Capítulo VII Paralizado
Tezuka había llegado de milagro a la residencia de Ryoma.
El efecto de esas balas más lo del hospital redujeron su fuerza y reflejos totalmente.
Ryoma había quedado de una pieza al verle allí. Sin embargo, sabía a la perfección que no tenía otro lugar al cual regresar.
El castaño se desplomó en el suelo. Era como si una piedra de 10 kilos fuese lanzada por la ventana y se hiciera añicos.
-Te encontré- logra gesticular antes que sus ojos mirasen el vacío.
-Capitán…
-¿Interrumpo algo?- la voz de Dane quien estaba de pie en el balcón captó la atención de Ryoma.
-¿Qué quieres?- le mira como si fuese lo más despreciable del mundo.
-Sólo quería comprobar los efectos de mi nuevo invento…
Su mirada era de complacencia. Miraba con desdén a ese ser que era su hermano.
-Te dije que te destruiría.
-Dane…
Ryoma queda en medio de esa “disputa”.
Mientras Tezuka reuniendo las pocas que le quedaban intentaba ponerse de pie.
-Ni siquiera lo intentes hermanito- le advierte Dane- ¿crees que inventaría unas balas tan inofensivas?
Tezuka sentía como si su cuerpo se rompiera por dentro.
-¿Duele?- pregunta y le jala de los cabellos.
Ryoma se enfrenta a Dane pero el vampiro lo lanzó contra un mueble.
-Ryoma…
-Debería cortarte la cabeza ahora mismo… hermanito- su mirada estaba enajenada… llena de ira, confusión, dolor…- si lo hago jamás podrás cumplir tu parte del trato…- de su bolsillo saca una jeringa y la clava en el cuello del castaño- con esto bastará- dicho esto desapareció.
Ryoma despertó de su aturdimiento.
-¿Quién era ese sujeto?- pregunta unos minutos después.
-…l es mi hermano- responde Tezuka, quien se había sentado en el sillón.
Podía sentir que los efectos del paralizante habían desaparecido por completo. Al igual que las heridas provocadas por las balas.
-¿Cómo me encontraste?
-Porque tu sangre fluye dentro de mí.
-¿Cuál es la parte del trato que debe cumplir?
Tezuka lo meditó unos segundos…
-Si te lo digo todo tu vida correrá más peligro que ahora…
Frente a eso Ryoma no supo que responder… una vez le había intentado matar y ahora el hermano de su capitán pudo fácilmente romperle el cuello…
-Mañana mismo iremos a un centro de fertilidad.
El cambio de tema tan repentino dejó al pelinegro con un gran signo de interrogación sobre su cabeza.
-No puedo esperar más tiempo- le mira fijamente- Echizen el tiempo se acabó.
-Es imposible en todos los sentidos- responde con rapidez.
-No confío en nadie más- dice sin apartar su mirada- te protegeré aunque me cueste la vida.
Esa fuerza y convicción. Esos ojos que no tenían duda alguna…frente a otros ojos que insistían en negarse a tal petición.
Ahora era Ryoma quien estaba paralizado en esos momentos.
Había algo hipnótico en esos ojos… algo malvado, oscuro y dictador.
Un escueto sí abandonó los labios del pelinegro.
Acto seguido sus labios fueron sellados con un demandante beso.
Después de todo no puedo permitir que la organización desaparezca…
continuará...
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