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En busca del Heredero por lightness

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Notas del capitulo: holi, new capi al fin después de un siglo jojojo, aquí lightness se reporta, esperando que les agrade este capítulo de todo corazón y escrito con mucho cariño para ustedes.
Capítulo IX Operación: una inseminación para Ryoma parte 2

Juraba que podía oír la voz de Tezuka cerca de su oído. Era un eco profundo que poco a poco fue tomando forma. Apareció el rostro, el cabello, el cuerpo, su ropa deportiva, sus lentes sobre la cabeza…

“Echizen”, oía con toda claridad.

-¡Capitán!- exclamó Ryoma intentando alcanzar la figura que se esfumó frente a sus ojos.

En ese humo apareció un niño que estaba sentado en el suelo jugando con unos legos.

El niño le miró y le sonrió. Se levantó del suelo y dio unos pasos hasta que se tropezó. Ryoma lo levantó del suelo y vio que sus ojos cambiaron de color… el pequeño le sujeta la muñeca y clava sus afilado colmillos.

-Detente- Ryoma intentaba zafarse, pero ese niño era muy fuerte.

¡Ryoma!... la voz de Tezuka lo hizo despertar.

Ryoma abre los ojos. Estaba asustado. ¿Cómo era posible que existieran seres como ellos? Con una fuerza destructiva, encantos inigualables y una vida longeva y débil.

-Ryoma- dijo Tezuka buscando esos ojos que miraban aún la pesadilla- ¿cómo te sientes?

-Capitán- fueron sus escuetas palabras. Una puntada en su vientre hizo que se recogiera como un ovillo.

-No debes moverte- dice el castaño rozando sus cabellos.

-¿Qué me hicieron?- pregunta Ryoma intuyendo la respuesta.

-Te inseminaron mientras dormías.

Sabía que algo andaba mal. Esa pesadilla… era real.

-Hay que esperar unas semanas para comprobarlo.

Se levantó la bata y notó un parche en su vientre. Lo rozó apenas con sus dedos. Tal vez, apenas era un punto. Sin embargo, estaba levemente hinchado.

-Echizen, toma- el castaño le da un vaso de agua.

Se moría de sed. Apenas lo había notado.

-Estás sediento- recalca- bébela.

Apenas bebió un sorbo y la escupió. Sabía tan mal que ni siquiera podía verla.

-Eso significa que…- iba a terminar la frase cuando sintió una presencia amenazante fuera de la habitación.

-La esencia de esa hombre está cambiando- murmura Dane- su olor se está mezclando con otro.

La puerta se abre con violencia. Dos hermanos vampiros se enfrentan en una guerra de miradas asesinas.

-¿Qué vienes a buscar Dane?- pregunta Tezuka al relajar su postura de ataque.

-He decidido que me llevaré a tu amante- dice Dane clavando su mirada en Ryoma- acaben con él mis soldados- dice el vampiro y aparecieron tres neófitos. Uno por la ventana y los otros dos detrás de su líder- sean piadosos con él.

Uno de los neófitos arroja una bomba de humo casera, lo que provoca que Ryoma comenzase a toser. Una mano con un paño le tapa la boca y lo deja medio inconsciente.

Dentro de su inconsciencia, logró sentir el roce frío de la mano de Tezuka que luchaba contra su hermano para evitar el secuestro.

El neófito que entró por la ventana, tomó uno de los vidrios rotos e intentó clavarlo por la espalda. No obstante fue lanzado hacia el exterior de una patada propinada por el vampiro.

-¡Ryoma! Exclama e intenta alcanzarle. Más Dane saltó por la ventana llevándose a Ryoma en brazos.

Tezuka les siguió como un águila cuando ve a su presa.

Los rayos del sol le provocaron algunas quemaduras leves, por lo que buscó la sombra de un árbol. Más éstas persistían. Necesitaba con urgencia cazar y recuperar su energía.

Como mandado para su cometido, llegó el tercer neófito. Sediento de venganza, atacó a Tezuka con todas sus fuerzas.

No le importó que su cuerpo se cayera a pedazos por las quemaduras. El dolor se mezclaba con la ira creciente que fue sembrada por Dane.

Tezuka aprovechó la inexperiencia del neófito y lo atacó sin piedad alguna. Un rápido movimiento y lo desarmó dejándolo a su merced. Clavó sus colmillos con furia, destrozando ese cuello a su paso y bebiendo con urgencia, como si su vida dependiera de ese último ser sobre la tierra.

El neófito cayó al suelo completamente destrozado y se convirtió en un montón de cenizas.

Ahora necesitaba un plan de emergencia. La vida de Ryoma y su posible heredero estaban en juego.

Mientras tanto, Dane seguía huyendo con Ryoma, quien extrañamente presentaba unas leves quemaduras en sus brazos y piernas.

Para su sorpresa, el pelinegro abrió los ojos y comenzó a forcejear para liberarse.

Dane no conocía el significado de la palabra “delicadeza”. Golpeó a Ryoma en la nuca apena avanzó unos pasos.

El pelinegro mantenía sus ojos abiertos, aunque todo lo que lograba ver era borroso y desconocido.

Producto de la sed y el agotamiento, Ryoma se convirtió en una presa fácil.

Dane se encargó de someterle… lo encerró en una habitación sin ventanas. Así no sabría distinguir el paso del tiempo. Lo encadenó de las muñecas y le dejó la misma bata del hospital.

Tezuka había regresado a su mansión. Allí le aguardaba un vampiro que en cargo era similar a Thomas.

Un jovencito de ojos azules penetrantes. Cabellos castaños y mirada sádica.

-Syuusuke Fuji- dice Tezuka saludándole- ¿qué haces aquí?

-Vine a ayudarte- responde el ojiazul sonriendo- ¿qué te parece si invadimos el escondite de tu hermanito?

Precisamente había mandado a uno de sus neófitos para que averiguara el lugar exacto del escondite de Dane.

-¿Sabes dónde se esconde?- pregunta Tezuka y sus ojos brillaban de ira.

-Por supuesto… ¿con quién crees que estás tratando?- responde Fuji sacando un papel del bolsillo de su pantalón negro- un ataque directo, armas y rapidez.

-Mis neófitos los dejo a tu cargo para lo que tienes en mente.

-Entonces manos a la obra.

La delgada figura del castaño desapareció entre las sombras del vestíbulo.

El pequeño ejército de neófitos compuesto por unos 30, fueron dirigidos por las grandes habilidades estratégicas de Syuusuke Fuji. Su poder de observación logró descifrar una falla en la guardia de Dane, por lo que podrían vencerlos si eran suficientemente rápidos.

Se dirigieron a una parcela que quedaba a unos cuantos kilómetros de distancia de donde vivía Tezuka.

El lugar a simple vista estaba rodeado de pastizal. Una casa en medio y vampiros bien cubiertos para resistir el sol.

Apenas se acercaron a la entrada recibieron una lluvia de balas. El ejército de Tezuka se replegó para cubrir más terreno y se movieron con una rapidez impecable. Fuji los iba dirigiendo e iba matando vampiro tras vampiro con elegancia y crueldad.

Tezuka se fue abriendo paso a través de los muertos con fuertes ataques y una rapidez que a veces se volvía invisible a los ojos de ellos.

Dane, sabiendo que invadían su propiedad, se puso en pie de guerra para defenderla.

Ryoma apenas percibía la guerra desatada. Movía sus muñecas y los grilletes le herían su piel.

Unos pasos que se acercaban le alarmó. La puerta cayó frente a sus ojos como si fuese tan ligera.

-Vamos Echizen- escuchó el sonido de las cadenas que caían hechas añicos.

-Capitán- logró murmurar antes de cerrar sus ojos.

-Los protegeré a ambos- murmura antes que una nueva cortina de humo les cubriera.

Continuará…
Notas finales: mil disculpas por mi gran demora, disfruten este capi y no se cuánto tendrán que esperar para la continuación, a ver si mi muso no me abandona >.

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