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Stress por Hitsugi-kun

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Notas del capitulo:

Lealo bajo su propio riesgo~ El lemon fue advertido...

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-Re edición: 31/05/13

Bien, espero que los que ya hayan leído este oneshot disfruten de las nuevas partes. Y a los nuevos lectores... sí, pueden apuntarme con el dedo y gritarme "perve". Los tomates también son aceptados, gracias~

Agregué partes, cambié otras cosas y me dio una paja tremenda cambiar las notas finales. Fin.

 La tensión había ido en aumento durante las horas previas al concierto en Sendai. Una vez más habían tenido discusiones con la Nippon Crown, y Sakito no daba para más del estrés y la rabia que sentía por dentro. Era como si la banda que Hitsugi y él habían creado con tanto esfuerzo se le estuviera yendo a la mierda sólo por la ambición de un par de ejecutivos de la disquera.

 El líder Naitomea se había negado rotundamente a cambiar aunque fuera un poco el estilo que llevaban en su música, por obvia decisión que había tomado toda la banda, pero eso parecía no haberles caído nada de bien a los jefes y hasta el manager de Naito parecía estar saliendo perjudicado.

 -Taka… -lo llamó el neko recostado en el piso, mirándolo hacía arriba con ojos preocupados, faltaban varias horas antes del último concierto de ese tour y se notaba en el rostro de la guitarra principal que ya no daba más del cansancio, a pesar de que tuviera la mitad de éste tapado con una mascarilla, Hitsugi podía notarlo con solo ver sus ojos. 

 -No sucede nada Mitsuo, déjame… -respondió cortante antes que el pelirrojo pudiera preguntar algo más. Le saltó encima con toda la intención de asustarlo y que no siguiera con aquellas preguntas, abriendo las piernas justo antes de tocarle para no aplastarle la cabeza.

 Hitsugi se tapó el rostro con ambas manos, con un escalofrío recorriéndole la espalda. El resto de la banda miraba la escena con diferentes expresiones, algo atónitos. Yomi estaba con la misma mirada de preocupación que minutos antes la segunda guitarra había mostrado. Ni~ya parecía de alguna forma molesto y gateó desde su posición en el piso hasta quedar al lado de Hitsugi, abrazándolo por la cintura.

 

-No te comportes como un imbécil Sakaguchi, Mitsuo sólo esta preocupado por ti, igual que todos nosotros. 

 Sakito giró el rostro hacía el baterista sentado en el único sillón dentro de esa habitación. El más alto había soltado un bufido, llamando la atención de todos en el camerino. –Lo que a nuestro querido líder le hace falta, es alguien que se la meta con tanta fuerza que se le quite lo ovárico, y que lo haga gritar hasta quedar sin voz… -Sakito avanzó con paso firme hasta Ruka, levantando una mano con toda la intención de cachetearle la cara por ser un grosero de mierda, pero el baterista le detuvo antes de que pudiera siquiera bajar el brazo, afirmándole por el mismo y mirando de reojo al bajista que ahora le daba besos en el cuello al neko para tranquilizarlo. –No vengas a descargar tus frustraciones con nosotros Saki, si lo que necesitas es sexo, sabes muy bien que estamos todos dispuestos a ayudarte. 

 Ni~ya, que se había levantado del suelo sin que se diera cuenta, le tomó por la cintura antes de que pudiera reaccionar, atrayéndolo con brusquedad hacía su entrepierna, frotándose contra su trasero. Yomi se levantó con rapidez a cerrar la puerta con llave y se acercó al trío en el sillón.

 -Yo también quiero ayudar… -El vocalista miraba con deseo la imagen frente a él, y todo dejo de preocupación se le borró del rostro al momento de ver al bajista tomar de esa forma al líder de la banda.

 

 -Ni~ya, sabes bien que hacer… -indicó el baterista, abriéndose el cierre del pantalón, tomando su miembro con una mano y mirando con seriedad a Sakito. –Chúpamela… -ordenó con ese tono de voz al que era imposible negarse. El guitarrista lo miraba con los ojos abiertos de sorpresa, aún sin poder creer la posición en la que se encontraba.

Fue Yomi quién le quitó la mascarilla y casi le obligó a abrir la boca metiéndole dos dedos dentro, cinchándole por el cabello hasta dejar su rostro frente al sexo semiduro de Ruka.

 El bajista por otro lado, bajó los pantalones junto con la ropa interior del castaño. Arqueó la espalda en reflejo cuando sintió dos dedos húmedos presionar contra su entrada. No había nada de delicadeza en los movimientos del rubio, solo urgencia. Los dedos entraron después de un par de empujes y Ni~ya no gastó tiempo en prepararlo como era debido. Solo metió los dígitos un par de veces, dentro y fuera, haciendo un movimiento de tijeras para dilatarlo un poco, y cuando halló que era suficiente, los removió, dejándole una sensación de ardor y vacío dentro del cuerpo.

 Se escupió en una mano para poder lubricar un poco su miembro antes de posicionarse entre las piernas de Sakito, consciente de que no podía romper al guitarrista antes de un concierto, por mucho que hubiera querido cerrarle la bocota a su líder de esa forma. Entró de una sola embestida, llenándole entero, haciéndole gritar de dolor por la imprevista intromisión. Su compañero de banda era demasiado para ese cuerpo que necesitaba más que un par de dedos para ser preparado.

 ¿Acaso se habían vuelto todos dementes? ¿Y Hitsugi? ¿Por qué no hacía nada? 

 Sus ojos viajaron hasta la segunda guitarra con desesperación, tratando de buscar ayuda. El menor miraba la escena con la boca entreabierta, se había sentado en la pequeña colchoneta donde había estado recostado antes, y se tapaba la entrepierna con ambas manos, tratando de ocultar el bulto que se había formado, como si le avergonzara en demasía el tener una erección. Porque algo que el gato de Nightmare no podía negar, era que ver a Sakito gritando de esa forma, siendo tomado con brutalidad animal por el bajista, era lo más excitante que había visto en mucho tiempo… por muy enfermo que eso pudiera llegar a sonar.

 

 -Pon atención, te he dado una orden… -la pesada mano del baterista le cruzó el rostro, dándole una bofetada y Yomi le tironeó con más fuerza del pelo, sin dejar de sonreír. –Vamos Saki, Rupon te lo pidió con amabilidad y no hiciste caso… Vamos, abre la boca… -le dijo al oído, lamiéndole luego el lóbulo de la oreja.

 Sakito cerró los ojos negándose a la tarea, asustado en parte por lo enorme que era Ruka. Dudaba que eso fuera a caber en su boca. No, era imposible. Se ahogaría. Entre el baterista y Ni~ya, que seguía embistiéndolo salvajemente, lo matarían. Sabía que estaba perdido, por el mero hecho de que la única persona que podría haberlo ayudado, estaba ahora tocándose por sobre la tela de la ropa, con los ojos fijos sobre él. 

 -Taka, no estas cumpliendo como deberías… -Ruka le tomó del cabello y sin esperar un minuto más, metió su miembro dentro de su boca. El guitarrista fue atacado de inmediato por arcadas, ¿cómo podía siquiera pensar el baterista que Sakito sería capaz de tomarlo todo dentro? Claro que sabía como dar mamadas, pero no era cosa de llegar y tragar. Trató de acostumbrarse tanto al ancho como al largo, siendo jalado una y otra vez por la mano del otro, obligándole a subir y bajar por esa carne palpitante, aguándole los ojos gracias a cada cinchada.

 

 -Ah… Satty, si pudieras verte ahora, estoy seguro que te correrías de una… Te ves tan excitante, tan erótico. ¿Cómo no se nos había ocurrido hacer esto antes? -la voz del enano retumbó en sus oídos, mientras gemidos insonoros provenientes de su propia garganta rebotaban contra la erección de Ruka, regalándole vibraciones.

 Con la respiración bastante agitada, fue Yomi el que se hizo cargo de la erección que ya tenía el guitarrista. Muy violación podía parecer todo, pero el placer mezclado con dolor que estaba sintiendo en esos momentos Sakito, era indescriptible, y le había dejado le entrepierna totalmente dura.

 El vocalista se hincó bajo su líder, masturbándolo y pasando la lengua de vez en cuando por la cabeza de su apetitoso miembro, acariciándole los muslos con una mano y llamando al segundo guitarrista con la otra, mirándolo de reojo mientras succionaba al más alto.

 

 Hitsugi no se movió, seguía mirando atónito la escena frente a él sin saber bien que debía hacer. Lo único claro que tenía era que estaba acalorado, demasiado acalorado, y la dureza entre sus piernas se había agrandado aún más ahora que se tocaba. Sus manos sobre su entrepierna había sido casi por acto de reflejo… conocía a Sakito hacía demasiado tiempo, mucho más de lo que conocía a los otros miembros de la banda. En todos esos años, nunca pensó que terminaría viendo al más delgado, semidesnudo y casi violado por el resto de su banda. Por sus amigos, por sus compañeros, por sus hermanos… lo que más atormentaba su mente era el hecho de que estaba excitado. Ver a su mejor amigo siendo casi partido en dos lo había calentado y se reprimía de sacar su erección para masturbarse ahí mismo, sólo por era demasiado vergonzoso como para mostrar su cuerpo delante de los demás. Aunque éstos ni siquiera estuvieran pendientes de las acciones del neko.

 La mano de Yomi seguía llamándolo. Jugueteó con el piercing de su lengua un par de veces, tirándolo con los dientes, indeciso, antes de levantarse y caminar hasta quedar a su lado. El olor a sexo y sudor le penetró dentro de la nariz inmediatamente, pero su boca sólo dejo escapar un jadeo al ver la mirada suplicante con que Sakito le veía.

 -Taka… -Hitsugi susurró con el labio tembloroso, pero fue acallado por la mano del pequeño vocalista sosteniéndole la muñeca, sin dejar de lengüetear al guitarrista principal. 

 -Mitsuo, tienes dos opciones… -Ruka dejó escapar un gemido ronco de su garganta. –O te unes o te quedas mirando, una de dos, pero no intentes detener esto, sabes muy bien que no le estamos haciendo daño. -el baterista se pasó la lengua por los labios desviando la mirada hacía Ni~ya, quién había aumentado la velocidad de sus embestidas de manera descontrolada, gotas de sudor caían por su frente mientras rasguñaba con una mano la espalda del cuerpo que sometía bajo su peso, y se sostenía con la otra por la cadera.

 El bajista sólo necesito un par de penetradas más para sentir el orgasmo recorrerle el cuerpo de una forma que no había sentido nunca, ni siquiera cuando se había masturbado un par de veces pensando en Hitsugi. Soltó parte de su semen dentro del cuerpo de Sakito, sacando su miembro con rapidez para lograr desparramar y esparcir lo que quedaba sobre la espalda y comienzos del trasero del guitarrista.

 Se inclinó lo suficientemente cerca como para besar la espalda de Sakaguchi, tratando de calmar su respiración, depositándole un beso sobre la piel hirviendo. 

 -Es mi turno. –habló Ruka con tono firme, alejando los labios de Sakito de su miembro. Seguía usando el mismo tono de voz que había estado usando desde un comienzo, ese que no daban ganas de contradecir por nada, estaba más que claro que la persona que estaba controlando toda la situación era él.

 Yomi soltó el sexo de Sakito dejando un hilo de baba entre el glande y sus labios. Se acercó caminando de rodillas hacía el segundo guitarrista pasándose la lengua por los labios, aún saboreando al otro. –Vamos Mitsuo, la tienes tan dura como nosotros… -subió la mano por su muslo hasta llegar a la entrepierna que Hitsugi tanto trataba de ocultar, tanteando la erección atrapada entre las ropas del otro. –Si quieres tocarte -lo rozó con sus dedos. El guitarrista exhaló con fuerza, como si hubiera estado reprimiendo miles de jadeos. –deberías hacerlo… 

 -Yuji, dámelo… -la simple mirada que Ruka le dio al bajista hizo que éste moviera a Sakito de su posición de inmediato y lo acomodará para el más alto. Ruka tampoco esperó para tomar el delgado cuerpo, y en cuestión de segundos tenía a Sakito dándole la espalda y gimiendo sobre él como una puta cualquiera. –Taka-chan, parece que realmente te estas relajando con esto… -El pelinegro mordió su hombro, hambriento de sentir aún más de ese cuerpo, quitándole la camiseta que aún llevaba puesta y amarrando sus manos con ésta por detrás de su espalda. Todo su ser estaba dentro de Sakito, y éste sentía que si Ni~ya, que era enorme, no había logrado partirlo en dos, el baterista definitivamente lo haría. Lo peor era que lo estaba disfrutando. Más de lo que hubiera sido capaz de admitir.

 

 El vocalista se levantó del piso y casi empujó al segundo guitarrista para que quedara frente a su compañero de cuerdas. –Dime Mitsuo, ¿habías visto algo tan hermoso? -lo abrazó por la espalda, pasándole los brazos por la cintura, rozando su propia erección contra el trasero del gato. El guitarrista negó con la cabeza como si estuviera ensimismado con la imagen frente a él, Sakito siendo una vez más penetrado con brutalidad, pero ahora el mayor parecía estarlo disfrutando. –Sácalo y tócate… -Yomi sonrió con malicia al ver que las manos del gato bajaban para abrirse el pantalón, como si las palabras del vocalista los hubieran hipnotizado. –Demuéstrale cuanto te gusta Hitsu, muéstrale cuanto te excita verlo así… -los ojos del pelirrojo se conectaron por unos momentos con los de su compañero, Sakito lo miraba suplicante, su boca entreabierta modulaba palabras que él no llegaba a escuchar. Cuando su mirada llegó  hasta el pene erecto de Sakaguchi, no aguantó más tiempo y sacó su miembro a la vista de todos, masturbándose sin desconectar los ojos de los del guitarrista.

  Yomi sonrió esta vez complacido de lo que había logrado, mirando luego a Ni~ya,  sin poder creer que éste volviera a estar semi erecto, y estuviera tocándose a ver si lograba volver a pararla. El más bajo pensó, que sin importar cuánto recordará las veces que había tenido sexo o había compartido algún momento de intimidad con alguien, ninguna de esas experiencias superaba o superaría lo que ahora sucedía. Nada podría superarlo, y realmente no había mentido con sus palabras, esto era lo más hermoso que había visto.

 Tanto el guitarrista como el bajista, y ahora el vocalista que se les había unido, se masturbaban frente a la pareja que seguía follando sin parar, a sólo unos centímetros de distancia. Los tres pares de ojos unidos y fijos en ese cuerpo que era casi destrozado por Ruka, pero que parecía estar aún más caliente sólo porque sus compañeros estaban con sus vergas afuera, dándose placer de lo lindo sólo por él. ¿Era enfermo? Probablemente ninguno se salvaba de esa categoría, pero ¿qué importaba ahora? Lo único que importaba era sentir. Sentir más y que esto no acabara nunca.

 

 Gimió con fuerza, raspándose la garganta, al momento en que el baterista le agarró su erección con más brusquedad de la necesaria, subiendo y bajando su mano. –Diles, -le susurró al oído. –diles que eres su puta…que lo serás siempre, cada vez que lo necesiten… -Sakito arqueó la espalda, Ruka lo penetraba sin compasión, saliendo y entrando con rapidez de su cuerpo, con movimientos erráticos que solo lograban trastornarlo más.

 -No, no… -gimió cerrando los ojos, avergonzado. –Por favor…

 -Diles o no dejaré que te corras… Haré que te subas al escenario con mi semen bajándote por las piernas. –gruñó el baterista tironeándole del cabello con la mano libre, apretándole su sexo hasta causarle incomodidad en vez de placer. –Diles o te follaré hasta que te mueras. Y luego te seguiré dando.-amenazó, mordiéndole la oreja.

 Sakito seguía con los ojos cerrados, demasiado extasiado como para pensar correctamente, demasiado acalorado como para pensar realmente lo que iba a decir. Demasiado sumiso como para seguir negándose. –Soy… -jadeó, Ruka aún le tenía agarrado del cabello, pero su otra mano había comenzado a moverse y su pulgar hacía círculos en su glande, esparciendo el líquido preseminal que bajaba a gotones desde la punta. –Soy… -entreabrió los ojos paseando su mirada por cada uno de sus compañeros de banda. Miró al bajista que momentos antes había tomado su cuerpo y lo había llenado de su semilla, sin piedad alguna, demostrándole que por muy callado que fuera a veces ante sus órdenes como líder, podría doblegarlo cuando se le viniera la gana. Al vocalista que se había bajado los pantalones y se masturbaba efusivamente, y que se le había mamado como ningún otro. Había sido Zozzy el encargado de excitarlo como era debido y no podía más que agradecerle a ese enano pervertido el que tuviera una boca como los dioses. Y finalmente, a su compañero de cuerdas, quién siempre había sido tímido, siempre ocultando su cuerpo por vergüenza, por no ser tan “bello” como otros, por tener una autoestima que era fácil de pisotear. Sakito se vanagloriaba de ser uno de los pocos que tenía el privilegio de haber visto desnudo a Hitsugi, pero eso había sido cuando estaban en secundaría. Y ahora lo veía ahí, con su erección afuera y su mano moviéndose con rapidez, tratando de llegar al placer máximo.

 Sus ojos se estancaron en el pelirrojo y Sakito lo miró fijamente antes de pronunciar las palabras que le habían ordenado. –Soy su… puta… hagan conmigo lo que… quieran… -casi gritó cuando Ruka hizo bajar su cuerpo de golpe, obligándolo a moverse, tocando ese punto dentro de su cuerpo que le hacía ver estrellas. Y el grito se repitió una y otra, y otra vez haciéndole gemir sin parar, cada vez que la erección del baterista volvía a rozar ese punto en su interior.

 Las palabras de Sakito habían provocado la reacción que el baterista esperaba de los otros. Al momento en que Hitsugi vio a su compañero de cuerdas decirle que podía hacer lo que quisiera con él, con ese tono de voz, con esa mirada y esa boca deseando por más, sintió que todo su cuerpo era llenado por escalofríos, gatillado el orgasmo que tanto había esperado. Se afirmó del hombro del vocalista cerrando los ojos y su semen salió disparado hasta el pecho de Sakito.

 Tanto el bajista como Yomi, terminaron haciendo lo mismo. Las palabras de su líder los había excitado a tal punto que terminaron derramando sus esencias sobre su cuerpo, llenándole el pecho y  parte del vientre.

 

 Ruka sonrió complacido y luego de un par de embestidas más, tanto él como Sakito terminaron corriéndose casi al mismo tiempo, el más alto llenando una vez más a Sakaguchi, y éste soltando su semen sobre su vientre, mezclándolo con el de sus compañeros de banda, incrédulo aún de todo lo que había sucedido.

 Jadeando y con la respiración entrecortada, el baterista cinchó al otro por el pelo y le besó en los labios con una pasión y gentileza que no había demostrado durante todo lo ocurrido, soltando el amarre en sus muñecas. –¿Ves Sakaguchi? Esto era lo único que necesitabas para sentirte mejor… -susurró. Y Sakito no pudo más que asentir.

Notas finales:

Muchas gracias por leer, espero que les haya gustado~♥

Estoy consciente lo pervertido que es esta historia, y para que quede claro, es el primero de una serie de one-shots que comenzaré a publicar sobre Nightmare, a parte del fanfic largo que escribo sobre ellos.


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