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Camino al altar.... por cielphantomhive

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Notas del capitulo:

aqui el cap 3

espero sea de su agrado si no, pues se amuelan, jajajajjajaj no es sierto saben que para mi son lo mas importante asi que dejen coment, ah!!! y quiero agradecer a las  personitas maravillosas que dejaron comente en los cap anteriores, les dedico este... sale nos leemos en el siguiente ....

digimon no me pertenece de lo contrario no existiria la sorra

ah!! se me paso una r lo siento sora... jijjijijijiijjiijijij

 

Cada tarde era lo mismo, las clases del instituto eran de lo mas aburridas, y luego estaba el entrenamiento con el equipo de fútbol que de pronto se le hacia demasiado cansado, y el con tan pocas ganas de practicarlo que estuvo apunto de ir al medico, por que siendo sinceros, el que el gran capitán del equipo Yagami Taichi no quisiera ir a la practica era para espantarse.


 


-         Tai, oye  Tai… - gritaba un chico de ojos azules y cabellos negros – ¿no me digas hoy también te saltaras la practica? Tai el equipo te necesita, el partido es pasado mañana y muchos de nuestros compañeros están especulando si tu vas ha asistir


-         Claro que estaré ahí, no me lo perdería por nada – dijo regalándole una sonrisa al chico, este solo atino a sonrojarse levemente


-         Entonces por que no vienes a los entrenamientos – pregunto con algo de vergüenza


-         Como sub capitán deberías saber que a veces hay motivos personales


-         Pues si pero – esa excusa no se la creía del todo


-         Ryo hazme un favor y diles que mañana si asistiré, que es una promesa – el ojos color chocolate le regalo un guiño lleno de coquetería


-         Esta bien como tu digas – no podía ocultar el hecho de que estaba babeando


-         Tai  ¿nos vamos? – pregunto un rubio de solo llegar adonde estaba el castaño


-         Si claro Yama, Ryo te veo mañana, espero que entrenen muy duro porque los pondré a prueba


-         Pero capitán usted no ha hecho nada de ejercicio físico en estas dos semanas y nosotros


-         No te preocupes – se acerco al chico de cabello negro – si me ganan les daré un premio que jamás olvidaran – le susurro al oído – bueno nos vemos – dio vuelta y salió caminando de la cancha de juego


-         Deberías limpiarte la nariz Ryo – sugirió Ishida sonriendo de manera picara, y dejar de mirarlo de esa forma, se te acabaran los ojos – te veo luego – le dio un suave golpe en el hombro


 


El pelinegro se quedo unos instantes estático, con la mano limpiándose la pequeña hemorragia nasal que el acercamiento de su capitán le había provocado, y es que el Ryo Kamashi estaba perdidamente enamorado de Taichi Yagami.


 


Y como no estarlo, ese chico era un adonis en toda la extensión de la palabra, su cuerpo era mas fino que la mayoría de los componentes del equipo, y su estatura también era menor, pero en destreza y  habilidad no había quien se le comparase, su cabello castaño desprendía un suave olor a canela, deleitando a los sentidos, sus bellos ojos color castaño relucían como el fuego cada que tiraba, o enfrentaba algún reto, y sin saber muy bien como, el al igual que sus compañeros terminaron hablándole de usted, todos sin excepción alguna, desde el primer día en que se convirtió en el capitán del equipo hacia un año, en el grupo habían chicos mucho mayores en edad, pero aun ellos lo trataban con respeto, y para él, que su vista siempre terminaba centrada en ese chiquillo de abundante cabellera castaña, podría casi asegurar que no era el único con dobles intenciones, si tenia que contar serian los dos delanteros, un medio campista y un defensa, y los demás pues solo lo admiraban, con gran devoción, recalcando devoción.


 


 


Y después de todo ese análisis se encontraba en una encrucijada, por que el dichoso chico en disputa los mandaba a todos de paseo cada que esa cabellera rubia aparecía, no importaba en que momento llegase, Yamato Ishida se llevaba toda la atención de Tai. Incluso hubo un cometo en que pensó en hacerle frente, preguntar que clase de relación unía a esos dos, por que a su parecer había mas que amistad. Pero la respuesta a sus insinuaciones fue:


 


-         Oh!! Ryo ¿no estarás celoso verdad? – pregunto el castaño con una divina sonrisa en sus carnosos labios – él y yo somos casi como hermanos, el es mi mejor amigo


 


Y con eso y una sonrisa que derretiría hasta aun témpano de hielo Tai dejo el tema por saldado, un cuando para él no era del todo verídica. Y su curiosidad crecía cada vez mas, y mas. Después de todo Tai Yagami se encontraba en su misma clase, pero aun con esa ventaja por encima del rubio, Matt, como acostumbraban llamarlo todos, todos excepción del  castaño que lo llamaba de manera cariñosa, muy cariñosa, recalco, Yama, es decir que clase de nombre era ese, no importa, volviendo al tema; el muy descarado comía con él a la hora del descanso, lo esperaba después de clases y acudía a recogerlo sin falta alguna cuando tenia practica, siempre caminaban juntos a casa y debes en cuando y por boca del mismo Tai se enteraba de que se quedaba a dormir en su casa. Es que acaso no pasaban suficiente tiempo juntos en la escuela, o después de ella, sin contar los fines de semana; ¡ah! Por que ese era otro inconveniente, el invitar a salir a moreno requería de una cita previa de por lo menos dos semanas, y siempre con el constante peligro de que a Ishida se le ocurriera secuestrarlo a algún otro sitio. ¡es el colmo! Nadie podría soportar tanto tiempo pegado a otra persona...


 


Esta bien tal vez si, si Tai lo aceptara él estaría a su lado las veinticuatro horas del día, los siete días a la semana, si la posibilidad de una disolución de la relación, al menos de sus parte. Se encargaría de que nadie pudiese tocar a ese maravilloso cuerpo, ni probar esos deliciosos labios que el creía con sabor a chocolate.


 


-         Ryo! ¡Ryo! ¿Me estas escuchando? 


-         Eh!!!


-         Eso mismo debería decir yo ¿qué paso?¿y el capitán vendrá hoy a la practica? – pregunto dudoso Aki


-         No el no vendrá ya se fue con Ishida – las silabas del nombre fueron arrastradas una a uno con gran desprecio


-         Ni modo, cuando se trata de tu novio supongo que no puedes decir que no – y soltó una sonora carcajada, el pelinegro se quedo callado y con los ojos muy abiertos


-         ¿¡Que ¡? – grito desconcertado – ¿cuando? ¿como? ¿por que lo sabes tu?


-         Bueno no es que los allá visto... pero se nota que los dos se gustan, son demasiado a pegados y ... – tuvo que detener su discurso porque medio equipo lo asesinaba con la mirada – este... yo... solo decía no es que sea cierto saben...


-         Mejor cállate si no quieres una paliza Aki


-         Vale, vale...


 


El menor de todo el equipo y el volante derecho del equipo se quedo callado, no entendía porque todos tenían esa cara de muertos vivientes después de su observación. Por Dios habría que estar siego o no querer darse cuenta, para no notar como esos dos se miraban y debes en cuando de manera demasiado efímera se tocaban.


 


-         Bueno todos a practicar... – dijo el pelinegro al tiempo en que tomaba su libreta de apuntes – el capitán a dejado dicho que entrenemos duro y mañana vendrá a ponernos a prueba


-         Pero el no ha entrenado nada – comento Andy delantero y goleador


-         Eso mismo le hice notar, pero el solo respondió con: quien me gane le daré un premio que jamás olvidara – no hace falta decir que muchos de eso atléticos muchachos tuvieron que tapase la nariz


-         Pervertidos – dijo en voz baja Aki – después de todo creo que ya se por que no les agrada Ishida – sonrió de forma triste - lastima, el capitán ya eligió y no somos ninguno de nosotros


 


 


 


Las clases pasaron rápidamente, sin ningún contratiempo, la hora del descanso tan esperaba traía consigo un momento ameno, como todos los que podía disfrutar en la compañía de Yamato. Y cada vez era mas demandados, tanto que ya no deseaba separarse de él, lo requería tan necesitadamente como respirar,  y sin duda este síntoma lo ameritaba a aquella tarde de pasión, de solo rememorarlo sentía su piel erizarse, sus sentidos de expandían deseando revivir cada roce con el cuerpo ajeno, y sobre todo la deliciosa sensación de estar completo, de estar lleno por dentro, con aquel tibio liquido que bañaba sus entrañas.


 


-         Tai, Tai, amor ¿que haces? – pregunto muy cerca de su rostro el rubio de ojos azules dueño de su divagaciones


-         Eto... yo... Yama... nada... yo...


-         No me mientas – soltó una risa cristalina – no puedes, eres demasiado trasparente – su mirada recorrió el cuerpo del castaño y este solo alcanzo a sonrojarse – y bueno algo ansioso – su mano blanca le regalo una caricia inocente a la mejilla del otro – además no creo que te guste el exhibicionismo


-         Yama... yo... no digas eso – la respiración se le agito


-         Pero si ya estas duro – rió de buena gana – déjame ayudarte con eso, de lo contrario tendremos que afrontar las consecuencias de su derrota capitán – su mirada celeste se encontró con la castaña que en esos momento casi parecía rojiza por el deseo


 


 


Si previo aviso lo halo hacia uno de los jardines interiores, nadie iba por ahí a esa hora, pero el rubio no pensaba exponerse, caminaron un poco mas y por fin llegaron, su escondite secreto, una enorme pared hecha de matorrales ocultaba detrás de si un hermoso circulo de pasto, en el centro un árbol se alzaba portentoso.


 


El rubio casi lanzo al castaño contra el arbol, y sin miramientos se coloco sobre el, acariciando sobre las ropas cada parte de se cuerpo tan amado.


 


-         Eres divino – escucho decir a Matt – no solo tu estas ansioso Tai, yo...


-         Yama – un gemido salió de los labios del castaño, las manos del rubio acariciaban por encima de la tela ese bulto tan notorio en los pantalones del capitán del equipo de soccer – Yamato por favor... yo...


-         Si, pídeme lo que quieras... vamos pídemelo... – susurraba muy sensualmente el rubio contra la oreja de su compañero, sintiendo su cuello apresado por los brazos de Tai que sin proponérselo lo excitaba aun mas


-         Matt... ahmmmmm yo… vamos hazme... hazme el amor....


 


 


No necesito mas, como un poseso coloco al Yagami en el suelo, y de un tirón retiro las molestas prendas que cubrían el cuerpo canela, lo miro con adoración y el otro se la devolvió llena de lujuria


 


-         Yama... – dijo con tono suave, sus grandes ojos chocolateados brillaron – no solo me veas – una sonrisa picara asomo de la comisura de sus labios – dame fuerte y duro....


 


El rubio casi se le callo la mandíbula, como podía ser  alguien tan bipolar, ser un perfecto ángel inocente en un momento y al siguiente la tentación echa humano, el fruto prohibido que todos anhelan poseer.


 


 


Taichi dio media vuelta, se acomodo en cuatro patas, dejando a Ishida un panorama bastante sugerente, con cuidado y con un candor inigualable bajo su torso al suelo, su respiración agitada y sus mejillas rosas.


 


El redondo traserito al aire, y el mirándolo como un idiota. Salió de su mutismo, aquel  en el que había caído gracias a las acciones del moreno, que siempre encontraba como sorprenderlo, inducirlo, excitarlo, extasiarlo al limite.  Ahora si a no era dueño de su cuerpo, ni responsable de su actos, tomo su botón que ya escurría liquido pre seminal, y sin titubeos se adentro rápido y profundo en esas entrañas que el reclamaba como suyas, por el simple hecho de haber sido el primero, por que ese ser bajo suyo le pertenecía. O talvez era al revez, y el le pertenecía a ese demonio de seducción que había encarnado en la tierra con el nombre de Yagami Taichi.


 


Los gemido del castaño eran bastante audibles, pero estaban tan alejados de la escuela que nadie los escucharía, de todos modos no pensaba callarlo, eran música para sus oídos, y el podía vivir solo por hecho de escucharlo una vez mas. Los vaivenes eran cada vez mas fuertes, mas rápidos, el uke en esta situación incentivaba a su seme moviendo las caderas de forma ondulatoria, sin duda Tai Yagami era lo mas delicioso de ese mundo.


 


Un fuerte gemido marco el fin a su encuentro, los dos cayeron sobre el césped, los temblores en sus cuerpos eran los efectos del orgasmo vivido. Matt intento levantarse, dándose cuenta que todo su peso recaía sobre el moreno


 


-         No te muevas – pidió bajito el castaño


-         Te he hecho mucho daño? – pregunto preocupado el rubio


-         No es eso – rio suave y alegre – me gusta sentirte dentro mío – fue un susurro apenas, pero el rubio alcanzo a escucharlo perfectamente


-         Y a mi estar dentro tuyo, podría vivir así por siempre – aseguro el ojiazul al tiempo en que colocaba un cálido beso en la nuca de su amante


-         Si eso seria lindo – rió de nuevo – pero  no podemos darnos el lujo, ya es tarde y las clases no tardan en empezar


-         Puedes ir... yo podría decir que te enfermaste y...


-         Estoy bien – sonrió nuevamente asomando sus ojitos  - ahora que te he sentido todo esta bien


 


 


Despacio para no lastimar al Tai, Matt se retiro de su interior, de inmediato su tibia semilla se deslizo por entre las piernas del castaño, este solo la miro y con una sonrisa picara tomo un poco con su dedo


 


-         Quisiera estar siempre lleno como ahora – y chupo el seme de Matt


-         Deja eso – dijo con molestia fingida, y comenzando su labor de limpiar el liquido blanquecino de los muslos de Tai – a menos que desees obtener una incapacidad, te aseguro que si me insitas mas de lo necesario lo lamentaras amor


-         Es una amenaza


-         No es una promesa – los dos se echaron a reír


 


 


 


Regresaron a sus clases respectivamente, Tai sentía un ligero malestar, pero nada de que preocuparse, era soportable, en especial por que sabia a que se debía, su cara brillaba, se notaba radiante de dicha.


 


-         Capitán – dijo un Ryo caminando hacia el, el moreno tuvo muchas ganas de salir corriendo, lo que menos le apetecía ahora era que le hablaran de acondicionamiento físico (léase practicas de entrenamiento) cuando el lo que esperaba era que llegara la tarde para así poder pasar un tiempo con Yama – espero que no se olvide su promesa de ayer


-         De ayer? – de verdad no recordaba haber hecho ninguna promesa


-         Si, recuerda, de que asistiría al entrenamiento y si alguien lograba pararlo pues – sus mejillas se colorearon en un dos por tres – pues dijo que le daría un premio


-         Eh!!! – ahora si lo recordaba – a si – por eso Yama había dicho que si le ganaban tendrían que afrontar las consecuencias – vale... si... ya.... bueno te veo en la tarde... – y salió a todo correr a los lavabos – y ahora que hago no creo poder correr.... demonios....


 


 


Continuara......


 


 

Notas finales:

nos leemos owari


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