Delicioso Pastel
Un silencio abrumador envolvía casi en su totalidad la cueva que en el momento funcionaba como refugio para los akatsuki. Y es que todos, a excepción de un par, estaban muy ocupados en la captura de los bijuus y en la recolección de dinero (Kakuzu y Hidan).
Sin embargo, esto no detuvo al Uchiha o al rubio artista de la organización, ambos consiguieron escaparse de sus respectivos compañeros, para pasar una tarde de lo lindo en la cueva, siendo que tanto a Sasori como a Kisame le daba igual continuar sus misiones unas cuantas horas solos, ¿quién no aprovecharía semejante oportunidad?
-Mmmmh....Ita..Itachi...¡pero que ansioso estas!- gimoteó Deidara tratando de extender lo más posible ese placentero momento. Al parecer el mayor ese día no se andaba con rodeos y anhelaba entrar en la “verdadera acción”.
-¿Cómo no estarlo?....Estamos solos......- masculló el moreno despojando a Deidara de su pantalón, casi rasgándolo, tanta fue su desesperación, que el boxer quedó colgándole en el tobillo.
-Ah.....ah...mmm- deliciosos suspiros y pequeños gemido salían de la boca de Deidara al momento que Itachi mordía sus pezones con gula y acariciaba sutilmente su miembro despierto, poco después procedió a prepararlo con rapidez.
Itachi no se tardó en adentrarse en su amante lentamente.
-¡Ahh!.....¡Aaaah!....ugh!.....Itachi.....Itachi!- el rubio sabía lo mucho que le gustaba al Uchiha que dijera su nombre mientras éste le hacía el amor. Mantenía sus manos separadas a la altura de su cabeza apretando y tirando con brusquedad de las sábanas, su cabeza estaba ladeada y cerraba fuertemente sus ojos recibiendo las rudas estocadas del moreno además de húmedos besos en su cuello. Sin embargo entreabrió los ojos y lo miró fijamente por un momento.
-Ita......ah!.....no...no tan fuer...te.....duele!- decía Deidara entre gemidos y suspiros ante la fuerza empleada por el Uchiha, ese día estaba más pasional que nunca y, aunque el encuentro estaba resultando un poco doloroso, a Deidara le parecía intenso y verdaderamente placentero.
-Ah....mmm....Dei....solo un poco mas......igual yo se que te gusta.....ah!- susurró el Uchiha al oído del rubio con sensualidad.
Deidara arqueó su espalda y tiró su cabeza hacia atrás ante la intensa sensación de una embestida más potente que las demás, seguida de las palabras del moreno en su oído. Se abrazó al cuello de Itachi con fuerza, buscando juntar mas sus cuerpos y así intensificar el efecto del roce de sus figuras. Además de que buscó los labios de Itachi, quien lo recibió gustoso sin parar de moverse en el interior del rubio, jugaban con sus lenguas, enrollándolas, rozándolas entre sí, en un beso plagado de pasión y sentimientos.
En pocos minutos Deidara se corrió sobre el vientre de Itachi y éste no tardó en hacerlo también dentro del rubio.
-Estuviste genial, Dei.- elogió Itachi a su compañero con una media sonrisa y depositando un besito casto en sus labios.
-.....tu también, Ita.- respondió sonriendo levemente y cerrando sus ojos, pretendía dormirse, pero eso no estaba en los planes de Itachi para esa tarde.
-¿Crees que acabamos?....Te equivocas..- inmediatamente se dirigió al cuello del artista, ya marcado, para resaltar el rojo de los chupones que ya le había hecho antes.
-Mmm...Ita....no te cansas nunca....ah!- se “quejó” Deidara.
-No mientras se trate de tu cuerpo- contestó el Uchiha y seguido lo levantó de la cama, la ropa de ambos estaba sumamente desarreglada y esparcida, Deidara se acomodó su ropa interior y divisó su pantalón, para ponérselo, Itachi hizo lo mismo. Deidara con algo de dificultad se abotonó el suyo, debido a pequeños temblores que conservaba del reciente orgasmo, Itachi mantenía su mirada fija en las piernas de Deidara, sonrió con malicia ante la idea que tomaba forma en su cabeza. Se encaminó a tomar lo labios del artista.
De una forma torpe y a puros tropezones llegaron a la cocina, sin despegarse ni dejar de besarse, y es que ya había pasado tiempo desde que se quedaron solos por tan largo rato.
-Pervertido...juju- dijo picarón Deidara al percatarse de las intenciones de su novio al llevarlo hasta ese lugar, ya se imaginaba recargado de la meseta recibiendo las ya conocidas y placenteras embestidas del moreno. Itachi abrió con elegancia la heladera, ignorando el comentario de su compañero, hizo ademán de sacar algo pero Deidara no pudo reconocer qué era, aparentaba una caja blanca, pero no sabía su contenido, su curiosidad aumentaba cada segundo.
Itachi tomó un plato, un cuchillo, y una cucharita de postre. Abrió la caja que anteriormente sacó de la nevera, todo ante los ojos de Deidara y...
Sacó un pastel bañado en chocolate con pedacitos de almendra, era crocante justo como le gustaban a Deidara...explosivo....
¿Pero qué?
-¿Un pastel?- murmuró el rubio para sí, no comprendía para qué molestarse en comprar un...pastel.
-Feliz cumpleaños, Deidara.- sentenció con suavidad mirando fijamente los ojos del aludido y de inmediato cortó una porción y la sirvió en el plato.
-......amm....-Deidara no sabía exactamente qué decir, la verdad hasta se había olvidado de que ese día era su cumpleaños. Con razón el Uchiha se esmeró tanto en que pasara la tarde con él, por favor....fue a buscarlo personalmente hasta donde estaba, eso era una sorpresa grande para él, además de que nadie, ninguna persona en su vida se había molestado en hacer algo para él en esta ocasión. Ese acto tan simple, sin comprender el por qué, le colmaba de alegría, sería el mejor cumpleaños de su vida, gracias a Itachi.
-No tienes por qué agradecer- lo besó con pasión- te debo esto y más...-se detuvo-...te amo- volvió a besarlo, de la misma forma que llegaron a la cocina, alcanzaron la mesa del comedor. Donde Itachi colocó el pastel delante de Deidara, dispuesto a observarlo degustar su regalo. De hecho el rubio no perdió ni un segundo en comenzar, claro está, después de contestarle aquella declaración con un “yo también” lleno de agradecimiento y por qué no, alegría.
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-Ahhh!!.....Ahhh!......ni si quiera....esperaste...ah.....a que.....acabara!- protestó Deidara, que estaba totalmente desnudo, recargado de la pared, con las piernas enredadas a la cintura del mayor y abrazándose a su espalda, éste se encontraba entrando y saliendo de su rubio con la rudeza que le encantaba.
-Mmm....Me tocaba a mí....probar mi postre.....mmm- silenció las protestas de Deidara con su boca.
La cocina y el comedor eran un desastre, Itachi decidió que comería pastel, pero el plato sería el cuerpo de su rubio, por supuesto, él también podía ser un artista, plasmando sus obras en la anatomía de Deidara.
Poco importaba el desarreglo, ya haría que “Tobi” lo limpiara por él, adoraba verlo morirse de celos, pero mientras tanto, debía dedicarse a darle lo mejor a Deidara en su cumpleaños.
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