Viernes por la noche, Tom ceno y se encerró en su habitación para continuar leyendo “Harry Potter y el fabricante de pociones” Bendito libro, bendita escritora, bendito Daniel… bendita imaginación.
Ya estaba a punto de salirle pelos en las manos… ese encuentro con Daniel lo había dejado demasiado sofocado y ese libro no lo ayudaba en nada a mantenerse frío, además se sumaba la falta de trabajo, su cabeza no estaba tan ocupada como antes y los días se le hacían eternos.
Pero de pronto su teléfono celular sonó, lo tomo y se fijo en la pantalla, al parecer el numero no estaba en su agenda ya que no aparecía ningún nombre en la pantalla.
-Hola – contestó curioso.
-Hola ¿Hablo con el señor Thomas Felton?- preguntó la voz de un hombre.
-Si, soy yo.
-Bien… le hablamos del instituto de rehabilitación “Bulsara”*, yo soy el psicólogo personal de Daniel Radcliffe.
Tom frunció el seño y se incorporo en la cama, como si así pudiera escuchar mejor.
-¿Qué pasa? – pregunto algo asustado.
-El Domingo por la tarde se le dará de alta al señor Radcliffe, pero la política del lugar requiere que alguien pase las primeras veinticuatro horas junto al paciente… es solo un procedimiento de control para las primeras horas fuera de la rehabilitación.
-¿Y yo que tengo que ver?
-Bueno, el señor Radcliffe lo ha elegido a usted para pasar esas primeras veinticuatro horas.
-¿A mi?
-Si, aquí en la clínica pensamos que es mejor que el paciente decida con quien pasar esas primeras veinticuatro horas, al parecer el señor Radcliffe no quiere estar en casa de sus padres y como no podemos dejarlos solos le propusimos que contactara un amigo… y aquí estoy, me pidió que te llamara.
-Ehmm… si, por supuesto, no hay problema.
-Genial. Contamos contigo entonces, pero siento tener que molestarte al pedirte que te acerques mañana por la mañana temprano.
-No hay problemas.
-No es nada burocrático, ya todo esta firmado, pero seria conveniente trazar un plan de salida para Daniel, la prensa sabe que abandona la clínica mañana y hay que estar preparados.
-Me parece perfecto, ahí estaré.
-Muchísimas gracias Thomas, será hasta mañana.
Tom cortó el teléfono y se quedo con la boca abierta, recién en ese momento esta cayendo a la realidad. ¿Daniel lo había escogido a el? ¿Un día entero juntos? De pronto comenzó a sentirse como una chiquilla adolescente esperando que se cumpla la hora para partir a su primera cita.
**
La desilusión de Tom había sido extrema cuando le dijeron que no podía ver a Daniel. Sin embargo, estudio las posibilidades de la salida del chico junto a los padres del mismo y sus médicos. Le tranquilizo saber que Daniel estaba muy bien de salud, que sus pulmones ya estaban limpios y que la terapia había sido exitosa. Tom casi no podía contener la risa al imaginarse esas imágenes ¿Daniel estando quieto? Era muy surrealista.
La noche del sábado la ocupo toda en leer la historia. Debía reconocer que le gustaba mucho más ese Draco del que describió Rowling, la chica que compuso el relato si duda no tenia nada que envidiarle.
Llamó a Sandrina, pero ya no más por consejos, la chica a veces le enviaba mensajes de texto o se quedaban hablando de ella en ves de él, y eso le encantaba, ya era una amiga y no una consejera, aunque ella siempre le daba algunos tips antes de colgar.
-A ver cuando nos conocemos – había dicho la chica esa noche.
Tom se moría por hacerlo, era una de las cosas de la fama que no le gustaba para nada… ya tendría tiempo de pensar en eso.
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El día había llegado, se le había echo eterno y hasta pensó en tomar alguna de esas pastillas para dormir, y eso le recordó a lo que había sucedido con el doctor, y eso le ocasiono una gran erección que hizo desaparecer y finalmente dormir una pequeña siesta.
A su mama y su hermano les había dicho la verdad, osea… no tenia nada de malo quedarse veinticuatro horas cuidando de su mejor amigo que acababa de salir de rehabilitación. Se despidió de ellos cargando un pequeño bolso y se marcho rumbo a la clínica.
Entro a la clínica por un camino secreto que el lugar tenia precisamente para la entrada y salida de celebridades, era un centro muy exclusivo y varios famosos habían pasado por allí, así que ya tenían experiencia en eso de esquivar a la prensa.
Allí estaban los dos médicos de Daniel y su psicólogo que lo saludaron amablemente junto a los padres del chico. El espacio y el tiempo se detuvieron para Tom cuando vio a Daniel entrar por la puerta.
Vestía jeans negro y una camisa blanca y negra, tenía el cabello algo desordenado y los ojos azules muy brillantes. Lo primero que hizo fue correr hasta Tom y abrazarlo fuerte ante las caras de sorpresa de los presentes. Se quedaron así durante un tiempo largo hasta que uno de los doctores decidió romper el silencio.
Daniel abrazo y beso a sus padres también, le agradeció a sus médicos y, finalmente, fueron a recoger sus cosas y ponerlas en la cajuela del auto de Tom.
Los padres de Daniel saldrían por la puerta delantera enfrentando y distrayendo a los periodistas y ellos dos solos saldrían por donde entro Tom, y recorrerían un buen tramo del camino oculto.
**
Iban escuchando música tranquilamente, afuera ya estaba oscureciendo y tuvo que bajar un poco la velocidad al no estar bien trazado el camino y ser de tierra. Ninguno de los habían hablado mucho, pero Tom sentía una especie de tensión en el ambiente, miro hacia Daniel y este le dijo:
-Detén el auto.
-¿Qué? ¿Por qué? ¿Te sientes mal?
-¡Detén el auto, Tom! – grito el chico moreno.
Tom se lanzo hacia un costado en donde había unos árboles ya que ni siquiera había banquina.
-¿Que sucede? – Preguntó el rubio algo asustado - ¿Te sientes bien?
Daniel no dijo nada, solo se movió en el asiento del acompañante y se paso al de Tom… o mejor dicho, sobre Tom.
El chico rubio lo miraba entre curioso y preocupado, pero de pronto todo eso se convirtió en excitación cuando el semi erecto miembro de Daniel se poso sobre el suyo, y el chico moreno, tirando de sus cabellos le tiro un poco su cabeza hacia atrás y comenzó a morder, lamer y chupar el blanco cuello.
Tom poso ambas manos en las caderas de Daniel que subían, bajan y se movían refregando ambas erecciones.
-Te extrañe – gimió Daniel – Te extrañe muchísimo.
Tom quiso contestar pero Dan no dejaba de morder su oreja, lamer su quijada y devorar sus labios.
La cosa se estaba poniendo por demás de caliente e incontrolable. Además, entre Ed, Louis y Emma habían planeado una reunión de bienvenida y ya estaban llegando tarde.
-Dan… Dan, oh Dios… - gemía Tom al no poder controlar al chico sobre el que parecía no querer detenerse. – Espera, basta por favor.
-¿No te gusta? – le gimió Daniel sobre sus labios antes de morderlos.
-Auch, mierda… obvio que me gusta, pero ya debemos irnos.
-No, no por favor, quedémoslos aquí.
Tom comprendió que Daniel no iba a detenerse hasta que ambos terminaran lo que habían iniciado, así que opto por decirle la verdad para que se detuviera… no que quisiera, pero muchos amigos los estaban esperando y además, esa semana Tom pensó que lo mejor seria tomar las cosas con calma entre ellos.
-Daniel… hicieron una reunión en tu casa, y ya estamos llegando tarde.
-¿Qué? – pregunto Dan deteniéndose y mirándolo sonrojado, despeinado y sorprendido.
-Si, entre Emma y Ed lo planearon.
-Metiches de mierda, que me importa, yo me quedo aquí.
-No no nonooo…. Anda, vamos.
-¿Lo dices enserio?
-Daniel, deberíamos tomar esto con calma ¿No crees?
Daniel lo miro por un instante antes de moverse hacia su asiento nuevamente.
-Ok, lo siento – dijo algo enfadado.
-Mírame Dan – le pidió, tocando su cara – La noche es joven ¿No?
Eso pareció reanimar a Daniel y, luego de unos cuantos besos mas, los chicos volvieron a emprender el camino hacia el penthouse.
**
Daniel y Tom estaban dentro del ascensor esperando a que llegara al último piso.
-Procura lucir sorprendido – dijo Tom.
-¿Por quien me tomas? Soy actor.
-Ay perdón señor – se burlo, acercándose y besándolo.
-No empecemos algo que no vamos a terminar – advirtió.
-Ajaja, ok.
Caminaron el poco tramo desde el ascensor hasta la puerta y, tomando Daniel el bolso, Tom puso la llave en la manija no sin antes hacer un poco de ruido para que supieran que ya estaban ahí. Daniel se río y le dio otro beso antes de abrir la puerta.
Todo estaba oscuro, pero cuando Tom encendió la luz todos gritaron:
-¡Bienvenidos!
Daniel realmente se sorprendió, por lo que le había dicho Tom esperaba una gran fiesta, peor no era así, solo los mas íntimos estaban y el lugar parecía muy acogedor y bien predispuesto.
Emma corrió hacía el y lo abrazo con fervor. Cada uno de sus amigos se fueron acercando y saludándolo con mucho amor y entusiasmo.
Cuando todo se calmo un poco, cada uno empezó a tomar bocadillos y beber jugos de fruta, ya que no querían tentar en nada a Daniel, ninguno allí fumaba y la música estaba a un volumen justo.
-Gracias amigo – le dijo a Ed, distrayéndolo un poco ya que estaba abrazado muy meloso con Louis.
-No hay de que amigo, te lo mereces.
-Wow, que linda pareja hacen, los felicito.
-Y nosotros te felicitamos a ti – dijo Louis – Tom siempre me ha parecido muy guapo.
-¿Cómo lo pasaste al lado oscuro? – bromeo Ed.
-El se pasó solito.
Justo en ese momento Tom aparece con un jugo de naranja en su mano y se lo extiende a Daniel, ambas parejas quedaron frente a frente.
-Gracias Tom.
-Así que… - comenzó Ed – Son novios ahora.
-Eso parece – respondió Tom algo avergonzado y mirando hacia abajo.
-Espero que puedan consumar pronto el noviazgo – siguió Louis.
-Bien… ya estas empezando a hablar como Ed – dijo Daniel rodando los ojos.
-Solo estamos aconsejando a Tom – siguió Ed – No hay mejor consejero que aquellos que se han acostado contigo.
-ED – grito Daniel, espantado.
-Pero es verdad – siguió.
-Basta Ed – advirtió Daniel nervioso al ver la cara extraña que Tom tenia.
-Y dime Tom… - continuo Louis – Aun hace eso con la lengua – le pregunto, haciendo un movimiento extraño con la mano.
-Basta Louis – intervino Ed – Deja que Tom descubra solito la cosas que Daniel sabe hacer en la cama.
La cosa ya no era graciosa. Daniel no quería ni mirar las expresiones de Tom, y este solo podía pensar en las barbaridades que hablaban esos dos. No podía negar que le molestaba mucho que se hubieran acostado con el, y ellos todavía no… le daba rabia ¡Celos!
El solo echo de pensar que habían gozado junto con Daniel, que habían acabado dentro de el lo hacia sentirse enfermo.
-Dios, que sensibles – reprocho Ed – Solo nos estamos divirtiendo. No te robaremos el novio Tom.
-Aunque hubiera sido genial que se tardaran un poco más – siguió Louis – Tal vez hubiéramos convencido a Daniel de hacer un trío.
-Ok… ya es suficiente. – se quejó este, jalando a Tom del brazo y apartándose de los chicos.
La fiesta siguió entre muchas risas y conversaciones, había un poco menos de gente que en el cumpleaños de Daniel y ciertamente estaban mas aplacados. Tom desfrutaba mucho de hablar con unos y con otros, pero no podía sacar de su mente las palabras de los chicos, sentía un odio casi incontrolable crecer dentro suyo, una incomodidad aplastante… y Daniel lo noto.
-Ven aquí pequeño chistoso – increpo a Ed tomándolo del brazo y llevándolo hacia la despensa que estaba junto a la cocina.
-Cálmate tu ¿Qué puede ser tan malo en la vida? Cálmate, cálmate.
-Ay Dios ¿Le pusiste alcohol a tus jugos?
-¿Ves como me conoces?
-Pues no te voy a conocer mas cuando te deforme la cara a golpes, quien mierda que mando a hacer esos comentarios frente a Tom.
-Ahhh, es por eso. Fue divertido verlo la cara.
-¡Pues no idiota! Se le nota a leguas que no le gusto un carajo… ni me mira, esta incomodo.
-¿Cómo lo sabes? ¿Estas dentro de su mente?
-Ya deja de beber esa mierda y presta atención.
-Ok, ok. Yo te la hice, yo te la arreglo, no te preocupes.
-Mas te vale, Ed, y para que veas que no estoy jodiendo te doy una hora.
-Estas bien denso…ok, ok, no dije nada. Voy a poner manos a la obra.
-Rapidito.
Dan suspiro profundo y salio de la despensa siguiendo a Ed, pero ambos se quedaron en el medio del penthouse tratando de localizar la cabellera rubia teñida de Tom… pero no estaba.
-Louis – llamó Ed - ¿Y Tom?
-Ehmm… lo vi que se fue.
-QUE – gritaron Daniel y Ed al mismo tiempo.
-Si, lo vi salir por la puerta, tal vez esta en el corredor.
Ambos chicos salieron pero nadie estaba allí. Daniel comenzó a respirar extraño y miró a Ed con pánico en sus ojos. El chico no podía dejar de sentirse culpable, si algo malo pasaba entre Dan y Tom por su culpa no podría perdonárselo jamás.
-Regresa adentro, yo lo buscare.
-Mas te vale Ed, si Tom se fue por los chistecitos de mal gusto de ustedes juro que lo lamentaras.
-Ey, no te pongas así – le dijo Ed, tratando de calmarlo.
-¡Hablo en serio!
Ed se agarro la cabeza cuando Daniel cerró la puerta del departamento con violencia. Había metido la pata hasta el fondo, pero el no sabia que a Tom no le gustaban esa clase de bromas… ese chico era un amargado.
Dentro del ascensor Ed se movía mirando como los números descendían de a uno y lentamente. Finalmente salio disparado por el corredor pero, cuando abrió la puerta vio a alguien sentado sobre uno de los sillones blancos que decoraban el elegante hall.
Ed se giro y lentamente se fue a sentar alado de Tom que tenia su cabeza baja y parecía triste.
-¿Y si no alcanzo sus expectativas? – dijo Tom de repente.
-¿Cómo?
-¿Y si no soy bueno en la cama?
-Oojojooo, ¿Con que es eso verdad?
-Pues si, ustedes, malditos, me plantaron esta duda.
-Tom, no seas idiota, siempre hay una primera ves para todo.
-Si, pero todos aquí parecen muy experimentados.
-Tom, Daniel te ama muchísimo, nosotros solo fuimos polvos para el, nosotros tuvimos sexo con Daniel… pero contigo hará el amor ¿Notas la diferencia?
-No lo se… cuando estábamos viniendo para acá, estuvimos bastante calentitos dentro del auto… Daniel no quería parar, no me dejaba moverme… muy fogoso, jamás estuve con alguien así.
-Para Daniel debe ser complicado también, el te deseo por mucho tiempo, el tenerte debe desconcertarlo un poco.
-¡Soy patético! – gritó Tom de repente.
-Daniel también lo es… lo ha gritado mas fuerte que tu ahora unas cuantas veces.
-Dan es perfecto.
-No seas iluso, nadie es perfecto. ¿Te cuento un secreto?
-Anda.
-Pero debes prometerme que jamás le dirás a Daniel que yo te conté esto.
-¿De que se trata?
-Bueno… varias veces en las que me acosté con Daniel, el me pedía permiso para hacer una cosa.
-¿Qué cosa?
-Gemir tu nombre.
-¡¿Qué?!
-Yo accedía porque, obviamente, no me importaba y me parecía muy gracioso. Pero después me ponía muy mal cuando Daniel se daba cuenta de lo que había echo, y se la pasaba diciendo que era patético y me pedía perdón y bla bla.
-¿De veras?
-Mira Tom… Como te dije antes, Daniel te ha deseado por mucho tiempo, Daniel es muy apasionado pero también muy tierno, muy compañero y muy comprensivo… pero por sobre todas las cosas el te ama. Si tu le pides de ir despacio el lo entenderá.
Luego de pensarlo un poco, Tom concluyo:
-No vuelvan jamás a hacer esos chistes enfrente de mí.
-Ok, lo siento… es que le estuvimos poniendo alcohol a nuestros jugos.
-¿Ay si? Me vendría genial algo de eso.
-Volvamos arriba entonces, Daniel quedo preocupado.
Ambos chicos limaron asperezas y volvieron a la reunión. Después del susto todo volvió a la normalidad y siguieron celebrando entre risas y charlas.
La noche aun no terminaba…
*Bulsara era el apellido real de Freddie Mercury. Lo amo y no pude evitar ponerlo aquí.