonrisa coqueta, sabía que había dejado a Oliver como una estatua humana con ese beso, que solo hizo que mi sonrisa resplandeciera; en eso no sé porque pensé que este mundial pregonaba que sería simplemente diferente a lo que había vivido. Aunque no me asustada posterior a este día, podía esperar lo que fuera de él, después de todo ya me acaba de cumplir mi mayor fantasía, por lo que no creía que nada de lo que trajera me sorprendería, o por lo menos eso creía, después vería lo equivocado que estaba.
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