La madrugada del 1 de Noviembre, las copas de los árboles eran alborotadas por el viento huracanado y pequeñas gotas de agua eran lo que delataba que, la noche anterior, había llovido con furia y el cielo comenzaba a teñirse de azul... Un azul que, por lo menos para él, era grisáceo.
Su mirada castaña se perdía en el amanecer que comenzaba a nacer en el horizonte con todo su maravilloso esplendor.
Ese día, según los pronósticos del clima, no llovería como anoche donde casi se caía el cielo. Su bruna mirada se apartó de el alba y de un movimiento se levanto para alejarse de la ventana, el sol le molestaba.
Y ahí estaba, Light Yagami, huyendo del sol...
¿Desde hace cuanto que no dormía o que no sentía los rayos del sol entibiar su piel ?... La respuesta, ya la sabia y no necesitaba recordársela a si mismo.
Lo que algúna vez , un humano normal, que añoraba un futuro construído de sueños que, ahora, eran lejanos... Ahora, ya no era mas que un monstruo que ansiaba sangre desesperadamente; aquel vino de sabor metálico y salado, aquel líquido que sería su único alimento en lo que le restaba de eternidad; condenado a la sed eterna y a días sin fin. Dió un suspiro y se acercó a la ventana para cerrar las cortinas de un tirón.
Comenzó a perderse en el profundo mar de sus recuerdos, en los cuales, viviría ahogandose...
Recordaba una castaña mirada a sus espaldas, una mirada fría e inhumana... Cómo si fuese observado por un predador que acecha a su presa.
-Misa-misa ansiaba verte-murmuraba su voz dulce e infantil, cómo si quisiera arruyarle- Misa-misa haría lo que fuera por que Light se quedará con ella... Por el resto de la eternidad.
Su aliento helado chocaba contra su piel dorada a cada palabra que pronunciaba, una de sus manos se entrelazaba con la suya mientras la otra jugueteaba con el vello de su nuca y su nariz recta acariciaba la piel de su cuello...
-Misa-misa está dispuesta a perder todo por que Light se quede con ella-comentó la chica rubia mientras él, quizás algo, sumiso por la "dulce" muchacha, acariciaba sus largos cabellos.
Uno, dos, tres besos y mil latidos de su corazón, por primera vez Light creyó estúpidamente que quería querer a la "inocente" Misa que tontamente lo amaba más de lo que se amaba a si misma... ¡Estúpido! ¡Pobre humano crédulo!
Cuatro, cinco, seis besos que iban desde su garganta hasta el hueco que habia entre su hombro y cuello... Sintió la lengua de la chica degustar su piel cálida, suave y ¡viva!
-Lo siento, Light, amor-murmuró la chica a su oído, sin sentimiento algúno en su tono de voz para bajar de nuevo al hueco de su cuello-Pero es lo mejor...
No lo entendió hasta que sintió como su piel y sus venas eran perforadas por algo filoso... Un dolor, un extremo dolor, algo que lo quemaba y le lastimaba, quería gritar...
Pero, era demasiado tarde...
-Fin flashback-
Un tremendo e inatural escalofrío recorrío su espina dorsal y por inercia cerró los ojos...
La puerta de su habitación fue abierta, escuchó sus ligeros pasos avanzar por el marmol blanco del lugar; sintió aquella mirada de ya hacia un tiempo y sonrió por inercia también, al sentir una de las manos de la pálida muchacha posarse en su hombro izquierdo.
- Light, cariño...- la muchacha le susurraba al oído, comenzó a acariciar sus hombros y le dió la vuelta suavemente.
Light se dejo llevar, abrió lentamente los ojos y se encontró con un par de ojos cafés que le miraban serenamente; aquella misma mirada que lo habia echo caer en el profundo y eterno infierno que ahora vivía.
-Te quieren ver, para explicarte las reglas- Light comenzó a procesar la información que Misa acababa de decirle.... ¿Acaso había escuchado la palabra "reglas" ?
-Reglas-susurró la palabra para si mismo, según él, la gente como Misa no tenía reglas... Estaba muy equivocado- ¿Desde cuando tienen reglas?-no habia podido aguantar las ganas de preguntar, aunque lo ocultará, le sorprendía mucho que tuvieran reglas.
-Desde siempre- respondió la jovencita mirandole con serenidad, sólo ella sabia que la mas importante la habia roto por amor. Ella, estaba nerviosa, si la descubrían sería su fin; en especial sabiendo que el jefe de los vampiros era muy observador... Y nadie lograba burlarse de él.
- Pero bueno... eso no es lo importante, debemos de bajar y ellos te explicaran todo - acarició las mejillas del castaño con sus pulgares, debía de dejar de pensar en lo que pasaría si no lo hacia... Near se daría cuenta y todo llegaría al limite.
No dijeron nada mas y comenzaron a bajar las escaleras de marmol obscuro, pasaron varios cuadros de marco dorado y puertas que no sabía que existían.
Aquella casona, era muy grande y a juzgar por el marmol de los suelos, los acabados del siglo XV y los muros de tapices poco alegres... Diría que era muy antigua.
Entraron a un salón circular lleno de puertas y cuadros, las pesadas cortinas estaban cerradas y lo único que alumbraba la penumbra eran las velas que colgaban de la telaraña dorada del techo.
-Espera aquí- Misa le dió un beso, suave y fugaz, para luego desaparecer por una de las puertas de ebano.
El muchacho obedeció... Se quedó parado contemplando los cuadros. Eran familias formadas de mujeres hermosas y elegantes, hombres atractivos y niños perfectos.
Al pie de cada uno de los cuadros se distinguía una placa dorada que rezaba el apellido y el lema de cada familia; pero de todos los cuadros, hubo uno que le llamo la atención; caminó en dirección al cuadro que estaba hasta el fondo... Mientras sus pasos rompían el pesado silencio.
Se sorprendió mucho más al ver el cuadro de cerca. En el, yacían cuatro personas... Una hermosa mujer de semblante cálido y cabellos rubios, que caían como cascada sobre sus delgados hombros mientras su mirada castaña permanecía serena, estaba de pie luciendo un entallado vestido azul marino y un collar de perlas adornaba su pálido cuello, a lado de ella se encontraba un hombre alto de cabellos bronce y mirada penetrante color azul que lucía un impecable traje negro de gabardina larga, su piel era igual de pálida y sus facciones eran refinadas pero poseía un semblante altivo y frío, mientras que sentados en un sillón rojo vino, permanecían dos infantes gemelos... Un niño de cabellos rubios cortados en media melena con el flequillo caído sobre la frente hasta la altura de los ojos, los cuales eran azules záfiro, llevaba un traje negro y sonreía burlonamente, a su lado, sentada sobre las faldas de su vestido rosa pálido se encontraba una niña de cabellos lacios, largos y rubios, su mirada castaña era pasiva y sus facciones eran finas como la de los otros 3 miembros de la familia, una M de oro colgaba del bonito collar de perlas y poseía un semblante patético e infantil.
Al pie del retrato, yacía una leyenda que rezaba: Oikogéneia Amane, pánta téleia*; cosa que Light no entendió... A decir verdad jamás se imaginó que Misa tuviera un hermano de la misma edad y encima ¡Gemelo!.
- ¿Estas viendo el cuadro de mi familia? -murmuró una voz femenina a sus espaldas, provocando que de la sorpresa, pegará un respingo involuntarió e hiciera tambalear un florero que yacía sobre una mesita.
- Misa, no te escuche llegar- comentó el muchacho observando a la rubia.
- Bueno, ya te iras acostumbrando- se encogió de hombros la joven mientras le sonreía.
- No sabia que tenias un hermano - comentó el castaño sin muchos rodeos provocando que Misa se sorprendierá pero, él, no lo notó.
- Si, el es mi hermano gemelo, es muy diferente a Misa-misa-comentó con simpleza- Él es muy.. -pero se quedó en silencio eligiendo el adjetivo que describierá al mayor de los Amane.
- ¿Raro? - intentó completar la frase de Misa, sin embargo, esta negó con la cabeza.
- No, él es muy despota y especial, de hecho tiene un caracter muy pesado- expusó observando a su hermano en la foto y suspiró- Pero bueno, no pensemos en eso, tenemos que ir con la elít*...-explicó con calma la rubia mirandole a los ojos- Te deben de explicar todo, antes de formar parte de nuestra familia.
Light asintió y ambos salieron del salón circular Misa iba delante de él para mostrarle el camino correcto... Su silueta era delgada y menuda, portaba una gabardina negra encima de un impecable vestido rojo, su melena rubia estaba atada en una media cola de caballo con un listón negro y mechones de su cabellera caían suavemente sobre su espalda y hombros.
Misa Amane era una joven hermosa, quizás de actitud inmadura de vez en cuando, pero poseía una elegancia y un porte que cualquier mujer sobre la tierra envidiaría... Incluso su estetica figura y su rostro delicado eran de envidiar.
Llegaron a una puerta de ebano tallado, la auréa muchacha tiró de ella y esta se abrió con un suave chirrido delatando lo vieja que ya era... No abría hacia un pasillo, si no, a un túnel que era alumbrado con una que otra antorcha y donde el frío hubiera calado hondo a cualquier humano.
Al final del casi eterno tunel había una enorme puerta de marmol blanco de simples tallados donde la penumbra era quebrada por una enorme telaraña de cristal cortado que alumbraba "alegremente" el lugar... Parado a lado de la puerta, con la mirada fija en ellos, se encontraba un perfecto rubio.
A primera vista, Light, no cayó en cuenta de que aquel mismo joven de altura media y facciones refinadas era el mismo niño de semblante altivo que habia quedado grabado en el cuadro del salón en el que habian estado antes pero fue mirarlo directamente y comprender que aquel joven no habia cambiado mas que uno que otro detalle en su casi delicado fisico.
-Hermana-inició una voz ronca mientras Misa le abrazaba y era correspondida-No te esperaba hasta esta tarde pero... Ya que estas aquí-comentó como si no hubiera más remedio para después comentar altivamente-¿Y este quien rayos es?
-Mello, hermano... Es mi pareja-explicó sin muchos rodeos la joven mientras ponía los ojos en blanco.
-Ya veo-sus pesadas orbes azules le miraban de arriba hacia abajo detallando cada centímetro del castaño-¿Con que este es el nuevo, hein?... ¿Ahora aceptaremos a cualquiera?
En efecto, Mello Amane era perfecto solo por fuera pero por dentro... Era la peor rata de alcantarilla que podía existir en el mundo, su altivez y aquel nivel de despotez que cargaba sobre su delgado cuerpo ¡Eran sin duda un exceso!
-Mello, por favor...-murmuró la chica casi suplicante-Comportate como se debe ¿Quieres?
-Vale, vale-sonrió irónico pero sobre todo burlón-¿Y como se llama?¿Acaso es mudo o simplemente no tiene educación?-dejó salir el rubio con suavidad por su siceante y ronca voz.
-Yagami-comenzó un irritado castaño fijandoló con la mirada-Light Yagami.
Por un instante el rubio abrió los ojos de par en par mientras procesaba el nombre del otro en su mente para después dejar soltar de golpe lo que pensaba... ¡Clásico de Mello!
-Ya veo, ya veo-siceó el joven recargandose en el muro de marmol blanco mientras le observaba con atención-Si me disculpas, Light, es un nombre raro para que seas de por aquí.
-Yo no...-pero fue interrumpido abruptamente por Misa.
-¡Ya basta hermano!-explotó la rubia callandolos de golpe o al menos Light, guardó silencio muy a su pesar pues Mello se botó de risa-¿Como es posible que lo critiques y cuestiones si ni siquiera lo conoces aún?
Habia tenido que alzar la voz para acallar las sinceras respuestas de Light pues si tan solo, su hermano, se hubiera dado cuenta de que Light no era inglés o que no pertenecía a algun clan del cartier... Iría de bocón con la elít y no quería problemas pues le habia costado adiestrar a Light.
-Hay hermanita-suspiró casi cansino mientras aún tenía esa simplona sonrisa en su fino rostro blanco-¡Me sorprendes!... No se necesita conocer a la gente, para saber que tipo de gentuza es.
-¿A que demonios te refieres, hermano?-demandó Misa casi al instante mirando al joven.
-A nada en especial hermanita-siceó victorioso el rubio mientras sus venas azules eran recorridas por la satisfacción-Cosas que se le ocurren a uno...
Un destello de sadismo y odio destello en la mirada miel de uno de los muchachos... Light se comenzaba a castrar y sinceramente necesitaba calmarse o haría una escenita ¡Nada agradable! pues a él solo habia una cosa que odiaba mas que cualquier cosa: Perder.
-Light, cariño, vámonos-interrumpió la voz de Misa, rompiendo el helado silencio-Se nos esta haciendo tarde y al elít le molesta que lleguemos tarde.
"¿Que demonios se cree este niñito imbecil?, se demandó Mello mientras les observaba con aquella profunda mirada azul, No lo soportó... Incluso, me encantaría que Near dijerá que no pero ¡VAMOS! es imposible, Near no vé lo que se nos viene encima"
Veía los labios de su hermana moverse mientras hablaba suavemente al castaño... Pero el chico permanecía casi estatico y solo asentía o movía de vez en cuando los labios para dar monosílabos por respuesta.
"El comportamiento de Misa es extraño... Seguro nos dará una sorpresita, volvió a decirse Mello pensativo, ¿En que te habras metido ahora hermanita y que JODIDAS tiene que ver este cretino imbecil en todo esto?"
¡NO! y mas ¡NO!, simplemente este pedazo de idiota no le inspiraba confianza en ningún sentido y la actitud nerviosa y extra-torpe de Misa comenzaba a cansarlo pero como siempre...
Sólo él y su alter-ego sabían que por dentro, Mello Amane, comenzaba a sufrir lo mismo que su hermana pero, por fuera, seguía con aquella actitud de cabrón.
- Misa-misa se preguntaba, si Mello irá a la reunión de esta tarde con la elít-recitó la rubia de nuevo con aquel tono semi-infantil en la voz mientras fingía tranquilidad.
-Si, fijate que si-contestó simple el auréo muchacho mientras sonreía con simpleza-De hecho me dirigía hacia allí cuando te ví a ti y a...-se contuvó y sonrió hipocritamente-Light.
Light tenía ganas de deshacerlo ahí mismo, la sangre hervía en sus venas y su corazón latía a ritmo acelerado... Hasta esa fecha no había conocido a NADIE más detestable y despota que él.
"¿Pero quien rayos se cree este pequeño pedazo de sanguijuela?, se demandó molesto el castaño mientras fijaba con indiferencia al rubio, Ya quisiera este idiota ser un poquito cómo yo"
-A vale-comentó Misa mientras miraba a su hermano con reproche y suplica-Pues... Vamos, o llegaremos mas tarde.
Mello sonrió de medio lado y abrió con serenidad la puerta.
-Las damas primero-siceó con sorna dejando pasar a su hermana pero cuando vió que Light se acercaba dejo caer la puerta no sin antes murmurar un "Y los cretinos al último".
Light respiró profundamente intentando calmar su ahora, instinto asesino, y con exito abrió la puerta de marmol sin mucho trabajo... Estuvo a punto de pegar un grito de sorpresa, pero prefirió guardar silencio.
Era una larga sala rectangular, quizás la mas alumbrada de la enorme casona, con tapices claros y acabados en oro por todos lados, estatuas de marfil en forma de angeles y un techo del cual colgaba una telaraña de cristal cortado, uno que otro mosaico dandole un toque elegante, pesadas cortinas rojas y varios pilares se alzaban por la habitación...
Habia una larga mesa de madera brillante, varias copas de vino de cristal yacían encima de la mesa, así como varias botellas de vino de las mejores cavas y un inmeso frutero que solo estaba de adorno. Sentados alrededor de la elegante mesa yacian hombres, mujeres y uno que otro adolecente de piel pálida, miradas serenas y semblantes escalofriantes pero de infinita belleza mientras que atrás de una larga silla de terciopelo blanco se encontraban dos mucamas que parecían estatuas pues ni siquiera parpadeaban... Lo que le llamó la atención fue aquella fantasmagorica figurita infantil sentada en la enorme silla.
-Llegan tarde- pronunció la infantina y delicada voz del menudo personje- Nos han retrasado un poco, pero no importa, me alegra que estemos todos presentes- finalizó con voz serena y una sonrisa gatuna se dibujó en su rostro.
El silencio reinó en la sala, a su lado Misa intentaba controlarse mientras tomaba su mano y la apretaba ligeramente; por su parte, Mello sonrió satisfecho de si y sin preambulo se sentó en una de las sillas vacias a paso lento y ni si quiera dirigió un saludo al lado derecho de la mesa.
Light, visualizó al pequeño personaje que había hablado...No tendría mas de 14 años, su melena era platinada y cubría parte de su rostro de rasgos delicados e infantiles, su piel era blanca casi transparente dandole el aire de un fantasma, sus orbes eran eternas como la noche y su semblante, dulce y distante, lo hacian interesante; no pudo terminar el estudio físico, pues Misa, lo había sacado de sus cavilaciones.
-De antemano, una disculpa Near-sensei- inicio la vocecilla femenina, tomó aire y continuó-Fue un...
-No hacen falta las explicaciones, Misa querida- interrumpió el niño sereno-Tomen asiento y sean bienvenidos... Watari-sama, usted decide.
Su mirada negra se dirgió hacia el lado derecho de la mesa, donde sentado justo a su lado, yacía un viejo vampiro de cabellos como la nieve, semblante sereno y porte elegante.
-Ya podemos iniciar la reunión, joven sensei- pronuncio el viejo personaje llamado Watari con serenidad.
Light, siguió a Misa y se fue a sentar al lado izquierdo de la mesa, por alguna extraña razón supo que el lado derecho era completamente diferente al altanero lado izquierdo; sabía que estaba perdido y que no habría mas salida.
Quizás es aquí donde comienza nuestra historia...