LA PELICULA (PARTE 3)
Tom pensaba que su amigo se veía mas mayor en esa escena, el personaje de Jimmy pensando en su cama, luego de llegar del orfanato y enterarse de la verdad. La escena estaba muy bien filmada y la iluminación era magnifica, sobre todo cuando Daniel, interpretando a Jimmy, se dio vuelta y la luz de la luna que entraba por la ventada reflejo un destello rojo fugaz en sus ojos para luego volver a la normalidad, que, si no estabas atento a la secuencia seguro te lo perderías… un gran efecto especial, sin duda.
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-Jimmy ¡Jimmy! – gritaba Richard mientras corría por uno de los pasillos de la universidad.
Al moreno no le quedo de otra que dar la vuelta, pero mirando el piso, aun no se atrevía a mirar a su amigo.
-Te estuve buscando por todos lados, hasta use la llave de emergencia que me diste de tu habitación.
-Llegue tarde ayer del trabajo, y hoy tuve que volver temprano – respondió, aun mirando al piso.
-Pero si tu solo trabajas de tarde.
-Surgió un imprevisto, fue solo por esta vez.
-¿Te sientes bien, amigo?
-Algo, es que me duele mucho la cabeza.
-Ok… tengo clase hasta la una ¿Nos vemos en el comedor para almorzar?
-Ahja, ahí nos vemos.
Richard conocía muy bien a Jimmy, sabia que le pasaba algo y no descansaría hasta averiguarlo, jamás habían tenido secretos entre ellos, y no iban a comenzar ahora.
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Otro 10, no recordaba ninguna ocasión en que no se hubiera sacado esa nota, siempre la mas alta, la mejor. Jamás supo como le hacia, había ocasiones en que no tomaba ni un libro entre sus manos, pero cuando el examen aparecía frente a sus ojos, las respuestas se agolparse en su cabeza como por arte de magia. Ahora se preguntaba si esa especie de don, había sido heredada también de su “padre”.
Sonó el timbre, y Jimmy tomo sus cosas tan rápido como pudo y salio rumbo al comedor. Pero cuando apareció en el marco de la puerta, vio a Richard conversando muy amenamente- y muy cerca- con una chica, jamás la había visto antes, tenia el cabello rubio, largo y lacio, los ojos color castaño y facciones muy bonitas y pequeñas. Sentía que su furia se acumulaba en el interior, y antes de armar una escena paranormal en el recinto, prefirió respirar profundo y recordar las palabras de la hermana Susan.
-Jimmy, aquí estoy – grito Richard levantando su mano para ubicarlo.
El chico le dedico una sonrisa a su amigo y luego se sentó, mirando evaluadoramente a la chica.
-Ella es Sarah, cursa bellas artes conmigo.
-Hola Jimmy, Richard me ha hablado mucho de ti – dijo, estirando su mano educadamente.
Cuando la chica estrecho su mano con la de Jimmy, sintió una corriente muy fría recorrerle la espalda, soltó su mano espantada, sintiendo que estaba frente a una especie de… demonio. Jimmy lo comprendió, y no pudo disimular una sonrisa de costado, después de todo, si aprendía a controlar esos arranques de ira, tal vez no seria tan malo tener esos… dotes.
-Hace dos semanas que estamos trabajando en un proyecto – contó Richard.
-¿Ah si? ¿De que se trata?
-Bueno, a finales de curso es la demostración del talles de arte y pintura, por pareja debemos pintar un cuadro que luego ira a la galería de arte del museo que la universidad, o tal ves de alguna parte en el mundo.
-Es interesante Richard, te felicito.
Sarah miraba muy desconfiada a Jimmy, aun sentía esa especie de aura diabólica que desprendía el chico. Este, por su lado, trataba de ignorarla lo mas posible, ya que la consideraba una intrusa, nadie jamás se interpuso entre el y Ricky, y no iba a comenzar ahora.
-¿Qué tal si comemos? – sugirió la chica, tratando de evitar también a Jimmy, aunque sabia que eso era imposible.
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Tom sentía como Jade estaba recostada sobre su brazo… le parecía increíble, esta vez el enojo se le había pasado mucho más rápido que otras veces.
Volvió a mirar hacia delante, Daniel y su compañero Ed seguían ausentes. De pronto sacudió la cabeza, eso no le tenia por que importar, Daniel hacia lo que quería. Mejor se concentro en la película nuevamente, el final estaba próximo y no quería perderse nada.
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Richard estaba colocando un cartel en la gran plancha de corcho que servia para los comunicados de la universidad, en este caso en la sección de la biblioteca que era en donde el chico rubio trabajaba.
-La hermana Susan me mando un mensaje de texto hoy – dijo Jimmy, apoyándose en la pared mientras su amigo terminaba de colocar el comunicado.
-¿Paso algo?
-Nada, solo quería confirmar nuestra presencia el fin de semana, siempre lo hace.
-Si, lo se.
-¿Ya terminas aquí? – pregunto el moreno, al ver que su amigo tomaba la mochila que había dejado en el piso minutos antes.
-Si, ya.
-¿Vamos a dar una vuelta por la ciudad antes de almorzar? Hoy es viernes.
-Em, Jimmy… quede con Sarah, iremos a comprar unas cositas para el trabajo que te hable ayer.
-Oh, bueno… creo que, bueno…
-Jimmy, estaré para almorzar en el comedor, como siempre.
-Si tú lo dices.
-Nos vemos entonces, adiós – dijo, dándole un beso en la mejilla y saliendo con paso rápido.
Y Jimmy no se pudo contener, los dos tubos de luz mas cercanos a el explotaron con un gran estruendo, provocando que los estudiantes que se encontraban ahí gritaran por el susto. El moreno salio furioso hacia su habitación.
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Daniel estaba haciendo un gran trabajo, estaba demostrando que ya no era un niño, y que no era Harry Potter.
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Luego de salir a comprar tres focos para la luz y cambiarlo a la lámpara del techo y los dos veladores Jimmy se puso a leer un libro. Había llegado tan furioso a su habitación que había reventado los focos de luz cercanos a el.
Dos golpes en su puerta lo sacaron de sus cavilaciones, cuando la abrió sus ojos se iluminaron, Richard estaba ahí.
-Hola amigo, llegue un poco antes y decidí venirte a buscar. ¿Vamos a almorzar?
-Claro, deja que tome mi chaqueta.
Minutos después estaban entrando al gran comedor de la universidad, en donde muy pocos alumnos estaban allí. Tuvo que comenzar a controlar sus impulsos cuando vio que su amigo se dirigía a la mesa en donde estaba sentada Sarah.
-Hola Jimmy – saludo la chica, este solo le respondió con un asentamiento de cabeza.
Ya los tres estaban con un gran plato de pollo aseado con papas, Richard miraba extrañado a su amigo que jugueteaba con la comida y la miraba como si fuera lo más interesante del mundo.
Sarah, por su parte, no iba a renunciar a Richard, le gustaba, muchísimo, no se daría por vencida, ella siempre lo conseguía todo.
-Oye Ricky, mañana la casa “Omega Kappa” hace una fiesta ¿Quieres venir conmigo?-pregunto.
-No lo se. Debo estudiar, ya comienzan los exámenes.
-Oh, vamos, tu eres muy inteligente, no necesitas estudiar tanto.
Jimmy apretaba fuerte el tenedor en su mano, sentía que pronto se saldría de control, y como no quería causar un nuevo accidente, prefirió hablar y escupir toda esa furia que contenía.
-¿Por que no dejas de insistirle? Eres muy molesta – le dijo con odio.
-No te metas.
-Es mi mejor amigo, deja de atosigarlo, si el no quiere no ira.
-Pero merece divertirse.
-¿Sabes que es lo que no entiendes?
-Jimmy, basta – Lo detuvo Richard, visiblemente enojado.
-No Ricky, ella no entiende que tu si estudias, por eso estas aquí, en cambio ella…– dijo mirándola con asco – Su papito le dio un cheque a la universidad, no tiene cerebro para entrar por su propio merito.
La chica le dirigió la peor mirada de odio y corrió bruscamente su silla hacia atrás, pero antes de irse le dijo:
-La propuesta sigue en pie, Ricky. El que toma las decisiones de tu vida eres tú.
Salio del comedor, furiosa, mientras Jimmy se sentía feliz y aliviado, esa era una mejor forma de canalizar su ira y no ocasionar ningún accidente.
-¿Qué te pasa, Jimmy?
-A que te refieres.
-Tu no eras así… has cambiado.
-Mentira.
-Es verdad, no puedo creer que le hayas dicho eso.
-Bueno… si te hace sentir mejor ve tras ella.
-Por supuesto que lo are.
Jimmy se quedo helado, no imagino jamás que le diría eso, Ricky siempre había estado a su lado, con el, eran solo ellos dos… esa intrusa las pagaría, muy caro.
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No dejaba de dar vueltas en la cama, había sido la primera vez desde que estaban en la universidad que no iban al orfanato el fin de semana. Desde el incidente en el comedor no había visto a Richard, nunca había estado peleado con el… y le dolía.
¿Y si le hacia caso a la hermana Susan? Ella siempre tenía razón, debía ir a buscar a Richard y decirle lo que sentía, entes de que fuera demasiado tarde.
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Entro a la casa de la hermandad “Omega Kappa” la hermandad de chicos más popular de la universidad, seguramente Ricky estaba ahí, seguramente había aceptado la invitación de esa tonta.
Apenas cruzo el marco de la puerta lo miraron con rechazo, no solo por lo que había pasado con el chico capitán del equipo, Mike, sino porque despedía esa energía extraña, maligna, ese frío en el ambiente que se creaba cuando el aparecía.
Llego al parque trasero de la casa, era muy amplio y estaba decorado magníficamente. En la piscina había muchos jóvenes, había una barra de madera en el lado izquierdo, larga y con muchos chicos sentados en las sillas altas, bebiendo. Mesas redondas y sillas, llena de risas y tragos. Globos de todos los colores protegían las bombitas de luz blanca, dándole un ambiente más tenue al lugar.
…Y lo vio. Richard y Sarah estaban hablando muy cerca uno del otro, con tragos en la mano y coqueteando descaradamente-por parte de ella-, estaban parados cerca del final de la barra, algo alejados los dos.
Sarah fue la que se percato de su presencia, y decidió actuar.
Tomo a Richard de su nuca y le dio un fuerte beso en los labios, siendo apartada casi al instante.
Jimmy sentía como su rabia se acumulaba, no podría controlarla… no quería controlarla, apretó sus puños con fuerza mientras su cuerpo le temblaba insanamente. Sarah lo miro con sonrisa triunfante, y Richard volteo a verlo. Un disgusto muy grande se formo en su pecho… uno muy grande y doloroso.
Los ojos de Jimmy permanecieron penetrantes en los de Richard, hasta que unos gritos desgarradores sorprendieron a todos.
Todos los asistentes a la fiesta dirigieron sus miradas a la gran piscina del lugar, de esta salía un vapor intenso y el agua burbujeaba, como si estuviera hirviendo y, efectivamente, lo estaba.
Entre gritos de dolor histéricos y llamados de auxilio, fueron siendo socorridos por aquellos que no se encontraban en su interior.
Jimmy se dio la vuelta y comenzó a caminar, furioso, los globos que cubrían las luces comenzaron a estallar a medida que el pasaba, al igual que las botellas de alcohol, prendiéndose fuego al instante, quemando la barra. Las sillas y mesas se rompían con el pasar descontrolado del chico.
Richard estaba petrificado con la escena, todo el parque estaba destruido, la piscina seguía ardiendo y los cuerpos quemados de los jóvenes estaban en el piso, suplicando por atención y llorando.
Todos con sus celulares llamando a las ambulancias, desesperación, pánico y desentendimiento. Sarah ayudaba a dos de sus amigas en el suelo, ambas con sus cuerpos rojos y quemados.
-Fue el, Richard. El ocasionó todo esto… ¡Es diabólico! – grito la chica.
¿Por qué le creía? ¿Porque lo que Sarah le decía le parecía totalmente cierto? ¿Por qué? Solo le quedaba ir y averiguarlo… algo muy malo estaba pasando con su amigo, con su hermano, con… aun no se lo había dicho, pero el momento había llegado.
Salio corriendo de la casa justo cuando una furiosa tormenta se desataba, rayos, relámpagos y mucho viento. Mientras se encaminaba al dormitorio de Jimmy vio como las luces de las ambulancias y los patrulleros policiales invadían el campus de la universidad.