Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Familiar lejano. por Mirelle

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen aunque interiormente crea que sí. Es un universo alterno para mis queridos itachi y sasuke. -^^-

Notas del capitulo:

Este es un oneshot itasasu, y espero que les guste. ^^

Vale. Itachi había acudido a la cita más por compromiso que por otra cosa. Y es que no se le podía culpar. ¿A quién le entraban las ganas de ir a conocer a un familiar lejano si era precisamente eso, lejano? Dos días en coche. ¿Se le podía culpar de haber peleado hasta el final por no querer ir?

 

 

 

Unos días antes…

 

 

 

Itachi era un chico de diecinueve años. Iba al instituto por la mañana y estudiaba por la tarde. El hijo perfecto. Y también el amante. Él era, físicamente, cañón. Tenía el pelo largo moreno atado con una coleta baja, unos atractivos ojos rojizos y un cuerpo de infarto. Aun a pesar de todo eso, todavía no se había echado pareja. Y sobresaltamos la palabra pareja. ¿El motivo? No le gustaban las mujeres. Vaya, dicho de otra forma, era gay.

 

 

 

Dado que creo que no hace falta dar tantas explicaciones sobre él, empezaré por su familia. Vivía solo, pero sus padres estaban en la casa de al lado y cada día se pasaban a verle. Él sabía que tenía unos familiares lejanos en la villa del sonido, pero ni modo de que tendría que ir a visitarlos algún día. Y ese día, había llegado.

 

 

 

Unos días después de darle la noticia y que él se opusiera lo máximo, lo metieron en el coche (casi atado y amordazado) y guardaron su maleta en la parte trasera del coche. (Obviamente, no van a guardarla con el motor). Después, se dirigieron hacia la villa de su familia. No diremos qué parte de la familia son, ya que los Uchiha ocupan un barrio entero de gente, y sería un lío contar que Itachi era el hijo del padrino de la cuñada, de la hermana del primo del sobrino de la vecina que era tía de los parientes que iban a visitar. ¿A final lo conté? Lo siento.

 

 

 

Pero todo esto no importaba mucho. Lo que realmente importaba, era que Itachi estaba montado en un coche con destino desconocido desde hacía más de medio día, y todavía no llegaban. ¡Eso se hacía más infinito que el campo de Oliver y Benji!

 

 

 

-¿Falta mucho? – preguntó aborrecido, después de leerse cinco libros de quinientas páginas cada uno. – Me aburro…

 

 

 

-Sí, falta mucho. – gruñó su padre, concentrado en la carretera. (Sé que en las villas Ninja no había coches, pero así mejor. No habría tráfico y no pillarían caravana).

 

 

 

-Pero… ¿Mucho, mucho?

 

 

 

-Sí, hijo. Mucho, mucho. – alegó su madre intentando no hacer caso de su pesado hijo adolescente.

 

 

 

-¿Jugamos a algo? ¿Al veo veo?

 

 

 

-¡De acuerdo! – sabía que su madre siempre se animaba a ese ridículo juego infantil, pero así podría pasar un rato entretenido. - ¡Empiezo yo! Veo, veo.

 

 

 

-¿Qué ves? – preguntó Itachi de forma automática.

 

 

 

-Una cosita.

 

 

 

-¿De qué color es?

 

 

 

-Es… de color… - Mikoto, su madre, empezó a mirar por todas partes para encontrar algo que decir. Finalmente, le observó con una sonrisa ansiosa. - ¡De color negro!

 

 

 

-Mi camisa.

 

 

 

-¿Azul? – siguió preguntando Mikoto.

 

 

 

-Mis pantalones.

 

 

 

-Naranja.

 

 

 

-La portada de mí libro.

 

 

 

-¡Azul oscuro!

 

 

 

-¿La tapicería del coche?

 

 

 

-Marrón.

 

 

 

-Mi pelo.

 

 

 

-Negro con canas.

 

 

 

-El pelo de papá.

 

 

 

-¿Rojo?

 

 

 

-Mis ojos.

 

 

 

-¡¡Amarillo!!

 

 

 

-¡El pájaro que ha pasado volando a un kilómetro de distáncia!

 

 

 

-¡¡Anda ya, Itachi!! ¡Si las adivinas todas así, jugar no es divertido! – gruñó su madre, enfadada por haber perdido. Se dio la vuelta y pasó de él.

 

 

 

Itachi gruñó. ¿Era su culpa ser un genio? Se estiró un poco en el asiento de atrás, donde iba, y empezó a releer el libro.

 

 

 

-Y esos familiares lejanos… - preguntó, de forma poco interesada. - ¿Son guapos como nosotros? – su padre le miró mal. – Lo tomo como un sí… ¿Hay alguna chica bonita?

 

 

 

-Itachi, hijo… Vamos a ver a Orochimaru y su ayudante. Y sólo serán dos días. ¿En serio piensas montarte una fiesta sexual con ellos? – preguntó, sin saber que su hijo era gay.

 

 

 

-Supongo que no… - contestó refunfuñando. Sólo recordaba haber visto una vez a Orochimaru, y le causó un trauma de por vida. El era pequeño, pero recordaba esos ojos amarillentos mirándole con lascivia.

 

 

 

No conocía personalmente al ayudante, pero una de dos… O estaba loco y realmente deseaba estar con la serpiente humana, o simplemente lo pasaba muy mal aguantándole, pero el pobre desgraciado no podía huir.

 

 

 

Itachi dejó de lado sus pensamientos, cuando el sueño empezó a vencerle, y se durmió.

 

 

 

 

 

 

 

-¡¡Llegamos!! – gritó el padre cuando recién aparcaba. - ¡Por fin! ¡Despertad, Itachi, Mikoto!

 

 

 

-Buenos días, familia. – saludó una voz. A Itachi casi le da un infarto cuando, al levantar la cabeza, lo primero que vio fue la cara blanca y asquerosa de esa asquerosa serpiente. No pudo reprimir un gritito de sorpresa.

 

 

 

Miró alrededor, y no vio al ayudante por ningún lado.

 

 

 

-Ah... Itachi… Si quieres, mi ayudante tiene la misma edad que tú, tal vez un poco menos… está por el bosque. Puedes irle a buscar y os hacéis amigos… - contó Orochimaru, como si de un niño de seis años se tratara.

 

 

 

Itachi asintió de no demasiada buena gana y se dirigió al bosque, a buscar al loco amigo de Orochimaru. Se pasó varios minutos caminando por el bosque, cuando de pronto, sintió una extraña presencia.

 

 

 

Se acercó curioso a un pequeño lago, y vio a una figura desnuda, de espaldas, de piel pálida y atrayente cinturita bajo la cascada. ¿Una chica? – se preguntó mentalmente.

 

 

 

Se sacó los pantalones y la camiseta, quedándose en bóxers, y se acercó a la criatura, que parecía demasiado ocupada jugando con el agua que bajaba, como para prestarle atención. Cada vez estuvo más cerca, hasta que casi le podía rozar. Era un chico bajito, de pelo negro azulado y pincho. Increíblemente perfecto.

 

 

 

El corazón de Itachi pareció parar de bombear cuando el chico se giró, mostrando una dulce y pálida carita, de ojos negros y labios carnosos.

 

 

 

El chico abrió enormemente sus ojos y un color carmín tiñó sus mejillas.

 

 

 

-¡¡Ah!! – gritó, tapando su cuerpo desnudo con el agua. - ¿¡Qué quieres, pervertido?!

 

 

 

-¿Pervertido? – no pudo evitar una sonrisa, que dio confianza al menor. – Encantado, soy Itachi. ¿Has visto por aquí a alguien más? Busco al ayudante de Orochipedófilo.

 

 

 

-¿Orochipedófilo…? – se preguntó internamente. Luego se relajó y empezó a reír. – Pues lo tienes delante. Yo soy Sasuke, encantado. ¿Eres familia del lord, verdad?

 

 

 

-Perdón… ¿El lord?

 

 

 

-Me refiero a Orochimaru… - explicó Sasuke, todavía riendo por el apodo que le había puesto al mayor. Así se veía muy dulce. Itachi le acarició la mejilla tiernamente, adorando a ese pequeño ángel.

 

 

 

-No me creo que alguien tan puro y dulce como tú, sea el ayudante de ese ser despreciable… - susurró. – ¡Escapémonos juntos!

 

 

 

-¡Pero si ni siquiera nos conocemos! – alegó Sasuke, un poco asustado por la propuesta del otro.

 

 

 

-Tendremos mucho tiempo de conocernos cuando escapemos juntos, te lo aseguro. Ahora que te he encontrado no pienso dejarte escapar, pequeño ángel mío.

 

 

 

Sasuke se sonrojó inmediatamente, pero prefirió no decir nada. Al fin y al cabo, ¿quién le decía que no tenía ganas de escapar con ese hermoso hombre?

 

 

 

Hacer el viaje no había estado tan mal, ¿No, Itachi?

 

 

 

 

 

Finalmente, escaparon juntos y fueron felices.

 

 

 

Ochenta años después, se encontraban los dos sentado en la playa. Se habían comprado una casita allí, y vivían los dos felices. Aunque fuesen abuelos, seguirían amándose eternamente. ¿Y todo por qué? Por qué habían obligado a Itachi a ir a conocer a la familia.

 

 

Notas finales:

¡¡¡¡¡Espero que les haya gustado!!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).