Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Consecuencias de una traición premeditada por Paz

[Reviews - 50]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Supongo que deje una nota comentando que a partir de ahora actualizaría solamente los viernes, normalmente lo hago en horas de trabajo, cuando tengo un ratito libre y últimamente no me es posible hacerlo dos días a la semana, así que he decidido que los viernes es un buen día, porque puedo quedarme un rato más después de la hora de salida....

Consecuencias de una traición premeditada

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo 19: Un oportuno encuentro

Naoto, Gen y Jun deambulan por Kanagawa después que fueran liberados por el ejército.

Al principio, fueron conducidos junto a otros integrantes de la "Fortaleza" a un centro asistencial donde tras diversas revisiones médicas les dejaron marchar, no sin antes darles ropa y alimentos y también una cantidad de dinero para que pudieran volver a sus respectivos hogares, no les interesaba saber que caminos tomaron los demás, ellos prefirieron seguir juntos, además tenían una misión que cumplir, habían hecho una promesa y pensaban cumplirla.

Les costaba hacerse a su nueva forma de vida, se sentían perdidos, en ocasiones Jun se mostraba más quisquilloso, sobre todo se quejaba porque la tela le picaba.

-Han sido siete meses sin nada. Volveremos a acostumbrarnos a ir vestidos -les dijo Naoto, también a él el tacto de la tela sobre su cuerpo le resultaba una molestia, sintiéndose extraño al verse vestido.

-Lo que intentamos es imposible. -dijo Gen un mes tarde, habían sobrevivido en la calle, durmiendo bajo los puentes y haciendo pequeños trabajos para conseguir algunos yenes para poder comer.

-También nos parecía difícil salir de la "Fortaleza" -dijo Naoto.

-No podemos seguir preguntando a todas las chicas que se llaman Kaede si conocen a un pelirrojo -comentó Jun sin rebatir esa afirmación- Así nunca daremos con ella.

Ninguno de los tres se fijó en el brusco movimiento que sus palabras provocaron en el hombre que permanecía aparentemente entretenido con la lectura que sostenía en sus manos.

Kaede dio un respingo cuando esos muchachos pasaron a su lado y alcanzó a oír la palabra "pelirrojo" acompañada de su nombre.

-Ey, muchachos... -llamó su atención, aún pensando que era demasiado increíble que se estuvieran refiriéndose a Hanamichi, a pesar que también mencionaron su nombre, él no perdía nada preguntando. Solo su actitud sería irrespetuosa.

Los tres se volvieron a una. Naoto fue el que habló.

-¿Es a nosotros? -preguntó un tanto sorprendido, mientras se fijaba en el hombre joven que sentado en un banco del parque tenía a su lado un cochecito de bebé, en su mano sostenía una carpeta, uno de sus dedos marcaba por donde iba leyendo.

-Sí, disculparme, no he podido evitar escucharos, -les dijo- yo conozco a un pelirrojo -se apresuró a comentarles cuando vió que retrocedían, tal vez malinterpretando sus palabras. Al momento, se detuvieron mirándose entre ellos.

Kaede, pues era él, posó la carpeta a su lado en el banco.

-¿Vosotros conocéis a un pelirrojo? -mientras metía mano en su bolsillo interior les preguntó.

-Tal vez... -dijo prudentemente Naoto.

Sacó su cartera y abriéndola les mostró una fotografía donde un rostro sonriente les dejo sorprendidos.

-¡Es él...! -exclamó Jun eufórico.

-Nunca supimos su nombre... -dijo Naoto acercándose para mirar más de cerca la imagen.

-Me llamo Rukawa Kaede y él Sakuragi Hanamichi.

-¡¡Tú no eres una chica!! -exclamó Gen.

-No, no lo soy.... -sonrió al afirmarlo- Ha sido una agradable casualidad que hoy estuviera en este parque y que vosotros pasarais delante de mí. Quiero hablar con vosotros, pero este no es un buen lugar. Mi casa está cruzando la calle, podemos ir, pero si queréis nos quedamos. -hizo intención de correrse para dejarles sitio en el banco.

-Iremos contigo... -decidió Naoto devolviéndole la cartera, había querido verla más de cerca para comprobar que aquel rostro sonriente pertenecía al hombre joven que habían cuidado y protegido su secreto a riesgo de sus vidas.

Kaede la guardó en su bolsillo. Recogió su carpeta que metió dentro de un bolso incorporado al cochecito de sus bebés. Luego acomodó sus ropas pues se habían destapado.

Jun llevado por su curiosidad se inclinó por el otro lado del cochecillo para mirar en su interior, sus ojos se abrieron como si hubiera visto un fenómeno.

-Son mellizos? -preguntó sorprendido.

-No, no lo son. Aunque nacieron el mismo día y con una diferencia de minutos.

-Naoto, fíjate, son dos bebés...

-¿Que tienen de especial? -Preguntó acercándose- Todos los bebés son iguales. -aseveró convencido de lo que decía.

-Ellos no... -aseguró el más joven del grupo.

Naoto se acercó, inclinándose para mirar en su interior y al instante se enderezo.

-Uno de ellos es pelirrojo... ¿acaso... el padre es... Sakuragi? -aunque habían pasado a su lado muchos días y le conocían no se atrevió a mencionar su nombre.

-Si...

Cruzaron el parque siguiendo los pasos del hombre joven, Jun caminaba a la altura del cochecito, corriendo el riesgo de tropezar porque no apartaba la mirada de los niños.

-Son muy pequeños...

-Tienen ocho meses... -los habían cumplido solo hacia unos días- ¿Hanamichi os habló de mi? -inquirió a su vez.

-No..., él siempre estaba inconsciente... una vez pronunció tu nombre... -dijo Naoto- creímos que se trataba de su novia.

-Comprendo. -cruzaron la calle apenas se abrió el semáforo.

Algunos minutos después pasaban la cancela del jardín y atravesaron un camino de losas que comunicaba con la vivienda.

Era una casa de una sola planta. Junto al guenkan había dos sillitas con un asa manual. Kaede acomodó a los bebes en ellas y llevándolas en cada mano se volvió hacia los muchachos.

-Pasad. Podéis esperarme en la sala mientras alimento a estos glotones y les pongo a dormir. Si queréis hay un equipo de música a vuestra disposición o la televisión. No tenía por costumbre invitar a nadie a su casa, excepto Yohei y la Gundam de Hanamichi, pero esos muchachos, habían estado junto a su koi y solo a través de ellos podía saber lo que ignoraban. Porque le preocupaba la prolongada ausencia de Hanamichi, si no estaba equivocado y estaba embarazado, ya tenía a su hijo, ¿Por qué entonces no había regresado? ¿Qué le retenía?

Dejo las sillitas sobre la mesa de la cocina, mientras se ocupaba de preparar sus biberones.

-¿Queréis té o un refresco? -preguntó asomando la cabeza en dirección a sus invitados, se sorprendió al verles de pie con aspecto medroso.

-No se moleste... -dijo Naoto.

-Ninguna molestia... estoy calentando agua. -Les miró curioso- Entonces, ¿un té para los tres?

-Gracias...

-¿Gracias si o gracias no? -insistió volviendo al interior de la cocina para no avergonzarles más.

-Si...

-Sentaros... estaréis más cómodos.

-No queremos mancharle...

-Eso es lo de menos...

Tras alimentar y poner a dormir a sus hijos, se ocupó de terminar de preparar la bebida para los muchachos, dispuso en diferentes platillos algunos alimentos, pues tenía la impresión que su aspecto era el de no comer lo necesario.

Les llevó una bandeja a cada uno, dejándosela a su alcance.

-No se que os puede gustar, así que he puesto un poco de todo -se justificó al ver como sus ojos se iban hacia la comida.

Se notaba que estaban hambrientos.

Los tres juntaron sus manos e inclinaron sus cabezas, murmurando al mismo tiempo.

-Gracias por la comida.

Enseguida comenzaron a comer con cuidada moderación para no dar la impresión de estar desesperados por una buena comida.

Mientras comían sacó su móvil y marcó un número.

-Mito... soy Rukawa -comentó apenas descolgaron al otro lado de la línea- Tengo noticias de Hanamichi.... -escuchó su exclamación de sorpresa- ¿Podrías venir a casa? -Escuchó unos segundos y comentó- Tengo delante de mí a unas personas que han estado con él, quiero que estés delante cuando nos digan lo que saben... ¡¡Ah, Mito!! No corras en exceso. -le pidió preocupado por su seguridad, cuando cortó la comunicación vió la mirada del chico mayor puesta en él, la bajo avergonzado de que viera su interés- Mito es el mejor amigo de Hanamichi -les comentó- Es como un hermano para él y ha estado preocupado por su desaparición. -Mientras ellos seguían comiendo, él continuó hablando sin esperar respuesta de ellos- Le he llamado porque así sabremos por vosotros lo que sepáis de Hanamichi. -observó que se miraban indecisos entre ellos, no, decidió, más bien en sus miradas había un temor soterrado. ¿Cuánto daño les habían hecho para que se sintieran así? Y esa pregunta trajo otra más inquietante, ¿Qué habían hecho con Hanamichi durante esos meses en manos de sus captores? Se les veía asustados y no sabía como tranquilizarles, excepto llamar a Mito otra vez y decirle que no viniera. No quiso hacer nada sin antes comentárselo a ellos- Si lo preferís le digo que no venga... -comentó suavemente esperando su reacción.

Naoto levantó sorprendido la mirada, luego se volvió como buscando la aprobación de sus compañeros.

Un timbrazo les evitó contestar.

-Lo siento... esta ahí... -dijo Kaede levantándose.

Continúa en el próximo capítulo...

 

Notas finales:

Iba a anticiparos lo que pasa cuando llegue Mito... pero esta sin escribir y puede que luego me salga algo diferente, así que tendreís que esperar un poco más... Paz


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).