- Samara, ella es nuestra hermana, papá quiere que la cuides ya que como te darás cuenta es muy parecida a ti.
Claro ese desgracia… perdón, mi padre, no quería anormales en la familia y como Kaori era la niña perfecta. Bueno, fuera de eso, me dio la impresión de que tenia la misma edad que yo al venir al orfanato.
Me arrodille hasta alcanzar el tamaño de Makoto y estire los brazos para lograr abrazarla.
- Papá dice que serás un gran ejemplo de anormalidad para mí – dijo sonriendo por que no sabía lo que papá quería decir.
- Eso dijo?
- Si
- Entonces seré el mejor ejemplo de anormalidad posible – dije mientras la cargaba sobre mis hombros.
Me despedí de Kaori y lleve a Mako-chan a mi habitación
- Vaya, una Samara en miniatura – dijo Satke sorprendido – tu hermanita?
- Si, está bastante claro no? Papá quiere que la cuide
- Quien es él? – pregunto mientras jalaba mi ropa
- Cuidado que me desvistes. Ah el es Satke, mi amigo.
- Oh, por cierto, cuántos años tienes Samara?
- 15, tú debes tener 7, me equivoco?
- Sí, tengo 7 años.
Ahora mis ganas de irme de aquel lugar crecieron a tamaño colosal, no podía permitir que Makoto sufriera al igual que yo.
Al caer la noche, Mako-chan se acostó en mi cama. Termine de escribir un poco y me acosté a su lado luego Satke apago la luz y Makoto reacciono de inmediato.
- Le tienes miedo a la oscuridad?
- Si
- No hay nada de que temer, para eso estoy aquí, para protegerte.
- También me protegerás de los monstruos de la noche?
- Si, también de ellos te protegeré – dije soltando una leve risa.
La abrace y ella se acurruco en mi pecho
- Descansa angelito
Nada en ese momento superaría la ternura con la que la estaba mirando, me sentía impotente al no poder hacer nada para irnos del orfanato, además alguien tan pequeño no merecía tanta crueldad.
A la mañana siguiente note que Satke no estaba en la habitación, sentí temor en ese momento, no s e que haría si adoptaran a Satke.
Corrí lo más rápido posible hasta la sala de entrevistas y me asome por la ventana.
- No, de ninguna manera me voy sin mis hermanas! – grito Satke
- Hermanas?
- Si eso dije
- Si deseas venir con ellas no me opondré
- Lo dice enserio?
- Si, adelante tráelas, si no te molesta que sea rápido, tengo unos asuntos pendientes
- Si señor
Me alegre mucho, al fin Satke hizo algo bueno por mí, miento, siempre lo ha hecho. No era momento para emocionarme debía correr antes de que Satke me viera.
Cuando entre a la habitación fui recibida con un golpe de una almohada en el rostro.
- Pero qué?
- Mala! – grito Makoto entre sollozos
Me le acerque y la abrace.
- No quería dejarte sola, Me perdonas angelito?
- Está bien – dijo haciendo un puchero, que linda se le veía
- Ya no llores
Lo cursi se me acabo al escuchar la puerta azotando contra la pared
- Samara… la entrevista… aceptaron…vámonos- dijo entre respiros ya que venía corriendo
- Je, respira y cuéntame lo que…
- Ahora no, rápido, nuestras cosas van a venir a llevarlas a la casa del señor Uchizaki – interrumpió
- Está bien, Makoto, vamos al baño a cambiarte.
Al salir vi a un hombre joven y muy alto que al parecer iba a ser nuestro “padre”. Entramos al auto y este arranco.
Makoto aun tenía sueño, muy comprensible ya que eran las 6:45 de la mañana, a esa hora quien no tendría sueño jeje.