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Dulce San Valentin por Angeluz

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Notas del fanfic:

Los personajes no son mios sino de yana toboso o abriqa yaoi mas explicito en cada capitulo...TuT

Notas del capitulo:

espero que les guste, es un regalo de san valentin para todas las admiradoras de Kuroshitsuji

 

 

   Ese iba a ser un día pesado. No por el trabajo que tenia, pues ya estaba acostumbrado a eso, mas bien era porque no tardaría en llegar corriendo una Lizzy contenta, a tratar de ahogarlo con un abrazo y a obligarlo a que dejara su pacifica oficina para que cumpliera alguno de sus caprichos.

 

   También no tardaba en llegar Grell para pegarse a Sebastian y hacer varios destrozos en la mansión, además de todo a romper su pacifico silencio.

 

   Odiaba el día de san Valentín. Solo hablar de un sentimiento llamado amor, no era su estilo y en cuanto a la amistad, todos tarde o temprano terminaban traicionándote.

 

   El chocolate tal vez fuera lo único que le agradaba de ese día, el delicioso chocolate. Incluso su compañía había lanzado una línea de chocolate especial para esa fecha, estaba seguro que le reportaría muchas ganancias.

 

   Un toquido en su puerta lo saco de sus pensamientos.

 

-Adelante-dijo lo suficientemente alto para ser escuchado. Un hombre de cabellos negros y sedosos, de andar gatuno entro en el estudio.

 

-Bocchan, es la hora del te-le hizo una reverencia, mientras le arrimaba una elegante tasa y un trozo de tarta de chocolate.

 

   El chiquillo lo olfateo y lo bebió saboreándolo.

 

-Es de su agrado-pregunto con una sonrisa. El ojiazul dio una cabezada en señal de asentimiento.

 

   Mientras degustaba la tarta, se percato de cómo cuatro personas se asomaban sigilosamente a la puerta.

 

-Pueden entrar…-les hablo con su tono habitual de autoridad y un poco de hastío. Los 4 estuvieron dentro del estudio tan rápido que no se había percatado de cuando había entrado.

 

-Bocchan…-empezó un chico rubio, el más joven.

 

-Bueno hoy es…San Valentín- prosiguió una pelirroja

 

-Hemos preparado un chocolate para el bocchan, gracias a mis grandes talentos culinarios-termino el tipo rudo vestido de chef

 

-Jo, jo-agrego el mas anciano

 

   Ciel los miro de uno en uno, sin decir nada. Sebastian observaba interesado la reacción del peligris.

 

   Cerro los ojos como meditando.

 

-Tsk, hagan lo que quieran-dijo con un toque de fingido fastidio.

 

   Esas palabras fueron suficientes para que a los cuatro sirvientes se les iluminara el rostro y con alegría pusieran en manos del ojiazul una especie de chocolate de tamaño grande, pero de figura amorfa, parecida a un corazón.

 

   El niño se pregunto internamente si la cosa seria comestible.

 

-Bueno…gracias…-les hablo finalmente con la voz cargada del orgullo que lo caracterizaba.

 

   El gesto provoco que perdiendo la seriedad le propinaran un “abrazo apretado de grupo” al conde Phantomhive, mientras a este se le subían los colores al rostro.

 

-Pueden retirarse…-los interrumpió con voz dura, fingida.

 

   Los cuatro regresaron a sus labores muy contentos, porque aparentemente el gesto había impresionado a su bocchan.

 

   Ciel trato de que los colores de sus mejillas se normalizaran. Su mayordomo lo miraba sonriendo, como si hubiera hecho un hallazgo.

 

-Solo lo hice para que me dejaran en paz-refunfuño tratando de excusarse

 

-Nadie dice lo contrario, bocchan-su mueca irónica si decía lo contrario

 

-Tsk…-

 

 

 

…………………

 

 

 

-Ciel!!!!!!!!!!!-grito un vocecilla chillona tumbándolo en el césped

 

-Lizzy…-boqueo como un pez fuera del agua

 

-Ciel hoy es un día especial…por eso te he traído esto-le dio un paquete con envoltura roja y un moño-es para celebrar nuestro día, ya que somos prometidos-la chica se ruborizo

 

-Gracias Lizzy-le dijo con pesar y un poco de cansancio, se sentó en la mesa del jardín para charlar con ella.

 

   La rubia no había soltado la pálida mano de su prometido, acercándose sigilosamente tuvo casi a su alcance los delgados labios de Ciel.

 

   Distraído el azul, no se percato hasta que ya la tenía casi encima. Trago duro y trato de moverse, pero simplemente se había petrificado.

 

-Señorita Elizabeth...la esperan-interrumpió oportunamente el mayordomo negro. Nadie, pero nadie tenia derecho a besar los labios que solo eran para el

 

   Ciel lo miro entre aliviado y confundido, cuando Sebastián acompaño a Lizzy a la salida (casi la corrió)

 

   Suspiro con cansancio. El día estaba resultando como lo había predicho. Sebastián apareció junto a el llevándole unos aperitivos.

 

-Llévalos al estudio, ha sido mucho sol para mi-se incorporo y comenzó a caminar a su estudio, sin ser consciente de la mirada apasionada que le regalaba Sebastian…

 

 

 

 

 

   Ya en su oficina continuo haciendo cuentas, acomodando papeles, firmando documentos, etc., hasta que…

 

-Parece muy ocupado, Conde-

 

Dio un respingo y volteo para encontrarse al chino dueño de esa voz tan singular, con su inseparable Ranmao.

 

-Lau, te he dicho mil y una veces, que avises si vas a venir-

 

-Conde no sea tan frio, hoy es San Valentín-por su tono parecía que estaba insinuando algo. Hizo un gesto a Ranmao y saco una gran caja de exquisitos chocolates que puso delante del ojiazul.

 

-Gracias, pero no era necesario…-

 

-Vamos conde, se que le gusta el chocolate…-lo animo a que probara un poco

 

   Con su estilizada mano, casi femenina tomo uno y lo observo, parecían muy apetecibles. Se lo llevo a la boca y lo saboreo con lentitud

 

   Simplemente era delicioso…su suave textura, su relleno de chocolate avinatado. No podía comer solo uno… (Parece comercial, pero es verdad)

 

   Ante la mirada victoriosa del príncipe chino, devoro uno tras otro. El sabor era tan rico…cuando ya llevaba mas de media caja, comenzó a caer en un estado soporífero. Sus mejillas mostraban el sonrojo de la embriaguez.

 

   Lau con un movimiento le indico a Ranmao que saliera.

 

   El conde se sentía mareado y los ojos le pesaban, además de que una extraña alegría lo invadía. Cerró sus ojos para descansarlos un momento, su cuerpo se sentía tan pesado, comenzó a dormitar.

 

   El tigre de Shangai aprovecho para acercarse al niño de tez pálida, lo tomo entre su brazos, era muy liviano. Lo acomodo en el sillón espacioso y se coloco arriba de el.

 

   Colando una mano entre sus elegantes ropas, acaricio la suave piel y con sus labios beso los delgados del conde Phantomhive…disfrutando del sabor del que solo el niño era el poseedor.

 

-Lau-sama, la hora del te ha terminado…-sebastian lo miraba ferozmente

 

   El chino fue arrastrado hacia la salida por un sebastian a punto de asesinarlo, lo arrojo con una patada y sin nada de amabilidad a su carruaje, dio la orden de que se lo llevaran, mientras el tigre de Shangai gritaba: “Pero si solo fue un beso”

 

   Demonios, los estúpidos majaderos que tenía que soportar. El día de san Valentín era difícil, sobre todo porque al parecer su amo tenía muchos admiradores.

 

   Volvió al estudio y cargo al “bello durmiente” para depositarlo en su cama, contemplo unos instantes su rostro sereno, acaricio con su enguantada mano la pálida mejillas y salió de la habitación con cuidado de no despertarlo.

 

 

 

……………….

 

 

 

   No había moros en la costa. Había entrado en la mansión sin que nadie se diera cuenta de su presencia, ni siquiera el Suji-kun.

 

-Conde…-Su extraña voz inundo la habitación. Contemplo al niño de cabellos grises dormido. La escalofriante sonrisa cómica apareció en su rostro.

 

   Lo tomo entre sus brazos y huyo por la ventana.

 

 

 

 

 

 

 

-Sebas-chan!!!!!!!!!-grito un shinigami de cabellos rojos, lanzándose a du objetivo.

 

   El pelinegro lo repelió con un golpe ante de que lo tocara.

 

-Sebas-chan hoy es día de la pasión y el amor-se levanto recuperándose del golpe rápidamente, le habían dicho que tenia que entretener a Sebastián unos 10 minutos.

 

-Cual amor y pasión???-le pregunto estático

 

-La nuestra por supuesto mi Romeo-se lanzó de nuevo hacia el y lo abrazo fuertemente-aunque el mundo entero se oponga a nuestro amor, si tu estas conmigo yo luchare…-

 

-No creo que haya ningún amor entre nosotros-lo separo de si con otro golpe-que lo trae por acá Grell-san???-

 

El shinigami se puso nervioso

 

-Aquí esta mi presente…-le entrego una caja roja de bombones

 

-Gracias…-

 

-Sebas-chan, no seas tan formal-trato de besar al pelinegro, pero este interpuso sus manos.

 

-Iré a ver si el bocchan, ya despertó-comenzó a caminar ignorándolo

 

-No, no lo hagas-se interpuso. Todavía no pasaban los 10 minutos o tal vez si, no quería correr riesgos.

 

-Grell-san me esta estorbando-

 

-Sebas-chan, este es un día para disfrutar tu y yo sin el mocoso-trato de explicar pero sus nervios lo delataron

 

-Apártese…-le lanzo una de sus miradas que dan escalofríos

 

-Espera…-un patético intento de detenerlo.

 

   Fue lanzado por las escaleras. Sebastian se apresuro a ir al cuarto del ojiazul. Abrió la puerta sin tocar, la cama estaba vacía y el aire se filtraba por la ventana abierta.

 

   ALGUIEN HABIA COMETIDO EL PEOR ERROR DE SU VIDA AL RAPTAR A SU BOCCHAN…

 

   Regreso a donde estaba el pelirrojo y lo tomo del cuello…

 

-DONDE SE LLEVARON A MI BOCCHAN???-

 

 

 

……………………….

 

 

 

Deposito al pequeño en un ataúd y lo contemplo con su risa sardónica a flor de piel.

 

-Conde…-le hablo acentuando du voz rasposa y cómica

 

   Al ver que el ojiazul no despertaba, decidió hacerlo a la manera antigua…”con un beso”

 

   Sus fríos labios tocaron los suaves del niño que le llamaba tanto la atención, el niño con alma de hombre.

 

   Ciel abrió sus ojos dándose cuenta de que algún tipo lo estaba besando. Lucho con todas sus fuerzas para quitárselo de encima.

 

-Que bueno que ya despertó mi querido conde…-

 

-Undertaker????-pregunto confundido, olvidando momentáneamente su enojo debido a la sorpresa.

 

-Feliz san Valentín, conde phantomhive, lo invite a mi fiesta de te con chocolates (mas bien lo secuestro)…-comenzó a reírse de forma tétrica. El ojiazul lo miraba con una gota en la cabeza, el tipo raro ese, siempre hacia cosas anormales.

 

   Pues ya que…además no podía rechazar un te con el sepulturero. Se incorporo y ocupo su lugar sentado en el ataúd de siempre.

 

-Bien…-suspiro con cansancio de nuevo, el día ya lo tenia cansado y todavía no había terminado. Noto en un momento de lucidez el cambio en los ropajes del extraño sepulturero.

 

-Que estas vistiendo???-

 

-El sombrerero loco, no puede haber una fiesta de te sin el sombrerero y Alicia-respondió mostrándole un traje de Alicia como si nada

 

-Yo no usare esto…-protestó colorado

 

-Vamos conde, no sea penoso estamos en confianza…-acercándose a el peligrosamente

 

 

 

………………………

 

 

 

   La puerta estaba a punto de romperse, nadie abrió.

 

-Sebas-chan, quieres tranquilizarte un poco-su eterna sombra pelirroja lo miraba asustado.

 

-Nadie, escucha nadie, secuestra a mi bocchan-sus ojos brillaron con peligro, alguien no saldría vivo.

 

   Con un golpe seco de parte de su estilizada pierna la puerta cedió cayendo. Irrumpió violentamente al interior del lugar, buscando a su amo.

 

   Lo único que vislumbro fue a Undertaker con un vestuario original y a una niña rubia, tomando te y jugando cartas.

 

-Bocchan???-pregunto dubitativo

 

Ambos miraban al pelinegro.

 

-En te estuvo muy bueno undertaker…-dijo Ciel algo nervioso por la expresión de sebastian….Un demonio enfadado…

 

 

 

 

 

 

 

-El día de hoy fue muy duro-suspiro Ciel, mientras su mayordomo le retiraba las ropas de Alicia-

 

-Concuerdo con usted…-

 

Acomodo la cama para que el pequeño se acostara cómodamente.

 

La enrojecida cara de ciel delato que algo pasaba.

 

-Sucede algo, bocchan???-su expresión se torno seria y preocupada

 

-Ten-le dio algo pequeño en sus gráciles manos. El olor característico demostraba que se trataba de chocolate-solo es para no desentonar este día-agrego dignamente aunque sus gestos nerviosos lo ponían en evidencia.

 

   Nunca había visto tan nervioso y tan humano a aquel niño de corazón frio. Solo pudo sonreír…

 

-Me gustaría tomarlo de otra manera-dijo Sebastian críptico

 

Ciel lo miro interrogante.

 

Sebastian puso el chocolate en su boca y acercándose a Ciel lo beso apasionadamente hasta que el chocolate se derritió en las bocas de ambos.

 

-Feliz San Valentín, Ciel-exclamo el pelinegro a la par que recostaba al ojiazul en la cama y se posicionaba sobre el, con un brillo rojizo llenando sus escarlatas orbes…

 

-Feliz san Valentín, mi querido demonio-musito Ciel con pasión, devorando los suaves labios de Sebastian…

Notas finales:

etto Reviews???


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