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Matrimonio Arreglado por LuniYuki

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Notas del fanfic:

Hola!!! vengo con un nuevo fic ^^ esta vez de gravitation, recuerden que no por eso dejaré mis otros fics ^^

Espero que les guste. La parejas principales son: TatsuhaxRyuichi, YukixSuichi aí que no se dejen engañar por lo que aparenta ^^

!!Sin más disfrutenló!!

Notas del capitulo:

Disclaimer: Los personajes de Gravitation no me pertenecen y esto lo hago sin fines de lucro.

Advertencia: Tiene contenido yaoi, MPREG (embarazo masculino) y es completamente AU (universo alterno) así que les recomiendo que si no les gusta este tipo de cosas no lean. Tambien tendrá un poco de OOC (creo) y lo del lemon aun lo estoy viendo ^^

!A leer!

“Un Matrimonio Arreglado”

 

 

 

*

 

Capitulo 1: Comprometido por Obligación 

 

 

 

-

 

 

 

El matrimonio concertado o arreglado es aquél que está pactado sin concurso de la libertad de los contrayentes.

 

Estas uniones sirven para preservar o limitar el acceso a un cierto orden económico y social a través de pactos entre familias y no mediante el compromiso de los cónyuges con el otro.

 

 

 

-

 

 

 

 

 

Estaba acostado en mi cama, mirando el techo. No podía poner en orden ninguno de mis pensamientos, todos se encontraban revueltos a causa de la noticia que me habían dado hacía sólo una hora. No podía ser, imposible, ¿por qué tenía que pasarme esto? El sólo intentar buscar una respuesta traía a mi cabeza la escena con la cual comenzó esto…

 

 

 

 

 

Un joven de cabellos castaños y ojos del más puro celeste se encontraba en el jardín de su “modesta y humilde casa”, jugando con su querido y único amigo: un pequeño y rosado peluche de nombre Kumagoro. Aunque no lograba recordar quién era la persona que se lo había entregado, le tenía mucho cariño.

 

 

 

—Ne, Kuma-chan, ¿no son hermosas las mariposas que vuelan arriba de las flores? Me gustaría ser una, se nota que ellas son libres para hacer lo que quieran, en cambio yo no puedo salir de este lugar para nada… —dijo al conejito, perdido en sus sueños y anhelos, hasta que una de las múltiples sirvientas que allí vivían se le acercó, apresurada.

 

 

 

—Joven Sakuma, sus padres lo esperan en el comedor para hacerle un anuncio importante —anunció luego de hacerle una reverencia, dedicándole una sonrisa. Todos los que trabajaban ahí le tenían un gran cariño al chico, no sólo por ser bondadoso y amigable, sino también por la gran inocencia y ternura que siempre irradiaba, indudablemente era la luz de ese lugar.

 

 

 

—Comprendo, Akane, enseguida voy. Me cambiaré a algo más presentable y me dirigiré allí. Dame diez minutos —declaró, parándose y caminando hacia su habitación en el tercer piso para hacer lo dicho. Escogió unos pantalones sueltos de color negro y una camisa azul que combinaba con el color de sus ojos. Terminando de cambiarse, fue hacia el gran comedor donde se hacían las reuniones de la más alta alcurnia. La familia Seguchi era una de las más poderosas e importantes de todo Japón. Tohma Seguchi era el dueño de una gran discográfica de música llamada NG Records, que patrocinaba a las celebridades más importantes del estrellato: cantantes, actores… todos empezaban ahí. Su esposa Noriko era una de las cantantes más famosas y prometedoras del lugar, se habían conocido ahí y, al trabajar tanto tiempo juntos, se enamoraron, casándose a los dos años. Un año y medio después nació su mayor orgullo: Ryuichi Sakuma. Le habían puesto un apellido falso debido al acoso que sufrían ambos debido a su fama y por los tipos que, queriendo tener dinero, podrían secuestrar al niño para pagar fianza. Gracias a eso el joven pudo tener una infancia feliz, o lo más feliz que se pudiera viviendo solo sin poder salir a ningún lado. Pero, a pesar de todo, Ryuichi “adoraba” a sus padres. Al llegar al salón se los encontró, sentados en la punta de la enorme mesa. Él se acercó y tomó asiento en una de las sillas a su lado.

 

 

 

—Hijo, me alegra verte, ¿cómo has estado? —preguntó Tohma, con su sonrisa. Era un hombre de cabellos rubios y ojos ámbares. Con sólo treinta y dos años ya era muy importante a nivel mundial.

 

 

 

—Todo lo bien que se pueda estar encerrado las veinticuatro horas en estas cuatro paredes —contestó el joven. La realidad era que, si tuviera que elegir a la persona que más le desagradaba, ése sería su padre. Todo se debía a cosas que habían sucedido hace tiempo que provocaron que Ryuichi se enterara de la clase de hombre que era su “padre”.

 

 

 

—Ya lo hemos discutido… es muy peligroso que salgas de esta casa, podrían capturarte o hacerte mucho daño —manifestó el mayor sin perder la sonrisa, acostumbrado a la forma en la que lo trataba.

 

 

 

—Claro, te conviene que me quede aquí, así no arruino tus planes ¿no? —soltó mordazmente, como siempre lo hacía.

 

 

 

—Dejen de pelear, no estamos aquí para eso. Hijo, te llamamos para hacerte un anuncio de muchísima importancia —cortó la discusión Noriko. Ella era una mujer de treinta años, cabellos lilas y ojos verdes. Cuando no estaba ocupada, se encargaba de instruir a su hijo o, lo que era lo mismo, regañarlo cada vez que hacía algo mal —lo que según ella, era la mayoría de la veces—.

 

 

 

—Y ¿cuál es su anuncio de “gran importancia”? —interrogó, sin cambiar su tono de voz tajante, pero ya calmándose.

 

 

 

—Hace poco cumpliste los dieciséis años, por lo cual tu madre y yo pensamos que ya estás en edad de contraer matrimonio, así que te comprometimos con el hijo mayor de la familia Uesugi —declaró, cambiando su cara a una más malvada.

 

 

 

—¡¿Qué?! —gritó a los cuatro vientos, no pudiendo creer lo que acababa de escuchar—. ¡¿Cómo se atreven?! ¡Ustedes no pueden hacer algo así!

 

 

 

—Tenemos todo el derecho porque somos tus padres y tú eres menor de edad, así que tendrás que aceptarlo. Mañana vendrá toda su familia para que ustedes se conozcan y más vale que te comportes como debe ser o sabes lo que te pasará —advirtió sin mover un músculo. Total, sabía que así reaccionaría.

 

 

 

El menor sólo se quedó estático. Sabía que debía tomarlo en serio, pues lo peor que le podía pasar era que el mayor volviera a hacer lo de la otra vez. Decidió mejor resignarse a su suerte. Hasta ahora nunca había tomado una decisión por su cuenta, así que no era nada nuevo.

 

 

 

—Hijo, esto es lo mejor para ti… como no eres bueno para cantar o para actuar te hará bien estar con tu prometido, es un escritor fabuloso. Estoy segura que se enamorarán profundamente cuando se conozcan —declaró Noriko, feliz, ignorando la amenaza de su esposo.

 

 

 

—Oh, estoy segurísimo de eso —dijo sarcásticamente, dándose media vuelta—. Bien, si ya terminaron, me iré a dormir.

 

 

 

—Recuerda levantarte temprano para alistarte, una de las sirvientas te dejará la ropa que deberás usar y, por favor, deja ese estúpido conejo, no queremos que nuestros invitados crean que eres un loco —expresó con repulsión Tohma.

 

 

 

—¡No te atrevas a llamar estúpido a Kuma-chan! —exclamó esta vez verdaderamente enojado Ryuichi—. ¡¿O quieres que cierta persona se entere de la verdad?!

 

 

 

—¡No me vuelvas a gritar! —levantó la voz por primera vez el rubio, dándole una cachetada—. Y tampoco vuelvas a amenazarme si sabes lo que te conviene, ¿oíste?

 

 

 

—Hai…— murmuró asustado el castaño, saliendo corriendo de ahí rápidamente.

 

 

 

—Tranquilo, Tohma, sabes que es igual a ella —le tranquilizó su esposa, con una mirada dura.

 

 

 

—Cierto, pero igual es desesperante —comento él, viendo por donde había desaparecido el menor—. Por suerte falta poco para que se vaya, si se llega a enterar de la verdad estaremos en problemas.

 

 

 

—Eso jamás sucederá, es demasiado ingenuo, además lo criamos para que no sepa nada sobre el mundo exterior —recalcó Noriko.

 

 

 

—Lo sé. Igual, no hay que confiarnos. —Terminó la conversación Tohma, dirigiéndose a su alcoba, seguido de su mujer.

 

 

 

 

 

 

 

Y es por eso que me encuentro así. Un matrimonio arreglado, romántico, ¿no? Digno de un cuento de hadas. Lo único que falta es que venga alguien y logre lo que ni Tohma ha podido hasta ahora. Me parece que mi destino es sufrir, por lo menos ellos están convencidos de que no sé cantar, porque si supieran la verdad seguro que me tratarían como un objeto de exhibición y eso no lo permitiré. Mejor duermo de una vez, mañana me espera un día horrible.

 

 

 

A la mañana siguiente amaneció soleado y, como se había dicho el día anterior, una sirvienta entró en la habitación del joven para dejar la ropa y despertarlo.

 

 

 

—Joven Sakuma, despierte, tiene que prepararse —le zarandeaba la chica. Poco a poco Ryuichi fue abriendo los ojos, topándose con la mirada de su querida amiga.

 

 

 

—¡¡¡Maiko-chan!!! —gritó, abrazándola y tirándola al suelo.

 

 

 

—Jajaja ya, Ryu-chan, levántate que tienes que hacer muchas cosas —manifestó ella sonriente, adoraba a ese niño, siempre alegraba a todos con su presencia.

 

 

 

—Ne, ¡a la orden, hermanita querida! —dijo, parándose como sargento y yendo hacia el baño para ducharse.

 

 

 

—No cambia nunca, se sigue comportando como si lo que sucede alrededor no fuera de importancia —comentó al aire, entristeciendo su expresión—. Ryuichi, ojala encuentres esa felicidad que tanto anhelas…

 

 

 

Una vez limpio fue en busca de su vestimenta, y conociendo a su “querida” madre, seguro eran de esos kimonos horribles que a ella tanto le gustaba que usara. Y no se equivocó: frente a él se encontraba un precioso kimono azul con bordes en plata, se veía muy delicado. No teniendo opción, se lo puso. Al estar completamente listo, se fijó en la hora: era tiempo de bajar a la sala para conocer a su prometido.

 

 

 

A medida que pisaba los escalones de las escaleras se iba dando cuenta de lo que pasaría en unos momentos. Indudablemente empezó a ponerse nervioso, ocasionando que sin querer pisara mal, haciéndolo resbalar para estamparse en el suelo pero, antes de que eso sucediera, alguien lo sujetó de la cintura. Recuperándose de la sorpresa, alzó su vista para toparse con un apuesto hombre de cabellos negros y ojos verdes. Sin poder evitarlo, se sonrojó, agachando la cabeza.

 

 

 

—¿Estás bien? —pregunto el sujeto con voz gruesa pero juvenil al mismo tiempo.

 

 

 

—Sí, gomen, iba distraído —alcanzó a decir, sorprendiéndose por no haber tartamudeado.

 

 

 

—Qué alivio, sería terrible que una belleza como usted se dañara —expresó, regalándole una sonrisa seductora.

 

 

 

—Jeje —se rió, sonrojándose más aún. En ese momento se dio cuenta de la posición en la que estaban—. Disculpe… ¿puede soltarme ya?

 

 

 

—En realidad puedo, pero no quiero —comentó, acercándolo más a su cuerpo.

 

 

 

—Eh… por favor, si alguien nos ve estaré en problemas —explicó, aunque no se sentía incómodo en esos brazos.

 

 

 

—De acuerdo, pero sólo porque no quiero que le regañen por mi culpa —aclaró el pelinegro, soltándolo justo cuando una mujer se acercaba a ellos.

 

 

 

—¡Tatsuha! Por fin te encuentro. Nuestro padre nos espera —manifestó ella, notando quién acompañaba a su hermano—. Joven Sakuma, perdón si mi tonto hermano lo molestó, es que es un donjuán…

 

 

 

—¡Oye, eso no es cierto! —se ofendió el aludido, aunque internamente sabía que algo de razón tenia.

 

 

 

—No hay problema, señorita, su hermano me acaba de salvar, así que le estoy agradecido —dijo Ryuichi, un tanto extrañado.

 

 

 

—Me alegro. Bueno, vamos, los están esperando a ambos —y así los tres se dirigieron al lugar donde las cosas iban a complicarse, porque el corazón no puede elegir de quién enamorarse y ellos se darían cuenta que ese matrimonio sería un grave error. Pero eso tendrán que descubrirlo ellos mismos.

 

 

 

CONTINUARÁ…

 

 

Notas finales:

Bueno, ojalá les haya gustado.

Quiero agradecer a mi beta por a ver beteado este cap !te quiero mucho Amy!

Decidí poner la fecha de las actualizaciones de mis fics para que no haya problemas, así que diré que el proximo capítulo lo subiré el 23 de Marzo, cada 10 días íré actualizando debido a que tengo muchos fics ^^

!Nos vemos y dejen reviews!

Sayonara!


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