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Complicado para la lógica por Tierna Kikyo

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Notas del fanfic:

Espero que les guste mi nueva locura jeje ^^ dejen sus reviews por favor!!

Notas del capitulo:

Este lo he subido por insistencia de mi querida Ross espero que lo te guste! jeje ^//^

La vida... ¡un asco últimamente!...la verdad es que nunca se había encontrado en tan mal estado como ahora, sentía que perdería la cordura pronto en aquel cuarto oscuro, yacía en un rincón de su habitación con una botella de coñac en una mano y en la otra el periódico del día (que era lo único que recibía de buena gana últimamente), escuchó pasos y concentró sus oídos, quizá Watson al fin se compadecería de él pero...nada, solo se escuchó que hablaba algunas cosas con la sirvienta y volvía a salir de casa. Demonios, era invisible para John, ahora solo se concentraba en aquella mujerzuela de nombre impensable, estaba seguro de que solo buscaba arrebatarle a John para quitarle su dinero y botarlo sin más...

¿Pero qué más podía hacer? Ya le había dicho aquella verdad a su terco colega y tardo más en decirlo que este en mandarlo al diablo. Bajó la mirada a su coñac y bebió un largo trago que le borró los pensamientos de Watson por escasos segundos mientras le quemaba la garganta al bajar por su esófago, gruño haciendo una mueca y tratando de concentrarse en el periódico pero solo decía sandeces. Lo lanzó lejos, totalmente molesto e intentó ponerse de pie pero trastabilló y alcanzó a agarrarse del sillón haciendo un último esfuerzo para sentarse en este y recargar la cabeza en el respaldo con una mirada perdida en el techo.

Perdió la noción de lo que pasaba como por unas cinco horas más, ¿Qué más daba si perdía toda la vida en aquel estúpido sofá? Todo lo que le importaba ahora se había tornado a prestarle la atención a alguien más. No podía creer que alguien resultara fuera interesante que él ¿Qué tenía esa endemoniada mujer?...Por primera vez en la vida había deseado poder asesinar a aquella mujer en un crimen perfecto en el que usara su genialidad para ocultar las evidencias en vez de encontrarlas, había visto ya tantos indicios de errores en los demás torpes criminales que se sentía  totalmente capaz de convertirse en el mejor criminal de todos los tiempos.

...Pero ¿valía la pena?... ¡Por Watson todo valía la pena! lo que le daba el significado a su vida tenía un nombre; Inevitable, no podía arrancarse los celos ni con todo el alcohol bebido ni el que le quedara por beber. Y mucho menos olvidarse de John, de su John.

Incluso en sueños había analizado todo esto, bien se dice que el sueño ordena los pensamientos, lo cual para Sherlock no era conveniente pero ni si quiera en broma, ahora sabía perfectamente lo que pasaría: John se casaría y le dejaría solo en aquel cuarto, como ahora, sin importarle en qué estado estuviera y sólo pensaría en aquella rubia tonta, ¡no! ¡No podía permitirlo! Era impensable algo así...definitivo, haría que esa mujer desapareciera, formulando un plan que no fallaría.

Calculando todas las posibilidades de reacción...sonaba una idea increíble de un hombre como él pero...

De repente se abrió la puerta de un portazo, Holmes subió la mirada tan rápido como el sonido de la puerta y vio a Watson casi blanco.

-¡HOLMES! ¡Dios! ¡Tiene que ayudarme!- Exclamó corriendo a agacharse frente a él y a sacudirlo de los hombros, este cerró los ojos con fuerza tratando de no marearse, estaba ya algo ebrio. Le miró algo desorientado después de que Watson dejo de zarandearlo.

-¿Qué le pasa Watson?... ¿Qué?- Le preguntó viendo como este primero le miraba y luego bajaba la mirada escondiendo su rostro de él, recargando su frente en el hombro del detective.

-Mary...-

-¿Le dejó?- Preguntó tratando de no sonar feliz con la pregunta, imaginando anhelante la respuesta.

-No... ¡Se la han llevado!, ¡Le digo que se la llevaron!- Exclamó levantándose a caminar en círculos y hacer ademanes desesperado, Sherlock guardó la calma y le miró tranquilo desde el sillón.

-¿Vio a alguno de ellos? ¿Cómo pasaron las cosas?...- Preguntó tratando de poder razonar como si estuviera sobrio pero le dieron ganas de reírse a carcajadas por tan grato acontecimiento.

-Yo iba caminando con ella,  como siempre ya sabe, solemos ir a ver la pelea de apuestas y luego le invito un café pero entonces...cuando salimos del restaurante una carreta se detuvo frente a nosotros, un hombre fornido nos preguntó por una calle, yo le estaba respondiendo cuando la puerta de la carreta se abrió y dos hombres cubiertos por togas negras tomaron a Mary y la subieron, yo reaccioné rápido pero ambos eran muy hábiles y no pude...no pude con ambos...la carreta mientras siguió su curso y estos dos hombres se separaron en sentidos contrarios a la carreta...traté de perseguirlos pero...- La voz de Watson de apagó dejando inaudible lo que haya querido argumentar al último, y el pelinegro no tenía ni idea de quién podía tratarse.

-Seguro quieren iniciar algún jueguito...ahora tienen un rehén que nos interesa...- Le dijo haciendo una mueca pensativa, el rubio le miraba ilusionado, como si Sherlock de repente fuera a aparecer a la chica con un acto de magia, trató de ignorar la mirada azul que estaba atenta a sus análisis

-Necesitamos ir al lugar de los hechos ¿verdad?-

-Elemental, mi querido Watson...- Asintió levantándose ya un poco más orientado en sus actos, la cara de preocupación de Watson lo inquietaba y le hacía querer correr a resolver los hechos de un solo zarpazo.

Llegaron a la espaciosa avenida en donde había ocurrido el atentado pero al parecer no había nada, Sherlock midió mentalmente los metros que había entre los que huyeron en sentidos opuestos y llegó a la conclusión de que se encontraron en un punto exacto justo a una calle de su casa. Era muy obvio, seguro que esperaban que lo resolviera rápido. Llego, calculo medidas y llegó a un arbusto que no se veía nada sospechoso, estaba fuera de una casa abandonada y Holmes pensó que no habría problema si maltrataba un poco la planta esa, así que mientras Watson veía con duda lo que este hacía, Holmes se preguntaba cual sería la mejor manera de fingir perder en aquel reto...pero eso destrozaría a su amigo, por lo que solo quedaría en su imaginación. Encontró una nota entre las hojas del arbusto y salió triunfal, tendiéndole la nota a su John.

-Excelente Holmes...- Le alabó serio, estaba preocupado el rubio, podía verlo muy claro en sus ojos azules.

-Lo sé- Sonrió tratando de animarlo, todo lleno de hojas se veía algo cómico por lo que John no pudo evitar la tentación de sacudirle las hojas del cabello, este miró al piso como niño acostumbrado a las atenciones de su madre, ya había extrañado el contacto con el rubio aun que fuere algo tan superficial y sutil. Su mano subió instintivamente a posarse sobre la del doctor mirándole tímidamente, este tembló adorablemente ante aquel roce tan "atrevido" desde hace días y al profundizar sus miradas Holmes tuvo un conjunto de sensaciones que le hicieron desviar la mirada rápido y apartar su mano.

-Leamos la nota, colega- Le dijo haciéndose el serio acercándose a ver la tan mal doblada hoja con letras cortadas de periódico... ¿Por qué se le hacía conocida esa táctica?...Trató de hacer memoria pero sus neuronas aún seguían atontadas.

<< Sherlock Holmes:

Tenemos a la preciada prometida de tu perro faldero. Si quieres recuperarla recuerda no alertar a la policía, sigue el juego o de lo contrario encontrarás un excelente adorno funerario en tu jardín.

558153002 Rose Gray. >>

Al terminar de leer la nota Sherlock sonrió de lado, qué divertido sería ese adornito mencionado...momento... ¿Estaba sonriendo por eso? ¡Santo dios! Intentó desechar esas ideas mientras pensaba en el código escrito al final de la carta.

-Eso es muy extraño Holmes...no existe una calle con ese nombre- Le dijo Watson mirándolo confundido.

-No me decepcione, yo se que usted no creerá que nos pondrán la clave en bandeja de plata...-

-Tiene razón...- Ese día regresaron a casa y Watson se sentó en el sillón de alado de Sherlock en su habitación, supuestamente para ayudar a dar ideas, pero más tardaron en llegar que el rubio en dormirse. Por lo que el detective le miraba sin evitar pensar la ironía de las cosas, seguro que si se dormía era porque mujer como aquella no le interesaba tanto.

Se puso a descifrar el código hábilmente con su material revuelto del escritorio...

Rose, era de la calle Rosalie Villee que estaba casi al centro de la ciudad, no muy lejos de donde ellos se situaban, el 55 era el numero a donde debían dirigirse. Después de aquello fue fácil definir que si ese día era 14 de febrero el día en aquel código marcaba el 15 de febrero, y por último la hora, 8:30 de la noche (eso lo supo por el Gray que era el nombre de un bar nocturno que estaba en la esquina de la calle mencionada).

Eran como las 2:00 am cuando terminó de descifrarlo, por lo que Watson ya tenía bastante dormitando en el sillón, se acercó dispuesto a despertarlo con delicadeza cuando vio al rubio tensarse un poco, entre sueños estaba viendo algo que seguramente le inquietaba...

-Holmes...mhmm...- La respiración de este se alteró al murmurar aquello, y el detective se quedó paralizado observándole, el rubio acomodó su cabeza algo ladeada como ofreciendo su cuello y una respiración entrecortada acompañó aquello.

-ahh...Por favor...- Este bajó la mirada para recorrerle detenidamente quedándose estupefacto por tan perfectas facciones entregadas al placer del buen sueño... ¿Pero acaso estaba soñando lo que Holmes tenía en mente?

Para comprobarlo se acercó poco a poco y posó una mano en su mejilla deslizando su pulgar por los labios de este, lo cual provocó un ligero jadeo, era terrible no poder detenerse en una situación así, pero es que no sabía hasta ese momento cuanto había deseado que tal cosa sucediera. Cerró distancias entre sus labios y se quedó quieto así sintiendo la suavidad de estos. Pero cuando sintió que este se movía como para despertarse se separó rápidamente e hizo como que estaba leyendo un periódico que estaba en el escritorio, tratando de nivelar su respiración para que este no notara su alteración.

El rubio abrió los ojos con expresión atónita como tratando de analizar si lo que había sentido era sueño o verdad, al final por supuesto eligió la primera opción y se incorporó de aquel sillón para mirar más detenidamente al detective.

-Lo siento... ¿Cuánto tiempo me ha dejado dormir?...-

-Lo suficiente como para avisarle que el código está perfectamente resuelto y listo para ponerlo en práctica-  

-¿Qué usted qué...?- Le preguntó sacudiendo la cabeza un poco, había sido muy rápido o tenía mucho dormido...quizá un poco de las dos.

-Me alaga su sorpresa, pero por ahora en marcha- Le dijo tomando su gabardina del sillón y empezando a caminar a la puerta, este enseguida le siguió.

-¿En marcha? Pero Holmes ¡Usted mismo ha dicho que es hasta mañana!- Le dijo mirándolo contrariado.

-Recuerde que mencionan el jardín...- Le dijo sonriendo confiado -Seguro han dejado algo allí-

-¿Algo? ¿Pero que van a andar dejando?-

-Pues si lo supiera no bajaría a ver, Watson- Le dijo mientras abría la puerta y salía a agacharse a analizar el césped -No parece fuera de lo ordinario...- Comentó arrancando uno y llevándoselo a la boca.

-¡Holmes no!, ¿No sabe lo antihigiénico que es eso?- Le dijo quitándole el césped de la boca.

-No sea exagerado...- Le dijo rodando los ojos -No puede pasar gran cosa, pero bueno el caso es que aquí debe haber algo...-

Las horas pasaron y fue aclarándose cada vez más hasta que eran como las 6 de la mañana, Watson le ayudaba a buscar y fue cuando encontraron el anillo de compromiso de Mary enterrado junto con una nota más.

-¡Se lo dije!- Festejó dejándose caer en el césped y abriendo la nota:

<<Holmes:

¿En verdad crees que muera...? Yo no estaría tan seguro...

9Fortaleza2>>

El pelinegro después de haber leído eso se tensó y se quedó serio con la respiración algo alterada.

"No puede ser...soy un estúpido..." Se mordió el labio inferior mientras se maldecía mentalmente. ¿Watson debía saberlo o...?

-¿Qué pasa Holmes?- Le preguntó preocupado el rubio al verle así, el detective rara vez se inmutaba.

-No...es sólo que esto es un poco más complicado de lo que pensé...- Contestó levantándose del césped y metiéndose a la casa sintiéndose pésimo, ¿Era tarado o qué? Todo siempre tuvo que ver con Watson, porque bien se sabía que no querían llamar la atención del doctor sino la suya.

-Holmes no mientas ¡Algo pasa!- Le alegó mientras este subía las escaleras ignorándolo.

-Ya le dije que no, entienda y déjeme dormir...- Le dijo cortante metiéndose en su habitación y empujando la puerta para que se cerrara pero Watson interrumpió esta acción y se metió tras el azotando la puerta.

-¿Murió?... ¿Le han matado ya?...- Preguntó triste mirándole con grandes esfuerzos para no reaccionar mal.

-A usted solo le intereso cuando le soy de ayuda ¿no es así?...-

-¡¿Qué dice?!-

-Sí, si no hubieran secuestrado a esa estúpida mujer usted no hubiera vuelto a acudir a mí, ¡Porque ni le va ni le viene lo que yo haga ahora!- Le dijo de malas recargándose en el sillón con ambas manos sin mirar al ojiazul. Este lució particularmente ofendido con aquello.

-¡Yo nunca le he tratado por tal cosa! ¡Siempre le he soportado!- Le gritó sin importarle la hora.

-Pues ¿sabe qué? Está fuera del caso, para mí será como cualquier cliente, resolveré esto solo y le daré cuentas cuando tenga algo, mientras a callar y esperar- Le dijo señalando la puerta. -Bien puede irse a su nidito de amor que tiene con esa mujerzuela interesada, igual la salvaré porque su vida no me incumbe, pero no me pida que siga con una idea tal en la cabeza cada que le veo tan interesado siguiéndome en este caso siendo que usted tiene meses sin siquiera interesarse en saber si sigo vivo.- Le aclaró rápidamente mientras la mirada atónita de Watson no dejaba de repasarle para asegurarse de que Holmes era el que le estaba haciendo tales falacias.

Notas finales:

Revieeewwwsss!!! *o*


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