En una fría tarde de invierno, en algún departamento de Tokio se encontraba una mujer de cabellos rojos y estatura mediana, vestida con una gran bata rosa y unas pantuflas en forma de conejito sentada en un sillón.
-Estoy muy cansada, todo lo que tuve que hacer para que terminara su trabajo. A sus 29 años sigue siendo muy inmaduro e irresponsable ¡¡No sé como Misaki-kun lo soporta!!
Bueno de los males el menor, me alegro que por fin hayamos terminado la historia… ¡Es cierto todavía tengo que corregir su novela! ¡Y yo creí que ya había terminado! (Suspiro pesadamente lamujer) Ni modo a corregirla, es el gran precio de ser editora y más de un escritor como Usami-sensei, pero ante tanto trabajo, agradezco que puedo leer su novela antes de que sea publicada.
Hay que reconocer que es una de las grandes ventajas de ser su editora. Bueno veamos donde deje el escrito, ahh aquí….-
Amor en el Magisterio Escolar
Por Akikawa Yayoi
Capítulo I… Suspiros
“No sé cómo no puede darse cuenta de lo que siento, si es demasiado obvio.
Casi no puedo contenerme cuando él está cerca de mí ¿Por qué no se da cuenta de eso? ¿Por qué no se da cuenta de los suspiros que me provoca cada vez que pasa a mi lado?
De que me muero por estar a su lado, por tocarlo, besarlo, amarlo y me ame locamente como yo lo hago ¿Por qué no la descubierto? (suspiró profundo)
Bueno creo que es mejor que no lo sepa, podría ocasionarle muchos problemas y eso es lo menos que quiero. Lo mejor sería que me olvide de él o por lo menos mantener mi amor en secreto. Si eso es lo mejor quiero olvidarlo.
¿A quién demonios engaño? ¡Claro que no quiero! ¿Cómo podría? si cada vez que lo veo dulcemente me regala una sonrisa y derrite mi corazón, además de que se sonroja lindamente para mi cada vez que lo veo directo a los ojos.
¡¿Cómo rayos voy olvidar su linda cara, su delicioso aroma su frágil cuerpo?! ¡Dios! que daría por que me correspondiera….”
-Disculpe Usami-sensei no le entiendo al capítulo ¿podría explicarme?-
-¿Qué parte no le entiende?-
-Al artículo 34 profesor-
-De nuevo vuelvo a explicar y ponga más atención Señor Takahashi-
- Si gracias
“Siempre tan lindo y es más cuando me pregunta tímidamente como lo acaba de hacer. Misaki, si supieras cuan feliz me haces cada vez que me hablas aunque sea solo relacionado con la clase.
Realmente me cuesta mucho trabajo aparentar seriedad cuando estas junto a mí. Quisiera abrazarte y no dejarte ir de mis brazos…”
-Esto por hoy, lean el capítulo 5 de libro de Derecho Financiero y realicen el resumen correspondiente, ya pueden salir. Por cierto Señor Takahashi quédese un momento tengo que hablar con usted-
-S-si profesor- Menciono tímidamente el joven estudiante mientras se acercaba al escritorio.
-Señor Takahashi Antes que nada ¿lo puedo llamar por tu nombre?
-S-si-
-Perfecto, Misaki últimamente he notado que estas muy distraído ¿te encuentras bien?-
-Si sensei, lo siento pondré más atención-
-Si necesitas algo puedes decirme, yo podría ayudarte-
-Gracias Profesor, pero no pasa nada-
-De acuerdo, entonces puedes retirarte-Después de esto el joven castaño salió rápidamente del salón.
Sin apartar los ojos de la puerta Akihiko se recostó pesadamente en la silla de su escritorio…
“Siempre tan tierno, ¿Me pregunto por qué estará tan distraído? Aunque pensándolo bien el nunca ha sido el más brillante de mis alumnos, de hecho es lento para mi materia. Pero sin duda eso lo hace ver todavía más ingenuo de lo que es, además de esa carita de niño que tiene matiza perfectamente con su sedoso cabello castaño y más con sus hermosos ojos verdes, los cuales me hacen temblar por dentro cada vez que me observan.
¡No puedo creer que haya entrado a la universidad! Si parece un niño de 16 años (suspiró) realmente un niño…”
El profesor quedo profundamente sumergido en sus dulces pensamientos, recordando con gran detalle esa carita que lo hacía sonrreir, sus movimientos, su olor. Incluso llegó a imaginar por un momento que su alumno se encontraba entre sus brazos, pero para su mala suerte el ruido de la campaña escolar se hizo presente volviéndolo a la realidad.
-¡Maldición ya es tarde! Tengo que ir a la siguiente clase-
Apresurándose Akihiko-sensei salió del salón de clases con dirección a otro de los edificios de la escuela para continuar con su labor, pero no se percato que su saco color negro, mismo que era parte del uniforme de los docentes, se había quedado en una de las butacas del gran salón.
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Después de un agitado día de clases, en punto de las siete de la noche Usami-sensei terminó sus clases, agotado por lidiar con más de 200 alumnos incapaces de aprender las diferentes ramas del Derecho Financiero.
Por un momento el profesor agradeció tener a su disposición una habitación con todos los servicios ya que después de realizar su trabajo solo podría pensar en comer algo ligero e ir a dormir toda la noche para ver si la suerte estaba de su lado y una vez más soñar con aquel joven que desde hace varios meses lo traía descontrolado.
Con suma pesadez recogió del escritorio todos sus libros, pintarrones y demás artículos y los coloco en su maletín. Sin embargo antes de salir del aula un escalofrió invadió su cuerpo.
-¿Y mi saco? ¡¿Dónde demonios deje mi saco?!-
No podía perderlo, era parte del protocolo de uniforme escolar y si el no cumplia las normas no podia esperar que sus alumnos lo hicieran.
Asi que rápidamente el sensei tomó su maletín y salió a toda prisa dispuesto a recorrer cada uno de los salones donde había estado para recuperar su saco.
Después de un par de horas de caminar por todo los edificios del campus, se dio cuenta de que no había visitado el salón donde su querido alumno Misaki tomaba sus clases. Pero ya habian pasado muchas horas, definitivamente no estaría ahi.
Ya resignado de no encontrar su saco, caminó lentamente por el solitario edificio hasta llegar a su destino.
Sigilosamente entró en el aula y sin preocupación alguna encendió las luces del salón para buscar su objetivo. Mas al entrar y observar el lugar algo le descolontro.
------CONTINUARA--------