Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Happy B-Day Kai por Daruku

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno, primero que nada decir... se perfectamente que el cumpleaños de kai fue hace meses, como no saberlo si cumple en el mismo mes que yo *_*.

 Este fic, lo hice por su cumpleaños, pero por uno y otro motivo no lo llegue a subir, y ahora lo subo como regalo de cumpleaños para una amiga ( y por que no ha parado ni un momento de dar la tabarra con el fic ¬__¬).

Por ultimo decir que los chicos de The Gazette no me pertencen ( menos Aoi, que es mio.. estamos casados.. sólo que él todavía no lo sabe XD) y no hago este con ningun fin lucrativo... ( seamos sinceros.. nadie pagaria por lo que escribo XD)

Happy B-Day Kai…


Capitulo único.


Hoy era el día de su cumpleaños y sin embargo no se sentía ni remotamente feliz. Mientras observaba el lluvioso día através de la ventana no pudo evitar sonreír, levemente y de forma amarga, ante la ironía del asunto. Al contemplar las frágiles gotas de agua chocar contra el frío cristal no pudo evitar pensar en que el propio clima parecía un reflejo de su caos interior.


Por que aunque pareciera mentira esa era la verdad. Aunque en su rostro siempre resplandeciera una calida sonrisa la realidad es que desde hace tiempo el era un ser roto y deshecho, que cada vez su hundía más en su propia soledad y recuerdos, recuerdos que en este día le atacaban con especial virulencia.


Abatido, abrumado por el peso de sus dolorosas remembranzas apoyo su frente en el frío cristal de la ventana con la vana esperanza de despejar un poco su cansada mente, tras una larga noche en vela. Cerró los ojos, tratando de dejar su mente en blanco, sólo unos segundos, sólo eso…, ya casi lo estaba logrando cuando el molesto zumbido del despertador resonó en ele agobiante silencio del dormitorio.


Dejo escapar un cansado suspiro y se apartó del cristal, dándole una última mirada al lluvioso paisaje.


Resignado comenzó con su rutina diaria, se dio una ducha con agua tibia, la cual logro llevarse parte importante del cansancio que lo acosaba. Desayunó lo primero que encontró en la cocina, no estaba de ánimos para ponerse a cocinar, por suerte había previsto eso y la noche anterior, misma que había pasado en vela, la dedicó a cocinar para el almuerzo para todo el grupo; no era algo que le molestara y necesitaba ocuparse en algo si no quería volverse loco. Terminó de arreglarse, guardo todo en su mochila y habiéndose asegurado de cubrir bien su identidad salió de su casa rumbo a su lugar de trabajo.


Mientras caminaba, resguardado bajo su paraguas, el pensamiento vago de que quizás debiera sacarse el carnet del coche cruzó por su mente, aunque lo desechó rápidamente, nunca le han gustado los coches.


Camina de manera lenta, ha salido con tiempo de sobra, así que no hay prisas, además tampoco es como si deseara llegar al lugar que unos meses antes había sido como su segunda casa pero que ahora se le hacía más como su cárcel particular. No obstante apretó un poco el paso, por mucho que desease quedarse encerrado en su habitación no podía hacer eso, los demás contaban con él y su deber era estar ahí, con ellos.


Llegó al edificio en el cual trabajaba desde hace años, y antes de entrar en la imponente infraestructura instalo una sonrisa en su rostro. Él estaba roto y vació por dentro, pero no permitiría que nadie más que él mismo lo supiera.


Caminó por los casi desiertos pasillos saludando a todos, dedicándoles su linda sonrisa y agradeciendo con falsa felicidad los regalos y felicitaciones que recibía por su cumpleaños.


Finalmente llegó a la sala que tenía grabado en la puerta el nombre de su banda “the Gazette”. Con un hondo suspiro entro en ella encontrándola vacía. Recorriéndole algo parecido a alivio dejo caer su máscara, soltó los paquetes que traía y fue a sentarse tras su batería. Jugó durante algunos minutos con las baquetas, las movía distraídamente entre sus dedos, hasta que finalmente, sin previo aviso, empezó a tocar.


No tocaba ninguna canción en particular. Realmente sólo se deja llevar por lo que sentía y golpeaba con fuerza la batería tratando de descargar todo el vacío que lo atacaba desde su interior. Perdido en el ritmo fuerte y doloroso que él mismo había creado no se percató de que sus compañeros de banda habían llegado, y que ahora, ante ellos, por medio de su música, estaba desvelando cuan roto y deshecho estaba.


Paró de tocar cuando repentinamente unos pequeños brazos pasaron en torno a su cuerpo acercándolo a otro más pequeño pero lleno de calidez. Sentía como unas manos suaves acariciaban suavemente su espalda y su cabello, mientras que su propio rostro permanecía oculto en la curvatura del cuello de ese otro cuerpo que lo refugiaba.


 


-                          Taka-chan – susurró con voz entrecortada abrazándose al cuerpo del vocalista del grupo como si este fuera lo único que lo mantenía anclado al mundo real.


 


-                          Yuk-kun, tranquilo – dijo Ruki en voz baja sin dejar de acariciar el suave cabello castaño del batería de la banda.


 


 


Los restantes miembros de The Gazette también estaban allí,


aunque no se atrevían a intervenir por miedo a poner peor a


su líder. Todos estaban muy preocupados por el castaño,


quien siempre se mostraba alegre y positivo y que ahora


parecía alguien totalmente diferente. Internamente los


gazettos se preguntaban cuanto tiempo llevaba así su amigo


sin que ellos se dieran cuenta.


 


-                          Tranquilo, estamos contigo Yuk-kun, por favor dinos que te pasa – dijo suavemente Uruha acercándose al castaño  que seguía con el rostro oculto en el cuello de Ruki y sin intenciones de soltarle – Akira – llamó Uruha al rubio de la bandita – ve a buscar una tila o algo para Kai.


 


Reita asintió sin pronunciar palabra alguna y salió para buscar


lo que le habían pedido. Normalmente se habría negado,


normalmente habría soltado algún comentario burlón, y sin


embargo no podía por que hoy definitivamente no parecía ser


un día normal.


 


Cuando Reita salió de la habitación, Aoi decidió soltar en un sillón la bolsa con los regalos que habían traído para Kai y se acercó al batería, agachándose junto a él, igual que había hecho su compañero de cuerdas.


 


Por su parte, Kai dejaba escapar las lágrimas que antes había retenido mientras su rostro permanecía  enterrado en el cuello de Ruki. Se sentía demasiado vulnerable y muy estupido, llorando como un niño y preocupando a sus amigos por alguien que no valía la pena. Y aunque sabía esto no podía dejar de llorar entre los brazos del menor del grupo sin apenas oír las palabras que les dirigían sus amigos.


 


Finalmente se separó de Ruki y rápidamente se limpió las lágrimas que, rebeldes, aún se deslizaban por su rostro; trato de componer una sonrisa, pero no fue capaz.


 


Amablemente, y sorprendiendo a todos, Reita dejó entre las manos de Kai una taza humeante. A instancias de Uruha, el castaño oscuro se bebió el contenido. Después sentaron a Kai en el sillón de la sala. Una vez ahí, Aoi lo abrazó  dejando que el menor escondiese de nuevo el rostro en su pecho.


 


En medio de aquel silencio, cuatro de los gazettos se miraron entre sí con preocupación. Era realmente horrible ver a alguien tan optimista y alegre como su líder tan deshecho; las ganas de hacérselo pagar al culpable, aunque sólo uno de ellos sabía de quien se trataba, los llenaban.


 


Instintivamente Aoi cerró un poco más sus brazos en torno al cuerpo tembloroso del batería. Ruki al percatarse de esto, le hizo una seña al primer guitarrista y al bajista del grupo, acto seguido los tres salieron de la sala dejando a los dos morenos solos, lo cual el mayor agradeció.


 


-                          Uke – llamó suavemente Aoi – Él no merece que estés así, no vale ni un segundo de tu tiempo, y menos aún tus lágrimas.


 


-                          Yuu – susurró Kai sorprendido, aunque el guitarrista no sabía si por lo que había dicho, o simplemente por el hecho de saber lo que le pasaba.


 


-                          Eres muy trasparente – mencionó Shiroyama con una leve y efímera sonrisa – él no te merece, tu mereces algo mucho mejor – dijo Aoi, ahora de manera más seria.


 


-                          No lo puedo evitar – susurró bajito el baterista, sin poder mirar al moreno guitarrista.


 


-                          Eres listo, muy lindo, con una sonrisa preciosa, eres divertido, dulce y siempre te preocupas por todos – señaló el mayor con la mirada fija en su sonrojado compañero – por eso te amo…


 


 


 


Kai se quedó en shock durante algunos instantes, todavía procesando lo que le había confesado su compañero. Aoi, antes de que el baterista pudiese reaccionar sello sus labios con un suave beso, apenas un contacto efímero, cargado de cariño. Sin terminar de procesar las cosas, Kai se vio a sí mismo pasando los brazos en torno al cuello del mayor y correspondiendo a ese contacto que se iba volviendo más y más apasionado. Mientras tanto, Yuu sentía que estaba tocando el paraíso con la punta de sus dedos, ya sin temor a un posible rechazo cerro sus brazos en torno a la cintura del castaño, pegando sus cuerpos hasta que no se distinguía donde acababa uno y empezaba otro.


 


Terminaron el beso obligados por la necesidad humana de respirar. Los ojos de Aoi brillaban llenos de amor y alegría, sin embargo las castañas obres del baterista dejaban ver todas sus dudas y confusión por lo que acababa de suceder.


 


-                          Llevo mucho tiempo esperando – comenzó a hablar Aoi –, y puedo seguir haciéndolo – añadió sonriendo tristemente.


 


-                          Yuu, lo siento... – murmuró con pensar Kai, lo que menos deseaba era hacer sufrir a alguien, y eso era justamente lo que estaba haciendo ahora.


 


-                          No tienes nada que sentir – respondió el moreno acariciando tiernamente las sonrojadas mejillas se su acompañante – sólo quiero que sepas que siempre voy a estar a tu lado.


 


 Kai permaneció en silencio. Se sentía bien a saberse querido por una persona como Yuu, por una persona que había prometido estar con él para cuidarlo, y estaba seguro que lo cumpliría.


 


-                          Gracias Yuu – dijo Uke sonriendo sinceramente por primera vez en todo el día y depositando un beso en la comisura de los labios del mayor.


 


 


 


Sin poder evitarlo el mayor soltó una carcajada al ver el rostro ruborizado de su líder por un gesto tan inocente, provocando con ello que Kai hiciera un gracioso puchero. Sin poder evitarlo Aoi abrazo a Kai contra su pecho. Momentos después llegaban el resto de los gazettos aliviados al ver como su alegre baterista parecía haber recuperado su buen humor.


 


 


 


 


 


 


 


 


 


            Ya entrada la noche, los gazettos se encontraban en casa del mayor de ellos celebrando el cumpleaños de su baterista y líder. Ruki estaba sentado junto a Reita mientras que este le abrazaba, mientras que Uruha estaba tumbado en el suelo del salón. Por otra parte, Aoi no se separaba de Kai, y durante toda la noche permaneció junto a él abrazándolo suavemente.


 


            El tiempo pasó, y cuando llegó la hora de irse cada uno a su caso, vieron como Kai se había quedado dormido apoyado junto al guitarrista moreno,  y sabiendo lo mal que había estado durmiendo decidieron que lo mejor era que se quedara en la casa de Aoi.


 


             Una vez que hubo despedido a sus compañeros, Aoi volvió a la sala, y, con mucho cuidado de no despertar al menor, llevo a Kai hasta su dormitorio, donde lo recostó en la cama, y tras quitarle la ropa, para que estuviera más cocado, le tapo con las mantas.


 


-                          Yuu – llamó Kai aún medio dormido, pero agarrando la chaqueta del mayor para evitar que se alejara.


 


-                          Dime – respondió el moreno acercándose un poco más al castaño.


 


-                          No te vayas… quédate conmigo – murmuro adormecido haciendo sonreír a Shiroyama.


 


-                          Esta bien, me quedare aquí


 


 


 


 


 


En completo silencio, puesto que el baterista parecía haberse vuelto a dormir, Aoi se desvistió y se metió en la cama. En cuento lo hizo, Kai se abrazo a él buscando su calor y por consecuencia arrancándole una sonrisa enamorada al moreno, realmente era agradable sentir el calido cuerpo del menor junto al suyo. Permanecieron así toda la noche, y ya cerca del amanecer, Kai pronunció las palabras que el mayor había estado esperando por tanto tiempo.


 


-                          Quiero olvidar a Miyavi… contigo... – susurró Kai enterrando su cara en el cuello de Aoi.


 


-                          Lo harás – aseguro el moreno besando tiernamente a su castaño, por que ahora si podía decir que era suyo -  me encargaré de que sólo  piensas en mi.


 


 


 


 Y así, con un dulce y tierno beso sellaron esa promesa y el inicio de una nueva relación…


 


 


 


 

Notas finales:

Sinceramente, es un fic que escribí hace mucho, y que por casualidades del destino he conseguido que pasen de mi antigua cuenta a esta ¡magia! (Gracias a Marfil)

 

La redacción, ortografía y maquetación del texto dejan bastante que desear... así que en cuanto pueda, trataré de editarlo (reescribirlo más bien) y publicarlo de nuevo.

 

Un saludo, y gracias por leer este crimen contra la literatura.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).