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Intrucciones para olvidar a un cachorro por Kali Lakitu

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Notas del fanfic:

Por cierto, Ni Yu-Gi-Oh! ni sus personajes son míos, todos los derechos a su respectivo autor, quien no entiendo por qué no la convierte en una serie yaoi ya de plano, así de seguro tendría el doble de éxito ^_~

Notas del capitulo: Hola!!

Feliz Navidad, Hanukka, Kwanzaa, año nuevo y demás ^^
Ya extrañaba estar por acá.

Oh, acabo de regresar a la escuela, y las cosas ya se pusieron pesadas x_x

Para colmo mis amigas me dejaron solita, Lala se fue de vacaciones y no me quiso llevar y Kiki está vuelta loca con su tesis y ni me peló en vacaciones.

Y bueno, mi familia, la cena, las fiestas, todo: Normal.

Así que como no tenía qué hacer estuve mirando el techo de mi habitación y en un momento, de la nada salió esta historia.

Mmmm es mi la segunda vez que me meto en temas medio tristones, qué puedo decir, estaba de humor ^_~

Por cierto, un saludo a mi beta, Glen gracias por ayudarme como siempre. Un abrazo ^^

Espero que les guste




Es tarde y hace mucho frío, pero la atmósfera navideña ayuda a los habitantes de ciudad Domino a compensar el helado ambiente natural del invierno.

Mas como en todo, siempre hay excepciones.

Para el CEO de Kaiba Corp, las cosas son diferentes: si bien no se ha convertido en una versión moderna de Ebenezer Scoorge, este año la llegada de Santa Claus no le emociona realmente.

Para colmo, hoy es uno de esos días que inician a las 6:00 de la mañana en su oficina con reuniones, proyectos, socios molestos, demandas, cambios inesperados en la bolsa de valores, uno o dos cafés y una comida apresurada. Ahora 12 horas y 15 minutos después, lo único que puede hacer para evitar que la cabeza le estalle, es salir a caminar por el parque. Está a una calle de la corporación, así que no requiere de ningún vehículo, nadie sabe que está allí.

Una repentina ventisca le hace arrebujarse en su gabardina y cerrar los ojos, por lo que no ve al enorme labrador color miel que le salta al pecho y termina por tirarlo. En un acto de reflejo, obligado por la costumbre, aparta el hocico del perro con la mano mientras le dice:

— ¡Hojuela, Basta! ¡Cuántas veces te he dicho que…!— Un momento. ¿Hojuela?

Seto tarda unos segundos en reaccionar y darse cuenta de que este no es cualquier perro, sino el inseparable compañero de Joseph Wheeler. El simpático labrador es lo más cercano que ha tenido el CEO a una mascota en toda su vida.

— ¡Hojuela detente! Perdone, nunca hace esto, no sé qué le pasó. — El chico rubio comienza a disculparse en cuanto llega al lugar del incidente, pero a reconocer a la víctima del perro, corta sus palabras abruptamente. Su sorpresa es tanta que debe concentrarse bastante para seguir respirando.

— Seto… es decir, Kaiba. Yo… Hola ¿Cómo estás?

— Hola Wheeler — responde el CEO en cuanto logra incorporarse con una voz tan formal que descoloca a Joey; sin embargo, el desconcierto también se manifiesta en cada fina facción de su rostro.
¬
Este encuentro –piensan ambos- parece haber sido preparado por un sádico destino que gusta de divertirse a costa suya; pues esta es la primera vez que se ven desde aquel día, cuando todo terminó, hace más o menos 7 meses.

En ese momento la vida de ambos cambió por completo. Aunque las cosas no parecían tan graves, no se encontró la posibilidad de arreglarlo… Al contrario de lo que muchos pensarían, no hubo intervención ajena, nadie fue infiel ni hizo caso de las palabras de los demás sobre su relación; tampoco hubo causas externas de fuerza mayor, sin prensa, familia, corporación o asuntos legales. Simplemente resultó ser que los vínculos tienen caducidad y el lazo entre Seto Kaiba y Joey Wheeler no fue la excepción.

Ok, tal vez si existieron las palabras venenosas que escaparon de sus bocas demasiado rápido y con tanta fuerza que fue imposible retenerlas, sin importar quien las dijo primero; y, a pesar de que no era la primera vez, allí donde debía ir una disculpa, un beso, arrepentimiento seguido de un arrebato de pasión, sólo llegó el frío, blanco y vacío, sellado con un suspiro solitario de resignación.

Para colmo, diciembre había llegado en menos de dos latidos. Los días pasaron rápidamente, el verano duró tanto como un parpadeo y el otoño se sintió como una exhalación.

Sólo hay algo que sobrevivió, pues el amor entre ambos sigue intacto… Esa imperiosa necesidad de besar los suaves labios de Joseph, o sentir el fresco aliento de Seto entrar por la boca y llegar hasta su pecho. De reflejarse en los ambarinos ojos del cachorro o perderse en la mirada azulina, profunda y hermosa que el joven CEO sólo le dedicaba al chico rubio.

Ahora la suavidad de la piel íntima sólo descubierta en las caricias más delicadas era un recuerdo lejano, doloroso.

Pero claro, nada de eso se debe decir en voz alta. Para ambos, la historia, su historia, terminó y no hay cabida para segundas partes.

En este instante se encuentran frente a frente, y ninguno de los dos está seguro de qué hacer. El único que no siente el corazón fuera de lugar es Hojuela, quien salta y corre muy feliz porque al fin sus dos dueños están juntos.

Luego de un momento en silencio más que incómodo, Joey decide soltar la primera pregunta que se le vino a la mente en cuanto reconoció a su expareja.

— ¿Qué haces aquí? Es muy temprano para tu horario estándar de salida. — La voz del rubio siempre ha tenido un extraño efecto en Seto, quien haciendo uso de un extraordinario autocontrol, regula su respiración para lograr que su voz salga calmada y firme.

—Quise salir a despejarme. —Seto no está seguro de por qué respondió. Tal vez –se justifica- sea porque la confianza que hay entre los dos luego de 9 años de relación tardará más de lo que pensó en desvanecerse. — ¿Y tú? —en una necesidad incontrolable de equilibrar la situación, Kaiba pregunta lo que le dicta su curiosidad.

— Hoy no tuve que hacer guardia, y quise sacar a Hojuela a pasear…— para reafirmar sus palabras le muestra a Seto la correa del perro que sostiene en una mano junto con una bolsa de papel— ¿Quieres caminar con nosotros?

—Está bien. —No es como si alguno de los dos deseara otra cosa, así ambos comienzan a recorrer el parque en un silencio acogedor, casi familiar.

Luego de haber caminado un largo tramo, Joey ve a lo lejos un lugar tranquilo y solitario.

—Mira, allí hay una banca libre. Estoy algo cansado, ¿te importa si nos sentamos? De todas maneras Hojuela sabe andar solo.

—Como prefieras. — Con excesivo cuidado de no tocarse, ni por un roce accidental, los dos se sientan. Joey abre su chaqueta para estar más cómodo, dejando al descubierto su bufanda. —Recuerdo esa bufanda, fue un obsequio mío en una navidad pasada.

El rubio toma una orilla de la prenda y la mira con aire distraído antes de responder.

—No te confundas Kaiba, esto es sólo una prenda de ropa, es útil y el que la use no está relacionado contigo.

El CEO sólo suelta un seco “humm” y vuelva la vista al frente, recriminándose mentalmente por ese lapsus, en el que esperaba… algo, no estaba seguro de qué. Por otro lado Joey nota la incomodidad que sus palabras causaron, así pues, trata de cambiar de tema.

—El otro día me pareció ver tu rostro en una revista, junto con ese famoso supermodelo.

Oh sí, ese escuálido supermodelo lleno de esteroides e implantes en… pues en algún lado, porque ese físico es imposible de obtener de manera tradicional. Quizás fue el tópico de conversación equivocado, pero ya es muy tarde para corregir el rumbo de la charla.

Un acceso de tos amenaza con afectar a Joey, pero él sabe que no tiene nada que ver con el frío, pues es la misma molestia que sintió cuando vio esa fotografía, cuando vio a Seto llevando del brazo a alguien más, cuando por primera vez supo lo que eran los celos de verdad.

—Sí, sabes que hay eventos sociales a los que no es conveniente ir solo. — A Kaiba nunca le habían importado ese tipo de cuestiones, pero al saber que tendría que asistir a un lugar repleto de prensa, por alguna inexplicable razón decidió que no debería ir sólo, no después de que la noticia de la separación entre él y Joseph se había hecho pública.

— ¿Estás saliendo con él? — pregunta Joey de repente, pues a estas alturas ya no importaba la mesura que había tratado de imprimir a su conversación, no había manera de recuperar la pregunta de los oídos del CEO.

Por si fuera poco, el rubio siente como los mismos celos despiertan en la boca de su estómago cuando Seto confirma la cercanía de ese chico, aunque fuese escasa, en su vida.

—No es nada serio, pero si así fuera, eso no tiene nada que ver contigo, no habría de importarte. —Con esa frase, Kaiba se sintió de nuevo en el instituto, cuando cada golpe verbal entre ellos debía ser respondido con otro de mayor intensidad. Lo cual, de paso confirmaba su sospecha, el comentario de la bufanda le había dolido.

—Sí, tienes razón. —Eso último pasó casi desapercibido para el cachorro, porque al saber que Seto no lo considera algo serio le dio una extraña tranquilidad.

Seto por primera vez presta verdadera atención a la bolsa de papel que tiene Joey en la mano. Y como lo último creo algo de tensión, pregunta en tono relativamente amable.

— ¿Qué llevas ahí?

—Ah ¿esto? —pregunta levantando la bolsa y Kaiba asiente, así que saca el contenido con mucho cuidado para mostrárselo. —“Monsters inc.” Otro elemento del día Disney… Tuve que iniciar la colección otra vez.

—Tu colección aún está en la mansión. Puedes recuperarla cuando quieras. — Increíblemente Seto no se deshizo de las pocas cosas que Joey dejó en la mansión, simplemente ordenó guardarlas en algún lugar.

—Preferiría no hacerlo, no soy tan fuerte como tú y la mansión me traería muchos recuerdos. —Joey adorna lo dicho con una sonrisa de esas que hace tiempo no le salían y que Seto no sabía cuánto extrañaba ver.

—Sí, a veces trae recuerdos.

Joey busca lo más discreto que puede algún rastro de tristeza en Kaiba, preguntándose si habrá llorado en algún momento, porque por varias semanas él no pudo hacer otra cosa. Pasado un momento, decide que lo mejor es ignorar esa idea, y sacude la cabeza en un intento por alejar los malos recuerdos. Una vez que está más tranquilo, guarda de nuevo su película en la bolsa y suspira.

—¿Y Mokuba, cómo está?

—Bien, ya tiene la fecha de boda asegurada para abril del próximo año. Todavía no terminan las invitaciones, pero tengo entendido que asistirán todos tus amigos de la preparatoria, y aún cuenta con tu presencia. —Mokuba llevaba varios años saliendo con una chica muy linda, hija de un diplomático. Ahora que estaba próximo su matrimonio, el plan era irse a vivir lejos de ciudad Domino.

—Algo me había contado… Ya hablaré con él.

—Mokuba dijo que se reunirían para celebrar el fin de año con una cena.

—Sí, Duke está organizando una fiesta en París, creo. Como ahora es más rico que antes le gusta llenarse de lujos, ya sabes cómo es de extravagante, probablemente haga que cierren todo el restaurante de la Torre Eiffel para nuestra cena.

—Ah… Deblin. Supongo que lo de nuestro rompimiento causó alguna reacción positiva en él…

La sinceridad del ojiazul resulta abrumadora, pero el interés que Duke Deblin tiene en Joey nunca fue un secreto para nadie, y a pesar de que supo respetar la decisión del cachorro cuando años atrás se quedó a lado del joven empresario, jamás se planteó renunciar a él por completo. Ahora que está libre, Seto está seguro de que el chico de lo dados no perderá esta oportunidad de acercase a él con intenciones muy diferentes a la amistad.

—La verdad no lo sé, he estado muy ocupado en el hospital, ser jefe de cirugía no es algo que me deje mucho tiempo libre.

—Así que por fin te ascendieron. —Un ligero tono de orgullo se cuela en las palabras del CEO.

—Sí, aún no soy jefe de cirugía general, pero al menos estoy al frente de toda el área de cardiología.

—Me alegro por ti. —Seto había esperado bastante por este momento, pensó en más de una forma para conmemorar el primer ascenso del su pareja…

—Gracias, pero creo que me arrepiento un poco, porque me costó mucho trabajo pedir días libres para poder pasar las fiestas lejos.

— Estarás con tú familia.

—Sí, Mi hermana me ha invitado a estar con ella en Navidad, dice que mi sobrino se parece mucho a mí, así que quiero ver que tan cierto es y año nuevo estaré en la fiesta que Kiki y Lala, siempre la hacen con toda la gente que cabe en su casa.

— Ah, sí, ese par y sus ideas. Recuerdo esa fiesta ¿Cómo la llaman? ¿La última… gota?

—La gota de la felicidad, por…

—Sí, por el vino, ya sé.

En alguno de los años anteriores ambos hermanos Kaiba fueron los invitados de honor en esa legendaria reunión. Sin embargo, para esta ocasión, las anfitrionas hicieron gala de un poco de sentido común y redujeron la lista al mismo número de invitados que asistían antes de que Joey se hiciera pareja del joven millonario.

—¿Y tú… estarás con Mokuba?

—No, él y su prometida van a pasar juntos esas fechas y no quisiera interrumpir.

—Ah, ya veo. —El corazón de Joseph se encogió, y por temor a otra respuesta negativa, prefiere guardarse sus supuestos sobre las actividades finales del año de Seto.

— ¿Ya no te ha molestado la prensa?

—No, ya tiene bastante tiempo que dejaron de perseguirme. He vuelto a ser una persona común.

La pregunta resuena en la mente de Seto y se agolpa en los labios de Joey “¿Qué fue lo qué nos pasó?” y más profundo, un deseo: el que exista la mínima posibilidad de que volvieran a funcionar estando juntos, pero la mala suerte actúa antes de que alguno de los dos dijera algo más. El celular de Kaiba suena, sacando a los dos chicos de sus pensamientos de golpe. El CEO mira el número en la pantalla y cuelga.

— Es alguien de la oficina. Tengo que regresar. —explica inmediatamente, sintiendo lástima por lo abrupto de la interrupción.

— Igual que siempre. —Dice el rubio con una mezcla de decepción, extraño alivio y tristeza.

— No Wheeler, ya no es igual. —Joey sabe a qué se refiere y como en automático, su corazón comienza a latir más deprisa.

—Tienes razón.

Kaiba se levanta de la banquita y silba para llamar al labrador. Pasado un instante el perro llega, y muy contento se sienta a los pies del ojiazul, moviendo con su nariz la mano del chico, incitándolo a una caricia.

—Cuídate Hojuela y sé obediente. —Se despide rascándole detrás de las orejas al animal.

Cuando voltea para despedirse de Joey, éste no lo resiste, sabe que si no hace lo que quiere en este momento, ya no habrá una última oportunidad para él; ahora por primera vez de da cuenta de la realidad, terminaron y ya no hay forma de regresar el tiempo. Entonces, a pesar de lo rápido que palpitaba, su corazón parece detenerse en el instante en que rodea a Seto con los brazos y junta sus labios de manera brusca, como para confirmar que lo que está haciendo es real.

Seto sorprendido se tensa ante la acción de Joey, pero en cuanto reacciona, responde el beso con toda la pasión que puede, estrechando al cachorro contra su pecho en un abrazo, obligando a sus cuerpos a encajar completamente, acariciando de forma suave la espalda del delgado chico rubio, de seguro le será prácticamente imposible borrar este encuentro de su memoria.

Cuando Joey se da cuenta de que las manos del Seto están vagando por su cuerpo, siente que un nudo le obstruye la garganta, pero no le da importancia y enreda sus dedos en el cabello castaño, dando tanta intensidad al beso que a ratos parece que nunca se van a separar, que con esto, las cosas pueden volver a ser como antes. Seto sonríe dentro del beso sin darse cuenta, ante la posibilidad de tener a su cachorro una vez más a su lado.

No obstante, esos besos son de cuentos de hadas y esta es la vida real. Y tan rápido como inició el beso, así terminó, pues Joey se separo velozmente interrumpiendo todo contacto entre ellos.

—Yo… lo siento Seto, no debí… pero, no pude resistirme, yo… ya sabes que a veces soy muy impulsivo.

—Lo sé Joey.- extiende una mano hacia su expareja y le acaricia la mejilla.- Cuídate cachorro.

—Tú también.

Sin más Seto Kaiba se da la vuelta y comienza a caminar en dirección a su corporación, en tanto, Joey Wheeler lo sigue con la mirada mientras se aleja hasta que se pierde de vista.

— Vamos Hojuela, es hora de ir a casa.

Fin



Notas finales: Vean el lado bueno... Nadie se muere ^^

Ok, muchas gracias por leer hasta el final, ya saben, un comentario siempre es bien recibido ^^

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