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Consecuencias de una traición premeditada por Paz

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Notas del capitulo:

Este capítulo y los siguientes no estaban pensados en la planificación del fic, aunque cortitos van dedicados a ti que me los inspiraste al comentarme en tu review cual podría ser la reacción de Maki, tú sabes que me refiero a ti. Un saludo linda.

Consecuencias de una traición premeditada

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo 14: Ira y destrucción

 

Tras un negocio satisfactorio regresaba a la "Fortaleza", iba saboreando un whisky rebajado con agua, aún cuando sabia que perdía todo su encanto, sin embargo, esa tarde volvía más temprano y quería estar sobrio para disfrutar de su mascota, una semana sin él era demasiado tiempo, necesitaba hundirse profundamente dentro de ese cuerpo delicioso, escucharle gemir, dolor y placer siempre estaban juntos,  no dudaba que esos chicos habían realizado siempre un buen trabajo para dejarle en condiciones físicas adecuados para hacerle saber que no estaba dispuesto a renunciar a él, que le pertenecía y que podía disponer de él como buenamente quiera .

Posó el vaso vacío sobre una pequeña mesita, acoplada delante del asiento, aunque los cristales estaban ahumados pudo ver que se estaban acercando a la "Fortaleza", se relamió los labios pensando que en pocos minutos más volvería a poseerle.

La sonrisa de satisfacción que estiraba sus labios, mudó apenas escuchó la voz de su chofer a través del intercomunicador.

-Señor... la verja esta abierta...

-¡¡Qué....!!! -Echó el cuerpo hacia delante, al tiempo que pulsaba el botón para bajar el cristal que le separaba del conductor y su guardaespaldas- ¡Quién?!! -sabía que tenía muchos enemigos, más nadie de ellos se hubiera atrevido a atacar la "Fortaleza"

Apenas el coche se detuvo delante de la puerta principal descendió y se apresuró a ingresar en su interior para cerciorarse que el daño era mínimo.

Su guardaespaldas no intentó detenerle, sabía que iba a ser inútil y malsano atravesarse en su camino hacia el interior. Las puertas abiertas y el silencio eran un claro indicio que allí no había nadie, quien hubiera asaltado el lugar tuvo tiempo suficiente para marcharse.

Recorrió las distintas estancias comprobando que todos habían desaparecido, no quedaba ni el personal encargado de la vigilancia, ni sus cautivos, con toda seguridad alguien se fue de la lengua y fueron rescatados, al principio pensó que al menos su "mascota" estaba a salvo, porque consideraba que su aquel lugar era inexpugnable. Allí estaba a buen recaudo, más cuando le informaron que tampoco estaba él, se enfureció, su rostro se deformaba por la ira que le consumía, le habían arrebatado todo lo que más deseaba, sus cautivos podían ser reemplazados, más no así su "mascota", al punto que comenzó a destrozar todo lo que encontraba a su paso.

El furor se enseñoreo en el que fuera su impenetrable refugio, quedando demostrado que el lugar no eran seguro como él creyó. Le habían demostrado que estaba equivocado y eso le enfurecía más y más llegando a destrozar todo aquello que encontraba a su paso.

Perdido el control de si mismo, en segundos, los más bellos objetos que decoraban su entorno, fueron destruidos, bellos jarrones de pasadas dinastías chinas, quedaron reducidos a minúsculos pedazos al ser estampados contra el piso o las paredes según su tamaño.

Ni su guardaespaldas ni el chofer osaron acercársele para no sufrir su ira.

Su furia destructiva redujo a meros escombros lo que instantes antes eran bellas obras de arte, fue dejando a su espalda la destrucción de todo lo que llegó al alcance de sus manos, y así hasta llegar a su sala de lectura, donde también su ánimo destructor alcanzó a sus libros, arrancando hojas y rasgando tomos como si así creyera que podía recuperarlo.

Agotada su furia demoledora, se detuvo jadeante, los brazos caídos a lo largo del cuerpo, sus manos empuñadas, escuchando el sonido anhelante de su propia respiración, venillas enrojecidas cruzaban sus ojos, los cerró intentando calmarse, pero ese sentimiento de vacío que estaba sintiendo no conseguía quitárselo con nada. Le enfurecía solo pensar que había perdido a su mascota, que le había sido arrebatada violentando la entrada a su casa, pero lo que más le molestaba es que no podía denunciarlo, porque corría el riesgo de ser investigado y eso era algo que no podía permitirse.

Frustrado dio una patada hacia la montonera de libros destrozados que le rodeaban.

-Señor...

-¡¡¡¿Qué!!!?

El hombre no se amilanó ante su estallido... podía decirse que lo esperaba.

-Hemos encontrado a uno de los muchachos.

-¿Dónde está?

-Abajo...

Se apresuró a salir de la sala destruida, bajo la suela de sus zapatos, los restos de cerámica destrozadas iban crujiendo y desmenuzándose más.

Al llegar a la entrada le vió, aunque no solía fijarse en los rostros de los que estaban a su servicio a ese le recordó, porque había sido su favorito durante un par de días, gozando plenamente de su cuerpo.

-¿Qué ha pasado en mi ausencia? -le pregunta cuando le ve encogerse sobre si mismo, lleva sobre los hombros una manta que le llega hasta la altura de los tobillos, bajo ella aún lleva puesto su collar de servidumbre.

-No..., no..., no lo sé... -temblaba atemorizado, había pensando que si conseguía quedarse volvería a ser el favorito- Eran... militares.

-¿Qué? -exclamó perplejo, podía admitir que una banda rival quisiera apoderarse de su parte del negocio, pero que podían querer los militares que él tuviera en su casa. Se quedó pensativo durante unos minutos, él no poseía nada de valor para ellos, entonces ¿por qué asaltaron su casa?

-Buscaban a alguien... -dijo el chico como si le hubiera leído el pensamiento.

Le miró interrogante.

-No lo sé..., nos reunieron a todos y luego comenzaron a preguntarnos donde estaban los que faltaban- Nos tuvieron retenidos durante poco más de una hora, luego nos llevaron hacia unas camionetas, había una ambulancia y llevaban en una camilla a un hombre pelirrojo, les vi meterlo dentro y cuando se distrajeron un instante aproveche para escabullirme, pensé que... -su mirada le acobardó y calló.

Que hubiera una ambulancia era un indicio seguro que estaban buscándole, ese detalle en si no era relevante, estaba enterado que sus amigos no habían cesado en su deseo de encontrarle. Lo extraño era que la policía no hubiera puesto más empeño en dar con él, ¿por qué de pronto se presentaban la Guardia de Seguridad? Sakuragi era un modelo de prestigio mundial, reconocido en todo el mundo, pero eso no era suficiente para que los militares asaltaran su casa. ¿Qué motivó ese allanamiento? ¿Qué secreto guardaba Sakuragi para movilizar a la Guardia de Seguridad? Tenía que tomar medidas para salvaguardar no solo su seguridad personal, sino también los sustanciosos negocios que llevaba a cabo, tras la tapadera de negocios legales. No deseaba volver a encontrarse con sorpresas desagradables e inesperadas.

Continúa en el próximo capítulo...

Paz

Notas finales:

Aunque cortito... ya se conoce la reacción de Maki... no le ha sentado nada bien que le arrebataran a su "mascota".


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