Habían pasado ya dos horas desde que la película había finalizado. No había podido ver a Daniel, solo a Rupert y su prima que se despidieron de el y Jade muy amistosamente.
Ahora ambos iban sobre un lujoso auto propiedad de la empresa financiadora de la película. Se habían ido a cambiar de ropa a la habitación del hotel, a comer algún bocado, y ahora estaban ambos nuevamente posando para las cámaras antes de entrar al salón de fiestas del prestigioso hotel “Sutter” para la celebración de la película.
La decoración era en rojo y naranja, había algunas mesas bajas rodeadas con cómodos sillones, muchos empleados con bandejas en las manos caminando por todo el lugar, sirviendo bocadillos a quienes lo desearan.
Tom y Jade caminaron hacia la barra y la chica pidió un trago que el chico no conocía, ni siquiera lo había mirado ni probado, sino que estiraba y movía el cuello para todos lados, tratando de buscar a su mejor amigo.
Comieron un poco, salieron a bailar, bebieron, fueron al baño y volvieron a la barra… y Daniel aun no aparecía, y el reloj ya marcaba las 2:15 de la madrugada.
-Estoy muy enojada con Dan – se quejo Jade- Es un desconsiderado.
-Tú sabes como son las fiestas de estreno, siempre dando entrevistas y esas cosas.
-Claro que no Tom, las entrevistas se dan antes de entrar a ver la película, ya debes de saberlo bien.
-Genial, ya estas de mal humos.
-¿Y tu no? Si iba a estar tan ocupado no nos hubiera invitado, podríamos estar en Paris ahora.
-Ya te dije que iríamos a Paris, Jade… algún día.
-¿Y cuando será ese día?
-Mira, ya estas fastidiada, y algo tomada también.
La chica encogió los hombres como si no le importara lo que su novio acababa de decir, y siguió chupando de la pajilla.
-Vamos a buscar a Daniel, lo saludamos y nos vamos.
-El tendrá que venir a nosotros y pedirnos una disculpa por meternos a un sitio en donde no conocemos a nadie.
Tom respiro muy hondo, ya estaba de muy mal humor y no creía poder hablarle bien a Daniel, mas bien le reprocharía algunas cosillas, como el echo de que ahora el tenia que aguantar el mal humor de Jade.
**
Si que era grande ese hotel, no encontraba a su amigo por ningún lado y cada ves que le preguntaba a alguna persona si lo habían visto, estas les respondían: “Ey, Malfoy” Ya estaba de muy mal humor definitivamente.
Se apoyo contra un de las paredes finamente empapeladas, cuando escucho unas risitas proveniente de algún lugar del pasillo. Se concentro en seguir el sonido y llego hasta el medio de uno de los tantos corredores del hotel… y ahí estaba por fin.
Daniel reía estúpidamente con su co protagonista Ed, y otro chico que jamás había visto en su vida, tenía el pelo castaño peinado para el costado, no vio el color de sus ojos pero tenia la piel bastante blanca e iba muy bien vestido.
Se quedó mirando la escena algo extrañado, ya que los tres chicos reían uno muy cerca del otro. El chico desconocido apretó el botón del elevador, y la puerta de acero se abrió al instante.
-Daniel – grito Tom, justo antes de que se metiera.
El chico moreno vio a su amigo justo antes de meterse al elevador, se quedo parado sobre este para que la puerta no se cerrara.
Tom se acerco y le dio un fuerte abrazo a su amigo y, cuando miro dentro del lujoso compartimento, vio que el chico desconocido y Ed estaban hablando demasiado cerca y acariciando sus brazos.
-¿Qué te pareció la película, amigo? – pregunto Daniel.
-Eh, ehh… – Tom quería contestarle, pero estaba algo impresionado mirando a los chicos dentro del elevador, que cada ves se acercaban mas y mas.
-¡Tom!
-Eh… si, estuvo estupenda, Dan. Te felicito.
-Genial. Oye, disculpa por no poder estar contigo y con Jade.
-No importa, aunque ella esta algo enfadada.
-Lo imagino, ya le pediré disculpas.
-Dan – llamo desde adentro su compañero Ed. El chico miro hacia donde pronunciaban su nombre, y luego miro a su amigo con incomodidad.
-¿Qué pasa? – pregunto Tom inocentemente.
-Mira Tom, yo te explicare todo luego ¿Si?
-Pero…
-De verdad, tenemos que hablar pero no ahora ¿De acuerdo?
-Ok.
-Yo te llamo mañana… o pasado.
-Cuando quieras.
-Genial amigo, gracia por venir – dijo, dándole un abrazo y una palmada en la espalda.
Tom vio sobre el hombro de Dan como los chicos dentro del elevador lo miraban con un destello de deseo en sus ojos.
-Nos vemos pronto – dijo Daniel, despidiéndose.
Lo último que Tom vio antes de que la puerta se cerrara por completo, fue a los dos chicos besándose, mientras que Daniel le guiño un ojo de forma muy picara, acompañada de una sonrisa.
Tom quedo sumamente confundido, estático en su lugar. ¿Era lo que estaba pensando? Si no fuera porque una chica muy guapa se acercó a el y le pidió un autógrafo, seguramente se hubiera quedado ahí, intentando descifrar lo que había visto.
**
Ni bien llegaron a la habitación del hotel, Jade se quito los zapatos y se acostó en la cama, si sacarse su vestido negro y largo. Tom imagino que le iba a ir mucho peor, al menos la chica ya estaba dormida y no tenia que aguantar su mal humor.
Luego de salir del baño con su pijama ya puesto, descubrió que no podía dormir… y no lo haría en toda la noche.
No podía quitar esa maldita película de su cabeza, no podía dejar de pensar en su amigo Daniel. Estaba algo decepcionado, enojado con el. El consideraba a Daniel su mejor amigo, y esa misma noche comprobó que no lo conocía en absoluto, y eso le dolió.
La imagen de los dos chicos besándose en el fondo del ascensor, Daniel riendo y guiñando su ojo.
El no era tonto, tenia que sumar dos mas dos, la escena fue bastante obvia. Seguramente Dan estaría haciendo tremendo trío. ¿Acaso los rumores que había leído en la Internet eran verdad? Y si era así ¿Por qué nunca se lo dijo? ¿Por qué siempre se lo negó cuando le había preguntado?
Y de pronto lo invadió una gran tristeza. La persona que el consideraba su mejor amigo, ya no la conocía, no sabia absolutamente nada de el. Y al instante se convirtió en ira, pensando que Daniel lo había tomado de idiota.
Si, definitivamente no podría dormir. Giro a su derecha y paso su brazo por la cintura de Jade, la chica al sentir el contacto lo tomo de la mano y se apretó a el.
Bueno, eso le ayudaba un poco, lo hacia sentir mas reconfortado, pero solo pudo conciliar el sueño cuando el sol se comenzaba a asomar por el Este.
**
Los rayos de sol del mediodía entraron por la ventana y le dieron de lleno en la cara, Tom paso el dorso de su mano por los ojos, cerrándolos por la intensa luz.
-Ya era hora – dijo Jade, acercándose a el.
-¿Qué hora es?
-La una y quince de la tarde.
-Mierda.
-No te preocupes, yo desperté a las doce treinta.
Tom suspiro cansado y finalmente se levanto, luego de salir del baño ya aseado, Jade lo esperaba con el desayuno en la mesa, que no lo había hecho ella obviamente, sino que había pedido servicio a la habitaría, que además de traer los alimentos, habían diarios.
-¿Qué hace el New York Time aquí? – pregunto Tom, mientras se servia una taza de café.
-Pedí que lo trajeran, quiero ver que sale saber la película.
Además del mítico diario Estadounidense, se encontraba el amarillista ingles “The Sun” y el siempre informativo “Variety” A decir verdad los tres diarios conformarían unas opiniones muy diversas, y el estaba muy curioso por saber que pensaba la critica de la película de su amigo.
-¿Quieres tostadas? – pregunto Jade.
-¿Si, gracias?
Antes de abrir el diario, Tom se dio cuanta que no había saludado a Jade, que no le había dado su beso de los buenos días, y ella tampoco lo había dado, o pedido. La miro por encima del periódico y la vio leyendo, mientras tomaba su jugo de naranja.
“Volvió el buen terror”
Eso era lo que titulaba el “New York Time” en el suplemento de espectáculo. Tom siguió leyendo mientras le daba una mordida a su tostada.
“Si mezclamos a Stephen King, el director legendario de El exorcista, la niña diabólica mas recordada, una estrella en ascenso y el mago mas famoso del mundo ¿Qué obtenemos?
Bueno, con esto no estoy dando mucha información, así que vamos al grano.
“Diabólico” comienza a desarrollarse en un remoto pueblito en Inglaterra, que ni siquiera aparece en el mapa, ahí vive una madre, Tiffany con su hija Angélica. Esta chica es poseída por un demonio y, luego de ser exorcizada exitosamente, queda embarazada.
Pero aquí parare de contar un poco, y diré que es una película que vale la pena ser vista. Tiene ese estilo de terror de las mejores películas de Freddie Kruger, mezclada con la calidad de escena escalofriante que le da un toque maligno a todo, y tiene también a Daniel Radcliffe en un papel totalmente diferente… y muy jugado.
Y no estoy hablando solo de que se supone que el niño mago mas famoso del mundo se convierte en un ser diabólico, sino, que comparte algo mas que una fuerte amistad con su co protagonista”
Tom detuvo su lectura al instante, dejo el diario a un lado y continúo desayunando. Seguramente todas las críticas eran buenas, la película había sido buena al igual que las actuaciones y bla bla. Realmente no quería pensar en lo de anoche, no hasta que Daniel se lo diga de su propia boca.
-¿Encontraste a Daniel anoche? – pregunto Jade.
Bien, ¿De que le servia decir que no pensaría en algo si a la primera te lo hacían recordar?
-Si, lo encontré.
-¿Y que te dijo?
-Dijo que ya te pediría disculpas, que estuvo ocupado con las entrevistas y esas cosas.
-Más le vale.
Luego de desayunar y recoger sus cosas, Tom y Jade dejaron la habitación del hotel, para ir ambos a sus respectivas casas.
**
Ya era jueves y Tom estaba con el peor humor que jamás tuvo. Supuestamente Daniel lo llamaría mañana o pasado como había dicho, pero habían pasado cinco días y ni rastro del chico.
Estaba muy entretenido leyendo el guión de la segunda parte de Harry Potter que había llegado esa mañana. En solo dos semanas tendrían que volver a set… por última vez.
Su teléfono celular sonó y, estaba tan concentrado en la lectura, que no vio el número de teléfono que salía en su pantalla.
-Hola – contestó.
-Hola amigo, soy yo.
Tom abrió mucho los ojos y se incorporó bruscamente en la cama, ocasionándose un leve mareo.
-Siento mucho no llamarte antes, pero con esto de la película ha sido una locura.
-Eh... bue…
-¿Quieres venir a casa hoy?
-Si
-Ok, te espero a las cinco.
-Si.
-Bye.
Tom cortó el teléfono extremadamente confundido. ¿Desde cuando contestaba con monosílabos? ¿Desde cuando las conversaciones con Daniel eran tan cortas?
Volvió a su lectura, pero había una vocecita en el fondo que no se callaba, que solo se iba a callar cuando hablara con su amigo.
**
Estaciono su auto en la puerta del edificio en donde se encontraba el penthouse de Daniel. Su cabeza lo estaba torturando mientras subía los diez pisos en el ascensor.
Cuando la puerta de acero se abrió, su amigo ya lo estaba esperando en el lujoso pasillo blanco, en donde solo había una puerta, la que daba acceso al hogar de Daniel.
-¡Amigo! – lo saludo, abrazándolo.
-¿Qué tal? – saludo, respondiendo el abrazo con algo de nerviosismo.
-Bien… bien. Antes que nada quería disculparme por no llamarte antes.
-No hay problema.
-¿Estas bien? Te noto algo serio.
-Algo.
-Creo que se por lo que es… tenemos que hablar.
Ya ambos estaban sentados en el sofá blanco, mirando por el enorme ventanal que tenia un panorama hermoso del jardín, la piscina, y el resto de la ciudad.
Los dos tomaban una lata de cerveza cada uno, sin sus zapatos y con los pies sobre los almohadones.
-¿De veras te gusto la película? – comenzó Dan.
-Mucho.
-¿Y que fue lo que mas te gusto?
-Pues… el exorcismo se vio genial, y cuando Jimmy hace hervir el agua de la piscina. Terrorífico.
-¿Te sorprendiste con mi escena de sexo?
Tom casi se ahoga con la cerveza, su corazón comenzó a latir velozmente, nervioso. Esos temas siempre lo ponían muy incomodo.
-Pensé que solo seria un beso… no se.
-Tom… yo, lamento no contarte lo que me esta pasando antes, se que hay rumores, que me lo has preguntado varias veces, pero es que lo descubrí hace muy poco.
El chico pintado de rubio platinado lo miro con el seño fruncido, de pronto su incomodidad se transformo en curiosidad, y algo de preocupación.
-Escucha… yo, últimamente, me… me estoy acostando con Ed.
A Tom se le oprimió el pecho, realmente le ponía muy incomodo hablar de esos temas, sobre todo cuando su mejor amigo estaba involucrado.
-¿Qué piensas? – pregunto, visiblemente abochornado.
-Bueno, me lo imagine luego de verte en el hotel, cuando hablamos fuera del ascensor.
-Ah, pues… si.
-¿La pasaste bien, verdad? – pregunto picadamente, para cortar un poco el ambiente tenso.
-Si… la verdad que si.
-¿Quien era el otro chico? No lo conozco.
-Es el hijo de uno de los productores.
-Ahhh.
-Mira Tom, no quiero ponerte incomodo, ni nervioso, pero eres mi mejor amigo y creo que tienes derecho a saberlo… debes saberlo.
-¿Qué tengo que saber exactamente Daniel?
-Bueno… en realidad, no me defino como gay.
-¿Entonces como te defines?
-No me gustan las etiquetas, pero en este momento de mi vida me siento bien así.
-¿Así como?
-Algún día quiero tener hijos, una hermosa esposa y una carrera insuperable, pero… en este momento me quiero divertir, experimentar, quiero sacarle el mayor partido a mi juventud y mi fama.
-¿Y Ed piensa lo mismo? ¿Cómo empezó todo con el?
-Bueno… si, si piensa como yo. Y todo comenzó filmando esa escena… uff.
-¿Qué paso?
-En realidad la escena duro solo unos dos minutos… pero estuvimos filmándola por una hora. ¡Soy humano!
De pronto, Tom se dio cuanta de que ya no sentía esa extraña incomodidad, de que ya no lo ponía nervioso, sino que lo estaba disfrutando, se estaba divirtiendo. Su amigo Dan tenia ese destello de felicidad en sus ojos azules que lo hacia sonreír. Por un momento había pensado que ya no era su mejor amigo, que ya no lo conocía… pero ahí estaban, igual que siempre.
-Y dime Dan ¿A dónde estaban mientras se exhibía la película?
-Bueno, primero salimos a dar unas entrevistas especiales para The Advocate, pero después no.
-¿Después?
-Nos fuimos por ahí… a los baños.
-¡Ah la mierda!
La conversación se extendió durante toda la noche. El teléfono celular de Tom los interrumpió por tercera vez. Nuevamente era Jade.
-¿Qué pasa, Jade?
-¿Que me pasa? ¿Dónde carajo estas?
Daniel hizo una cara de sorpresa muy graciosa y Tom no pudo evitar reír, después de toda la voz enojada de la chica seguramente se escucharía afuera del edificio.
-Estoy en lo de Daniel.
-¿Todavía? ¿Tienes idea de que hora es?
-Si, son las cuatro y veinte.
-Te dijo que me hiciera sonar el teléfono cuando llegaras, me preocupe, aun estoy despierta.
-Bueno Jade, estoy en el auto, en menos de media hora legare a mi casa.
-Haz lo que quieras.
Tom se guardo el teléfono en su bolsillo delantero, ya se estaba comenzando a artar… a artar de todo.
-Mejor vete, se enojara más.
-Ni siquiera vivimos juntos.
-Bueno, pero se preocupa por ti.
-No, me ahoga, me asfixia.
-Ya estas medio borracho, mejor vete.
-Si, será lo mejor.
-¿Te siente bien como para manejar?
-Si solo fueron dos latas.
-Ok, te acompaño hasta abajo.
En el trayecto hacia la puerta del hotel, Daniel le dijo que le dio mucho gusto hablar con el, que se sentía relajado y feliz de que hubiera tomado bien esa faceta confusa por la que estaba pasando. Además, esa misma semana tendrían que ir a presentar la película a varios sitios de America, y que no se perdiera el programa de Connan O`Brian, del que ambos eran fanáticos, y en el que Dan estaría como invitado.
**
Afuera lloviznaba, iba a una velocidad media escuchando un CD de John Lennon muy despacio. Pensaba, últimamente esta pensando demasiado.
Ya llevaba dos años con Jade, pero parecía que estaban casados hacia diez. Él la ama, lo sabía muy bien, pero se estaba sofocando.
Sentía invidiar por Daniel, sentía ese sentimiento de hacer lo que estaba haciendo. Si dejaba a Jade seria un medio escándalo, ya que no creía que tuviera las magnitudes de un escándalo sexual con el sello de Hollywood, pero sin duda se hablaría de eso, y el no quería.
¿Espera? ¿Acaso había pensado por una milésima de segundos en dejarla?
¿Un momento? ¿Acaso pensó en hacer lo que estaba haciendo Daniel?
Apretó el pie en el acelerado para llegar a su casa lo mas pronto posible, indudablemente esas dos latas de cerveza le estaban haciendo efecto.