A la mañana siguiente, al salir de mi casa, Hiei salía también de la suya, dos años siendo compañeros, viviendo uno en frente del otro, y hoy, después de tanto tiempo, salimos juntos de nuestras casas.
-¡Hiei! ¿Cómo dormiste?-
-No me quejo, ¿Tú?- Comenzamos a caminar.
-Bien, muy bien. Sabes…. Me quedé pensando en ti anoche y…- No pude terminar porque el me interrumpió.
-¿Pensaste en mi anoche?- Sus ojos estaba extrañamente abiertos, de una manera desigual, sus ojos orbes rojas se veían perfectamente, de una manera que no pude evitar notar la belleza que aculataban esos ojos.
-Si, bueno, con esto quiero decir que me quedo una pregunta por hacerte, de todos modos es una estupidez-
-Dime que es-
-Anoche te quedaste muy tranquilo en casa, tal vez sea mi ignorancia, pero… ¿No hacia falta que le avisaras a tus padres que no irías a comer a tu casa?-
-Les mandé un mensaje de texto mientras tú cocinabas-
-Oh entiendo, disculpa es sólo que no pude evitar ponerme en el lugar de ellos, y preocuparme por ti-
-Hn-
-¿Te parece si hoy vamos a tu casa? Digo por lo del trabajo, es que mi mamá está en casa, y suele ser algo metida en los trabajos prácticos-
-Hoy no puedo, lo dejamos para mañana. Nos vemos en el salón Shuichi- Se fue, a quien sabe donde, yo sólo me quedé parado, atónito, como últimamente solía dejarme. Caminé hasta el colegio donde me encontré con Yusuke, y nos encaminamos al salón...
Las clases continuaron, Hiei no me habló, ni me miro en todas las clases, por mi parte, yo tampoco me acerqué, era gracioso, pero quería que fuese él quien viniera a hablarme. Lo sé, ridículo, Hiei jamás vendría a entablar una conversación conmigo… Es que ayer la pasamos tan bien juntos…
-¿Shuichi?- Alguien me llama por detrás, e inmediatamente me giro para averiguar de donde provenía aquella vos, claramente femenina.
-Oh, Naome, ¿Qué pasa?- Era ella, una compañera de clase, estos últimos días, me he estado hablando bastante con ella, siempre que salgo del colegio me pregunta si necesito algo, o la puedo acompañar a su casa. Aunque es una chica muy tímida, muchos de mis amigos dicen que esta enamorada de mí, claro que yo sólo la veo como a una compañera, o quizá amiga.
-Dime, ¿Hoy podrías… esto… acompañarme a casa?- Se veía tan angelical, y con tanto temor. Creo son esas una de las razones por las que siempre accedo.
-Sería un honor- Sonrió. Como siempre me pasaba con toda persona que intentaba ser amable, un leve sonrojo se posó en sus mejillas. Claro, esto seguro no me pasaría con Hiei, el jamás hace caso a mis indirectas, de hecho las atraviesa con facilidad, siendo yo el que termina intimidado por él. Un momento, ¿Qué hago pensando en Hiei? No todo lo que me pase a diario, tengo que compararlo con como sería si la persona con la que estoy fuera Hiei. Creo estoy enloqueciendo. Sin pensarlo y sin platicar nada, por estar pensando en otras cosas, llegamos a la casa de Naome.
-Oh, llegamos. Lamento no haber dicho ni una palabra en todo el camino- Agache mi cabeza en señal de disculpas.
-N-o te preocupes… ¿Tú estas bien?- Su mirada realmente mostraba preocupación. “¿Realmente te importo tanto Naome?” Seguramente a Hiei no le importaría nada de lo que me pase, esta tan preocupado en sus asuntos, que no es capaz de responder mis preguntas, mucho menos se preocuparía por saber como me siento. ¡Rayos! Vuelvo a la parte en que la comparo con Hiei.
-Si, ¡Muy bien! ¿Me veo muy mal?-
-N-o-o, todo lo contrario- Cabe aclarar que si en un momento dije que sus mejillas estaban coloradas, no se como definirían esto, con sólo esa cantidad limitadas de palabras, sus mejillas tomaron un color rojo drástico, por un momento tuve miedo de que se me desmallara en frente.
-Me alegro- Sonrío- Pero en serio Naome, no debes preocuparte, me encuentro muy bien, es sólo que no dejo de pensar en los exámenes que se aproximan, tengo miedo de no poder llegar con los estudios- Mentí, pero… ¿Qué iba a decirle? ¿Qué desde que el profesor me puso como compañero a Hiei, no dejo de pensar en él? Imposible.
-No debes preocuparte… T-ú eres muy inteligente Shuichi-
-Gracias, pero también temo por mis estudios-
-Entiendo. Bue-no te dejo, nos vemos mañana- Me sonríe tiernamente.
-Nos vemos- Sonrío ampliamente.
Continúo caminando, hasta llegar a mi casa, ya que sólo me separan de su casa, unas 5 cuadras. Al buscar las llaves para abrir las rejas, noto como frente a mi casa se encuentra Hiei. “¿A quién estará esperando?”. Sin terminar de formular la pregunta en mi cabeza. Un chico, alto, de cabello gris, y unos ojos plateados como el zafiro, se acerca a él. Hiei lo invita a pasar a su casa. Por supuesto desde donde yo estaba y al estar la puerta cerrada no tengo idea de que es lo que pasará allí dentro. No tenía oportunidad de averiguarlo, así que entré a mi casa, y prendí la televisión. “Es un completo irresponsable. El trabajo hay que terminarlo, la nota es importante, no puedo creer que por juntarse con ese chico, seguro novio, me deje plantado, quiero decir al trabajo. Además, ¿Qué tiene ese chico de especial? Era apuesto lo admito, pero tampoco era para tanto, ¿Qué hizo que se vuelva más importante que un trabajo para la escuela?”
Mi madre decidió que debía sacar la basura. Así lo hice, salgo afuera para poner la basura en su lugar, y noto como ese chico de la tarde sale de la casa de Hiei, lo abraza muy cariñosamente, y se va. ¿Hiei no va a decirle nada? ¿No va a oponer resistencia después de tal acción? ¡Lo sabía Hiei y ese chico son novios! Ahora me va a escuchar, por andar noviando deja un trabajo a medio terminar.
-¡Hiei!- Grito. Como lo esperaba, el me miro sorprendido, creo que ni siquiera se percato de que yo estaba en frente, observando la “escenita”- ¿Me puedes explicar que significa esto?
-Explícate, no te entiendo Shuichi.
-Quiero decir, ¿Cómo puede ser que dejes un trabajo a medio terminar para juntarte con tu novio?
-¿Mi novio?- Sus ojos estaban muy abiertos, y por un momento sentí que iba a largarse en carcajadas, pero por lo contrario cambio su expresión, de manera que no pude evitar notar su picardía- ¿Shuichi me estuviste espiando?
-¿Qué? ¡Claro que no! Sólo fueron casualidades, cuando llegué a mi casa en la tarde, vi como invitaste a ese chico a tú casa. Y ahora mi madre me mandó a sacar la basura, y note el cálido abrazo que uso para despedirse.
-¿Estas celoso?- ¿Pero de que esta hablando? Le estoy diciendo que me molesta su irresponsabilidad y él lo confunde.
-¿Eh? ¿Me estas hablando en serio? ¿Cómo podría yo estar celoso? Además, ¿De quién? ¿De él?, si claro, como si fuera la gran cosa. Lo único que quiero que quede en claro es que me molesta que seas tan irresponsable.
-Problema mío.
-No Hiei, mío también, porque la nota es de ambos, y tú no pones ni el más mínimo esfuerzo. Eres irresponsable y desconsiderado.
-¿Qué dijiste?- Me tomó el cuello de la camisa, en una amague de golpearme- Ayer estuve todo el día en tu casa por el maldito trabajo, me quedé a comer contigo porque me lo pediste, te ayude en lo que me pedías, ¿Y ahora me vienes con que soy un irresponsable y un desconsiderado?- Sus ojos realmente me mostraban que estaba enojado. Por un momento temí por mi vida, creí que me llenaría de golpes, pero para mi sorpresa él sólo me soltó en un golpe brusco y entró en su casa. No sin antes clavarme una mirada asesina. “Muy bien Shuichi, de esta manera Hiei te odiará de por vida”.
Entré a mi casa, y subí a mi habitación. No quería comer ni hablar con nadie, me odiaba a mi mismo por lo de recién. ¿Qué motivos tenía yo para tratar a Hiei de ese modo? Él podía hacer lo que quería, incluso habíamos avanzado bastante con el trabajo, y faltaban tres días para la entrega, teníamos tiempo suficiente para terminarlo, y llegar a tener una amistad. “Perfecto Shuichi tenían que llegar tus estúpidos celos y arruinarlo todo” Si, celos, debía admitirlo, Hiei me gustaba, y más de lo que pensaba. ¿Pero ahora que haría? Seguramente Hiei estaría en su casa maldiciéndome, por ser tan rematadamente idiota, ¿Cómo pude hablarle así? Pedirle explicaciones como si yo fuese su novio. Soy un idiota, un completo idiota.