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Teruki está aburrido por Tsuki Mahou

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Notas del fanfic:

después de mucho tiempo sin pasarme~ regresé xD

pero antes que nada, tengo algo que dejar en claro...

ADVERTENCIA: lemon traumante (?)

y ahora, antes de quitarle más tiempo a la lectura, dejo mi humilde fic ante ustedes ^-^

Notas del capitulo:

Pareja impensada xD Leer bajo su propio criterio ;3

Si causa algún trauma, no me culpen, yo avisé (?)

Espero que les guste~ personalmente, yo disfruté bastante del proceso de escritura xDDDDDDD

Ahora, disfruten de la lectura...

 

Teruki está aburrido.

Teruki x Gackt.

 

Estaba sentado solo, dejando que su mirada se perdiese en el gris paisaje que el empañado vidrio dejaba ver.

Era un frío día de invierno, y él estaba solo en el gran cuarto.  Solo, pero, por sobre todo, aburrido.  Sus compañeros se habían ido a algún lugar y él no tenía ganas de ir a buscarlos.

Sus pensamientos no lo dejaron notar cómo la puerta se abría, dejando lugar a un hombre muy cercano a la perfección.

—Oh, veo que este lugar está ocupado —dijo.

Giró su cabeza para chocar su mirada contra la suya.

— ¿Gackt?

—El mismo —sonrió, entrando y cerrando la puerta tras él— ¿nos conocemos de algún lado?  Porque creo haberte visto antes…

Un suspiro se escapó de sus labios.

—Soy Teruki, el baterista de An Café, no sé si conoces ese grupo —comentó, con algo de cansancio.

El hombre pareció meditarlo durante unos segundos.

— ¡Ah, ya, ya!  ¿El grupo ese con el chico de rizos y anteojos más grandes que su cara?

—Ciertamente, Yuuki suele llamar mucho la atención por eso…

Una risa brotó rebelde de su garganta.

—Bien, lamento mucho no haberte reconocido antes, me gustan varios de sus temas, pero no soy bueno para relacionar caras con… voces —lo miró fijo.

Teruki suspiró, resignado.  Todo el mundo siempre terminaba comentando lo mismo.

—Sí, ya sé que no parezco tener esta voz a simple vista —acotó, acomodándose en su asiento.

Gackt se sentó frente a él, sin apartar su mirada de la suya.

—Oh, veo que te lo dicen seguido —continuó hablando, acomodándose el cabello— ¿tienes los ojos violetas o…?

—Lentes de contacto —respondió sin dejarlo terminar— simple costumbre —se encogió de hombros.

Un silencio incómodo se formó en la habitación.  No dijeron nada más.  Teruki regresó su semblante hacia la ventana, volviéndose a perder en el citadino paisaje. 

El tiempo pasaba lento y denso, y aún seguían sin volver a hablar.  Era como si uno de ellos esperase a que el otro dijese algo para romper el silencio.

El baterista suspiró y lo miró directo a los ojos.  Sus labios dejaron escapar las palabras en un leve susurro.

—Estoy aburrido…

El castaño se acercó unos centímetros más a él.

— ¿Quieres hacerlo? —inquirió, dándole una connotación sexual a sus palabras.

Se quedaron mirándose fijamente en silencio otra vez durante unos segundos.

— ¿Estás loco? —preguntó, parándose y comenzando a caminar hacia la puerta.

—No, no lo estoy —respondió, cruzándose de brazos, sin apartar su mirada de él— te lo pregunto porque me miraste tan fijo, que pensé que eso era lo que querías —se explicó con tranquilidad.

—Bueno, no, no es lo que quiero.  Simplemente dije que estaba aburrido.

—Podría ser una manera perfecta para quitarte el aburrimiento, ¿no crees? —sonrió de lado.

Teruki pareció meditarlo unos segundos.  Gackt se levantó de su asiento y caminó hacia él con lentitud, esperando su respuesta.

—No —dijo secamente.

—Ahh, qué aburrido —comentó, acercándose más a él— ¿y si te demuestro cómo puede llegar a divertirte? —continuó, tomando su mentón con su mano.

El baterista lo miró fijamente y luego sonrió.

—Sólo con una condición —dijo al fin, posando su dedo índice sobre los labios de su acompañante.

— ¿Cuál? —su voz dejaba notar un deje de curiosidad e impaciencia.

—Que yo sea el seme.

Y otra vez, silencio.  No volvieron a decir nada, simplemente se miraron a los ojos por un largo rato. 

Gackt tomó su muñeca con fuerza, acorralándolo contra la pared y su cuerpo.  Una sonrisa expectante decoró su rostro.

—Está bien, nunca antes he sido el uke —sentenció al fin, apresando su boca con la suya sin demorarse ni un segundo, mas no dejó que el beso durase— pero que quede claro que no pienso ser sumiso —aclaró, guiñándole un ojo.

Un corto suspiro se escapó de entre sus labios— tampoco esperaba que lo fueses —murmuró, volviéndolo a besar y, con un rápido movimiento, invirtiendo la situación.  Ahora era el castaño quién estaba apresado entre la pared y el cuerpo del baterista.

Continuaron besándose, enredando y desenredando sus lenguas una y otra vez, sin importarles la falta de aire.  Pegaron sus pechos todavía cubiertos por sus ropas, sin despegar sus bocas.  El beso de a poco se fue volviendo más y más fogoso.  Comenzaron a desvestirse quitándose el pesado abrigo que llevaban encima, quedándose sólo en remera.  Teruki lo alzó en brazos, haciendo que sus piernas rodeasen su cintura, y lo sostuvo con fuerza, hasta recostarlo sobre la mesa.  Gackt relamió sus labios sensualmente.

—Al parecer no es la primera vez que haces esto, Teru~ —susurró con la respiración bastante entrecortada.

—No es la primera ni mi última vez —sonrió— y tampoco parece ser la tuya —dijo, acariciando su pecho por debajo de la ropa.

Un gemido brotó de los rojizos labios.

— ¡Tienes las manos frías! —se quejó, sintiendo cómo varios escalofríos recorrían su piel.

—Sí, tú también —acotó, lamiendo dos de sus dedos rápidamente, para regresar su mano a su pecho y dibujar con la yema de sus dedos círculos alrededor de sus tetillas, dejándolas erectas, para luego quitarle la remera.

—Hace mucho frío, ¿quieres que me enferme? —preguntó, quitándole la prenda también.

—Nos enfermaremos los dos, Gackt —dijo con algo de cansancio— ¿podrías callarte?

—Si ya te tuviese dentro de mí, no estaría utilizando mi voz precisamente para hablar…

Teruki lo miró fijo a los ojos.

—Perdóname si no te gusta que vaya lento, pero así me gusta a mí.

— ¿Es que nunca tuviste un uke impaciente?

—A decir verdad, nunca.

—Bueno, me alegro de ser el primero —sonrió, besándolo otra vez.

El pelinegro bajó el cierre del pantalón del hombre, quitándoselos despacio, con una media sonrisa en el rostro.

—Creo haberte dejado entendido que quiero que vayas más rápido, a este ritmo un resfrío va a ser lo menos que después padezca —comentó, posicionado una de sus manos en su nuca, enredándola con su cabello.

Sin prestarle mucha atención a lo que le había dicho, lo despojó de su última prenda, quedándose estático unos segundos.

—Ahora comprendo los rumores…

— ¿Rumores?

—Teniendo “eso”, vas a ser uke…

—Ah, que no te intimide —dijo burlonamente.

Teruki roló los ojos, quitándose también el pantalón.  Se volvieron a besar con fogosidad; debían admitirlo, sus labios coordinaban sin el menor problema, juntos. 

Rodeó con sus piernas su cintura, sentándose y pegando su pecho desnudo contra el de él.  Llevó una de sus manos hacia su vientre, donde comenzó a acariciarlo durante unos segundos, para luego meterla por debajo de la ropa interior y empezar a masturbar la virilidad de su acompañante.

—Hagamos que todo vaya más rápido —sonrió con lujuria.

Un gemido ronco brotó de la garganta del baterista al sentir el helado tacto sobre su punto débil.

—Ah~ n-no.. es justo —pronunció, volviéndolo a recostar y sosteniendo con fuerza sus manos— iremos a mí ritmo.

— ¿Tienes algún problema que prefieres que sea más lento? —inquirió, sin siquiera intentar zafarse del agarre.

—No, simplemente en una cuestión de gustos.  Así se disfruta más.

—Depende —acotó con un deje desafiante en la mirada— además, mientras más tardemos, más riesgos corremos de ser descubiertos, ¿sabes?

Se quedaron en silencio durante unos segundos.

—No hay prácticamente nadie en el edificio a estas horas de la mañana…

—Tienes razón, pero aún así existe la posibilidad —sonrió, divertido un poco con la situación— ¿no sería interesante saber qué pasaría si alguien entra por esa puerta y nos ve?

—Sería catastrófico, no interesante.

—Entonces, ¿qué haces que todavía no te tengo dentro de mí? —alzó una ceja, jugando un poco.

El pelinegro suspiró, algo cansado ya, y se acomodó mejor entre sus piernas.  Gackt sonrió de lado a lado mientras rodeaba su cuello con sus brazos, dándole pequeños besos y mordiéndolo levemente, dejándole sobre la piel rojizas y pequeñas marcas que luego serían violáceas.

—Ahí voy —susurró entre jadeos, volviéndolo a besar con lujuria, penetrando de a poco dentro de él. 

Primero fue con la punta y luego, despacio, fue entrando completamente en él.  Un gemido potente, que mezclaba gran parte del dolor con el placer, inundó el cuarto.  Dio una primera embestida con delicadeza para no lastimarlo.  Otro ronco gemido brotó de su interior.

— ¿Te duele mucho?

—El dolor es lo que después aumenta el placer —respondió entre gemidos, aferrándose con fuerza a él— no sabía que la tuya era tan…

—Prefiero no hablar de eso —lo cortó sin dejarlo terminar de hablar, volviendo a besarlo impacientemente.

De a poco, fue haciendo más fuertes y profundos los movimientos.  El cuarto no tardó en llenarse de gemidos provenientes de ambas gargantas.

Sus cuerpos estaban ardiendo y su nivel de excitación iba en aumento con el pasar de los segundos.  El hecho de que pudiesen ser descubiertos en cualquier momento los hacía desesperarse en cierta manera; ya ninguno se contendría en lo absoluto.

Penetró aún más profundamente, haciendo las embestidas contra su vientre más feroces.  Un gemido de dolor se entremezcló con los de placer.

Quitó los mechones de pelo desordenados de su frente, acariciando su rostro con delicadeza, sin detener sus movimientos.  No podía creer que estaba manteniendo una relación sexual con un hombre tan bello, tan cercano a la… perfección.

— ¿Estás bien? —preguntó, acariciando su cuerpo sin interrumpir las penetraciones.

Su expresión dejaba ver el placer que sentía.  Con la yema de sus dedos rozó sus labios rojizos e hinchados, para luego besarlos otra vez, enredando sus lenguas.  Después de unos segundos, decidió responder.

—M-mejor que… nunca —jadeó, aferrándose con fuerza a su espalda, moviendo sus caderas y pelvis al mismo ritmo que su acompañante.

Lo sostuvo con fuerza entre sus brazos y comenzó a besar su hombro, ascendiendo hasta su cuello y luego hasta el lóbulo de su oreja.  Lo mordió y lamió, jugando con él, mientras gemía en su oído. 

Su piel se erizó.

—Ah~ Teru~ m-más.. fuerte, por fa..vor —rogó entre roncos suspiros, cerrando sus ojos para disfrutar más del momento.

El aludido hizo caso a su petición, aumentando sus movimientos a un ritmo sorprendente, y empezó a masturbar la virilidad del hombre.  Los dos ya estaban llegando a su límite.

Mordió el labio inferior del castaño levemente, volviéndolo a besar con locura y pasión desbordante.  Sus lenguas coordinaban de una forma inconcebible para ellos, mas eso les daba placer.

Sentían cómo el final llegaba.  Sus terminales nerviosas estaban a flor de piel.  Curvó su espalda, llevando su cabeza hacia atrás.  Ambos sabían que el final estaba por llegar.

La puerta se abrió estruendosamente, y un hombre se los quedó mirando en silencio.

Los dos giraron sus cabezas sin moverse de sus posiciones, sorprendidos.

— ¡Hyde! —exclamó Gackt, ruborizándose por completo.

Teruki tragó saliva, petrificado.  Los habían descubierto.

— ¿Gackt? —inquirió, alzando una ceja— ¿Qué es… todo esto?

—Este… Hyde —los dos centraron sus miradas en el castaño— te presento a Teruki —su rostro dejaba entrever los nervios que sentía.

— ¿Teruki, ah? —se acercó a ellos con lentitud.

Se quedaron en un tortuoso silencio, sin poder moverse en lo más mínimo.  Continuó acercándose a ellos hasta quedar a su lado, y tomó entre su mano el mentón del castaño y lo besó delante del baterista.

—No sabía que ahora te gustaba ser el uke… —comentó.

—Hyde, todo esto puede explicarse —atinó a decir el teñido, todavía dentro de su acompañante.

—Oh, no hace falta que lo expliquen, “Teru”, todo resulta obvio a la vista —sonrió de lado.

—Yo… —susurró Gackt, sin saber cómo reaccionar.

—Que quede claro una cosa —dijo con aire terminante el pelinegro— para la próxima vez, sería mejor que vayan a un hotel, chicos —sentenció, marchándose y cerrando la puerta despacio tras sus pasos.

Los dos hombres se miraron, confundidos.  “Su momento” se les había sido arruinado por la imprevista interrupción, pero ahora lo único en lo que podían pensar era en saber qué había sido todo eso.

 

Fin.

 

Notas finales:

Bueno, bueno xD eso es todo xDDD

Espero que haya sido de su agrado mi humilde one-shot n-n

¿A que no se esperaban esta pareja, eh? ê.ê si molestó a alguien, perdonenme, pero yo amo los crack-pairings ;3

y ahora, recuerden que para incentivar a alguien para seguir escribiendo, los comentarios son siempre de gran ayuda!

Kissu!


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