Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mörder por albuxa

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Dedicado a Ady, porque siempre lee mis fic en todos lados, aunque no me pueda comenatr siempre ^^

 

NUEVA MASCOTA Y NUEVOS SENTIMIENTOS

-Hey Gustav, ¿esta noche a quien tenemos en la lista?.- preguntó Georg mientras salía por la puerta del pasillo poniéndose la chaqueta. Tom llevaba diez minutos esperando a que él encontrara esa estúpida chaqueta, porque era nueva y Georg querí estrenarla. Esa noche tenían misión.
-Vamos a ver... hoy nos toca un abogado. Su nombre es Christor Wreng. Al parecer violó a la hija menor de su vecino, pero nunca encontraron pruebas de nada y, cuando se llevó a juicio el asunto, ¿quién creeis que ganó?. El abogado pedófilo.- Gustav guardó la lista en el bolsillo trasero de sus vaqueros, cogió la chaqueta del perchero de la entrada, y salió por la puerta, siendo seguido por los otros dos.
-¿Lleváis vuestras armas?. Te recuerdo que la última vez se te olvidó la tuya Georg.- le reprendió Tom.
-Tranquilo hombre, esta vez la llevo en el cinturon, escondida por mi nueva chaqueta. Tuve suerte cuando me tocó aquel banquero del viernes, pude llevarme un montón de su dinero y, junto a la paga de David por el trabajillo, me la compré en Dior.- desde luego no pasaba desaprovechado ningún momento para pavonearse de su chaqueta de cuero marrón. Ya tenía una semana, pero no había querido ponérsela cuando iba a misiones él solo, vaya a ser que se manchara de sangre.
Salieron de la casa y se metieron en uno de los tres coches, con Gustav como conductor.
Vivían en las afueras de la ciudad, en una enorme casa de dos plantas y un ático. La casa constaba de tres dormitorios con cuarto de baño para cada uno, una sala de estar, la cocina, una sala de entretenimiento, un despacho para las reuniones importantes con su jefe, y una sala de trabajo o entrenamiento. A parte, la casa tenía piscina en el exterior, la cual estaba vacía dado que era otoño y aún hacía algo de frío.
El viaje duró al rededor de veinte minutos, en los cuales reinó el silencio en el coche, un silencio para nada incómodo.
Aparcaron en uno de los barrios más pobres de la ciudad, delante de un apartamento que desde la fachada aparentaba ser asqueroso y mugriento, nada fuera de la realidad.
Nada más entrar el edifico había un ascensor con muy mala pinta, que parecía a punto de caerse si una hormiga pasava por él, por lo que los niños tuvieron que subir por las escaleros, deteniéndose en el cuarto piso.
-¿Qué habitación es Gustav?.- el aludido sacó otra vez el papel de su bolsillo, antes de volver a guardarlo después de mirar el número del apartamento.
-La 217.-
-Pues entonces ya hemos llegado.-
Se pararon delante de una puerta marrón la cual, a diferencia de otras, no tenía agujeros ni manchas y su presentación era distinta, como si la hubiesen cambiado hace poco.
Georg llamó al timbre de la puerta, y los tres esperaron durante un rato para que les abrieran, lo cual no hicieron cuando llamó una segunda o tercera vez. A la cuarta Tom sujetó el brazo de Georg cuando iba a volver a tocar el botón, sacando la pistola de sus enormes bolsillos y disparando al pomo de la puerta, la cual se abrió un poco sin oponer resistencia.
Entraron en la sala, la cual estaba llena de restos de comida y papeles por el suelo o encima de los muebles. Las habitaciones tenían los cajones desordenados y las camas tenían las sábanas revueltas. La cocina estaba igual o más desordenada que el resto, con el lavavajillas lleno de platos sucios con comida aún en ellos. Tenía aspecto de estar deshabitada, pero la puerta de aspecto nuevo decía lo contrario.
-Gustav.- gritó Tom desde la sala para hacerse notar.- dime cuál es el siguiente lugar dónde podríamos encontrarle.
A Gustav ni siquiera le hizo falta mirar la hoja, lo había mirado antes cuando le preguntaron por la puerta, tenía la sensación de que tampoco lo encontrarían allí.
-En una discoteca que se encuentra a dos calles de aquí.-
-Perfecto, entonces vámonos. Cuanto antes terminemos, entes comeremos.- ninguno puso objeción al argumento de Georg, y es que los otros dos sabían que lo único que cabía en la mente del castaño era comida. A veces alguna chica con la que tener sexo. Pero siempre comida.
Se montaron de nuevo en el coche y se dejaron guiar por Gustav hacia el local, el cual tenía una pinta bastante lujosa, lo cual no concordaba con la situación en la que se encontraba.
Aparcaron el coche en la acera de en frente y se bajaron, dividiéndose el territorio. Georg entraría al local a buscarlo, mientras que Tom iría a los alrededores y Gustav se quedaría en el coche.
Tom decidió mirar en el callejón que había detrás del local. El callejón era corto y sin salida, con una puerta, la cual conectaba a la discoteca, y un enorme contenedor de basura.
Tom podía oir ruidos raros, casi gruñidos, y unos débiles sollozos probenir de detrás del contenedor.
Lo rodeó y vió algo increíblemente asqueroso.
Un hombre mayor, de unos 30 años, se estaba desabrochando los pantalones con una mano, mientras con la otra sujetaba el brazo de un niño de unos 15 años, el cual estaba llorando totalmente desnudo. Su pelo era negro con mechas blancas, y le llegaba a la altura de sus hombros. Su figura era delgada y tenía una piel pálida.
Su mirada y la del niño conectaron, y Tom podía ver todo el dolor y el miedo en ella, junto con las súplicas de socorro.
Pero esa no era su misión, la suya era eliminar a ese abogado pedófilo el cual, si comparabas bien con la foto que Tom tenía en sus manos, se parecía mucho a aquel hombre que estaba a punto de violar al niño pelinegro.
Para ser más exactos, ese era el hombre al que tenía que matar.
Al parecer el señor Wreng no se había dado cuenta de su presencia, por lo que se bajó los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos, y volteó al chico, presionándolo contra la pared. Pero antes de poder hacer nada, un disparo se oyó en el callejón y el cuerpo del hombre cayó estrepitósamente al suelo, con un agujero en su nuca y en su frente, del cual goteba sangre.
El niño se dió la vuelta y miró el cuerpo tirado en el suelo mientras se deslizaba hacia abajo en la pared, acabando sentado en una esquina del callejón abrazándose las rodillas.
Sus ojos marrones volvieron a conectar con los de Tom, pero esta vez el miedo que se percibía en ellos era diferente. Esta vez tenía miedo de Tom.
Pero el rastudo tenía un serio dilema mental. Se suponía que si había testigos debían de ser eliminados, pero algo en ese chico se lo impedía. Era ver sus ojos y quedar paralizados. Debía admitir que era un niño muy hermoso, y Tom siempre fue abiertamente bisexual. Pero de ahí, a enamorarse de golpe de un niño como aquel... era algo que si se lo contaban a él, se hubiese reido hasta la muerte.
Desechó la idea del amor, convenciéndose de ser solo una atracción física, porque el cuerpo de ese muchacho era muy bonitos y sensual.
Sin pensárselo dos veces guardó la pistola y le tendió la mano. Por alguna extraña razón, la visión del niño cambió, y se levantó de prisa tirándose a los brazos de su "salvador".
Tom se quedó unos minutos quieto, procesando lo que acababa de ocurrir hasta que, después de un rato, envolvió sus brazos al rededor del pequeño cuerpo del niño.
Permanecieron así unos segundos más, hasta que una voz los interrumpió.
-Hombre Tom, ya veo que acabastes la misión. Perfecto, vámonos entonces.- Gustav y Georg se encontraban en la entrada del callejón. La sangre en el suelo era signo positivo para ellos.
-De acuerdo, me muero de hambre. Y hoy te toca cocinar a ti Gustav.- se qi¡uitó la sudadera y se la tendió al niño, el cual se la puso lentamente, sin dejar de mirar los ojos de Tom ni un minuto.
-Tom...- llamó Gustav- ¿quién es él?.- Georg y Gustav esperaron la respuesta de Tom mientras los cuatro se montaban en el coche. Georg y Gustav alante y Tom y el niño detrás.
Tom agarró al niño del brazo y lo sentó en su regazo, colocando una mano en su cintura y la otra en su cabeza, la cual estaba en su hombro. Sonrió cuando oyó ronronear al chico al acariciarle el pelo
-Mi nueva mascota.-

***********************************************************************************************

Había pasado ya una semana desde que le había encontrado en el callejón. Su nombre era Bill. Habían averiguado que el hombre al que mataron era su padre adoptivo, y que de sus verdaderos padres no sabía nada.
Había pasado una semana desde que Bill limpiaba y cocinaba para los chicos. Era raro que le gustase hablar y escuchar sobre las misiones de los chicos. Cualquier persona normal no querría vivir con una pandilla de asesinos, por mucho que le hubieran salvado la vida. Pero Bill era diferente.
Había pasado una semana desde que Bill dormía en la cama de Tom con él. Sólo había tres dormitorios en la casa, y era evidente que no iban a hacer a Bill dormir en el sofá de la sala, y Tom era demasiado terco como para dormir allí también, por lo que tuvieron que compartir cama.
Había pasado una semana en la cual Bill no se separaba de Tom siempre que este estuviera en la casa. Si él iba a la cocina, Bill le seguía. Si estaba cansado y se iba a dormir, Bill iba detrás suya. Si decidía tomar una ducha, Bill lo esperaba al otro lado de la puerta. Cuando volvía de una misión era recibido por los brazos de Bill, y su mejilla y su frente ya estaban acostumbrados a tener esos rosados labios encima a todas horas del día.
Al principio a Tom le había molestado, pero...
... había pasado una semana desde que Tom descubrió que se había enamorado de Bill.

Notas finales:

Subiré el capi 2 en un ratito, dejadme coment!! xD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).