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¡¡Yo Amo a Aldebaran!! por MARYCAPRI

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Notas del fanfic:

Espero sea de su agrado, pues me aventure a escribirlo por que veo que Aldebaran no tiene muchas historias u_u, solo los otros chicos, y esta un poco relegado.

Notas del capitulo:

Perdon, tuve que acomodarlo, no se veia completo

-aahhh….si

Es una de las constantes expresiones que se escuchan a menudo cerca de su templo, todas las noches de viernes, fin de semana era casi cotidiano escucharlos, bueno, no solo en un templo si no en ambos, tanto en Aries como en Géminis, esa sensación se apoderaba de él, esa sensación de impotencia y tristeza,  ¿Por qué? Porque solo él faltaba en la lista, porque solo él no se desvelaba, no sufría ni nada, aunque no lo pareciera era un momento frustrante que tenía que calmar con una taza de café caliente,  acompañado solo con una vela, ni se molestaba en encender la luz del imponente templo, ¿para qué? Si solo estaba él….

Aldebarán era un chico formidable, un caballero que aunque no lo pareciera era amable y bondadoso, físicamente era más alto que sus compañeros y mas fornido, incluso había entre ellos uno que le recalcaba siempre que parecía más frondoso y “gordo” a su parecer y es que a Death Mask le encantaba pelear con quien fuera y sabia que eso a Aldebarán le molestaba en demasía, no era gordo, tenía el cuerpo bien definido y estilizado, solo que su musculatura y altura lo hacían ver diferente.

Le causaba melancolía y a veces hasta tristeza porque no tenía un ser especial junto con él, como su mejor amigo Mu que tenia a Shaka y que muchas veces era testigo de su amor, o de Saga que con mucho trabajo se dio cuenta que se había enamorado de forma inesperada de Aioria, pues cada que se sentía despreciado por su hermano Aioros y después que se fue con Shura, se refugió en él y terminaron enamorados. En el caso de Cáncer estaba con Afrodita ellos eran los más fogosos y siempre tenían que estarlo demostrando, otro de los problemas era que aun el maestro Dohko tenía su  corazoncito, nada menos que el patriarca Shion, Milo estaba con Camus desde hace tiempo y así se seguía, era el único, se sentía despreciado, incluso había personas que creían que lo de él eran las mujeres, pero no, siempre se equivocaban y se equivocarían por siempre.

Porque si le habían gustado incluso sus compañeros como Mu y Afrodita, incluso Shaka, pero  el mismo se hacía pruebas y desilusiones sin siquiera decir nada, ese era el problema de Aldebarán le costaba mucho trabajo decir lo que pensaba en cuestiones de amor, no era un tema que le gustaba abordar y menos cuando se encontraba con sus compañeros en esas cotidianas platicas en grupo.

 

Uno de esos días por la mañana Mu se acerco al templo, como era costumbre  pasaba a saludar a su amigo.

-Buenos días Alde.

Exclamo sin ver a nadie, camino un poco y le encontró en su pequeña biblioteca, se veía sereno y solo atino a saludar.

-Buenos días Alde.- pronuncio una vez más.

-Ah?..Oh buenos días Mu, perdona no te escuche, pasa y siéntate.

-Gracias amigo, solo pase por aquí porque quería invitarte a salir  con los todos los chicos, saldremos al pueblo, incluso Shion ira, bueno no lo creo, siempre está ocupado, tu sabes con Dohko,

A esto Aldeabaran se quedo pensativo y dejo el libro sobre su mesa, se levanto y miro por la ventana.

-No lo se Mu, mira no me gusta ir porque es cuestión de siempre que todos se queden en parejas ya muy avanzada la noche, se que es algo lógico y lo entiendo pero,  no me gusta hacer estorbo.

-Aldebarán, no digas eso- respondió Mu con enojo- sabes que te estimamos pero, es necesario salir de vez en cuando, por favor, es un favor que te pido yo, sabes que soy  tu amigo.

-Eso no lo dudo Mu, pero tienes a Shaka, te tienes que poner romántico en un momento y no quiero estar ahí, no quiero estar viendo algo que yo no tengo y que dudo conseguiré, así que no me invites por favor.

Simplemente Mu no lo podía creer, Aldebarán era su amigo y tenia una mala reacción ante algo tan tonto, a su parecer claro.

Llego la salida y como de costumbre pasar por Tauro era obligación para todos, algunos con su pareja otros la encontrarían después, para esto solo Alde se refugiaba en la parte alta de su templo, observando, analizando, comparando, ¿Qué podría pasar?, solo tenia en mente ponerse muy ebrio, quería olvidar su soledad, su apariencia que según él, no le agradaba a nadie.

 

Llegaron al bar, estaba casi lleno, como de costumbre sus compañeros ocupaban una de las esquinas, una mesa muchos tragos, botanas y demás, había música algunos bailaban, otros simplemente conversaban, y otros se preocupaban por comerse a besos. Aldebarán comenzaba a aburrirse, era exactamente como lo había previsto y el alcohol no estaba surtiendo efecto, estaba decidido a irse, antes busco a Mu y le encontró en brazos de Shaka, Mu se levanto por un momento pero su amante le detuvo, simplemente Aldebarán le envió una mirada recriminadora y un “te lo dije”, se levanto y camino hacia la salida, multitud se amontonaba bailando, la música estaba alta y antes de llegar a su puerta.

Trassh!!!

Choco con una persona, un mesero para ser exactos, no se veía muy bien porque estaba algo obscuro, pero sabía que era un chico.

-Perdóname...No me fije- decía tauro apenado

-No, no está bien, fui yo, no me fije

-entonces déjame ayudarte- levanto la bandeja y lo encamino hacia la barra, parecía  un buen hombre pensaba el chico. Solo se limito a sonreír y aceptar la ayuda del hombre imponente que le ayudaba.

-Bueno creo aquí estarás bien,  de nuevo te pido una disculpa yo ya me iba.

No dijo mas, salió del bar, pero en realidad no tenía a donde ir, no quería llegar al santuario aun, así que solo se limito a caminar y llego hasta uno de los parques, se sentó en una de las banquitas del parque aunque era de noche no perdía ese encanto, encendió un cigarro y se limito a disfrutarlo, se sentía bien, relajado y a gusto, sabía que les estaba prohibido fumar pero no le intereso,  no cumplió con su promesa de embriagarse y solo le quedaba hacer la misma rutina de siempre, así se quedo un rato y de pronto escucho unos pasos apresurados caminando por el solitario y callado pueblo, bajo la mirada y observo una silueta, se acercaba cada vez mas y se dio cuenta que era un chico y no cualquier chico, si no , el más lindo y apuesto que hubiera visto, digo, de ese tipo abundaban en el santuario pero él era diferente, algo se lo decía.

-Hola.- Dijo el chico

Aldebarán se sintió en pánico, ¿Quién es el chico? Y lo más importante ¿le estaba hablando a él? Caramba eso no era lo más importante el  chico era lo más guapo y sexi que hubiera visto en mucho tiempo y eso que según el salía con frecuencia del santuario.

Su corazón se aceleraba cada vez que se acercaba, tenía un cuerpo atlético, una mirada serena, el cabello plateado, corto y unos ojos turquesa increíbles.

-¿Me puedo sentar?

Asintió con la cabeza, estaba nervioso, preocupado por que el chico fuera un sueño o una mala broma de sus amigos.

-Solo quería agradecerte por lo de hace un rato.

-Hace un rato?. Que hice por ti?, pregunto extrañado.

-En el bar, soy el mesero del lugar, vivo por aquí y pase y te vi.

-Veo que no se te pasa ninguna, y no te da algo de temor pasar por aquí muy tarde,  se que eres un hombre pero aun así.

El muchacho sonrió y rio un poco,

-Bueno tienes razón,  pero por si acaso he entrenado un poco, se me defender, a lo que yo estoy seguro, es que usted señor Aldebarán no le tiene miedo a nada.

Aldebarán se sorprendió demasiado, no le había dicho su nombre y  el ya lo había dicho.

-¡COMO ES QUE TU!...Sabes mi nombre.

-Bueno siendo un caballero dorado, quien no lo sabría.

-Perdona creí que no era necesario, pero bueno ya sabes quién soy yo, dime tu ¿quien eres cuál es tu nombre?

Se levanto y le extendió la mano.

-Yo soy Zeth, mucho gusto.

-Mucho gusto respondió Tauro. Creo es la primera presentación formal que tengo,

A continuación extendió y tomo su mano, era cálida, suave y para hacer este saludo mas profundo le regalo una sonrisa, una sonrisa por demás encantadora e inocente.

Después de quedarse un rato sonriéndole al chico, se sobresalto, e invito al chico a sentarse junto a él.

-y dime Zeth, vives por aquí.

-Sí, de hecho me dirijo a casa – después de quedarse pensativo un rato acepto.

Caminaron por el pueblo, eran lugares que a pesar que vivía ahí no tenía idea de lo grande y bonito que podía parecer el pueblo de noche y bueno sus compañeros no apreciaban aquello, solo se preocupaban por ir al bar y ya muy de vez en cuando asistían a las compras de su despensa o si no solo se aventuraban  a verlo desde su templo.

Mientras caminaba junto al chico se llego a preguntar si no tramaba algo extraño o raro, se veía sereno y tranquilo y bueno nadie los vio, así que sin más dejo esos pensamientos de lado para dedicarse a caminar por la obscura callecita del pueblo. Al final de una pequeña calle llegaron a una casa pequeña, le invito a entrar y no se veía nada mal, era pequeña pero limpia y acogedora.

-siéntate por favor, sé que no se compara con el santuario pero es cómodo.

Aldebarán le dedico una sonrisa para responderle.

-eso no tiene importancia, lo que sea esta bien.

-Te ofrezco algo, mira me dedico al cultivo de plantas medicinales, me gusta analizarlas, verlas crecer y hacer un bien al pueblo, no soy médico pero algo así.

-Está bien- dijo gustoso sin duda ese día no era como los otros, aburrido y sin nada bueno que hacer.

Lo preparo y entrego una tasita caliente, era un  te verde entre dulce y amargo, Tauro hizo un gesto que desato una risa a Zeth.

-Vamos vamos se que es un poco raro de sabor pero no es para tanto.

Aldebarán se sintió avergonzado.

-Yo...Discúlpame no quería..no quería hacer esto.

Zeth  se acerco a él, no te preocupes no es la primera vez que lo hacen. Tomo una taza para él y se sentó junto a su invitado, en esa platica conversaron acerca de todo, el santuario y su relación con el pueblo, la comida y lo que era para los caballeros y para el pueblo, la diferencia que hay entre el trato a los caballeros y a los pobladores, y de tantas y tantas cosas.

Así paso toda la noche y ni cuenta se dieron que casi amanecía, Aldebarán se sobresalto cuando vio el aura entrar por la ventana.

-Dioses me tengo que ir, tengo que hacer mi entrenamiento y me meteré en problemas.

-Me parece bien,

Antes de levantarse se acerco a la puerta la abrió y dirigió su mirada a tauro.

-Sabes me gusto estar contigo esta noche, la plática estaba muy amena, ojala pueda repetirse, sobre el bar pues no creo seguir asintiendo, no me gusta mucho salir por la noche y como te dije solo es por necesidad y no creo tenerla mas, pero si me gustaría –cayó por un momento- volver a verte..-se sonrojo un poco- no se pero siento que fue bueno la plática, tienes buenos temas y hay que aprovecharlos.

Por su parte Aldebarán no entendía muy bien que pasaba, así que se despidió de  Zeth y salió rumbo al santuario, en el camino reflexionaba y pensaba acerca de lo anterior, se sorprendió  a si mismo pensando en su nuevo amigo, como era, que atributos tenia, se asusto un poco al pensar en eso y se recrimino así mismo.

-Vamos Aldebarán no seas tonto, te ilusionas muy rápido ante algo tan efímero, tal vez no lo vuelvas a ver.

Llego hasta el coliseo y estaba vacío, de regreso a su templo estaba Death Mask ahí, no le gustaban las visitas y menos a alguien como él.

-Vaya vaya, ¿Qué tal estuvo tu noche?, ¿estuvo movidita?..¿Con quién te acostaste?, estaba lindo o mejor dicho linda.

Aldebarán paso sin hacerle el minino caso a cáncer, antes de llegar al centro de su templo le recrimino.

-creo no te importa lo que haga o deje de hacer, que te interesa con quien este y además quien te crees para venir a esperarme, metete en tus asuntos y déjame en paz.

-Oye oye no es para tanto, solo quería saber que clase de tipa buscaste, con eso que quedaste un poco traumado con MI Afrodita no sea que estas confundió y despechado.

De improvisto tomo a Death por su armadura y lo levanto con una sola mano.

-te dije que no te metieras, no me interesas ni tu  lo que digas, no metas a Afrodita en esto, lárgate y no quiero volver a verte por aquí.

Death hizo una mueca cínica y triunfante.

-Solo espera que me entere que haces o con quien estas y te juro que te hare una fiestecita por eso, no seré el único interesado…no seré bueno contigo, será un suceso genial el saber que Tauro si tiene un corazón, incluso sexualidad, eso te lo juro

Lo soltó arrojándolo por el suelo, sin embargo Death hizo un movimiento hábil y quedo de pie, salió tranquilamente. Por la tarde llego Mu, preocupado por su amigo entro al templo.

-Aldebarán, estas por aquí?

Salió de entre la sombra de su templo.

-Si Mu, ¿Qué sucede?

-No es nada, solo que como no te vi en el entrenamiento, pues..

-Vamos Mu, también vienes a reclamarme o decir tonterías, por que Death Mask ya se encargo.

-Claro que no, solo quería saber tu estado de ánimo.

Suspiro e invito a Mu a pasar.

-conocí a alguien ayer,

-De verdad? Y quien es?, un caballero de plata?, un soldado? o una amazona?

-No amigo, ninguno de los que acabas de mencionar y de una buena vez te digo que,,,-se puso nervioso- que lo mío no son las mujeres.

Mu se sorprendió un poco, era de los que creían que Tauro si tenía interés por las mujeres y ahora veía que no.

-No Mu, es un hombre y la otra parte es que no es del santuario ni un caballero, es un simple muchacho del pueblo, es amable, practicador, trabajador y entusiasta.

-Oye oye oírte hablar así me hace pensar que tal vez te guste.-dijo Mu a su amigo

-No lo sé Mu, solo he hablado una vez con él, pero no te mentiré, tengo ganas de volver a verlo. Así que te pido que me cubras esta noche.

-Pero Alde, si te descubren te meterás en problemas.

-No Mu, todo estará bien, no sé porque pero quiero verlo de nuevo.

De nuevo llego la noche, como lo dijo tauro escapo, llego a la casa de un nuevo amigo Zeth y toco la puerta, abrió y estaba ahí, tan,,,tan apuesto? No lo sabía y a juicio de Aldebarán tenía un poco de todo, es decir la amabilidad de Mu, la valentía de Shura, la caballerosidad y galante de Saga y la espiritualidad de Shaka, como lo seductor de Afrodita, era eso y a su parecer más.

Tenía miedo, miedo de enamorarse de alguien, de un rechazo, de sufrir, de amar a mil y de perder.

Lo que le llamo la atención es que Zeth se veía triste, estaba incluso lloroso, esto sobresalto a Aldebarán y le invito a pasar.

-Zeth a pasado algo, ¿estas  bien?

El joven asintió con la cabeza e invito a sentar a su amigo.

-Qué bueno que viniste, he estado pensando mucho, y creo que eres apuesto y gallardo así como guapo, no lo se pero creo que puedes llegar a gustarme.

Aldebarán no lo podía creer, era algo tan raro que le dijeran eso y menos un chico como él.

-Yo, no lo se Zeth, creo lo mismo que tu, pero no se si podamos salir bien, apenas y nos conocemos y no me gustaría arruinarlo.

Zeth le dio la razón, pensaba lo mismo, no quería salir lastimado y entre ambos acordaron en conocerse mas antes de cualquier cosa.

 

 

Así pasaron dos meses entre salidas, roces de piel accidentales, invitaciones, caminatas, bailes. La verdad todo eso hizo que el miedo de ambos se convirtiera en seguridad, ambos sabían que en esos meses se había convertido en amor, lo sabían y ambos temían uno por el otro.

Una de esas ocasiones caminaron tanto que no se dieron cuenta que llegaron hasta la entrada del santuario, Zeth estaba particularmente nervioso.

-¿Por que llegamos hasta aquí?, yo, no lo se, se que es un lugar sagrado y que nadie común puede entrar.

-Zeth, dijo Aldebarán, y tomo su mano entre la suya.

-tu no eres común, eres mi muy querido amigo,

Ese comentario hirió un poco a Zeth, pero trato de no hacerlo visible.

-Todo estará bien.- dijo Aldebarán, la primera casa es de un confidente mío, no pasara nada y el patriarca esta muy lejos para vernos y saber que estas aquí, además mi templo es el segundo no temas por favor.

Tomo de la mano Zeth a Aldebarán entraron, estaba muy obscuro, el primer pensar que tuvo tauro fue que tal vez estaba con Shaka, estaba muy silencioso y obscuro, esa era lo más lógico.

Subieron las escaleras y llegaron al imponente templo, Zeth estaba maravillado, nunca pensó en estar en un lugar como ese y menos con uno de los caballeros dorados, no los conocía ni le importaba hacerlo, solo le importaba uno y ya estaba con él.

Entraron y se quedo maravillado con todo, Aldebarán solo podía verle y sonreír, le condujo hasta su pequeña sala privada, le invito un poco de café pero prefirió te, empezaban a conversar, en una de esas Zeth se levanto de su asiento, camino hasta la ventana y se maravillo con la iluminación de la luna hacia el santuario, los templos de arriba, lo majestuosos que se veían y demás elementos que le gustaban.

Aldebarán  se acerco a él, y le hablo por la espalda cerca de su oído.

-Zeth, me gustas, el tiempo que nos dimos de prueba me lo confirmo, es la primera vez que hago una confesión así y a alguien también.

Zeth sonrió y por la misma inercia se acerco a Aldebarán fue cerrando sus ojos hasta sentir los tibios labios de tauro sobre los suyos, por su parte Aldebarán tenía el corazón acelerado, ese beso era el primero después de muchos años y era tan, suyo,,,tan cálido, tan hermoso.

De improvisto rodeo con sus brazos el cuello de Aldebarán y este rodeo su cintura con sus brazos, poco a poco fue haciéndose un beso más profundo y pasional, necesitado de amor y pasión.

Poco  a poco caminaron con problemas hasta caer en el sofá, cayo Zeth arriba de Aldebarán, cuando les hizo falta el aire se separaron un poco y sin moverse de su posición y aun agitados se sonrieron.

-Perdóname.

-¿por que debería hacerlo? Lo hice porque lo deseaba.

Se recostó sobre su pecho y así se quedaron un rato, de pronto Aldebarán hablo.

-No se que pienses, pero solo quiero decirte que me encantas, me gustas demasiado y te quisiera preguntar si quieres estar conmigo siempre, si puedes llegar a amarme, si puedes llegar a quererme, quiero que seas mi pareja.

- Aldebarán. Yo….bueno, no sé qué decir,

Se quedo pensativo un rato y atino  a decir.

-solo di que si y ya.

Ambos sonrieron volvieron a unir sus labios y poco a poco volvieron  a encender esa llama en sus almas necesitadas de amor y cariño.

De improvisto Aldebarán levanto a Zeth del sofá, hizo que se enredara en su cadera y lo subió hacia la planta alta del templo, caminaron hasta la alcoba privada del segundo templo y entraron, era una habitación amplia, elegante y cómoda, bajo a su nuevo amor de su cuerpo y permitió anduviera observando lo que ahora el pensaba le pertenecería también, no le importaba lo que pensaran sus otros compañeros dorados, ni el mismo patriarca, nada importaba solo él, solo Zeth.

De sorpresa lo tomo de nuevo, le beso y le recostó en su amplia cama,- Estás seguro de esto?- pregunto sin contemplaciones.-por su puesto más que nada lo estoy, te quiero- sin más tomo sus labios , su cuello al que mordió, beso y lamio.

-ahh,

Un pequeño gemido le hizo estremecer, se sentía raro en esa situación, tenia bastante tiempo, así que continuo con su tarea, siguió besándole, amándole poco a poco fue retirando la ropa cubriendo de besos la parte que se quedaba desnuda, sus hombros los cuales mordía, su pecho, su  espalda, su vientre, al que regalaba caricias y besos sin reparo.

También por su parte Aldebarán hacia lo mismo, dejaba que Zeth le desnudara, le mimara, le besara, era una situación candente la que estaba viviendo. Después continuo con los pantalones de Zeth, bajo con demanda pero despacio repitiendo la misma acción de antes, pudo observar su sexo un poco despierto, también lo estaba el, tuvo una idea y la aplico con maestría, se cubrió con una sabana, entro en la cama y comenzó a besar las piernas de Zeth, sus muslos.

-Mmm…Alde…yo

No parecía escucharle, cada vez que gemía se encendía un poco, recordaba cuando le conoció, la primera vez que le hablo, y convivieron.

Continuo con su tarea, primero lamio el sexo de Zeth que estaba a su merced, recostado en la cama cubierto hasta la cintura con una sabana, prontamente lo tomo con sus labios rodeándole con su boca, chupando, mordiendo, succionando.

-Aaahh….mmmh….ahh…alde..yo….dioses…

No se controlaba, le amaba , le fascinaba, solo podía apretar la sabana con sus manos, gemir mover la cadera de forma insinuante, tomar en ocasiones los cabellos de Aldebarán, que le hacía cosas maravillosas y se sentía en plenitud, cuando sintió que no duraría mucho tiempo.

-Dete….detente…..cielo….yo…..aaaah…

No pudo más y le hizo terminar, aun agitado y respirando de forma rápida, le vio salir, le tomo por los labios y le demando un beso, una caricia, un roce.

Continuo, colocándose encima suyo, siendo recibido por los brazos de Zeth y cobijado por ellos, susurrándole.

-te necesito….te deseo…..mmh….

Poco a poco bajo de nuevo por su cuerpo, prodigándole besos y caricias en su camino, pidiéndole en un susurro que se volteare que le diera la espalda y así lo hizo, siendo consciente de lo que venía, se preparo.

-te amo.-se escucho en un susurro

-yo también.

Sintió un poco de dolor, entraba despacio y lo sabía, tenia que se ser así para no lastimarle, poco a poco llego a su destino, se detuvo un poco, Zeth gemía y jadeaba un poco, y así comenzó a moverse, despacio, poco a poco.

-Si…amor…si…mmmh….un poco mas ,,,mas…

Pedía su amante, enloquecía cada que pasaba el tiempo, se sentía cada vez más ardiente en esa partecita de su cuerpo.

-Zeth….cielos…..te amo…te amo..

-Y..yo igual…aahhh..

Si seguía así terminaría mas pronto, lo sabía porque su amor rasguñaba las sabanas, la cama se movía de sobremanera, el sudor les hizo su presa, Aldebarán sabia que no podía seguir así, le pido una ultima cosa.

-Puedes voltearte de nuevo, por favor.

Aldebarán salió de su interior, Zeth se volteo de nuevo y como era mas sencillo, le volvió a penetrar fue mas sencillo, y rápido, si miraron a los ojos, estaban agitados, sudorosos y sentido mas que a nada en ese momento, le rodeo con sus brazos de nuevo y sus piernas se enredaron en la cadera de Aldebarán.

Comenzaron a moverse de nuevo, veían como estaban sonrojados, para hacer mas intenso el momento Aldebarán acomodo el  sexo de su amante de manera que con la fricción se estimulara a la misma vez.

-Alde….vamos…mmm….ohh

Comenzó la guerra de caricias, Zeth a  la espalda de Aldebarán y este a todo su cuerpo. Así pasó un poco y sintiendo el clímax apresuro sus movimientos y su fuerza, por su puesto enloqueció a Zeth aun mas.

-ooohhhhh……ahhhhh……amor….mas….mas….asi…..asi…..ahhhhhh.

-Zethhhhh……aaaahhh.

El calor llego, subió, subió, subió y.

-aaaaahhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!

Un grito por parte de ambos se dejo escuchar por todo el templo, sintiéndose estallar Aldebarán en el interior de Zeth y este entre ambos.

Sudorosos se miraron a los ojos, sonrieron y compartieron un beso, largo y pausado.

Salió de su interior y acomodo en la cama, estaban agotados, pero aun así había tiempo de hablar.

-Zeth…¿Qué va a pasar ahora?...no quiero perderte..no quiero dejarte ir.

- Aldebarán yo..Tampoco, pero….

Un aviso de tristeza se dejo sentir.

-pero?

-yo no soy un caballero dorado, ni  a caballero llegare, solo soy un simple humano, un humano que tiene algo más que los demás, pero no se si podre verte, amarte, sentirte.

Aldebarán le abrazo, le cobijo con sus brazos y le dijo.

-Hare lo posible, lo que tenga que hacer lo hare, te quiero conmigo, quiero que estés junto a mi, y para muestra de ello, hablare con el patriarca mañana, duerme amor, no te preocupes, estarás bien.

Así durmieron, Zeth despertó y no encontró a Aldebarán, era temprano y pensó en su entrenamiento, se preocupo por su estancia en el templo y en el santuario. Bajo a la cocina, saco un poco de alimento y lo consumió , recorrió el templo, estando recorriendo el templo, llego a la parte de abajo, ciertamente no había nada, era una amplia explanada, era el paso de un templo a otro, sintió unos pasos, se alarmo y oculto en uno de los pilares, llego y era un hombre, mejor dicho un caballero con su armadura puesta, se alarmo si lo descubría le iría mal, era alto con el cabello corto, negro y un semblante serio y obscuro, traía además una capa blanca, recordó que a Aldebarán nunca lo había visto con su armadura, llegando al centro del templo se detuvo el caballero, observo por un rato el templo y se quedo quieto.

Camino un poco y Zeth pensado que se retiraría, hablo en seco.

-Se que estas ahí, no puedo sentir tu cosmos, porque a lo mejor no tienes uno o al menos no desarrollado, se que estas ahí, sal de una vez, si no, te ira mal, mas de lo que te va a ir ahora.

Con un semblante serio y sin miedo o al menos no tanto, salió con pasos seguros al encuentro del caballero, se puso frente a el con la cabeza en alto.

-Aquí me tienes, me llamo Zeth

Shura le vio de arriba abajo, le dio vueltas le miro una vez más, se detuvo frente a él.

-Con que te llamas Zeth, tienes un nombre valiente, pero te durara poco porque voy a matarte en este momento, están prohibidos los extraños aquí,  tú eres uno y te cortare que ni sentirás que ya estás muerto.

-se equivoca- dijo Zeth- soy invitado de Aldebarán.

- Aldebarán???....ajajajajajajajajajajajaja

-no seas estúpido niño, ese no invita a nadie ni a nada, no es sociable y como es que invita a alguien como tu,

Se acerca hasta casi acorralarlo con un pilar.

-debo decir que….-pasa uno  de sus dedos por su mejilla rasguñándole y sangrándole un poco.- tiene buen gusto.

-Por favor, sabe que no puedo luchar contra usted.

-Haber chico, no me hables de usted, está bien que te supero pero no me llames así, de todas formas morirás, soy Shura, Shura de Capricornio.

Shura sonrió malévolamente y preparo su espada, le cortaría de un solo trazo, levanto la mano, Zeth cerro los ojos,  sudaba y de pronto….

-SHURA!!!!, DETENTE.

Se detuvo en seco volteo a ver a su inoportuno amigo, y era nada menos que Aioros, su Aioros.

-¿Qué diablos haces? Detente.

Zeth volteo a ver al hombre que lo había detenido, era un hombre vestido también con una armadura dorada, era otro caballero, trago saliva difícilmente, se reunirían ahí?, estaba comenzando a temer de verdad, el hombre recién llegado le vio y por una extraña razón, le sonrió, no sabia por que pero, de pronto se dio cuenta que traía una de las prendas de Aldebarán.

Esa era una de las razones por las cuales Aioros detuvo a Shura, sabia que era un muy “querido” amigo de Aldebarán, por lo que no había razón de peligro.

Se llevo a Shura lejos en el templo, pidiéndole le permitiera hablar con él.

-Vamos amor, deja al chico, no crea sea peligroso, no veo ninguna maldad en el, además no es nuestro asunto.

A regañadientes Shura acepta no sin antes besar delante del chico a su arquero, besarle de esa manera hizo que Zeth se cohibiera un poco.

-Esta bien chico. –se acerco hasta él, te dejare por esta vez, no te metas en mi camino y ten cuidado no siempre tendrás a alguien que te defienda.

Al salir la pareja, se sintió amenazado, subió de nuevo a la alcoba y trato de curarse la herida en su mejilla, sin contar con que Aldebarán llego en ese momento abrazándole por la espalda.

-Perdona tuve que quedarme mas tiempo por no ir al entrenamiento el otro día, perdona por hacerte es….esperar. –vio horrorizado la herida de Zeth.

-Dioses quien te hizo eso?....dímelo!!! Tengo que ajustar cuentas en este instante.

-No, espera, es una de las consecuencias por estar yo aquí, creo será mejor que me vaya de nuevo a Rodorio. Y sobre esta herida no te preocupes, llego un chico castaño y creo era pareja de quien me hizo esto, se llamaba Aioros.

-Aioros?....SHURA!!!

-No por favor, no hagas nada Aldebarán, si de verdad me quieres no hagas nada.

Dicho esto le abrazo, sintiéndose protegido, amado por alguien.

Ese mismo día por la tarde Aldebarán pidió hablar con Shion, lo malo del asunto fue que para sus males estaban ahí todos sus compañeros, respiro y entro, todos le observaban, sabia que gracias a Shura todos ya o sabrían y casi fue así, pues Shura se lo dijo a Death y Death a Afrodita y de ahí todos, todos se enteraron del nuevo inquilino del santuario.

Camino por el pasillo, llego frente al trono de Shion, estaba junto a él de pie, Dohko le sonreía de manera comprensiva y bondadosa.

-Señor. –exclamo a la vez que hacia la reverencia y se hincaba en el suelo, -vengo humildemente a pedirle un favor, y  es que me conceda el poder tener aquí en mi templo al amor de mi vida, para desgracia de muchos pero no mía, no es uno de los caballeros dorados, ni de plata ni de bronce, creo es mejor que todos ellos juntos, tiene un alma pura, me quiere, me ama, pero…

Un nudo se forma en la garganta de Aldebarán.

-Pero no es un caballero, es un simple ser humano, un hermoso ser humano y quiero rogarle, que me permita tenerlo conmigo, yo…yo me hare responsable por él, nunca me había enamorado y esta vez…..es maravilloso usted me comprende, o sabe muy bien su excelencia, tenga compasión por mi.

Todos lo miraban anonadados, no era el Aldebarán que conocían, este era blando y fuerte a la vez.

- Aldebarán – dijo Shion- yo…no…

En ese momento se abre la puerta de un empujón, era Zeth, camina hasta los pies de Shion, un poco mas cerca

-señor, yo soy la causa del llanto de Aldebarán, le ruego le haga caso, si no destiérreme de una vez por amarlo así.

Un silencio y murmullos se hacen en el salón, todos exclaman su asombro, otros no, Death Mask y Shura se miran como cómplices, cuando de pronto.

-YO AMO A ALDEBARAN!!!!!

Shion sonrió y hablo con Dohko.

-Zeth te llamas cierto?, dijo Shion- en este momento la diosa no se encuentra,  a  mi parecer amas demasiado a Aldebarán no veo por que no puedas estar con él, eres una situación especial, no creo que diga que no, eres especial para él, a dicho que eres mejor que todos nosotros juntos. Así que no veo porque no.

Se levantaron ambos y se unieron en un abrazo, seguido de un beso.

Sorprendidos quienes no lo sabían salían del salón principal, Mu se acerco a ellos.

-Me da gusto que haya salido como lo desean, les deseo suerte, cuídense y todo saldrá bien.

Sale con Shaka, detrás de ellos salen Shura y Aioros, mirando de reojo a  la pareja, seguidos por Death Mask y Dita, Death fue mas descarado y solo reviso al chico de pies a cabeza siendo detenido por un codazo de Afrodita.

 

Esa era su primera noche juntos, no volverían a estar lejos uno del otro, al día siguiente llegarían la cosas de Zeth al santuario, solo se dedicarían a amarse esa noche, empezando con un baile tranquilo, sereno, a la luz de la luna, danzaban se besaban y sonreían pensando en que no volverían a estar solos, viendo como los otros se amaban y ellos no, eso no pasaría jamás ya.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por su tiempo para leer mi historia n_n


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