Capítulo VI “Prince of the darkness”
Dormía plácidamente en la recámara del que ahora era su amante.
No sabría decir hasta que punto eso sería cierto.
Sólo sabía que su cuerpo en cada momento se estremecía.
Era como si todavía pudiese sentir sus caricias.
¿Cómo podría ser posible?... había un pequeño gran detalle en todo esto… Tezuka era un vampiro.
-Si mueves un solo dedo te cortaré el cuello- dijo con tono amenazante el intruso.
A simple vista era un hombre mayor. A lo sumo representaba unos 40 años.
Con rasgos serios y mirada implacable. Ojos tan oscuros como la noche sin luna. Sostenía en su mano una daga justo sobre el cuello de Ryoma.
-¿Qué deseas de mí?- pregunta casi con toda la calma del mundo.
-¿Eres Ryoma Echizen?- pregunta el mayor. Aguarda la respuesta.
-¿Y qué hay con eso?- pregunta casi con burla.
-He venido a matarte.
Ryoma no sabía qué pensar en esos momentos. Así lo expresaban sus ojos que permanecían abiertos.
Si todo esto era un teatro, pues eran unos excelentes actores… pero al notar que nadie decía nada… cayó en la cruda realidad… no era una actuación, era verdad.
-¿Qué crees que haces?
La voz de Tezuka irrumpiendo en la habitación… buscó alguna conexión con Ryoma, pero no lograba captar su mirada.
Detrás de él se encontraba Thomas.
-¿Qué haces aquí Elijah?- pregunta Thomas, poniendo una cara de “yo no se nada”
-Tengo la orden de acabar con Ryoma Echizen.
El veredicto estaba dado.
Tezuka dio un paso hacia delante y una bala le hirió en la pierna.
Miró hacia fuera. Había un francotirador listo para liquidarle si movía sólo una pestaña.
-Elijah, no era necesario traer a toda la orden.
-Oh Thomas- dice casi con sorna- tan ingenuo como siempre.
Al decir esto Thomas es atravesado con una estaca por la espalda.
Un grito de dolor por parte de Thomas, seguido por un disparo en el pecho acabaron con su vida.
Allí estaban los restos de su amigo… Tezuka miraba incrédulo la escena.
Ellos eran enemigos naturales. Fue por ello que su padre, el fundador de la orden para exterminar a los cazadores, le convirtió en uno de los hijos de la sangre. Así debía ser.
A sus cortos 17 años ya era despojado de su humanidad. Al igual que Dane, su hermano menor que fue adoptado cuando Tezuka apenas tenía 5 años.
Todo se había complicado por culpa de Dane. …l y su gran ambición, lo tenían cegado.
Ahora no era sólo Tezuka quien podría morir, también Ryoma podría perder la vida.
-Quítale tus sucias manos de encima- dice Tezuka casi como una orden.
Unos pasos se oyeron por el corredor. Algunos neófitos seguidores de la orden de Tezuka, habían acudido al rescate.
Aunque el sabía demasiado bien que la mayoría perecería bajo esos hábiles cazadores de vampiros.
-Capitán- dice Ryoma apenas. Sólo los oídos de Tezuka oyeron.
Sabía muy bien que podría perder la vida en cualquier instante.
Aún así, prefirió arriesgarse.
La bala seguía dentro de su pierna y el dolor seguía extendiéndose hacia su muslo derecho.
Los neófitos irrumpieron en el cuarto, atacando sin control a Elijah, el capturador de Ryoma y a su cómplice, el asesino de Thomas.
Momento en el Tezuka usó su don vampírico. Con sus manos atravesó el pecho de Elijah y le sacó el corazón.
Pudo ver cómo el brillo escapaba de sus ojos. Era un simple humano después de todo.
Se acercó con cautela a Ryoma, quien estaba impactado por la pelea.
Vampiros que morían y cazadores que perecían en sus brazos.
-Ven conmigo- extendió su mano ensangrentada a Ryoma, quien la toma.
Es tirado con fuerza de la cama y nuevamente vuelven a herir a Tezuka. Esta vez fue en el hombro.
-Ryoma, te protegeré- dice a su amante, logrando sacarle de la mansión.
De pronto nota que Dane se acerca a gran velocidad.
-Buenas hermanito- saluda como si nada.
En su camiseta gris se percibían gotas de sangre.
Además de sus manos.
-Veo que al fin decidieron actuar.
-Tú los trajiste, ¿cierto?- pregunta Tezuka, interponiéndose entre Ryoma y Dane. En una posición totalmente de protección.
-Si te he dado esta misión, no significa que te lo pondré fácil- esboza una sonrisa, casi maliciosa- han exagerado, ¿no lo crees?
-¿Qué es lo que pretendes?
-Ya te lo dije… me convertiré en el líder de la organización y no podrás impedírmelo- dice y voltea avanzando unos pasos- por si acaso, esos neófitos eran míos… o estarías muerto, hermanito.
Tezuka se sentía realmente impotente. ¿En qué ser se había convertido su hermano?...
El aire estaba impregnado de sangre…
En esos momentos, Tezuka cae al suelo. Sus heridas no cicatrizaban. No lo harían a menos que sacaran las balas.
Ryoma por suerte traía su celular en el bolsillo. Lo sacó y lo botó al suelo al no tener batería.
Tezuka le había salvado la vida, ahora le devolvería el favor.
Lo tomó y lo llevó arrastrando en su espalda por el espeso bosque.
No era nada parecido a volar cuando él era llevado por el vampiro.
Eso no era lo importante.
Le llevó a un ritmo más lento por alrededor de una hora.
Hasta que sus ojos fueron encandilados por las luces de la ciudad.
Respiró con cierto alivio. Allí podrían estar más a salvo que a kilómetros de toda la gente.
Siguió con tu labor hasta que llegó a la parada de buses.
Allí buscó algo de dinero. Pero había dejado su bolso en la mansión.
El conductor le dejó pasar igualmente al creer que iban hacia el hospital.
Ryoma agradeció el gesto amable del conductor y con ayuda de otro pasajero, sentaron a Tezuka en el asiento al lado del pelinegro.
En el camino iba pensando en cómo le extraería las balas y en que necesitaría alimentarse.
Por lo que Ryoma y Tezuka bajaron cerca de un hospital.
Lo llevó hasta el servicio de urgencias diciendo que lo habían asaltado en la calle y él lo había encontrado inconsciente en el suelo.
A simple vista era una mentira bastante creíble.
Aprovechando el alboroto por el recién llegado, Ryoma entró al banco de sangre del hospital y se llevó unas bolsas escondidas debajo de la ropa.
-Jovencito- le habla una enfermera.
-Diga- responde casi automáticamente.
-Debemos tomarle la declaración de los hechos.
-Disculpe, pero tengo que regresar a mi casa ahora mismo- mientras decía eso pensaba en una nueva mentira- tengo a mi madre muy enferma y debo pasar a comprarle medicina.
-Ya veo- dice la enfermera conmovida- ven mañana entonces hijo.
Ryoma dio media vuelta, vigilando que las bolsas con la sangre congelada no fueran a caerse.
Caminando a toda velocidad, sale del hospital. No sin antes preguntar en qué habitación tenían al supuesto “asaltado”.
Y era demasiado bueno para ser verdad. Cuando Tezuka fue trasladado hacia su habitación después de la extracción de las balas… desapareció inexplicablemente.
Al igual que 5 litros del banco de sangre.
La alarma se extendió por todo el hospital. Sin embargo, el vampiro estaba a kilómetros de allí.
Ryoma se estaba dando un baño. Al fin respirando con toda tranquilidad.
Creyendo que todo había quedado hasta allí, o al menos hasta el otro día.
Su suerte era negra... al salir del baño, allí se encontraba su capitán.
Notó que la comisura de sus labios había rastros del líquido escarlata.
Al igual que Tezuka percibió la sangre que se encontraba en el congelador.
Ryoma la había robado pensando en él…
Continuará…
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