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Un verdadero Slytherin por Arilisis

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Notas del capitulo:

Aqui el primer capitulo de esta historia.

 

 

—Arik, ¿Estas seguro de que esta todo en el baúl?. Pregunto Harry al elfo por enésima vez.

—Si, ya se lo he repasado todo varias veces, ¿Esta seguro de que no desea llevar la varita de su padre? —Murmuro el elfo.

—Ya te lo he dicho prefiero esta —dijo tajante. Funciona bastante mejor, supongo que debe de ser porque esta me eligió a mi, aunque no sea tan importante como la de mi padre al menos para mi. —Explico Harry en un tono ahora más calmado y menos hiriente.

—Como desee amo—Indico el elfo con una exagerada reverencia.

 

Shiliz nos vamos pequeña. Siseo Harry con un silbido apenas audible a su pitón albina que se escuchaba arrastrar desde el segundo piso.

Hogwarts, haya vamos— Siseo la mascota con un inconfundible tono emocionado. Harry ante esto tan solo se limito a esbozar una sonrisa de lado.

Esperemos que no te maten nada mas verte, o al menos lo intenten, ya sabes que yo te protejo pequeña— Comento Harry mientras le guiñaba su ojo izquierdo a la serpiente que en ese momento se estaba subiendo a su hombro.

—Arik, tendrás que aparecernos en los aseos de King Cross, sabes que aun no se aparecerme, además seria ilegal y si fuese en metro llamaría demasiado la atención con Shiliz. —Dijo Harry en un tono que dejaba claro que no era una petición si no una orden.

—No se preocupe amo, agarre mi mano y sujete bien a la Sri. Shiliz—Indico el joven elfo emocionado ante la idea de salir de la casa por primera vez en muchos años.

 

Tras ese pequeño lapso de conversación el elfo tomo el baúl con su mano izquierda y le tendió la mano al joven Potter para que se la tomase.

 

Instantes después una desagradable sensación de asfixia, y como si todo su cuerpo hubiese sido pasado por una aspiradora, se encontró unos aseos públicos con un intenso olor a desinfectante.

 

—Ya puedes volver a casa Arik, si necesito cualquier cosa te convocare, no te preocupes. Dijo Harry ahora si en un tono mas amable y afectuoso.

—Que tenga un buen viaje joven amo—y tras una exagerada inclinación desapareció con un sonoro <>

 

Comiste bien antes de salir de casa— Pregunto a la serpiente en un susurro que estaba seguro de que el animal había oído—. Sabes que no podrás bajar del portaequipajes hasta que lleguemos a hogwarts no quisiera imaginar el alboroto que montarían todos esos niños si te llegasen a ver.

—No se preocupe amo, comimos lo suficiente para aguantar a la cena— siseo la pitón mientras le guiñaba un ojo, mostrándole lo que presencia  hacer.

 

Sin poderlo evitar Harry reprimió una carcajada a duras penas y le sonrió extensamente.

 

Una vez hubieron pasado la barrera, no sin antes lidiar con la mirada entre curiosa y asustada de varios viandantes al ver a Shiliz, Harry subió a la locomotora, la cual lo tenia fascinado, y se acomodo en un compartimiento en uno de los últimos vagones, rezaba para que nadie decidiese sentarse con el, no le gustaba lidiar con gente, le obligaba a exagerar su pose.

 

Una vez subido el baúl y Shiliz al portaequipajes, con un desganado movimiento de varita, se cambio su ropa muggles por la túnica que “oficialmente” exigía el colegio y se situó en el asiento junto a la ventana con su usual pose, altiva y fría.

 

Empiezo a plantearme el dejarte que bajes, no quiero a ninguno de esos alborotadores aquí conmigo—Comento con tono desganado mientras se empezaba a oír el aumento de ruido en la locomotora mediante los estudiantes iban subiendo a esta y buscaban compartimiento o amigos.

 

Pero no hubo respuesta por parte de esta porque en ese preciso instante la puerta del compartimiento se abrió y dejo ver a un pelirrojo, debía ser de primero como el, aunque era bastante alto, pero la redondez en sus facciones evidenciaba tal información.

 

—¿Podría sentarme?, los demás compartimentos están a rebosar —Comento el pelirrojo titubeante, una clara muestra de la perturbación que había causado en el la altiva y fría mirada que Harry le dirigió.

 

Sin molestarse en contestarle, le indico el asiento situado en el compartimiento con una mirada displicente que evidenciaba, su desagrado aunque estuviese cediéndole permiso para ello.

 

El joven pelirrojo algo acongojado por las frías interacciones de el otro ocupante del compartimiento, arrastro su baúl con algo de esfuerzo hacia el interior y cerro la puerta tras el.

 

—¿Podrías echarme una mano? — Pidió el otro chico al verse imposible de subir el baúl el solo al compartimiento.

 

Harry entre irritado y agradecido de que el otro no pudiese, solo por el hecho de que si hubiese podido habría visto a shiliz. En un fugaz movimiento de brazo en el que saco la varita y la blandió con un gesto que podría parecer perezoso si hubiese ido algo mas despacio, coloco el baúl del otro chico en el portaequipaje.

 

Para cuando el otro joven se percato de algo Harry ya tenia la varita de nuevo entre los pliegues de la túnica y las manos en la misma posición inicial.

 

—¿Qué fue eso?¿Has sido tú? Fue fantástico— Comento entre asombrado y fascinado el joven pelirrojo.

 

Durante unos segundos Harry vacilo entre su interés en ser adulado y reconocido y su deseo de tener un viaje agradable, decidiendo que era preferible mantener las cosas tranquilas de momento, ya tendría suficiente en el colegio todo el curso, se encogió levemente de hombros y volvió a dirigir su mirada la ventana.

 

Con aire inseguro el joven se sentó frente a Harry y por su expresión se debatía entre si debía hablar o si debía permanecer callado, como claramente harry le estaba indicando con cada acción. Como las anteriores veces ese chico parecía tonto, ojala no fuera seleccionado a su misma casa.

 

—Ron Weasley, encantado— Dijo en un tono cordial mientras tendía la mano en la dirección de Harry.

 

Este lejos de ensuciarse las manos con alguien tan tono, porque no tenía otra palabra. Pero sin dejar de ser cortes para no crear una mala imagen de si mismo respondió con una media verdad.

 

—James Evans—Fue su escueta respuesta.

 

Durante las dos o tres horas siguientes el viaje transcurrió en total silencio Harry empezaba a pensar que después de todo ese joven no podía ser tan tonto si sabia apreciar el silencio como él mismo.

 

Cuando llego el carro de la vieja bruja que estaba abarrotado de dulces y golosinas minutos antes de que fuese aproximadamente la hora de comer, Harry compro bastante cantidad de todo lo que le gustaba que Arik le comprase o que el mismo compraba cuando se permitía el lujo de ir al callejón Diagon.

 

Sin el menor interés observo que el otro joven observaba con los ojos como platos su oro y una vez guardo este observo con la misma expresión la gran cantidad de dulces que Harry había comprado.

 

El tal Ron saco con mirada de asco un bocadillo casero mal envuelto y lo comió con la mayor dignidad que fue capaz, aunque no pudo evitar algunas muecas de asco mientras engullía algún bocado.

 

Harry lejos de sentir lastima o algo por ese chico decidió que era el momento de empezar a crearse una reputación, él quería que todos supieran que era superior a ellos, pero no por ellos iba a ser un engreído, se dice que un líder a de tener vasallos ¿no?. Así que con un movimiento casi molesto y sin decir ni alterar nada de su expresión le lanzo un pastel de caldero que el otro joven apenas atrapo a duras penas.

 

Horas después cuando debían faltar unas dos o tres horas para la llegada al colegio la puerta volvió a abrirse, esta vez mostrando a un joven bajo, no mucho quizás su altura o algo menos, respaldado por otros dos que si se denotaba más grande que Harry.

 

El joven que iba en primer lugar era rubio platino tanto que si lo iluminasen con un foco parecería totalmente blanco, ya que su piel se veía tan pálida como la porcelana y sus ojos de un gris profundo, los otros dos se les veía cara de bobos y bastante comunes.

 

—Visita rutinaria de reconocimiento—Dijo el chico del pelo rubio platino. — Weasley no es necesario que te identifiques, sois fácilmente reconocibles, pero ¿Tú quien eres? — pregunto refiriéndose a Harry con un deje de altanería.

—¿Por qué tendría que responderte? —Pregunto Harry sin variar su impasible tono de voz.

—Por que yo te lo demando acaso no es evidente. —Contesto el otro con una sonrisa y mirada burlona.

—Eso no es una razón, lo seria si fueses superior a mi Malfoy, y tu no eres superior a mi—Refuto Harry con una sonría igual o mas burlona que la del propio Malfoy, la cual por unos instantes se convirtió en una mueca de asombro, segundo después a una de contrariedad para seguidamente volver a la burlona y altanera.

 

—Aun conociendo mi apellido, te atreves a considerarte superior a mi, no se si eres muy valiente o muy estupido—Comento tratando de sonar amenazante, lo que hizo ensanchar su sonrisa a Harry.

—Mide tus palabras Malfoy, no sabes quien soy y créeme que si lo supieras, sabrías porque lo digo, además que seas Malfoy no significa nada, si tu padre intimida poco tu que eres poco mas que su sombra lo haces menos.—Dijo con la voz mas filosa e hiriente que tenia—. Crabbe, Goyle, como les va a vuestros padres, uy, lo siento que están en Azkavan—Soltó harry de forma maquiavélica a los acompañantes de Malfoy—. Cierto que Lucius tubo mas suerte que ellos, algo normal, el ministerio esta tan corrompido que deja libre a un criminal si este traiciona a sus compañeros de delito, aunque ellos prefieren llamarlo “trato con el acusado”.

 

El efecto fue inmediato, en un primer momento los tres quedaron como si les hubiesen dado la bofetada más grande de su vida y  segundos después su rostro denotaba el enfado y la ira que los embargaba.

 

—Malfoy controla la expresión, ya sabes que demostrar los sentimientos es un signo inequívoco de debilidad—Dijo con un tono burlón, observando nuevamente como la expresión de Malfoy volvía a parecer la de un recién abofeteado—.Ahora si no os importa marchaos, me aburrís.

 

Tras meditar sus palabras por unos segundos Malfoy pareció llegar a la misma conclusión que Harry, debía controlar sus emociones y adquiriendo un aparente tranquilidad se giro y salio de compartimiento.

 

Cuando todo dentro del compartimiento hubo vuelto a la calma, Weasley estallo.

 

—Wow, James eso fue magnifico nunca vi a un Malfoy ser humillado de esa forma— Comento con una clara admiración.

 

Complacido por el comentario Harry se limito  a sonreír con altanería y a volver de nuevo su vista a la ventana a disfrutar del paisaje aunque se permitió decir unas pocas palabras más.

 

—No te asombres Weasley, no lo humille, solo lo deje en su lugar, ni mas ni menos— Tras esas palabras no volvieron a hablar en el tiempo restante.

 

Cuando debían quedar unos diez minutos para que llegasen Harry tuvo que volverse a dirigir al otro joven a pesar de su reticencia.

 

—Weasley, date la vuelta mientras saco unas cosas de mi baúl, no son cosas que debas o puedas ver— Dijo Harry con toda la autoridad que poseía impregnando cada palabra.

 

Temeroso de ganarse los insultos humillación de Harry o algo peor, Weasley se dio la vuelta mientras Harry habría el compartimiento portaequipajes.

 

Pequeña, métete en mi túnica, yo te indicare cuando as de salir—Siseo en un suave susurro.

 

Apenas había terminado de entrar la serpiente entre sus ropas, cuando una voz retumbo en el tren.

 

—Llegaremos a Hogwarts dentro de cinco minutos. Por favor, dejen sus equipajes en el tren, se los llevaran por separado al colegio.

 

Mientras el convoy aminoraba la marcha Harry recogió lo que quedaba de sus golosinas y las metió a sus bolsillos, cuando hubo acabado con un peso extra más que considerable salio, a paso elegante y distinguido del compartimiento y salio del tren.

 

Cuando se encontró en el andén todo era un caos de estudiantes. Desde el otro lado de este le llegaba la luz de un faro que era sostenido por lo que debía ser una bestia, dígase por el tamaño el hombre era dos veces una persona normal en todos los planos.

 

—¡Primer año!¡Los de primer año por aquí! —Vociferaba ese hombre descomunal.

 

Una vez todos los de primero estábamos ahí el hombre nos condujo por un camino lateral al que habían seguido el resto de estudiantes. Una vez estuvo seguro de que nadie la vería le siseo a la serpiente.

 

—Pequeña ya sabes lo que tienes que hacer—Dijo mientras fingía amarrar los cordones de sus zapatos y sentía como la pitón abandonaba sus ropas y se mezclaba con la maleza.

 

—Nos vemos en un rato amo—Le llego el débil murmullo de Shiliz desde la penumbra.

 

Tras eso, siguió al resto del grupo hasta una fila de embarcaciones que les llevaría a través del lago hasta el castillo, que a pesar de sus reticencias, Harry se permitió pensar que era magnifica.

 

 

Notas finales:

Espero les halla gustado.


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