Enamórate, Otomen
La vida es corta.
Doncella, enamórate…
Antes de que…
Se vaya el color de tus labios rojos.
Está era la canción que cantaba un hombre de unos 35 años que me mecía en un columpio del parque, mientras observaba a un niño que tenía como unos 10 años de pelo color azabache y ojos negros carbón, el niño se encontraba jugando con peluches y muñecas, el hombre seguía cantando hasta que se vio interrumpido por el menor que llegó a su lado.
—Papá, ¿Cuál es esa canción?—preguntó el niño.
—Es una canción que habla del encuentro del amor verdadero—dijo el hombre mientras se paraba del columpio—Sasuke, ¿Tienes alguien qué te guste?—preguntó el hombre.
—No, no tengo—respondió Sasuke.
—Ya veo—tomo aire y continuó—Pero algún día, aparecerá alguien que te guste, y entonces…sentirás algo en tu pecho—comentó mientras ponía su mano izquierda en su corazón—Y, sin saber la razón, sentirás dolor—
—¡Qué raro! ¿No?—dijo el niño mientras sonreía.
—No es raro en lo absoluto, cuando seas mayor lo entenderás, habrás encontrado el amor Sasuke—su padre acarició su cabeza y volteó a ver hacía la lejanía.
Él siempre miraba hacía la lejanía, nunca se enfadaba cuando yo jugaba cosas de chicas, si no que me protegía. Mi padre, me gustaba mucho.
Unas horas más tarde ya estando en su casa, el padre se Sasuke se encontraba en la sala de la casa meciéndose en su mecedora, mientras leía tranquilamente un libro, cuando fue sacado de su concentración por la voz de su esposa que se acercaba junto con Sasuke.
—Anda Sasuke, quieres hablar con papá, ¿No?—dijo la mujer.
—¿Qué pasa, Sasuke?—preguntó su padre.
—Lo siento, yo la he roto del cerezo que más te gustaba—le dijo mientras le mostraba una pequeña rama llena de flores de cerezo y bajaba la mirada apenado.
El hombre se levanto de la mecedora y se acerco a su hijo y tomaba de las manos del pequeño la rama y la miraba atentamente.
—Muy bien Sasuke, hay mil cerezos dentro de la sinceridad de tu valor, ser sincero no es algo fácil, ¿verdad?—después de la respuesta de su padre Sasuke sonrío.
—¡Entonces yo también! ¿Sabes? Yo cogí algo de dinero de los ahorros—dijo la pelinegra.
—Lo ves—comentó el hombre.
—Lo siento—comentó mientras sonreía, ya que su esposo no se había enojado.
—Bien, pues en vista de esto, hablaremos sinceramente—habló el señor.
—¿Qué será?—dijo la madre de Sasuke mientras volteaba a verlo—¡Tengo miedo!—dijo en son de broma.
—En realidad, yo…Siempre he querido ser mujer—comentó con semblante serio
—¿Qué?—dijo la mujer sorprendida.
—Yo siempre he deseado ser mujer—dijo con completa seguridad.
—Cariño…—dijo mientras miraba a su marido.
—Sasuke, al contrario de lo que creen, he aprendido. Tú padre a partir de ahora será sincero consigo mismo—dijo mientras volteaba hacía el ventanal.
La mujer no aguanto más y se desmayo ante tan grande declaración de su marido, aquel hombre con el que había vivido tanto tiempo, con el que había tenido un hijo, le había confesado que quería ser mujer.
Y con esas últimas palabras, mi padre se marchó de casa…
Debido al desmayo su madre tuvo que ser llevada al hospital, la mujer iba postrada en la camilla, y al lado de la camilla iba Sasuke.
—¡Mamá! ¡Mamá! ¿Me oyes?—iba diciendo Sasuke.
Mientras iban a mitad del pasillo llegó el doctor.
—¿Cuál es su situación?—preguntó el doctor a una de las enfermeras.
—Espasmos en las vías respiratorias, frecuencia cardiaca muy lenta—respondió la chica.
—¡Señora Uchiha! No importa lo duro que sea, tiene que lograrlo. ¿Se encuentra bien?—decía el doctor.
La señora se quitó el oxígeno y volteó a ver a Sasuke.
—Por favor, Sasuke no seas como tú padre, ayúdame—dijo mientras tomaba la mano de su hijo—No importa como, hazte todo un hombre—pido la mujer.
—De acuerdo mamá—la mujer le sonrió y entró en paro cardíaco—¡Mamá!—grito Sasuke.
—¡Doctor!—habló una de las enfermeras.
—¡Desfibrilador preparado! ¡Vamos! ¡Uno, dos, tres!—
Gracias a Kami su madre había superado el paro cardíaco, ahora tenía que cumplir su promesa, se encontraba en su cuarto que estaba lleno de peluches y demás cosas consideradas femeninas, se acerco a una de ellas y comenzó a guardarlas en cajas.
Ese día se lo juré…
—Adiós, Patrasch, ya no jugaré más contigo—dijo mientras guardaba al perrito de peluche que era su juguete preferido.
Ocultaría mi verdadero yo, para siempre y a todos…Sería varonil, como deben ser todos los japoneses.
Ahora se veía un joven de pelo azabache con destellos azulados y ojos carbón sentado mientras esperaba su turno para su combate de kendo.
—¡Fin! ¡Punto finalizado! ¡Gana el Instituto de la Arena—decía el árbitro.
El chico que acababa de participar regresó a su lugar y se sentó al lado de Sasuke, era un chico gordo con el pelo castaño y largo.
—Lo siento Uchiha-san—se disculpaba el chico por haber perdido.
—Te lo dejamos a ti Uchiha-san—dijo otro chico con un aspecto perruno, Sasuke solo asintió con la cabeza.
Por una de las puertas de entrada del dojo donde se estaba llevando acabo el combate entra una pelirrosa de ojos jade que llevaba el uniforme del instituto que consistía en una falda negra por arriba de la rodilla, blusa blanca de manga corta junto con un chaleco, calcetas blancas y zapatos escolares negros la cual era seguida de un pelirrojo de ojos marrones que iba bostezando, iba vestido con una camisa blanca, pantalón negro y zapatos negros.
—¡Oh! ¡Por poco! ¡Justo a la hora! ¡Salvados!—decía la pelirrosa mientras hacía con su brazo la señal de yes.
La joven dirigió a donde se encontraban sus compañeros de la escuela pero volteó al percatarse de que el joven pelirrojo no iba detrás de ella, encontrándose con que estaba ligando con una de las chavas de la otra escuela.
—Ey, ey, ey, nos conocemos ¿Verdad?, De alguna reunión o…—el joven fue interrumpido por la pelirrosa.
—¡¿Qué estás haciendo Sasori?!—dijo la joven mientras tomaba al chico del cuello de su camisa y lo jalaba hacia donde estaban los demás chicos de su escuela.
—Sakura, no estoy interesado en el kendo—respondió Sasori mientras seguía siendo jalado.
—¡Eso no me interesa! ¡Cállate y mira!, Mira lo que va a pasar ahora—el joven hacía caso omiso ya que con la mano se iba despidiendo de la joven con la que anteriormente estaba ligando.
Sasuke estaba preparándose para su combate, se estaba poniendo la protección de su rostro y lo amarraba con fuerza.
Mientras tanto en las gradas se encontraba el grupo de fans se Sasuke, las cuales eran lideradas por dos chicas, una pelirroja son anteojos y otra pelinaranja, las cuales llevaban unos tipos de batas de seda con la cara de Sasuke en la espalda y que decían: I LOVE, estas chicas gritaban animadamente.
—Las linternas están prohibidas—dijo la pelirroja, las demás chicas dijeron fuertemente ¡Hai!—¡Y ahora! ¡Recibe nuestra nube de amor!—ahora la pelinaranja dijo con mucha más fuerza que la pelirroja—CCCF ¡Vamos!—todas las jóvenes se pararon, aplaudían tres veces y decían un fuerte ¡UUUU! Mientras brincaban y volvían ha hacer la misma rutina.
—¡Cállense por favor! Estamos en un dojo de kendo, ¡No en un concierto!—dijo Sakura al percatarse de que la otra escuela miraba las tonterías que hacían las locas fans de Sasuke.
—Si gana uno más, ya ganamos ¿No?—preguntó un chico de ojos verdes y cabello también verde, el cual era del Instituto de la Arena.
—El Instituto de la Arena nunca perderá contra el de la Hoja, en ese Instituto hay puros nenes fresas—dijo un joven de ojos negros y pelo gris peinado hacía atrás con gomina.
—Gaara aunque tú no participes, estamos ganando—comentó un chico de pelo castaño y ojos cafés, al chico que estaba a su lado.
—Aún no Kankuro…—respondió el joven, era un chico pelirrojo de ojos aguamarina.
—¿Qué?—preguntó el joven castaño.
—El Instituto de la Hoja lo tiene a él—respondió el pelirrojo.
—Por parte del Instituto de la Hoja el capitán, Sasuke Uchiha—todas la fans de Sasuke gritaron histéricas, Sasuke tomo su posición en el campo, hizo la reverencia como era debido y comenzó el combate.
Como era de suponerse Sasuke comenzó y fue ganando punto tras punto, en una distracción del contrincante Sasuke logró sacarlo del área y las chicas gritaron, por otra parte se encontraba la madre de Sasuke viendo la lucha de su hijo, cuando se acerca el director de la escuela.
—¡Oh! Ha venido jefa de estudios—la señora solo se limitó a contestar sí y regresó la vista a su hijo.
La competencia continuaba y el contrincante de Sasuke simplemente se hacía para atrás cada vez que Sasuke se acercaba, hasta que el azabache decidió atacar de una buena vez y dejo desarmado al otro joven, teniéndolo así a su merced, pero aún así no lo atacó.
—Recógelo, por favor—pidió Sasuke al chico.
—¿Qué le dice?, pero si va ganando—comentó un tanto indignada la pelinaranja.
—No entiendes nada, ¿Verdad?, Uchiha-kun sigue más que nadie los preceptos del bushido, ganar sería indigno si el adversario no tiene su arma—comentó la pelirrosa, mientras las fans solo decían lo genial que era Sasuke.
El combate llegó a su fin y así fue como el Instituto de la Hoja consiguió pasar a la siguiente fase de la competencia, las fans comenzaron otra vez con su porra, mientras un joven de pelo castaño, su rostro era un tanto aniñado y hasta sus facciones eran un tanto femeninas, debido a la emoción tiró su café en el chico de pelo verde del Instituto de la Arena que estaba sentado a su lado.
—¡Ahh, me quemo! ¡Joder, y ahora apesto a café!—dijo molesto viendo al pobre chico.
Mientras tanto en la otra parte de las gradas se encontraba Sasori al lado de Sakura.
—Uchiha Sasuke, una cara bonita, experto en el arte del kendo, parece el príncipe azul de un manga para chicas—comentó Sasori.
—¿Verdad que sí? ¡Es tan genial!—comentaba Sakura muy emocionada.
Ya terminado todo, Sasuke salió del dojo tranquilamente, estaba dispuesto a irse cuando una escena llamó su atención.
Unos alumnos del Instituto de la Arena estaban molestando al pobre chico que había derramado su café encima de uno de ellos.
—¡Venga no me jodas y pídeme disculpas—decía el peliverde.
—Lo siento—dijo el chico.
—Muy bien, salta—dijo el mismo chico y el otro comenzó a saltar, acción por la cual los otros se dieron cuenta de que traía bastante dinero, así que le sacaron la cartera del pantalón.
—Por favor dámela—pidió el chico.
—Se ve que va al Instituto de la Hoja—dijo ahora el peligris, Sasuke estaba dispuesto a ir a defender al chico, pero llegó un joven de pelo rubio, ojos azules y tres extrañas marcas en cada una de sus mejillas.
—¡Paren por favor!, engañando y pegando, y se hacen llamar hombres, ¿No les da vergüenza?—dijo el joven muy decidido.
—¿Quién coño eres tú? Estás equivocado, este chico nos dio su cartera—dijo el peligris.
—No es verdad…—dijo el chico tímidamente.
—¡¿Verdad?! —dijo de nueva cuenta el peligris.
—¡Sí!—respondió el chico.
—¿En verdad?, entonces lo siento—se disculpo el rubio.
—Eso no es verdad…—volvió a hablar el joven tímidamente.
—Devuélvansela—dijo mientras trataba de quitárselas.
—¿Qué? ¡No he oído nada!—dijo ahora el peliverde.
—¡Devuélvanle la cartera!—dijo el rubio gritando.
—¡¿Quién te crees?!...—el peligris no pudo terminar la frase ya que fue golpeado por Sasuke, el chico al que estaban molestando solo atino a correr en busca de un maestro.
—Lo siento, mi mano se movió sin querer—dijo Sasuke.
—¡¿Qué te crees que estás haciendo?!—dijo Kankuro quien iba llegando junto con Gaara.
—Sabaku-san, él es…—atino a decir el peligris.
—Uchiha—terminó la frase Gaara.
—No me importa quién sea vámonos—ordeno Kankuro.
Los jóvenes se fueron, Sasuke y el joven rubio comenzaron a caminar, mientras iban platicando.
—Muchas gracias por venir en mi ayuda—dijo el rubio.
—No ha sido nada, pero es peligroso ayudar ha alguien estando solo—respondió el azabache.
—¿Te llamas Uchiha Sasuke?—preguntó el rubio.
—Sí, ¿Cómo?...—respondió Sasuke.
—¡Ah! Perdona, lo leí en tu mochila, mi padre siempre me ha dicho que haga kendo, porque significa serle fiel a uno mismo, por eso no soporto que se metan con otros—dijo el chico un tanto indignado.
—¿Serle fiel a uno mismo?…—dijo Sasuke, de pronto y como por arte de magia comenzó a llover, ambos jóvenes miraron hacía el cielo.
—Toma—dijo el rubio dándole una sombrilla a Sasuke.
—¿Pero y tú?—preguntó el azabache.
—No te preocupes por mí, traigo otra, es que voy a pasar por mi papá, bueno adiós Sasuke—
—Claro adiós…¿Cómo te llamas?—dijo Sasuke pero al levantar la vista se percato de que ya no había nadie.
—¿Qué es esto?—dijo mientras se tocaba su pecho.
Sentirás algo en tu pecho, Y sin saber la razón sentirás dolor…
CONTINUARA…