Prólogo
En la antigüedad, para probar las habilidades y el valor de los niños, les imponían una prueba de cacería en solitario en la espesura de los bosques del norte. Los espíritus de las aldeas decidían el animal que debían cazar para ser considerados adultos y poder participar en las actividades de los mayores y así ser llevados en los largos viajes de cacería o meramente ser considerados para las batallas. Cada animal era asignado dependiendo de las habilidades del niño; considerando la agresividad del animal, serían los rangos para los pequeños.Todos los animales excepto uno…
…El zorro. ¿Por qué? En su mayoría es un misterio, pues los más ancianos de las aldeas no recordaban a ningún cazador que se le hubiera impuesto la captura de dicho animal, a pesar de que a simple vista no parece peligroso. O al menos ese era el pensamiento popular, pues en las profundidades del bosque se contaban leyendas sobre una antigua tribu de asesinos que poseían habilidades únicas, desconocidas y hasta mágicas. Nunca nadie pudo comprobar si era verdad lo dicho, pues cuando intentaban atrapar alguno de los participes, éste desaparecía en cuestión de segundos, mutando su cuerpo, tomando formas que ni en sus peores pesadillas podrían imaginar los desafortunados hombres que les veían durante la transformación. El zorro es un animal maldito por los espíritus y nadie debe de intentar involucrarse con ellos. Eran embusteros y astutos; por ende peligrosos para los pequeños niños.
Pero a pesar de esto, los seres se fueron extinguiendo misteriosamente hasta quedar pocos especímenes escondidos en los bosques. Hoy en día, ese relato ahora es considerado una leyenda que se contaba a los niños para asustarlos. Además de que eran una advertencia para que nunca intentaran encontrar a dicho animal. Y si las leyendas no eran suficientes para asustar a los pequeños, les indicaban que quien fuera descubierto con un zorro, sería reprendido de la peor forma y en el último de los casos, se podría considerar el exilio de la aldea. Fuera de ésto los más sabios no querían arriesgar a sus guerreros, así que hacían sacrificios para que los espíritus ni siquiera consideraran poner a un niño en buscar del temible animal. Hasta ahora dicho acuerdo ha permanecido intacto, dictando que el zorro estaría betado de consideración, pero si por alguna razón, ocurría algo que enfadara a los espíritus, el pacto quedará disuelto.
-¿Entonces, los zorros son malos, Itachi-nii?
-Así es Sasuke, si te encuentras con uno--explicaba su hermano con seriedad--No debes dudar, mátalo.
-¿Matarlo?-
-Sí, acaba con él, no le des la oportunidad de hacer lo mismo contigo.
-¿Eh?-
-Si tiene la oportunidad, te matará, no le des ese chance, ¿entendido?
-Sí, aniki--sonríe--El zorro es malo, debe morir...
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