Lo observaba sentado en el extremo contrario del sofá tratando con ese acto de atravesarlo de lado a lado como si de una bala se tratase, cada movimiento que hacía, cada flexión de su brazo, cada expresión que demostraba, cada cosa que realizaba estaba dirigida a su persona porque aquel ser estaba conciente que lo estaba deseando. Quería probarlo, tocarlo, saborearlo. Y él lo disfrutaba, oh sí, Park YooChun era un maldito empedernido que disfrutaba viéndolo sufrir. ¿Con que derecho se sentía de tratar así a su líder? Él era el que mandaba allí ¿En qué momento los roles habían cambiado hasta el punto en que él, Jung Yunho, era el dominado?
-Deja de hacer eso- le dijo cansinamente apretando sus dientes fuertemente. Debía calmarse o sino YooChun sufriría las consecuencias a causa de la poca cordura que poseía en ese momento, ésta se había ido agotando hacía días cuando todo había comenzado.
-¿Hacer qué, Yunnie?- preguntó inocente el menor relamiéndose los labios sin mirarle, puesto que lo que sus manos contenían era aún más interesante y apetitoso.
-Deja de comer chocolate frente mío- sentenció firme. Y si las miradas mataran, YooChun ya estaría compartiendo territorio con los fósiles más antiguos que la tierra conservaba.
-¿Porqué? Si yo no estoy bajo una dieta a causa de una ‘descompostura por atracón de dulces’.- finalizó mordiendo el bombón que hacía unos segundos lamía con ímpetu, sosteniéndole la penetrante mirada al líder del grupo.
-Pero sabes que soy adicto al chocolate, y que estés comiendo una caja de bombones en mi cara como si fuese un trofeo que exhibes orgulloso sabiendo que no puedo hacerlo es de personas insensibles YooChun.
-Yo no soy insensible- se defendió haciendo un tierno puchero, los días que habían pasado junto con Super Junior hacía poco habían sido suficientes como para que al azabache se le pegara la pequeña manía de SungMin, no cabía duda- Me senté primero que tú a comer en el sillón, que después te hayas quedado para observarme, ya es masoquismo por parte tuya Yunnie.- volvió a tomar otro bombón pero esta vez lo colocó entero en su boca, ocasionando que el relleno se desbordará por una de sus comisuras al morderlo.
-No sabes comer un puto bombón de forma decente- sentenció YunHo luego de observar tal escena acercándose lentamente hacia el otro chico quedando casi montado sobre él, en una posición bastante comprometedora para quien los sorprendiera en ese momento.
Para su suerte JaeJoong había salido a hacer compras para preparar la nueva receta que le había aconsejado HanGeng, a la noche los visitarían los chicos de SHINee y quería preparar algo especial, mientras que ChangMin había arreglado para encontrarse con KyuHyun en el centro comercial, ambos menores querían comprar el nuevo videojuego de ‘Fast and Furious’ que había salido al mercado y el dulce Xiah JunSu, sin perder oportunidad, aprovecho para encontrarse con EunHyuk, el rapero le había dicho que tenía unos nuevos movimientos para enseñarle y sin dudarlo salió disparado a su encuentro.
Con esa ventaja el líder podría montarse encima de YooChun y torturarlo sin preocuparse porque apareciera JaeJoong para reprenderlo por su actitud infantil y aniñada diciéndole, una vez más, que debía imponerse como el líder que era y no comportarse peor que un pequeño niño de escasos cinco años.
-Yu-YunHo- pronunció YooChun al tenerlo tan pegado a su cuerpo, apenas y podía pronunciar palabra alguna con el bombón dentro de su boca.- No te daré nada- dijo finalmente después de tragar semejante manjar dulce, limpiando la comisura con su dedo pulgar lamiéndolo lentamente, sin despegar su vista del mayor.
-No es necesario que me lo des- le contestó sobre sus labios, casi rozándolos- yo lo tomaré- y a una velocidad inigualable el líder tomó la caja de bombones que reposaba sobre la mesa ratona del living echándose a correr hacia la habitación que compartía con Minnie. Entró en ella y cerró la puerta con llave.
-¡YUNHO!- escuchó el grito de YooChun del otro lado de la puerta, una amplia sonrisa de triunfo apareció en su rostro al instante.
-¿Qué?- preguntó con un tono de ‘yo no fui’ completamente adorable.
-Abre la maldita puerta y devuélveme los bombones, quiero los 23 que hay ahí dentro, ni uno más ni uno menos.- la voz del menor se tornaba cada vez más y más enfadada a medida que los segundos pasaban. Nadie en su sano juicio o en estado de abstinencia de glucosa intentaría robarle a Park YooChun sus adorados bombones, nadie.
-Hum, Chunnie... a menos que tenga una fábrica aquí dentro, nunca podría darte bombones de más- dijo en tono inocente haciendo que YooChun perdiera por completo su autocontrol.
-Sabes que no puedes comer eso.- pegó su frente a la puerta, intentando controlar las ganas que tenía de tirarla abajo de una patada certera.
-Fue un impulso, no pude evitarlo.- sonrió ladinamente al notar en que estado estaba poniendo al ratón del grupo- los números impares no me gustan Chunnie, solo será uno. No me hará daño.
-¡NO TE ATREVAS JUNG YUNHO! ¡SON MIS BOMBONES! ¡MIS 23 BOMBONES!- El susodicho rió con ganas ante lo que escuchaba.
-¿Ves YooChun? Tú eres tan adicto al chocolate como yo. Deberías entenderme un poquito.- se alejó de la puerta para sentarse al pie de su cama, colocando delicadamente la caja entre sus piernas, como si de un recién nacido se tratase- Tú y yo tendremos una corta y estrecha relación, cariño- le dijo al objeto, tomando un bombón de chocolate blanco de su interior- Y comenzará a desaparecer ahora.- llevó el suculento dulce a su boca, mordiéndolo por la mitad, derramando su relleno por toda la extensión de sus labios: menta. Mastico la mitad lentamente, saboreando, tanteando su textura, sin apuro, disfrutando de la acción en toda su abundancia. Hacía una semana y media que estaba con esa estúpida dieta, realmente necesita esa suculenta porquería recorrer su garganta, llenándolo de calorías innecesarias.
El sonido de unas llaves abriendo la puerta de su habitación lo hicieron detenerse por completo, dirigiendo su mirada por inercia a dicho lugar.
-Maldita la hora en la que JaeJoong se quedo encerrado y mando a hacer copia de todas las llaves de la casa- maldijo por lo bajo mientras observaba a un YooChun entrar a su pequeño espacio privado cerrando nuevamente la puerta y balanceando de un lado a otro las llaves en su mano, mostrando una sonrisa de satisfacción al ver la cara desencajada del líder. El cual al instante llevó lo que le faltaba del bombón a su boca.
-Así que... ¿Un impulso?- preguntó acercándose de una manera sensual al dueño de la habitación, tomando en sus manos la caja de bombones colocándola en el piso, quitándola del camino, sentándose sobre las piernas del mayor el cual seguía inmóvil.- ¿Sabes Yunnie? Yo te mostraré lo que es un verdadero impulso- sin más se le acercó comenzando a lamer el relleno que había quedado en sus labios, el cual no había alcanzado a limpiarse, pasando lentamente por el labio superior para luego capturar el inferior dando pequeñas succiones.
Un pequeño gemido escapo de aquellos labios por parte de su compañero ante aquella acción, ocasionando una sonrisa divertida en él al instante, abrazándolo posesivamente por la cintura mientras pedía permiso con su lengua para profanar, una vez más, aquella cavidad que le hacía perder cualquier rastro de cordura, obteniéndolo casi al instante. Un beso profundo pero dulce, tranquilo, cargado de pasión necesitada. Hacía tanto que no podían tener un momento a solas, intimo, que la necesidad era casi tangible. El beso comenzó a tornarse más lujurioso, voraz, excitante. YooChun inició sensuales movimientos con sus caderas, rozando aquella zona tan sensible de su pareja. Gemidos más seguidos eran amortiguados por su boca, descendiendo con decisión una mano para apretar fuertemente la entrepierna del mayor. Produciendo que el líder separase sus labios por reflejo, tirando su cabeza hacia atrás mientras liberaba un sonoro gemido cargado de puro éxtasis. YooChun aprovecho aquello para lamer aquella Nuez de Adán tan adictiva, mordiéndola levemente haciendo estremecer el cuerpo que se encontraba bajo el suyo.
Creyendo que ya era suficiente, se separó de su amante, alejando cualquier contacto entre sus cuerpos.
-Lo lamento- le dijo tomando la caja de bombones nuevamente- ‘fue un impulso’- volvió a decirle mostrándole una de aquellas sonrisas que hacían delirar a YunHo.
-¡¿No me vas a dejar así, verdad?!- Exclamó un desconcertado castaño mientras señalaba su entrepierna, casi con carteles luminosos.- ¡Oh vamos Chunnie! No tenemos muchas oportunidades para estar solos. No es momento para desperdiciarlas.
-Para la próxima vez aprenderás a controlar tus impulsos- dijo mientras tomaba un bombón de la caja- Es tu castigo por desobedecer la orden medica que te fue dada- mordió el chocolate mientras se giraba sobre sí quitando la llave de su bolsillo para abrir la puerta, antes de salir por completo se giro para mirar a su Yunnie por ultima vez- Además, existen los moteles YunHo-shi, deberías saberlo- sin más, salió por completo del lugar dejando a un líder casi al borde del colapso.