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Huellas del Pasado por devil_woman_24

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Vegeta se había puesto un pantalón de tela y una camisa vieja. También se había cubierto la cabeza con un pañuelo color blanco. Este sujetaba toda su melena hacia abajo haciendo que parte de esta quedara fuera del pañuelo pegada a la parte de atrás de su cabeza. El príncipe salió del palacio rumbo a la casa de Kakaroto. Estaba nervioso así que prefirió caminar para tratar de controlar sus nervios antes de llegar. Hoy conocería más a fondo la familia de Kakaroto. Moría de ansias de saber más de él, de conocerlo más y cada vez que lo conocía un poco más sentía que le encantaba más.  El príncipe andaba caminando por las calles de la cuidad con sus manos en los bolsillos. Sabía donde vivía el chico, aun recordaba haberlo acompañado hasta su casa. Sonrió ante ese recuerdo. Había sido tan bueno sentirse el protector de Kakaroto. Mientras pensaba se acercaba más a la casa de su amigo. Cuando llegó se paró frente a la puerta nervioso y tocó la puerta. Si todo salía bien, el próximo día que se pudiera ver con Kakaroto le diría quien era él en realidad. Adentró Kakaroto escuchó como tocaban la puerta y sabía que era él. Se puso nervioso pero tomo aire y fue a abrirle la puerta. Su padre aun estaba cocinando y su hermano aun no había llegado.

 

-Hola, Veiko. Te extrañe –dijo el menor sonriéndole.

-¿En serio?

-Sí, tú eres el único con el que puedo platicar. Pero dime, ¿quieres entrenar ahora o después? -dijo Kakaroto algo nervioso. Prácticamente había admitido que le gustaba su amigo y eso lo hizo sonrojar un poco.

 

“Con que solo me extraño porque soy el único amigo con el que puede platicar, que decepción. Pero por el color de sus pómulos puedo decir que lo que dijo no es del todo cierto” pensó el príncipe

 

-Entrenemos ahora. Estoy ansioso por saber cuan fuerte eres.

-Yo también.

 

Ambos saiyajines se pusieron en posición de pelea. Al momento comenzaron a luchar. Lanzaban golpes y rechazaban el del otro. Vegeta veía que era fuerte pero algo inexperto en pelea, tal vez no se habían tomado el tiempo para enseñarle apropiadamente o simplemente los de tercera clase no recibían un entrenamiento apropiado. De un solo movimiento el príncipe derivó al menor al suelo.

 

“Ups, creo que me excedí” pensó Vegeta

 

-¿Estás bien? –preguntó Vegeta aun flotando en el aire viendo a su amigo en el suelo

 

Kakaroto se repuso rápido y le contestó lanzándole una bola de ki a su amigo. Vegeta, se había distraído y apenas tuvo tiempo para protegerse del ataque pero este, aunque no le causó ningún daño, le destruyó parte de su camisa haciéndole un enorme hoyo en el centro. Vegeta terminó quitándose el resto de su camisa. Kakaroto se sonrojó al verlo desnudo de pecho para arriba. Todo el tiempo había visto a su amigo con abrigos y camisas que cubrían bien el cuerpo del otro pero ahora lo estaba viendo de cintura para arriba desnudo y se veía sumamente atractivo. Kakaroto aun estaba en el suelo observando al mayor. Vegeta vio indecisión en el rostro del menor.

 

-No te preocupes por eso, siempre puedo conseguir otro.

 

“Ah, es verdad. Quemé su camisa” pensó Kakaroto

 

-Si quieres puedo comprarte una nueva -dijo Kakaroto desde el suelo

-No te preocupes por eso -le contestó Vegeta caminando hacía él y le extendió su mano cuando llegó hasta donde él. El menor aceptó la ayuda. Vegeta trataba de expresar la amistad que se suponía compartía con Kakaroto pero se sintió como un pervertido por sentirse más atraído a este hombre cuando lo sorprendió viendo su pecho

- Gracias –dijo ya de pie- ¡Oye! Yo tengo una camisa que puedes usar. Ven, está en mi cuarto –dijo dándole una palmadita con la parte de atrás de su mano en el pecho de Vegeta. Ambos se sobresaltaron ante la sensación de la piel caliente del otro.

 

Kakaroto abrió la puerta de la casa y le dejó entrar. Cuando entraron Vegeta observó disimuladamente. Todo lucía muy lejos de ser como el castillo pero después de todo el jamás había estado en la casa de un plebeyo así que no sabía que esperar. Una voz interrumpió sus pensamientos.

 

-¡Chicos! –llamó Bardock de la cocina. Alzó una ceja al ver a Vegeta- ¿Qué pasó con la ropa de Veiko? Pensé que tú eras el único que le gustaba andar por ahí medio desnudo, hijo.

-Ja ja, muy gracioso padre. Veiko perdió su camisa en la pelea. Voy a darle una de las mías –contestó Kakaroto

-Bien. Veiko, ¿quieres quedarte con nosotros a cenar? Hice la comida favorita de Kakaroto preguntó Bardock. Vegeta abrió la boca para responder pero la exaltación de Kakaroto lo interrumpió.

-¡¿En serio?! ¡SI! –Kakaroto miró a Vegeta- Estas invitado, Veiko.

-Déjalo contestar antes de empezar a hacer planes –replicó el padre de Kakaroto

-Estaría honrado de quedarme, Bardock –contestó Vegeta en un tono formal

-Bien, asegúrate de que Kakaroto te de una buena camisa porque el trabajosamente las usa aquí así que tendrás de donde elegir –dijo Bardock a Vegeta

 

Kakaroto tomó a Vegeta de la muñera y lo jaló a su cuarto. Cuando llegaron allí lo soltó.

 

-Lo siento, Veiko. Mi padre es tan comediante. Le gusta hacer muchas bromas –dijo avergonzado

-Está bien. Así que… ¿vas por ahí sin una camisa apuesta? –dijo sin poder evitar reírse en voz alta.

-Si –dijo Kakaroto sonrojado- Bueno, veamos que puedo conseguir para ti –dijo abriendo su closet y buscando entre las ropas. Sacó una camisa roja de botone- ¿Esto está bien, Veiko?

-Claro –dijo tomando la camisa y poniéndosela inmediatamente y ambos saiyajines se sintieron aliviados para luego bajar juntos. Kakaroto le indicó que se sentara mientras él se metía a la cocina. Vegeta tomó asiento en la mesa para luego ver como Bardock y su hijo salían de la cocina, Bardock con su plato y Kakaroto con dos. Este último le puso un plato al frente y le sonrió sentándose a su lado.

 

-Espero te guste. Mi padre cocina delicioso.

 

Vegeta solo sonrió y colocó el primer bocado en su boca masticándolo y saboreándolo. Cuando terminó ese bocado Bardock lo miraba.

 

-Es cierto, usted cocina delicioso –afirmó Vegeta

-¿Tú crees? –preguntó Bardock

-Es lo más delicioso que he probado –y no mentía. Comparando esta comida con la que comía en el palacio esta era mil veces mejor.

-Solo exageras. Seguro que el rey come mejor que nosotros.

-No lo creo, esto está muy bueno –dijo Vegeta continuando con su comida.

-Hazle caso a Veiko, papá. Cocinas delicioso.

-Gracias, Kakaroto.

 

Luego de eso Raditz llegó a la casa. Apenas habían empezado a comer cuando Raditz entró al comedor y miro a Vegeta.

 

-¿Por qué nadie me dijo que tendríamos visita? –preguntó Raditz

-Te lo dije esta mañana –reclamó Kakaroto

-Pues yo no me acuerdo –contestó Raditz entrando a la cocina y regresando con un plato. Se sentó a la mesa junto a su padre.

-Mi nombre es Raditz –dijo este extendiéndole una mano a Vegeta- Seguro no te dijeron eso.

-Si se lo dije –volvió a protestar Kakaroto. Vegeta le estrechó la mano.

-Mi nombre Veiko.

-Ya se. Mi hermano no para de hablar de ti. Creo que está enamorado de ti o algo.

-Deja de estar diciendo esas cosas, Raditz. Veiko es mi amigo. No todos son un bicho raro como tu –dijo Kakaroto sacándole la lengua.

-Lo siento, Veiko –interrumpió Bardock- Pero siguen siendo muy jóvenes. Por cierto, ¿qué edad tienes? Raditz tiene 20 y Kakaroto está por cumplir los 18.

 

“Imagine que tendría más o menos esa edad” pensó Vegeta

 

-Tengo 24 –contestó continuando con su comida.

-¿En serio? -dijo Goku

-¿Es tan malo eso?

-No, solo estoy sorprendido. Pensé que tendrías mi edad.

 

Después de la cena Kakaroto se llevó a Vegeta a su cuarto para platicar un poco en privado. Este se recostó de la puerta de su cuarto tras haberla cerrado.

-Lo siento. No tenemos compañía muy a menudo. No creas nada de lo que digan. Ellos…

-No te preocupes, Kakaroto. Fue divertido. Nunca he tenido una cena como esta. Me gusto –interrumpió Vegeta sentándose en la cama del menor.

-¿En serio? –Kakaroto le sonrió- Me alegra escuchar eso.

 


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