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Tres mundos cruzados por Shiochang

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Notas del capitulo:

Como ya lo había advertido, he borrado dos cosas, el comentario y la nota, así que aquí va el capítulo definitivo con los votos finales,

A partir de aqui, no habrá mas votos, a no ser que me entre alguna duda.

Gracias por leer.

Tres mundos cruzados

 


Este es un regalo para mis lectoras, las mencioné en el comentario, el mismo que no voy a poder borrar porque algunas personitas porfiadas que no nombro pero que estoy mirando, no me hicieron caso e igual lo pusieron sobre él.


La votación va de la siguiente manera:


Pareja                        Nº de votos


Heero x Dúo              54       Vs       Dúo x Heero              33


Sasu x Naru              44       Vs       Naru x Sasu              43


Draco x Harry            33       Vs       Harry x Draco            54


Así, de esta forma con 87 votos legítimamente emitidos, se cierra la votación. Por favor, no se enfaden si su pareja favorita no resultó ganadora.


Mis más sinceras felicitaciones a Dehaanil, eres la persona que le acertó al malo, a ver si a la siguiente me das tu correo para enviarte los avances de lo que sigue antes que los publique.


A todos los demás, muchas gracias por sus votos, en especial a quienes les borré, por desgracia y por no hacerme caso, sus comentarios, aunque sus votos han contado igual y los tengo guardados.


 


Tras la huella

 


Naruto, luego de desayunar, se sentó con los demás a mirar qué era lo que se debían llevar, claro que podía encerrarlo en un pergamino y luego invocarlo, pero tendrían que sacarlo todo y perder el tiempo buscándolo.


- Pero podemos encogerlo y meterlo en los bolsillos – dijo Draco fastidiado.


- ¿Y a nosotros también nos vas a encoger, Malfoy?


- Se te encogería el cerebro más de lo que ya lo tienes – le replicó este altivo.


- Nunca tanto como a ti con las drogas – le replicó este en el mismo tono.


- Hey, no se peleen – les dijo Naruto – no tenemos tiempo para ello – miró a Heero y a Dúo que los miraban divertidos – decidan que nos vamos a llevar y yo iré a hablar con Tsunade para que me deje salir de Konoha sin la vigilancia de los Ambus.


- ¿Y quien es esa tal Tsunade?


- Je, je, siempre le digo vieja, pero es la Hokage de la aldea y la jefaza de los ninjas – le respondió riendo mientras se rascaba la nuca.


- Eres bastante irrespetuoso con tus mayores – medio lo regañó Heero.


- Siempre me dicen lo mismo, pero lo hago porque a ella le molesta – sonrió – se cree de veinte pero ya va camino a los sesenta.


- Las mujeres mayores son las más vanidosas – accedió Harry – la Tía Petunia siempre andaba buscando la forma de verse más joven.


- Tu familia es bastante rarífica – le dijo Draco – he visto fotos de tu familia y tanto tu padre como tu madre eran bastante guapos y tus tíos no lo son.


- ¿De donde conoces tú a los Dursley? – le preguntó Harry de frentón.


- Cualquier aspirante a Mortifago sabe de ellos, aunque creo que tenían un fuerte hechizo que los protegía de los magos con la marca tenebrosa.


- Ya sabía yo que no tenías solución – dijo Harry fastidiado.


- Heero, te dejo a cargo ¿si? – dijo Naruto ignorando a los magos – reisen lo que nos llevamos, yo voy con la vieja a ver si consigo deshacerme de mis guardianes.


- Pero les dijiste que no saldrías de aquí sin los famosos tazones de Ramen – le recordó Dúo.


- Pero ellos no me verán salir del bosque – sonrió juntando sus manos y desapareció en una cortina de humo.


- Si puede hacer eso ¿Por qué no nos saca de igual forma? – dijo el trenzado.


- La aparición no es una técnica fácil de aprender y mucho menos de usar – le explicó Harry – requiere de gran concentración o te puedes escindir.


- ¿Qué es eso? – dijo Dúo intrigado.


- Que puedes dejar una parte de tu cuerpo atrás – le dijo Harry – y también debes tener la certeza de donde quieres o terminarás en donde no debes.


- Y no conocemos para nada este mundo – aceptó Draco – lo mas probable es que terminemos en medio del enemigo.


- Ni siquiera sabemos si tenemos un enemigo – dijo el trenzado.


- Mi querido Dúo – le dijo Heero – ¿no te parece bastante extraño que hayamos terminado en un lugar tan extraño? – lo tomó de la trenza – Primero que nada, yo fui a una isla supuestamente desierta, los controles de mi nave fallaron sin motivo aparente, no sufrí ningún daño al estrellarme, caminé hacia el interior y algo me atrajo hacia un bosque extraño en donde me encontré con Harry y con Naruto llegando hasta este mismo mundo – miro al moreno y este asintió – te fuimos a buscar para regresar aquí y terminamos en el mundo de Harry en un lugar ni parecido al que debíamos ¿no crees que debe haber una fuerza oculta que haya juntado nuestros mundos?  Algo quieren de nosotros.


- Tú solo hablas mucho para regañarme – le dijo Dúo haciendo un gesto tan coqueto que si Heero no tuviera férreo control de si mismo habría sangrado por la nariz.


- Bien, entonces es mejor que hagamos lo que nos pidió Naruto – dijo Harry.


 


Naruto subió como una exhalación a la oficina de Tsunade esperando encontrarla sola, no es que no quisiera a Shizune o a Sakura, pero ellas querrían impedir que saliera de Konoha así tuvieran que acudir a los viejos del consejo.


Esta mañana tuvo suerte, ambas asistentes habían ido a cumplir con sus guardias al hospital y se encontraba sola dado que Iruka había salido a buscar quien sabe qué.  Sonrió y sacó de entre sus ropas una botella del mejor Sake, era parte de su herencia recibida de Jiraiya, con eso conseguiría lo que quería.


Golpeó suavecito la puerta y esperó pacientemente encontrarla de buen humor.


- Adelante – le dijo ella con voz seca.


- Hola, da’ttebayo – le dijo sonriendo – te traigo un regalo – le mostró la botella antes que lo regañara.


- No me digas que has venido a pedirme algo.


- ¿A qué mentirte? – le dijo sirviéndole un poco de sake – quiero permiso para salir de Konoha sin custodia de los ambus.


- No puedo autorizar algo así – le dijo ella – aunque tu sake es excelente.


- Podría conseguirte mucho más sin que la hermana Shizune se entere – le dijo intentando convencerla – tengo aproximadamente veinte más aparte de esta – señaló la botella.


- El consejo de ancianos anda buscando excusas para encerrarte – le dijo ella – y necesitarías una misión especial, que alguien tendría que venir a pedirnos, preferentemente un extranjero.


- Yo puedo conseguirlo – insistió – pero ¿me la darás?


- Veremos si convence a Iruka que tú eres el único que puede cumplirla.


- ¿No podríamos obviar eso? Te traería el sake antes de irme – lo ofreció.


Tsunade miró la botella pensativa, Shizune había hecho desaparecer sus botellas hace dos días y desde entonces que no bebía ni una gota.


- Muy bien, pero necesitaré que alguien lo vea entrar y salir de mi oficina – le dijo tranquilamente.


Naruto sonrió, que bien la conocía.  Juntó las manos y apareció en la cabaña en medio del bosque de la muerte, Heero era el extranjero que necesitaba.


- Tsunade me dice que me dejará salir de Konoha con una excusa, pero necesita que un extranjero me pida para una misión de rango SS – les dijo sonriendo – ¿Serás capas de inventarla?


- Si me explicas que debe estar en ese rango, lo haré.


- Una misión de Rango SS, que amerita el trabajo de un ninja de elite, son aquellas de alta peligrosidad, como el rescate de alguien muy importante que se encuentra en peligro de muerte, proteger a alguien importante de asesinos de alta peligrosidad, ese tipo de cosas.


- Bien, creo que he captado la idea – asintió Heero – con los muchachos la tenemos todo listo para partir, excepto que eso de encogernos…


- No es necesario, mientras iba recordé a mis ranas, ellas los pueden sacar de aquí y esperarnos a las afueras del bosque de la aldea – miró a Dúo, a Harry y a Draco – espero que no les moleste viajar de esta forma, pero es segura sólo para viajes cortos.


- ¿Y qué se supone que debemos hacer? – dijo Harry preocupado.


- Vengan, aquí no hay espacio suficiente – salieron afuera y Naruto hizo una serie de sellos con las manos – jutsu de invocación – y apareció una rana enorme que asusto a los otros cuatro, aunque Heero y Draco consiguieron ocultarlo – Hola, Gamakishi.


- ¡Hola, jefe! – le dijo la rana roja – ¿a qué me llamas?


- ¡La rana habla! – dijo Dúo sorprendido.


- Ellos son mis amigos – le dijo a la rana – son extranjeros y quiero sacarlos de Konoha sin que nadie los vea ¿podrás?


- Sabes que puedo transportarlos no muy lejos, especialmente si no tienen contrato con las ranas – le dijo este pensativo.


- De todas manera no quiero que los lleves muy lejos – le dijo – tan solo a la salida del bosque, en las afueras de Konoha.


- Me parece bien – dijo – eso queda dentro de tu contrato.


- No entiendo nada – dijo Harry.


- Bien, deben entrar en la boca de Gamakishi y el los sacará de aquí, allí los alcanzaremos con Heero.


- ¡Yo no me voy a meter en la boca de ese batracio! – dijeron Dúo, draco y Harry a la vez, pero Naruto ya tenía eso previsto y los noqueó – lo siento, pero no tenemos tiempo que perder – ayudado por Heero y la lengua de la rana, los puso dentro y Gamakishi desapareció – vamos, pon tu espalda contra la mía – Heero obedeció sin chistar y aparecieron en las afueras de la aldea – sigue el camino hacia la puerta y dile a los guardias que necesitas hablar con la gran Tsunade, ellos te guiarán a la torre del hokage, yo te esperaré allí – le dijo y volvió a desaparecer de la misma forma dejando a Heero preocupado por su trenzado y los dos magos.


 


Al final, Heero se había inventado una misión que sólo Naruto podia cumplir que había convencido a Iruka que solo él podía cumplirla y que debía de ir solo para no arriesgar la misión, que los Ambus solo serían un estorbo.


Tsunade había accedido al ver al joven tan guapo, el mismo que con su frialdad y misterio la conquistó, lástima que fuera tan joven y gay.


Habían salido de la oficina y habían ido a la casa del rubio, todo el mundo, especialmente las mujeres, miraban fijamente al castaño, pero nadie se atrevía a acercárseles, hasta que los amigos del rubio aparecieron.


- ¡Naruto! – lo saludó un joven que caminaba con un enorme perro a su lado – parece que al fin te dieron una buena misión ¿eh?


- Hola, Kiba – lo saludo Naruto – no me digas que quieres acompañarme.


- Bueno, siempre es mejor el trabajo en equipo – le dijo un chico muy serio con gafas oscuras a su lado.


- Shino – lo saludó Naruto – lo siento, pero es una misión peligrosa.


- Por… eso… queremos… ir… contigo – dijo una chica morena de ojos casi blancos tímidamente.


- Pero, Hinata…


- Sólo Naruto puede venir – dijo Heero fríamente.


- Heero-kun – le dijo en voz baja preocupado.


- Naruto-san, no podemos arriesgar la vida de mi prometido, ya de por si es un riesgo que me acompañes – le dijo muy molesto, si no supiera la verdad se lo habría tragado ¡vaya que era un buen actor!


- Bueno, creo que él tiene razón – les dijo Shino a sus camaradas – en una misión riesgosa el ir acompañado se puede convertir en un estorbo.


- ¡Somos sus amigos y no podemos dejar que le pase algo malo!


- Naruto es la leyenda viva de Konoha – le recordó – no creo que le pase nada – les dijo dándose la media vuelta – pero recuerda, Naruto, que puedes contar con nosotros.


- Gracias, chicos – les dijo y siguieron de camino a su departamento – espero que no nos encontremos con los otros, y que Shino me perdone, es un poco resentido con este tipo de cosas.


- Espero que nunca como Quatre – le dijo el castaño – sus enojos son más peligrosos que cualquiera de mis armas.


- ¡A dónde crees que vas! – le grito una chica y Naruto pegó un brinco.  Heero miró a la muchacha, era bastante alta de ojos verdes y de cabello de un rosa chillón que la hacía muy notoria.


- A mi departamento – le dijo él – ella es Sakura Haruno, él es Heero Yuy.


- Debemos apurarnos – dijo el castaño comprendiendo el peligro.


- Lo siento, Sakura, tengo una misión SS – le dijo tratando de esquivarla.


- Soy tu compañera de equipo, voy contigo – le dijo ella molesta.


- No, sólo Naruto san me va a acompañar – le dijo Heero con frialdad – no voy a arriesgar la vida de nadie más en esto.


- Tsunade…


- La hokage autorizó la salida solo de Naruto san de la aldea – le dijo él muy tranquilo – y ningún otro ninja de la aldea lo hará, nos vamos – hizo una inclinación y Naruto entró en el edificio con él detrás suyo.


- Nunca había visto a un hombre dejando sin palabras a Sakura.


- Las mujeres siempre respetan a un hombre que las trata con autoridad – le dijo – creo que por eso tengo tantas admiradoras ¿por qué a las mujeres les gustan los hombres fríos?


- No lo sé, Sasuke era igual y todas babeaban por él.


Naruto tomó su mochila, sus armas y un pergamino que estaba colocado junto a una fotografía que llamó la atención de Heero, que la tomó del velador.


- Ese era el equipo siete – le explicó – el moreno de ojos negros es Sasuke, el de cabello plateado es Kakashi, nuestro maestro jounin, está Sakura y  yo, obviamente – sonrió – en ese tiempo era feliz con cosas tan simples y pequeñas, ¡cómo he crecido!


- Venga, vámonos ya, antes que nos encontremos con otros amigos tuyos – lo apuró Heero – Dúo se aburre de esperar muy rápido.


 


Se encontraron con el resto, bien entrada la mañana, que esperaba no con mucha paciencia al lado de Gamakishi, que les sonrió al verlos y luego desapareció.


- Ahora entiendo por que Heero me hace callar a cada rato, pero nunca esperé encontrarme con alguien que fuera capaz de hablar mucho más que yo – se quejó Dúo molesto.


- Yo no te hago callar por eso – le dijo Heero – tu voz me atonta.


- ¿Qué dices? – le dijo en trenzado no muy seguro de lo que escuchó.


- Olvidalo y pongámonos en marcha, antes que a alguien se le ocurra seguirnos – miró a Naruto y este asintió emprendiendo camino hacia el norte.


- Ya en la frontera del país del fuego, nadie nos podrá seguir sin la autorización de Tsunade – les dijo Naruto y apuraron el paso hasta llegar a una cascada – el valle del fin – les dijo – marca la frontera del país del fuego.


- Con dos estatuas enormes – dijo Dúo caminando por un puente de cuerdas rápidamente hasta el otro lado para luego detenerse a mirar a los personajes allí retratados – ¿quienes son?


- Los fundadores de Konoha, el del lado de allá – dijo Naruto después que todos habían cruzado – es el primer Hokage, Hoshirama Senju, abuelo de la actual Hokage, el de acá es Madara Uchiha, ellos se enfrentaron aquí dándole el fin a una amistad de muchos años, el primero murió protegiendo la aldea de la ambición del Uchiha que lo único que quería era adueñarse de la aldea y vengarse de su propio clan por no darle el poder a él.


- Pero dijiste que había estado junto al tal Sasuke.


- Desconozco la forma, pero el tipo, estando moribundo, se traspasó al cuerpo de otro Uchiha y evitó su muerte, sin embargo, el cuerpo que usó no era el mejor y nunca pudo mostrar todo su potencial, así que ambicionaba el cuerpo de Sasuke para tener el poder total, sin embargo, el hermano de este le protegió de ello antes de morir.


- Tu amigo tenía muchos problemas – le dijo Harry.


- Su clan fue asesinado por órdenes de Dounzu por miedo al gran poder que ellos tenían, se quedó sólo a los ocho años y jamás permitió que nadie llenara el vació que tenía en su alma, era tan orgulloso que no permitía que nadie se le acercara, ni amigos tenía hasta que formó parte de mi equipo – suspiró – era el mejor y por ello era soberbio, sin embargo, con el tiempo le alcancé y lo dejé atrás, demostrando que puede más el empeño que las habilidades innatas de un reconocido y poderoso clan, creo que fue esa una de las causas que se fuera, no podía soportar que el payaso de la clase, que el peor graduado de nuestra generación lo superara – miró la cascada – aquí mismo nos enfrentamos y me di cuenta que Sasuke iba a hacer lo que fuera con tal de obtener el poder necesario para vencer a su hermano para vengar a su clan, así que trate con todas mis fuerzas de detenerlo, pero yo no podía matarlo y por ello se marchó detrás de Orochimaru y su oferta de poder fácil y rápido.


- Nunca el camino fácil ha sido el mejor – dijo Harry mirando a Draco.


- No hay camino fácil para alcanzar nuestras metas – aseguró Naruto – lo único que consigues con ello es hundirte en la oscuridad, pero yo no me voy a dar por vencido y tendré a Sasuke de regreso.


Comenzaron a caminar lentamente por el oscuro bosque hasta llegar a las ruinas de lo que fuera una gran nación.


- Parece que en todas partes ha llegado la guerra, de la forma que sea.


- Este era el país del Dragón – les dijo un ancianito sentado sobre una gran roca – era una gran nación con poderosos ninjas especialistas en trampas, pero su señor le declaró la guerra a Konoha para demostrar su poder, ellos la sometieron y estaban negociando su rendición cuando su señor cayó enfermo – sonrió con tristeza – el país del rayo atacó por la retaguardia aprovechándose del pánico y redujeron al pueblo a cenizas, pero no consiguieron lo que venían a buscar.


- ¿Y qué era eso que querían? – dijo Dúo.


- Aquí había un clan legendario, el clan de los lobos, se decía que una vez cada cien años nacía un líder con habilidades especiales, el señor de estas tierras y de un extraño poder capaz de desatar grandes prodigios y poderosos desastres.  Este clan contaba desde varias generaciones con su aparición y se dice que nació y que lo más probable era que se siguiera manifestando hasta por tres generaciones más.  Ellos querían a aquel niño a como diera lugar, pero su familia ya no estaba en la ciudad cuando ellos la destruyeron y nunca supieron cómo era porque los ninjas de los otros clanes murieron guardando su secreto – miró las ruinas – se dice que un joven apareció en Konoha teniendo las características del clan de los lobos, pero nadie que hubiese conocido ese clan estaba vivo para corroborarlo… o negarlo.


- Yo conocí un ancianito trampero – dijo Naruto – creo que era sobreviviente de este país por lo que nos contó Tsunade, tenía una foto de su nieto y yo me le parecía mucho, hablaba de algo acerca de la búsqueda de tesoros o algo así, fue hace tanto que no me acuerdo bien.


- Hubo muy pocos sobrevivientes del país del dragón – le dijo.


- Se hacía pasar por carpintero, pero nos tuvo ocupados con su juego, casi pone en jaque las defensas de la aldea – dijo el rubio pensativo – se estaba muriendo cuando lo conocí.


- ¿Un hombre que ponía trampas explosivas para destruir lugares en cadena?


- Si, pero nosotros lo descubrimos a tiempo.


- El último de los lobos – murmuró – su hijo desapareció de la aldea aún antes que esta fuera destruida – lo miró – si, te le pareces mucho, podrías ser su nieto.


- No lo creo – le dijo Naruto.


- Perdón – intervino Heero – pero ¿no hay un pueblo cerca?


- Claro, hacia allá – les señaló unas montañas – hay un pueblo minero a cargo de un ninja un tanto… extraño, dicen que cuando se enoja cambia su aspecto.


- Creo que es mejor que vayamos hacia allá, hemos caminado todo el día y merecemos tener un techo sobre nuestras cabezas por la noche – dijo Heero y emprendieron el camino.


 


Dúo había estado preguntándole a Naruto muchas cosas sobre su mundo y lo que sabía sobre las guerras Ninjas, decía que quizás así pudieran comprender un poco lo que pasaba a su alrededor.


Era casi media tarde cuando, luego de transitar por un escarpado camino, llegaron al pueblo, los mineros los miraron extrañados pero siguieron con su labor como si ellos fueran parte del paisaje, pero pronto se encontraron con el jefe del pueblo.


- Eres Naruto ¿verdad? – le dijo este y el rubio lo miró – debes serlo, Sasuke siempre hablaba de ti – le sonrió.


- Tú eres Juugo – le dijo reconociéndolo.


- Si, fui compañero con Sasuke – le dijo – vengan, tengo una casita en donde podré alojarlos, no es mucho, pero es grato ver ninjas de nuevo.


- Nosotros no somos ninjas – dijo Dúo.


- Ya lo sé, bonito, pero tienes el potencial para serlo.


- El bonito es mío – lo miró Heero con frialdad.


- Todos los chicos guapos tienen dueño – le dijo este divertido al ver que había picado y Heero se sonrojó pese a no quererlo – pero a mí me gustan las chicas.


Dúo sonrió complacido ¡Le gustaba a Heero!  Entonces, esta “misión” sirviera no sólo para localizar al amigo de Naruto, sino también para conquistar a Heero, alias señor soldado perfecto.


Harry jaló a Draco hacia el interior de la casa, notaba que este estaba tenso de estar en un lugar tan poco pulcro, pero no le quedaba de otra.


- No seas estirado, Malfoy – lo obligó a caminar tomándolo de la mano.


El rubio miró sus manos entrelazadas y sintió que el fuego subía por su brazo hasta llegar a su hombro ¿Por qué se sentía así?  Notó la mirada pícara del moreno, pero decidió hacerse el desentendido.


Harry sonrió, había sentido ese cosquilleo subiéndole por el brazo y el casi imperceptible estremecimiento del rubio ¿sería a causa del intercambio de chakra cuando trataba desintoxicarlo? Vaya a saberlo, pero le había gustado


Entraron en la casa y Juugo ordenó que les prepararan las tres habitaciones que tenía para las visitas, por lo mismo tendrían que compartirlas, Heero con Dúo, Harry con Draco y la última para Naruto.


- Cenaremos en un rato más – les dijo y los dejo solos.


- El tipo tiene un aura peligrosa – dijo Harry.


- Le bastará una mirada de esas de hielo de Heero para someterlo.


- Creo que esa tal Karin dijo que de esa forma lo sometía Sasuke.


- Heero, hace rato que quiero preguntarte algo – le dijo Dúo coqueto – ¿en serio crees que soy bonito?


Heero lo miro un segundo como sopesando su respuesta.


- No creo que lo seas, sino que eres hermoso – le dijo encogiéndose de hombros – de otra forma no te aguantaría ¿verdad?


- ¡Eres muy malo…! – pero fue silenciado por un beso.


- Venga, que tenemos cosas que hacer – sonrió Naruto – quizás Juugo nos pueda decir algo que nos diga por donde comenzar a buscar a Sasuke.


- ¿N te gustaría hacer lo mismo? – le dijo Harry a Draco y este lo miró enojado.


- No jodas – le dijo airado pero totalmente sonrojado.


- Pero te gustaría que lo hiciera – le dijo en un susurro.


- Cállate, Potter – le gruñó molesto.


 


La cena en la humilde morada de Juugo era bastante buena, Harry podría decir que estaba casi perfecta, había de todo muy al estilo americano, o algo parecido dado que solo lo había visto en las películas.


- Sírvanse lo que quieran – les dijo Juugo  y los seis comenzaron a comer – esperaba tu visita, Naruto, desde que terminó la guerra.


- ¿Has visto a Sasuke? – le dijo dejando el vaso con soda sobre la mesa.


- No lo he visto desde que termino la guerra, dijo algo acerca de que debía buscar alo con lo que redimirse ante los ojos de Konoha.


- ¿Pero no te dijo hacia dónde se dirigía?


- No, pero creo que iba hacia uno de los laboratorios abandonados de Orochimaru a dos días de aquí. Cruzando el bosque y las montañas hacia el este está un laboratorio que la serpiente esa abandonó antes que Sasuke se reuniera con él, escuche decir alguna vez a Kabuto que allí había un secreto que podría hacer caer a los ancianos del consejo de Konoha, pero que solo lo usarían como último recurso.


- ¿Y que era eso? – dijo Harry curioso.


- No lo sé, Orochimaru hizo callar a su asistente antes que yo pudiera averiguar nada más. Sin embargo, Sasuke consideró interesante la información, aunque en ese momento no pudimos hacer mucho para descubrir qué era.


- Sasuke tenía esa fijación de vengarse de Itachi por haber matado a su clan – comentó Naruto – nada más parecía importarle, nunca escuchó razones y por ello terminó tan dolido cuando se enteró que el verdadero culpable de la muerte de su clan no era su hermano.


- Y ese Madara se aprovechó de ello para ponerlo totalmente de su parte en la guerra – aseguró Juugo – y ahora se siente culpable porque le falló tontamente a su hermano.


- Me recuerda a cuando nos engañaron en Nueva Edward – dijo Heero – nosotros queríamos terminar con la guerra y finalmente les dimos el motivo que necesitaban para ampliarla, y de paso casi nos matan.


- Y nos metimos en más problemas de los que ya teníamos – dijo Dúo.


- Dumbledore decía que siempre había alguien capaz de engañar hasta los hombres más inteligentes – les dijo Harry – era muy sabio, porque, pese a la diferencia de edad, yo pude engañar a mi enemigo y vencerlo finalmente.


- Al parecer la mentes más privilegiadas son las que menos piensan en que pueden ser usados como herramientas – dijo Heero pensativo – Traize me usó en aquella ocasión y caí redondito.


- Humilde, el soldado perfecto – se burló Dúo.


- Tengo una mente privilegiada – le dijo Heero con toda calma – recuerda que fui alterado genéticamente en un laboratorio sólo para ser el soldado perfecto, poco más que una herramienta de guerra.


- No me recuerdes eso ¿Quién puede usar a un recién nacido como un arma de potenciales enormes a fin de dominarlo todo? ¿Qué padre lo permite?


- En el mundo ninja hay varios – le dijo Naruto.


- Bueno, chicos, supongo que querrán partir por la mañana ¿necesitaran algo para el viaje?  Hacia las montañas hace bastante frío – les dijo Juugo.


- Si nos puedes dar capas de viaje, no se me ocurrió sacar algunas de Konoha – le dijo Naruto.


Juugo asintió y se salió a pedirle a su asistente que se las proporcionara, al volver, ellos se retiraron a dormir.


 


Draco estaba cansado, nunca en su vida había caminado tanto, si generalmente o usaban un traslador o simplemente aparecían, cuando era pequeño era un elfo el que lo trasladaba de un lado a otro.  Además, alli no había droga. Malditos tipos, era un cargamento grande el que iba a adquirir sin que sus padres se enteraran y habia tenido que toparse ni más ni menos que con el salvador del mundo mágico, el mismo que dormía tranquilamente a no más de dos metros de él ¿Por qué le tenía que pasar esto a él?


- Malfoy, debes dormirte – le dijo Harry, que había dejado sus anteojos en la mesita de noche junto a la cabecera.


- Los pies me matan, no puedo dormir – se quejó.


- Eres demasiado delicado ¿o es que te faltan las drogas?


- Déjame en paz – le dijo y se dio vuelta en la cama.


- Malfoy, las drogas son malas para el organismo, atrofian el cerebro, te van matando lentamente hasta dejarte vacío.


- Potter, no me des sermones, ya te pareces a Severus tratando de hacerme entrar en razón.


- Snape tenía razón, él no hubiera querido que terminaras en el vicio.


- Mira, yo no me meto en lo que tú haces, así que déjame tranquilo ¿quieres? – le dijo molesto – no quiero saber nada de ti.


- Creo que necesitas otra dosis de desintoxicación – dijo Harry molesto tomando las gafas de la mesita.  Se levanto y se acostó junto al rubio con su espalda contra su pecho – dolerá un poco, pero te sentirás mejor y podrás dormir – le aseguró colocándolo completamente sobre él.


- ¿Qué crees que haces? – le dijo el rubio sobresaltado al sentir una de sus manos en su estómago y la otra en su corazón.


- Tranquilo y no hagas ruido o pensarán que estamos haciendo cosas “raras”.


Draco no tuvo tiempo de replicar algo más cuando sintió que las manos del moreno le quemaban como fuego y algo comenzaba a caminar por su sangre, al principio fue doloroso, como si fuego corriese por sus venas, pero luego el calorcito relajó sus miembros poco a poco tanto así que el cosquilleo se le hizo placentero y se entregó a él.


- ¿Te gusta? – dijo Harry sorprendido de verlo tan relajado.


- Y me excita – admitió colocando sus manos sobre las del moreno pero al poco rato estaba profundamente dormido dejando al otro atrapado debajo suyo.


Harry suspiró, pobre dragoncito, estaba tan necesitado de afecto que lo recibía de quien se lo diera ¿Qué clase de infancia habría tenido que había tenido que recurrir a las drogas para sacarse aquello de la mente?  Porque no podía creer que Lucius Malfoy siquiera lo maltratara, o que Narcisa siquiera lo permitiera.


Mejor sería que se durmiera también, estaba bastante agotado.


 


Apenas amanecía cuando Dúo se despertó, no que fuera un pájaro madrugador de todas maneras, pero durante la guerra se había acostumbrado a que cualquier cosa que cambiara a su alrededor lo pusiera en alerta de inmediato.  Pero lo que le extrañó fue que no podía detectar qué era lo que le había despertado, pero eso cambió cuando sintió dos bandas de acero rodeando su cintura.  Abrió los ojos y quiso darse vuelta, pero quien fuera que lo tenía abrazado le pasó una pierna por encima.  Iba a tomar su arma cuando se percató de algo, la puerta estaba cerrada y la otra cama estaba vacía, así que quien lo tenía bien sujeto no podía ser otro que Heero.


- ¿Tenías frío, mi soldadito perfecto? – le dijo consiguiendo girarse.


Le acarició la cara con delicadeza y pasó su brazo por debajo de su cuello.  Heero, que en realidad estaba medio despierto, se aprovechó de inmediato y colocó su cabeza sobre el pecho del trenzado para que lo abrazara mejor.


- Que bien se siente – le dijo y lo besó en la frente para volver a dormirse, era agradable el calorcito que emitían sus cuerpos tan juntos.


 


Heero y Draco suspiraron por enésima vez, Dúo y Naruto eran un par de escandalosos de esos que no se callan nunca, habían hablado de tantas cosas y de nada, contando chascarros  y cuentos divertidos a los que Harry se había unido irremediablemente luego de un rato mientra subían la montaña hacia el laboratorio abandonado.  Los tres habían hecho muy buenas migas, quizás demasiado para el gusto del “no estoy celoso” Dragón y del “no creas que me importa” soldado perfecto.


- Fue divertido, en serio – reía Naruto – la mayoría de los hombres mayores que he conocido en Konoha caen ante el truquito ese, así convencí a mi último maestro que me entrenara.


- Seria porque a el le gustaba ese tipo de cosas – le dijo Harry divertido.


- Por supuesto – sonrió – yo lo molestaba llamándolo ero-senin.


- Te debes haber metido en muchos problemas con ello ¿no? – se rió Dúo.


- Vieras que no – sonrió de nuevo – me era más fácil salir del paso disfrazado de mujer que como varón, pero él quedaba metido en el medio.


- ¿Quisiste mucho a tu maestro?


- Claro que sí – suspiró entristecido – viví a su lado por dos años y medio, aprendí a conocer sus maña y manías, gran parte de lo que soy se lo debo a él, quien fue el maestro también de mi padre, aunque yo nunca alcancé a preguntarle nada de él.


- Pero si estuvieron más de dos años juntos – le dijo Harry.


- Si, pero yo no sabía entonces que su discípulo más querido había sido mi padre, fue después de su muerte que me enteré de ello, yo crecí sin saber quienes eran mis padres.


- En eso nos parecemos, sólo que mis padres desaparecieron en la guerra.


- Mi padre fue un gran héroe de Konoha – dijo Naruto orgulloso mientras caminaban – murió defendiendo la aldea de Kyuubi.  De mi madre no sé nada, sólo que llevo su apellido.


- Al menos sabes algo de ellos – le dijo Heero – ni Dúo ni yo sabemos quienes eran nuestros padres, yo crecí en un laboratorio de donde fui sacado a los seis años para ser probado como arma de destrucción masiva.


Draco miró hacia la montaña contigua, él había tenido la suerte de crecer con sus padres, aunque no podía decir que fueran un gran ejemplo, y había caído en la oscuridad simplemente por sentirse perdido.  Quizás siempre fue el idiota que Potter decía que era.  Se iba a volver hacia ellos cuando vio algo.


- Miren, allá se ve algo como una cueva – les señaló la montaña a lo lejos.


- Debe ser la entrada al laboratorio – dijo Naruto y estuvo a punto de echarse a correr cuando se acordó que ellos no podían alcanzar su velocidad – Harry, Draco ¿ustedes no hablaron de algo de aparecerse? – ellos asintieron – ¿creen que puedan aparecerse en la entrada de la cueva?  Y yo podría usar un jutsu de traslación con Dúo y Heero sin mayores problemas,


- Creo que si – aseguró Harry tomando de la mano a Draco, desapareciendo en un sonoro pop.


- Es nuestro turno – dijo Naruto haciendo aparecer un clon de sombra que se colocó espalda con espalda a Dúo y él con Heero, desapareciendo en una cortina de humo y apareciendo junto a Draco y Harry a la entrada de la cueva en un remolino de hojas.


- Esto es mareador – dijo Dúo siendo sujeto por Heero.


Caminaron lentamente por los laberínticos pasillos del laboratorio abandonado, tenía figuras muy extrañas dibujadas tanto en las paredes como en el piso, eran como espirales mareadores, como sui fueran un intento de hacer desistir a quien fuera de legar hasta el final.


- Liberar – dijo Naruto juntando las manos y vieron que las figuras desaparecían igual que los pasillos extraños – un genjutsu o ilusión, engaña la mente y te puede hacer dar vueltas en círculo interminablemente hasta volverte loco.


- Pues quien lo puso debe ser muy poderoso.


- El tipo está muerto, pero sus energías siguen vivas – empujo la puerta con fuerza y entraron a un laboratorio – cuidado, está lleno de cristales rotos.


- Se siente una energía poderosa – dijo Heero – pero es diferente a la que se sentía afuera.


- Sasuke estuvo aquí – aseguró Naruto.


Dúo se detuvo junto a lo que debió ser una urna de cristal, allí había algo, un rollo extraño, quiso tomarlo, pero le quemó los dedos sin dañarlo.


- Otro jutsu – le dijo Naruto, lo rompió y sacó el pergamino – es de Sasuke.


- ¡Léelo! – le dijo Harry con curiosidad porque, pese a mirar por encima del hombro del rubio, no entendía nada.


 


“Naruto, esto es para ti. Orochimaru sabía donde estaba tu madre prisionera y he ido en su busca, quizás así me perdones por todo el daño que te causé,  Sasuke”.


 


 


El hombre estaba molesto, había lugares a los que no podía acceder con su magia y vigilar a sus presas, pero trató de recobrar la calma, debía conseguir la forma de mantenerlos vigilados  así evitar que se encontraran con su hermano y los pusiera en sobre aviso acerca de sus planes…


 


Continuará…

 


Un recuerdo para aquellos que dejaron comentarios en mis notas; Odin, Mariana, roxas25, anónimo, Anatayume, Noriko_leo, Verchan, Mey, Fénix esmeralda, Fénix, Elina, Ai_no_tenshi, Lunaazul, Mariela, Maritza, Danmary800, Ggbmiharu, luna turquiazul, Liaaran, Tkansei-chan, Maoki y Marisol.  Sus comentarios han sido borrados junto con los comentarios míos, pero sus votos han contado y me gustaría que volvieran a ponerlos.


A todos los demás, las gracias por sus votos y espero que les guste este capítulo y el que sigue.


Atentamente,


Shio Zhang y Wing Zero

Notas finales:

Al final, termine publicando hoy lunes por muchos imponderables, espero tener el siguiente listo el miércoles y el otro el sábado, aunque no les prometo nada.

Espero sus comentarios.


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