El pasillo era lúgubre. Las antorchas se encendían al paso de ambos shinobis, permaneciendo encendidas apenas un par de segundos, dejando en penumbras el camino a sus espaldas.
No podía precisar cuantos metros habían recorrido cuando se encontraron de frente otra puerta de seguridad, que abrió esta vez el guía con sus llaves. Tras pasar ambos, la puerta se cerró herméticamente emitiendo un chasquido que resonó fuertemente en el lugar. La nueva galería a la que habían accedido era aún más tenebrosa, con goteras por aquí y allá y grandes puertas metálicas ubicadas en los laterales. Si el pasillo anterior le había parecido largo, no se podía ni comprar con éste. Por mucho que forzó sus ojos, el rubio no fue capaz de vislumbrar el final de ese oscuro túnel.
- No se quede rezagado, no tengo todo el día. – espetó su guía secamente.
Tras poco más de diez minutos, el ambu se paró enfrente de una puerta en la cual se leía claramente el número 23. Llamó un par de veces y, sin esperar respuesta, abrió con sus llaves. Pasaron ambos y se encontraron en un pequeño cuarto, con otro ambu enmascarado tras un escritorio haciendo guardia.
- Visita. – aclaró su ambu guía al otro, yéndose a sentar a un lado del cuarto, donde había un par de sillas. Parecía que su cometido había terminado.
- Bien. – respondió el guardia levantándose con un manojo de llaves en las manos. – Sígame.
Su nuevo acompañante abrió la puerta situada al fondo de la sala y esperó pacientemente a que el rubio se introdujera por él. Tras asegurarse de cerrar la puerta tras ellos, lo condujo por el pasillo hasta la puerta del fondo, la cual abrió con otra de las llaves de su enorme llavero.
- Dentro de la celda no se puede ejecutar ningún tipo de jutsu. Si tiene algún problema llame al botón de emergencia que encontrará en la pared. El preso se encuentra tras las rejas. No está permitido entrar, así que no lo intente. Tiene treinta minutos. – informó aguantando la puerta para que pudiera pasar. Una vez introducido el rubio, le echó una última ojeada asegurándose de que había entendido las indicaciones y se marchó cerrando con llave la puerta.
Naruto soltó un suspiro aliviado en cuanto se quedó solo. No aguantaba a esos ambus, tan fríos y secos en sus respuestas. Contempló con curiosidad el cuarto, nunca anteriormente había estado en ninguna celda de máxima seguridad. Sólo para comprobar que fuera cierto, intentó concentrar algo de chacra en su mano derecha. Sorprendido, vio cómo apenas formaba una pequeña esfera, ésta se diluía como si aquella habitación fuera capaz de absorber toda esa energía. Por lo visto en ese tipo de celdas, cualquier incremento de chacra que no fuera la habitual que tenía el cuerpo en estado de reposo, era absorbido y disuelto inmediatamente.
La celda era de tamaño medio, rectangular, metálica como toda la prisión. El espacio estaba dividido en dos por unas rejas sólidas, que dejaban apenas un pasillo de dos metros por donde el visitante podía moverse. Al otro lado de las rejas, podía vislumbrar apenas las patas de lo que sería una más que incómoda cama, al lado de la cual había un escritorio con su correspondiente silla, todos los objetos anclados fijamente al suelo. La iluminación se basaba en un único foco sobre el pasillo, dejando el fondo de la celda en penumbras.
Nervioso, sin poder ubicar exactamente en qué lugar se encontraba el Uchiha, se sentó en el suelo del pasillo lo más cerca posible de las rejas, forzando sus ojos a mirar entre las sombras y descubrir la silueta del moreno. Asombrado, comprobó que podía usar sin consecuencias el chacra del zorro y agudizar de esta forma sus sentidos, de modo que afiló sus ojos hasta convertirlos en rojo brillante, y escudriñó de nuevo en las sombras hasta que reparó en la figura inmóvil situada sobre la cama. Satisfecho, volvió sus ojos a la normalidad. Seguramente Sasuke también era capaz de activar su Sharingan en esa celda, aunque dudaba que le sirviera de algo si no podía hacer ningún tipo de jutsu.
- Sasuke. – llamó con voz calmada mirando directamente hacia donde sabía que estaba el moreno. – Sasuke. – volvió a llamar un poco más fuerte ante la nula respuesta del otro.
Tras cinco minutos en completo silencio, quedaba claro que el Uchina no tenía la menor intención de responderle. Sabía que estaba despierto por la naturaleza del chacra que detectaba. Simplemente parecía que no le interesara que el rubio estuviera allí.
Soltó el aire que había estado reteniendo en un esfuerzo por escuchar aunque fuera un mínimo movimiento por parte del azabache, y pensó en otra manera de hacerle reaccionar. ¿Cómo comunicarse con él tras todo ese tiempo? Se estaba asfixiando en la atmósfera tan hostil que él mismo había creado al ir a visitar al último sobreviviente de los Uchiha.
- Yo… soy Naruto. – deseó patearse a sí mismo tras soltar esa frase tan tonta. Evidente que era él. Aun con los ojos cerrados el moreno debía haber deducido quién era por su chacra. Y si no era así, no había cambiado tanto con los años como para no reconocerlo. – Siento no haber venido antes. La aldea quedó medio destruida después de la guerra. Hemos estado bastante atareados en su reconstrucción. – siguió informando un poco más seguro oyendo su propia voz. Tanto silencio le ponía los pelos de punta.
- Tsunade dice que tu juicio será dentro de un mes. – siguió hablando tras otro corto silencio en el que esperó sin esperanza que el moreno le contestara algo. – Kakashi, Sakura y yo estaremos allí para apoyarte. Estoy seguro de que podremos reducir la condena. Kakashi fue Hokage durante la guerra, tienen que tomar en cuenta lo que él diga… - calló nuevamente sin saber qué más decir. No era atractivo hablar para la nada.
- Sasuke… - rogó transmitiendo en sus ojos su súplica. Sólo necesitaba una respuesta, una señal del moreno de que le reconocía.
Preparado para llamarlo de nuevo, se sobresaltó con el sonido de la puerta al abrirse. Por lo visto el tiempo había terminado.
- Vendré mañana a verte. – indicó antes de retirarse dirigiendo una última mirada hacia donde él sabía que estaba el azabache. No perdería la esperanza. Sasuke le terminaría hablando, se aseguraría de ello.
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