Por suerte ya estaba terminando la hora, hoy salíamos dos horas antes. El profesor de física estaba afectado a mesa de examen, ya que estábamos en tiempo de rendir las materias previas, esas que con gran esfuerzo yo trato de que no me queden nunca.
-Bien chicos, para finalizar la clase quiero que hagan un trabajo práctico de nutrición- Anunció el profesor. Yo por mi parte estaba seguro de que haría el trabajo con Urameshi Yusuke, él ha sido mi mejor amigo desde la primaria, por lo tanto hacemos todo juntos.- Me he tomado la molestia de elegir los equipos, últimamente ha habido muchos conflictos, con los alumnos que quedan solos, así que decidí que desde ahora los elegiré yo… Bien comenzaré a nombrar los grupos… Kishimoto con Miyazaki… […] y para terminar Minamino con Jaganshi- ¿Qué? No puede ser… Jaganshi Hiei era el chico más extraño de la clase, nunca habla, no tiene amigos, y pelea con cuanta persona se cruza en su camino, es el típico problemático del que cualquiera querría estar alejado. Claro que yo jamás juzgo sin conocer a las personas, sin embargo, a pesar de ser compañeros desde hace dos años, no se nada de él, y jamás he cruzado palabra, ¿Cómo haré para reunirme con él? Mientras me perdía en mi batalla de pensamientos, alguien me interrumpe…
-¡Minamino! ¡Tú si que tuviste suerte! ¡Con Jaganshi he!- Y se hundió en carcajadas. Por supuesto era Yusuke, quien no pude evitar un comentario a tal suceso.
-No te burles Yusuke, aun no se como voy a hacer. ¿Cómo haré para reunirme con él? Tal vez deba invitarlo a casa a la salida del colegio. ¿Qué crees?-
-No se Shuichi, él es tan raro que a lo mejor ni te responda, dejándote con la palabra en la boca, o directamente te insulte sin que puedas terminar de hablar-
-Tal vez no sea tan malo-
-No te hagas ilusiones, no lo he visto hacerte ojitos de enamorado como los demás de la clase- Mencionó acercándose, con una mirada en sus ojos, que claramente me regañaban por pervertido.
-Urameshi, aquí el único pervertido eres tú. Yo sólo digo que tal vez lleguemos a un acuerdo, un acuerdo de trabajo-
-Si… como digas- Revoleando los ojos- ¡Oh mira! Ahí está, ¿Por qué no te le acercas y lo invitas a tu casa?- Inmediatamente me empujó encima de él. Por suerte este estaba de espaldas, así evité el papelón que me ocasionaría si hubiera estado de frente.
-Ja… Jaganshi- Lo llamé. Él giró y me miro fijo, hice amague de decir algo, pero no me dio tiempo, repentinamente él me golpeó en el pecho, lo que me sorprendió por completo.
-Hoy a las 5 en tu casa- Seguido de eso, se fue. Como si no importara lo que yo fuese a decir.
Al principio no entendí que quiso decirme con eso, pero imagino que fue por lo del trabajo, aún así había preguntas que no podía sacar de mi mente. ¿Él sabía donde vivo? ¿Qué tal si hoy tenía que hacer algo importante y no podía reunirme con él? Mientras me hacia esas entre otras preguntas llegué a casa. Hoy mi madre no estaba en casa, así que decidí ir a dar una vuelta quería despejar mis ideas, no quisiera admitirlo, pero ese chico me daba escalofríos de sólo pensarlo.
Pasaron dos horas, me encontraba en casa esperando a que sonara el timbre. Cuando mi reloj, marco las 5 en punto, el timbre sonó, como por arte de magia. Me encaminé hacia la puerta, y ahí estaba, detrás de la reja esperando a que le abriera. Saqué las llaves y le abrí, él pasó directo hasta mi casa, en donde se paró frente a la entrada, mirando detalladamente cada rincón de la casa.
-Pasa… sígueme, en el comedor estaremos más cómodos- Así lo hizo, sin responder ni mirarme, me siguió al comedor. Cuando entramos tomó asiento en una de las sillas alrededor de la mesa.
-¿Quieres algo de tomar?- Él negó con la cabeza. Esto es tan extraño, él ni siquiera responde a mis preguntas con palabras.
-¿Tienes algún libro para empezar a buscar?- Para mi sorpresa, él fue quien dio el primer paso.
-Si, en aquella biblioteca hay varios libros. ¿Te molesta si como un poco? No he comido nada desde que salimos del colegio- Pregunté con una sonrisa vergonzosa.
-Hn, yo buscaré en los libros, tú puedes hacer lo que quieras- Se levantó de la mesa y yo comencé a prepararme algo de comer. “Valla este chico es más extraño de lo que pensé”.
Escucho que alguien entra, era él con una pila de libros en sus manos, (no pensé que encontraría tantos) por su baja estatura casi no se le veía la cara. Estaba perdido entre libros, se veía muy tierno, como un niño que quiere hacer sólo sus tareas. De hecho… no era para nada feo. De baja estatura, morocho, ojos rojos como la sangre, que intimidaban a cualquiera que los mire fijos, esas facciones le daban un toque especial.
-¿Te ayudo?- Me acerque a tomar algunos libros, para que no se le haga tan difícil llegar a la mesa.
-Hn- Sólo eso dijo.
-Wow, encontraste muchos, ¡No pensé que tuviera tantos!- Mirando sorprendido los libros sobre la mesa.
-Si se sabe buscar- De momento me molestó, me trató de incompetente. Pero pensándolo bien tal vez quiso decir que sabe buscar. Como sea, no crearé un conflicto por esto. Sólo le sonreí, y me dediqué a ayudarlo en la búsqueda.
Así continuamos por un buen rato, por suerte no hubo problemas, pudimos encaminar el trabajo, sin discusiones, y con acuerdos, teníamos ideales parecidos, así que no hubo conflictos, seguía con su habitual “expresión” de nada en su rostro, pero a pesar de ellos, respondía mis preguntas lo suficiente… o necesario, logrando un clima tranquilo. Pero… había una pregunta que no podía sacar de mi cabeza, una pregunta que estaba allí desde que salimos del colegio.
-Oye… Jaganshi… ¿Cómo supiste dónde vivía?-
-Me extraña que no lo sepas-
-¿En serio?- No entendía de qué me hablaba.
-Vivo frente a tu casa Minamino-
-¿Tú vives ahí? Si seré despistado, nunca supe que tu familia era quien se había mudado allí. Lo siento-
-No era tu obligación saberlo-
-Bien, me voy-
-¿Ya?- No quería que se valla, la estábamos pasando bastante bien. Por una extraña razón quería conocerlo un poco más, saber sobre él. Creo que no era tan mal chico.
-¿Quieres que me quede a comer?- Realmente no me esperaba esa respuesta, de momento pensé que se enfadaría.
-¿Te molestaría? Es que estoy solo en casa, mi madre no viene, por trabajo, y tú vives en frente… claro si quieres quedarte- Luego de decir esto, me dio miedo ¿Qué tal si me mal interpreta y se enoja?
-No me molesta, mi mama cocina feo, veremos como lo haces tú- No pude evitar reírme, aun así me puso a prueba, ¿Qué hago si no le gusta mi comida?
-Prepararé la comida, puedes mirar algo de tele si lo deseas- Él solo tomó el control, y comenzó a ver un programa de la tele.
Me dirigí a la cocina, quería prepararle a Hiei algo que le gustara, si a Hiei, ya habíamos tomado confianza así que nos llamábamos por nuestros nombres… lo que provoca un simple trabajo de nutrición. Terminé de cocinar, lleve la comida a la mesa, que el voluntariamente se encargó de preparar por mi, lo que me sorprendió mucho en un principio, pero me fue de mucha ayuda para no descuidar la comida. Nos sentamos y yo esperé con ansias que el probara mi comida. Así lo hizo tomó un bocado, y se lo llevo a la boca.
-¿Te gusta?-
-Mg… sii esta rico- Y continuo masticando. Se veía tan dulce comiendo y hablando a la vez, que no pude evitar sonreír por dentro.
-Me alegro mucho de que te guste Hiei- Y comencé a comer yo también.
Así paso el resto de la cena, hablando de todo un poco, contándole mi vida y mis experiencias, en donde él llego a la conclusión de que era un pervertido y un niño mimado. No me pregunten por qué, pero no me molestó su comentario, después de todo tengo algo de eso.
-Todo esto estuvo muy rico Shuichi, pero me voy a mi casa-
-Que lástima, estuvo divertido- Bajé mi mirada al piso en señal de tristeza. Es que si él se va, me aburriré solo en casa, aún era temprano. Él me tomó del mentón, he hizo que lo mirara a los ojos.
-No querrás que me quede a dormir esta noche contigo, ¿o sí?- ¿Qué dijo? ¿Yo quería? ¡Que diablos estoy pensando! Él jamás pasaría la noche conmigo, ¿o sí?
-No, claro que no, solo quise decir que ahora me quedaré solo y aún es temprano-
-Lo sé Shuichi, el de las insinuaciones pervertidas eres tú- Con esto, se giro, y se paró frente a mi puerta, por mi parte yo sólo me quede estático en mi lugar- ¿No piensas abrirme? Quiero irme Shuichi-
-Oh, si por supuesto- Caminé a abrirle la reja, en donde me lo quedé mirando entrar a su casa. Cuando cerró la puerta, entré a mi casa, subí las escaleras hasta mi cuarto, y me tiré en la cama. Hiei, hoy había pasado gran parte de mi día con él, y para ser sincero no me molestaría que se repita, de hecho ya quiero que sea mañana, para volver a estar con él, quiero decir ¿Quién me sorprendería como él? Es tan únicamente extraño.
Así continuó la noche, hasta que el cansancio me ganó, y mis parpados se me cerraron, dando lugar a un profundo sueño que no tardo en llegar.